aún en proceso. Mis novelas van avanzando según lo que se va dando, por eso no tienen una descripción.
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cap 6
cuatro años después
Estoy apurada limpiando la panadería de la señora Ilda, hermana de doña Ceci, mi empleadora. Doña Ilda, es una mujer mayor, así que es una forma de devolverle tanta amabilidad. además, no es como que lo haga todos los días.
después de limpiar, me preparo para recibir la mercancía que cada semana le traen.
_ gracias mi niña _ me dice doña Ilda
_ de nada abuela, es un gusto para mí, ayudar _ le respondo
Era verdad, estaba infinitamente agradecida con estas dos hermanas. Me habían dado lo más valioso de mi vida y eso era volver a empezar. Vivir otra vez, tener una vida normal, ser parte de una familia, eso no tenía precio.
_ ¿que hubiera hecho sin ti? Yo ya no tengo tanta fuerza, ni tu fortaleza, mi niña _ agrega la abuela
Bueno, hacer eso no era gran cosa, no olvidemos que aunque no poseo un lobo, si tengo más fuerza que cualquier humano aquí y aprovecho eso para ayudar.
_ bueno, no importa, no te olvides pasar por el mostrador antes de irte _ me recuerda la abuela y ya me imaginaba el porqué.
_ está bien abuela _ le respondí
Ya una vez todo en su lugar y terminando de hablar con la abuela, me dirijo a mi cuarto para bañarme y alistarme para ir a mi trabajo.
aún me sorprendo de cómo ha pasado el tiempo. Ya hace cuatro años llegué a este lugar, sin ninguna esperanza y con el corazón roto. La persona que debía ser mi ancla, resultó ser nada y mis padres que eran mi roca y mi fortaleza, tuvieron que quedar atrás, para no arrastrarlos al abismo en el que me estaba hundiendo.
No me arrepiento, no me arrepiento de nada. Me doy cuenta de lo mucho que he crecido en estos años, de lo fuerte que soy y de la fortaleza que tengo. logré sobrevivir al rechazo, sola, cuando es un acontecimiento en el que no cualquiera sobrevive. Hoy podría decir que soy feliz, con esta simple y sensilla vida. aún apesar del dolor que persiste de vez en cuando.
Unos 30 minutos más tarde ya estaba lista y bajando a la panadería, como la abuela me lo había indicado.
Al llegar ahí, tenía un rico pan y un rico café, esperando para ser devorados, digo, degustado
_ oh!, que rico huelen _ alago a la abuela. Ella sonríe
_ vamos mi niña, come antes de irte _ me sugirió. sabía que las mañanas siempre eran un poco más concurridas, así que no me dejaría ir sin desayunar algo.
_ claro!, jamás despreciaría algo tan rico, preparado por la mejor panadera _ le dije y ella solo sonrió
_ si sigues, voy a pensar que es verdad _ respondió
_ ¡claro que es verdad! no vez cuánto peso he ganado en los últimos años
La verdad es que era verdad, no estaba delgada como un fideo, ni tampoco gorda, simplemente mi cuerpo había cambiado y distribuido a los lugares adecuados.
_ ni se te ocurra ponerte a dieta, así estás hermosa, ya quisiera yo tener tu edad y esa cinturita y trasero bien rellenito _ hablo la abuela y las dos estallamos en carcajadas.
Después de desayunar y de platicar un poco más, me fuí a mi trabajo. No sin antes escuchar la sugerencia de la abuela
_ deberías aceptar la invitación de Rafael, es hora de vivir, mi niña
_ lo pensaré abuela _ le respondí mientras movía la mano en señal de adiós.
Rafael era algo así como el top de los hombres del pueblo. Era joven, guapo, trabajador y a su edad, ya tenía su propia granja. Era el mejor prospecto de todo el lugar y por supuesto, está detrás de mí.
Pero aquí está la historia, ninguna mujer se le había negado o más bien lo había rechazado, hasta que llegó yo. Desafortunadamente para él, alguien vio mi rechazo y se propagó como pólvora. dirían por ahí, pueblo chico, infierno grande. Afortunadamente, él no lo tomo a mal, más bien, se propuso conquistarme.
_ buenos días Ceci _ saludé al entrar al restaurante, por la puerta de servicio.
_ buenos días mi niña, ya tenemos trabajo. podrías ir al frente y ayudar a Mery, la pobre se volverá loca si no hace una pequeña pausa.
_ claro! De inmediato _ le dije y me dirigí al frente para atender mesas.
Una vez a la semana, siempre entraba un poco más tarde, al restaurante. Era justo el día que me había asignado para ayudar a la abuela Ilda. Lo malo es que está comenzando la temporada alta y mi pobre amiga Mery, no va a dar abasto sola.
_ oh! Dios, nunca había estado tan feliz de verte _ me dijo Mery una vez que me vio llegar
_ ¿tan difícil está el día? _ le pregunté
_ apenas estoy respirando, el restaurante estaba a tope y mis dos piernitas no daban abasto. _ se quejo.
Mery era dos años mayor que yo, era de complexión delgada y bajita. De hecho, parecía más joven que yo
_ pero pudiste, así que no cabe duda que eres la mejor _ le dije y ella solo bufo
_ no dirías lo mismo si hubiese visto como me tropecé y casi dejo embarrada la cara en el piso _ declaro
mi amiga era un poco exagerada en sus historias, me recordaba un poco al anciano Vincent.
_ oh! ¿De verdad? _ exclamé
_ jajaja loca, solo me tropecé un poco, pero nada grave _ respondió, sabía que la conocía muy bien y era difícil engañarme.
_ bien, manos a la obra, por donde te quedaste _ pregunté.
_ ves a ese bombón de ahí _ me pregunto, señalando en dirección a una mesa un poco alejada
mi respiración se cortó y mi sangre se enfrió al verlo, no podía creer lo que mis ojos estaban mirando.
_ bueno, es todo tuyo