bienvenidos a la quinta parte de los decendientes YANKELEVICH.
Vamos a conocer la historia de Los hijos del pequeño Max: David, Hanna, willmar Alexander y Chantal.
también conoceremos a los hijas de Claudia y Kilian: Dolores, Lupita y Aurora.
tendremos también las historias de los hijos de Aisha y Bruno: Leo y Leonardo.
cada uno tendrá que enfrentar nuevos enemigos y también conocerán el amor, nuevas aventuras tendremos en esta quinta parte y tendrán que hacer uso de sus enseñanzas para poder mantenerse con vida.
espero les guste está quinta parte.
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CAPÍTULO 22
Leonardo rápido dio la vuelta y regreso a la casa, se fue a buscar a sus padres; primero fueron a la casa David y Dolores se quedaron ahí para hacer sus maletas.
Una de las empleadas le dijo a Leonardo que sus padres habían ido al manantial; salió de la casa y se fue al manantial; ahí los encontró con la mayoría de la familia, rápido se acercó a ellos y sin rodeos les dijo sobre la boda de su amiga y que quería que lo acompañaran.
Bruno que conocía muy bien a los padres de su amiga no dudo en decir que, si y Aisha tambien acepto ir; se pusieron de acuerdo para esa tarde salir para México, regresaron a casa para hacer sus maletas.
Aisha le marco a Alma para hablar con ella, la felicito por su boda y empezó hablar con ella sobre su boda, de los planes que tenía y de lo que quería hacer para ese momento tan especial; Alma quiso que su boda fuera en el hotel de la familia y aprovecho para pedirles que se quedaran en su casa, los quería tener cerca para ella eran como su familia.
La familia de Alma era económicamente más que estable, habían entrado en la nómina de la familia, se dedicaban a la exportación del tequila y su padre era un comerciante muy bueno, que hizo crecer rápido su empresa de exportación, claro con algo de ayuda del Bruno y Aisha.
David (hijo del pequeño Max e Irma) fue el primero en estar listo, bajo a la sala con su maleta para esperarlos, se sentó en el sofá grande, se quedó pensando un poco en si debía ir; estaba tan sumergido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando JEAN llego, hasta que lo escucho decir. – Alma es una joven hermosa y cariñosa, de esas mujeres especiales que cuando las encuentras no las puedes dejar ir.
Si yo tuviera tu edad y estuviera en tu situación haría los que Ilazki hizo para no perder el amor; llegaría a México no dejaría ni que se presentara a la iglesia y me la llevaría lejos, le hablaría de mis sentimientos, la convencería para que se quedara a mi lado.
Creo que sería mejor que quedarme solo viendo como la mujer que amo se casa con otro, que tal vez ni feliz la llegue hacer o tal vez si le dé una vida plena, pero no creo que eso a ti mi querido sobrino te hago ser feliz.
David voltea a verlo, estaba parado enfrente de él y rápido le contesta. – Tío, ¿de que habla? Alma solo es mi amiga, la quiero mucho como si fuera…
JEAN no lo dejo terminar de hablar, lo interrumpió diciendo. – La quieres mucho como si fuera tu todo y no como si fuera tu amiga, porque hasta donde yo se los amigos no se besan en los labios.
David se sorprendió tanto al escuchar lo que le decía y algo inquieto le dice. – Tío
¿de que habla? Yo nunca la he besado.
JEAN le sonríe, se sienta a su lado y le dice. – En esta vida nada se puede ocultar y cuando uno piensa que más solo esta, es cuando más miradas tienes encima de ti.
Yo los mire en la hacienda, tenias 10 años según recuerdo y aun que fue un beso inocente fue lindo, pero tu mi querido sobrino saliste corriendo, no alcance a escuchar lo que le dijiste, pero la dejaste sola.
Pensé en seguirte, pero al final me quede a ver que hacía Alma y lo que mire fue una joven triste, al parecer lo que le dijiste le causo algo de tristeza; tuve que acércame a ella, a darle un poco de consuelo porque estaba llorando, era una pequeña de tan solo 9 años y su llanto era el de una mujer con el corazón herido.
