Alisa estaba en el hospital entregando algunos medicamentos, en esos momentos llega Andrick al sitio, cargaba con varias cajas llenas de un medicamento en específico —¿Cuántas cajas son el cargamento de hoy? —pregunto Alisa mientras inspeccionaba el contenido de las cajas.
—Son alrededor de 60 cajas hoy, ahora vienen los demás con el resto del cargamento, espero que esto los abastezca el tiempo suficiente hoy para que logremos recolectar más ingredientes —exclamo, Andrick.
—Lamento que tengan que pasar por todo esto, sabes bien que necesitamos toda la ayuda con esto, sabes bien que todos debemos aportar nuestro granito de arena, incluso Ramón lo hace, a pesar de que todos lo repudian.
Ni bien termino de decir eso, Raúl con otra de medicinas llego —aquí está una tanda de 10 cajas, espero que sean bien recibidas —menciono mientras agarraba una bocanada de aire.
—Claro que lo harán, cada una de ellas son importantes en este punto, incluso una mísera gota ayudaría uno por más ridículo que parezca —exclamo Alisa con una expresión de seriedad total.
De a poco, el resto llego, Rodolfo, Samuel y Azael, con ellos las 60 cajas estaban entregadas —gracias por todo esto, pueden ir y descansar, llamará al siguiente equipo de búsqueda.
Todos asintieron y se marcharon del lugar, Alisa le pidió a un ayudante que fuera a buscar al siguiente equipo: Nahum, Christopher, Ramón, Luis Carlos y Alan llegaron.
Todos se acercaron a Alisa para recibir órdenes —van a ir por una tanda de medicinas hasta el otro lado del pueblo, si el señor que las fabrica necesita materiales, ustedes van a ir a buscarlos sin rechistar.
Todos acataron las órdenes de Alisa, fueron hasta el otro lado del pueblo en busca del señor que fabricaba estas medicinas tan preciadas, cuando encontraron su casa todos entraron a su casa excepto Ramón que se quedó fuera.
Dentro de la casa del señor olía demasiado a hierbas medicinales y algunos químicos extraños, ellos no le hicieron mucho caso a esto y solo buscaron al señor, cuando lo encontraron este estaba en medio de algo muy delicado, pareciera que estaba haciendo experimentos porque tenía varios tubos de ensayo a su alrededor.
Ni uno quiso interrumpirle, por lo cual no dijeron nada, pero, sin previo aviso, con una voz entrañable, el señor hablo —no se queden ahí callados, digan a que vienen.
Nahum fue el primero en acercarse —venimos por el cargamento de hoy, esperamos no molestarlo —menciono.
—Ya veo, sí… tengo el próximo cargamento atrás en mi cocina para ser más específicos —exclamo el señor.
Todos se fueron directo a la cocina, la cual no era la más limpia de todas, excepto Christopher, él se quedó mirando de forma fija al señor hacer sus experimentos —¿Qué quieres? —pregunto el señor un tanto irritado.
—Nada en específico, solo quiero saber su opinión sobre esta enfermedad, ¿Usted cree que exista cura? —menciono Christopher nervioso ante la respuesta que podría salir de su boca.
—Estás al tanto de todo lo que es esta enfermedad, ¿No? —Christopher asintió de forma afirmativa —la corrupción en sí no es mortal, son pocos los pacientes que han muerto por esta misma, pero, es al mismo una tortura, desconocemos su cura por el momento, pero estoy intentando encontrar una.
—Ya veo, ¿Es eso lo que está haciendo ahora mismo?
—Sí, busco la cura de esta horrible enfermedad, me imagino que sabrás que la corrupción provoca un dolor constante en todo tu cuerpo y en ocasiones empieza a corromper la piel haciendo que esta se empiece a fracturar, no feliz con eso también hace que tus sentidos disminuyan y que tu personalidad cambie de forma alocada.
