Ni Una Más!!!

Lorenza cumplió su palabra y me acompañó a la cita médica, no conocí a su novio, ya que estaba ocupado con el trabajo, era contador, así que me regresé enseguida pues mi trabajo me reclamaba, cuando al fin nos lo presentó lo hizo en una comida a la que también mi papá estaba invitado, como siempre nos hacían parte de la familia, a mí no me cayó muy bien, se notaba que era muy posesivo y hacía comentarios machistas como el que lo único bueno de que su linda novia estaba en ka escuela es que así la había conocido, pues después de casarse se dedicaría a criar niños y atenderlo. Me recordaba a Alfredo, porque físicamente era del estilo, y creí que esta comparación era lo que me desagradaba, total había que conocerlo para poder tener una idea mejor de como era.

Unos meses pasaron y mi barriga ya se notaba, en el pueblo hablaban mucho de ello, pero a mis espaldas, los prejuicios de la gente no me importan, la enfermería seguía igual, ya que no había más opción que ir conmigo para curar sus males.

La siguiente visita médica que hice me dijeron el sexo de mi bebé, era una niña. Yo la verdad hubiera preferido un varón, pero mientras estuviera bien lo que fuera sería igual de amado y bien recibido. También recibí otra noticia. Lorenza me platico que días atrás había encontrado a una hermana de Vicente y le había contado que él estaba a punto de casarse, con una hermosa joven de muy buena familia en el pueblo donde trabajaba. No debería haberme afectado, pero lo hizo, dolió mucho saber que no solo no me amó sino que me engaño y me usó. Nuevamente perdí en el amor, porque yo tenía la loca esperanza que pensara mejor las cosas y regresara. Pero eso ahora era un sueño sin fundamento. Ni modo, a seguir por mi niña.

El tiempo pasaba y cada vez me costaba más cumplir con todos los deberes, así que me conseguí una aprendiz, una chica más joven que yo que me ayudara con las tareas más pesadas como el aseo, cargar cosas, etc. Yo le pagaba poco, pero también le enseñaba el oficio. Carmen, que así se llamaba, aprendía rápido. Me tranquiliza a tener alguien que se quedara atendiendo a la comunidad mientras yo no podría. Todos se habían acostumbrado a que ella también los atendiera y al acercarse la fecha del parto la capacite también para que me ayudara a traer al mundo a mi pequeña. Mi padre no estaba de acuerdo con esto, él quería llevarme a Mazatlán para que también Lorenza estuviera presente y que el doctor que me había atendido durante todo el embarazo también me atendiera en el parto.

Me dejé convencer, ya que tanto Lorenza y su familia como Renata no dejaron de insistir, mis amigas queridas estarían conmigo en esos días para ayudarme y como no quería ningún problema, rentamos un pequeño departamento en planta baja por dos meses y nos mudamos a esperar, los papás de Lorenza se quedaron en el pueblo al pendiente de la enfermería, para que Carmen no se preocupara de estar sola, todos me apoyaron muy amablemente, tenía pensado pasar las tres últimas semanas del embarazo descansando y pasado este, la cuarentena también en Mazatlán. Regresaría al pueblo como al mes de nacida la bebé por si había complicaciones, que yo esperaba que no, y me dedique a terminar de comprar lo necesario para la llegada de mi querida hija.

Mientras estaba un día de compras con mis amigas, me topé de frente con el mismísimo Alfredo, cabe mencionar que ellas solo habían oído hablar de él, no lo conocían físicamente, pero en ese instante y por la impresión casi me desmayo. Él solamente me vio y sonrió de manera burlona, ya me imagino que debió pensar, pero mis ángeles guardianes me sacaron rápido de ahí para que me diera el aire y me llevaron a comer algún para que también me sentará un rato y descansará antes de regresar al departamento. Durante la comida y como insistían en que algo podía estar mal, tuve que contarles que lo vi, eso no debe afectarte, el proceso policial ya se cerró hace mucho y no encontraron culpables, Doña Chonis convenció a su prima de que plantear a la duda de que Alfredo no hubiera cerrado bien esa noche y que los tipos que me asaltaron hubieran entrado a robar sin tener que forzar la cerradura, cosa que Alfredo aceptó que podía haber pasado, porque tampoco le convenía que vieran que se ensañaba contigo, porque ya había habido comentarios de parte otros compañeros de que te maltrataba y que el único responsable del corte era él, que tú no debiste estar ahí desde un principio y que también el mando a los demás a casa antes de que ustedes terminarán el corte.

Yo no podía decirles que no solo era eso, no podía decirles que fue mi verdugo.

Regresamos al departamento y me dediqué a descansar, a partir de ese momento ya no quería salir, no quería volver a encontrarlo por ningún motivo, ponía de pretexto que estaba muy cansada, así que lo poco que faltaba por comprar se los encargué a mis amigas.

El dia tan esperado llegó, mi pequeña nació rodeada de mucho cariño. Yo era feliz, en esos momentos no quería pensar en nada más que en la pequeña que me hacía tan feliz.