Yo estuvo consolándola, aunque le pregunte sobre lo que le pasaba, ella solo me dijo que se había caído y si no hubiera visto lo que paso le hubiera creído; lloro un poco después regresamos con la familia, pero ella ya no se estuvo con nosotros se fue a su casa diciendo que le dolía la cabeza, ya no volví a verla porque al día siguiente regresamos a la isla y tú ya no regresaste a México.
Todos mis desencintes regresaban como cada año a divertirse, días lo pasaban en la hacienda con Kira y Jones, otro tiempo en la haciende de Dereck y Nashira y otro tiempo en la hacienda de Bruno y Aisha, pero tú ya no quisiste volver.
Ahora después de 10 años, te miro aquí sentado, con una tristeza, que solo me hace pensar que no las has olvidado, que ese día cometiste un error y que debes hacer algo para remediarlo, ve a México, impide esa boda, lucha por lo que quieres.
No la pierdas, porque, si la dejas que se case, sin hacer nada para evitarlo te vas a repentir el resto de tu vida y la vas a ver sonreír del lado de otro hombre, mientras que tú vas a hacer un hombre amargado, que vivirá pensando en el si lo hubiera hecho y el hubiera no existe.
David no le contesto nada, realmente no esperaba que su tío más querido, supiera sobre ese beso, algo que siempre pensó que no estaba bien, los dos eran niños, que tenían que comportarse y no hacer cosas como esas, pero sabía que JEAN tenía razón, realmente no soportaba la idea de verla casada con otro hombre.
No pudieron seguir hablando, llego NEYLANE con ellos, tenía listo el regalo para Alma y cuando Bruno y Aisha llegaron se los entrego para que se lo dieran; todos estaban curiosos por saber que era, más Dolores que no dejaba de preguntar que era y JEAN viendo a David dijo. – Es una joya de la familia, bastante valiosa, que le regale a mi esposa en uno de sus cumpleaños y como Alma a pesar de no llevar nuestra sangre, es alguien que queremos mucho como parte de la nuestra familia.
Por eso decidimos darle esta joya que para NEYLANE y para mi tiene un gran valor sentimental; creemos que a Alma le va a gustar mucho para usarla ese día tan importante, es una gargantilla hecha con diamantes en forma de corazón, entre grandes y chicos, que conformaban toda la joya, termina en un dije de corazón más grande.
NEYLANE emocionada empezó a decir. – Como quisiera estar en su boda, pero es mejor que nosotros no salgamos de la isla en estos momentos, la situación no está nada bien y lo que menos quiero que su día tan hermoso se arruine por nuestra culpa, pero por lo menos podemos enviarle algo especial.
Aisha le prometió darles su regalo para que lo usara en ese día tan importante y las 6 de la tarde ya estaban listos y en la pista de aviones; se despidieron de la familia, pero en el momento que David abrazo a JEAN, escucho que le susurro al oído. – Yo te apoyare en cualquier decisión que tomes y me encargare de que nadie se meta, si decides robarte a la novia.
David le sonríe con amargura, termina despidiéndose de todos y suben al avión; era un vuelo de 11horas y 30 minutos; iban a llegar a las 5 de la tarde en la ciudad de México.
Cuando bajaron del avión rápido miraron a Alma y a sus padres ya esperándolos, fueron abrazos, todos estaban felices de volver a estar juntos, pero David no la abrazo como cuando eran niños, fue algo más distante y ella tambien.
Alma ni siquiera lo miro a los ojos, trato de evitarlo y concentrarse en Leonardo, que para su suerte siempre acaparaba su atención, apenas la miro empezó a preguntarle sobre su futuro esposo.
Llegaron a la casa de Alma, que era bastante grande cada uno de ellos tuvo su habitación y Leonardo pidió la que estaba a su lado, diciendo que como damo (dama de honor, le dice damo de honor como juego y burla) de honor tenía que estar pegado a ella, para cualquier emergencia que tuviera.
Él se había tomado muy enserio su papel como damo de honor, estaba feliz de poder estar con ella en ese momento tan especial; no dejaban de hablar de la boda, se encerraron en su habitación junto con dolores, el único que decidió irse a su habitación fue David, que realmente no deseaba escuchar nada sobre la boda, su mente estaba en las palabras de JEAN, casi convencido en robársela, en no dejarla que se case.