Christopher asintió ante todas estás respuesta, cuando este estaba a punto de hablar, una sombra paso de forma inadvertida por el pasillo detrás de ellos, luego el resto volvió, el señor sin titubear reaccionó ante esto —¿Qué fue lo que paso? —pregunto de forma brusca.
—Fue Ramón, le pedimos ayuda para cargar con las cajas, estamos tratando de llevar todas las que podamos, creo que llevamos más que la tanda anterior —exclamo, Alan de forma orgullosa.
—Ya veo, así que era él —menciono el señor intentando sonar indiferente.
Todos se fueron yendo uno por uno hasta que llegó el turno de Christopher, antes de que se pudiera ir el señor lo llamo —oye, son amigos de Ramón, ¿No? —se notaba que su voz antes dominante estaba a punto de quebrarse.
—Sí, lo somos, ¿Quiere que le diga algo de su parte?
—¡Sí! —esa voz estoy seguro de que se escuchó hasta el hospital —quiero que le digas…
Christopher ya se estaba esperando una queja como las tantas que ha oído del resto de habitantes del pueblo —… Que no fue su culpa, él no podía hacer nada al respecto, no quiero que sienta que todo eso fue su culpa.
La voz del señor se escucha arrepentida, todo lo que decía era sinceridad, ocurrió un evento entre ellos dos que fue terrible, Christopher estaba a punto de hablar, pero, antes de poder pronuncia una palabra, se escuchó un grito que venía desde afuera —¡Christopher, vámonos!.
Ante esto lo único que pudo hacer es asentir con su cabeza e irse, una vez afuera todos se pusieron en marcha hacia el seguro, en este le entregaron las medicinas a Alisa y se marcharon antes que las nubes de lluvia que se empezaron a formarse arriba del pueblo hicieran que comenzara una lluvia terrible.
Christopher solo se quedó pensativo durante un rato sobre lo que le dijo el señor, fue tanto el tiempo que no se dio cuenta de que Ramón ya se estaba marchando, este al darse cuenta corrió para alcanzarlo, pero, algo entorpeció sus planes, Alisa ya se encontraba frente a él hablando sobre algo.
A Christopher le gano la curiosidad y se acercó para escuchar de cualquier modo sin que ellos se percataran, para su sorpresa lo logro, al estar tan cerca escucho la voz de Alisa resonar en su cabeza —… Sabes bien que no fue tu culpa —parece que el plan que tenía Christopher se fue al caño.
—Nahum me dijo que no entraste a hablar con el señor para nada, sabes que él no te culpa para nada, todo lo contrario, te agradece todo lo que has hecho por ellos —Alisa decía palabra tras palabra, pero, simplemente, no surtían efecto en Ramón, aún seguía con esa cara inexpresiva.
Ante esto ella solo lo abrazo con todas sus fuerzas y grito —¡Tú sabes lo mucho que te queremos! Si ellas se enteran de que estás así por algo tan simple, te empezarían a decir que no fue tu culpa una y otra vez hasta que entres en razón, pero… —Alisa le tira un pequeño golpe al pecho de Ramón —yo no soy así, yo haré que entres en razón de ser necesario a golpes.
Alisa tiraba golpe tras golpe… parecía que no se iba a detener, pero sin previo aviso este la agarro de la mano y la abrazo —lo lamento, no puedo hacer nada para evitar que te preocupes por mí —Alisa sintió como el abrazo de Ramón se volvía más fuerte con cada palabra, pero, a ella no le importaba —me gustaría que te olvides de…
Alisa le dio un fuerte abrazo, intentando que no pueda hablar —no lo digas, no quiero olvidarte, incluso si eso me causa dolor, lo soportaré al igual que tú lo soportas —las lágrimas no paraban de salir de los ojos de Alisa.
Esas palabras cortaban en el interior de Ramón al oírlas, todos se quedaron quietos durante un rato más, Alisa le dio algo a Ramón y se fue, la lluvia comenzó, Christopher tenía que buscar un sitio donde refugiarse, la lluvia no parecía que iba a detenerse durante un largo tiempo.
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