Al día siguiente, Leonardo, David y Dolores decidieron llevársela a su despedida de solteras. Esa noche la llevaron a un club para mujeres, donde hombres les bailaban a las mujeres, esa noche para David y Leonardo fue la más fastidiosa, tuvieron que cuidarlas porque terminaron demasiado tomadas.
David cargo a Alma hasta su habitación, ella estaba bastante tomada, pero aún tenía conciencia; mientras él la cargaba como una princesa, ella lo abrazaba, tenía su cabeza pegada a su cuello, respiraba profundamente para oler su aroma y en el momento que entraron a la habitación, le dejo un beso en el cuello, después le susurro al oído. – No he podido olvidar ese beso y desearía tanto volver a probar tus labios.
Él se quedó parado al escucharla, estaba a unos pasos de la puerta, la paro y la miro a los ojos, acaricio su hermoso rostro; tenía ojos grandes cafés oscuros, su color de piel era morena clara, su rostro era finito, era delgada, su nariz pequeña y sus labios gruesos, su cabello negro y largo, altura 1.63.
Para David era hermosa, no supo que responderle, solo la miraba, acariciaba su rostro, su cabello, en ese momento se agacha y pega sus labios a los de ella, pero esta vez no fue un beso tan inocente como el de años atrás, fue más intenso, apasionado; sus lenguas danzaron al mismo compas, sus sabores se mesclaron, haciendo que ese momento fuera intenso, por un momento sintieron que estaban solos en ese mundo.
David se sentía tan feliz, era la mujer que había amado desde que tenía 9 años, en aquellos años solo era algo de niños, que a los mas que pensó fue en darle un beso, pero esta vez su cuerpo ya no iba a reaccionar como aquella vez, donde solo pensaba en jugar con ella, en pasar tiempo a su lado y de cuidarla para que no se lastimara, esta vez su cuerpo se calentó, ya entendía sus sentimientos, sus emociones.
Un simple beso no lo llenaba, necesitaba más de ella y sus manos pasaron de solo acariciar su rostro y su cabello a bajar por su cuello, a tocar su pecho, su espalda, su pequeña cintura, su trasero, hasta terminar tocando sus piernas, metiendo sus manos bajos su corta falda que traía puesta.
Alma esa noche se había puesto una falda de piel color negro, era corta arriba de media pierna y su blusa era strapless, corta solo tapaba su pecho de color blanco, encima traía una chaqueta de piel color negra, que tambien era corta.
Se fueron moviendo de lugar, aunque no dejaban de besarse y sus caricias solo hacían que ella se dejara llevar por esa pasión que le trasmitía terminan chocando con una mesa donde estaba un jarrón con flores que termino en el suelo, pero el fuerte ruido que hizo al quebrarse no hizo que ellos se separaran, siguieron moviéndose, la desesperación de sus deseos los estaba controlando.
La espalda de ella pega con la pared con algo de fuerza, pero eso solo hizo que su apasionado beso fuera aún más intenso y entre sus movimientos terminaron cayendo al suelo.
Ninguno de los dos quería controlarse, solo querían seguir, sus más profundo deseos los controlaban; las manos de él parecían tener vida propia y disfrutaba lo que estaba sintiendo al tocar su piel suave, tan delicada, era un placer que no tenía explicación.
Empezó a besar su cuello, al mismo tiempo que bajaba su blusa y su sostén; empezó a tocar su pecho desnudo a tocarla sin contemplaciones, haciendo que ella sintiera un placer.
Alma cerro sus ojos, sentía sus labios en su cuello, la humedad que dejaba y sus manos en su pecho solo hacia ese deseo más grande, era algo tan intenso, pero tambien era algo que había soñado, que muchas veces la hizo despertar a medianoche sudada por la excitación que esos sueños la hacían vivir como si fueran casi una realidad.
Los dos estaban descontrolados y parecían que no iban a parar, hasta terminar con lo que empezaron, con lo que tanto deseaban los dos.
Familia