"Morí traicionada por el hombre que debía amarme... y por la sangre de mi propia hermana."
En su vida pasada, Aelina Valemont, Reina de Thalair, fue humillada y asesinada por su esposo, el Príncipe Heredero, y por su hermana. Sus padres también fueron ejecutados bajo falsas acusaciones.
En su último suspiro, Aelina juró venganza.
Ahora, ha despertado en su cuerpo de 16 años. El día de su boda con el príncipe cruel se acerca... pero esta vez, el destino cambiará.
En el altar, rechaza públicamente al príncipe.
Sabe que ha firmado su sentencia. Su familia sigue en peligro. Y sola, no podrá vencer a un enemigo tan poderoso.
Por eso comienza a buscar aliados. Hombres fuertes, peligrosos, capaces de cambiar el curso del reino. Pero lo que empieza como un plan frío, se transforma en una red de emociones que no podrá controlar:
Un caballero leal.
Un archimago distante.
Un noble rebelde
Un asesino en las sombras.
Un príncipe extranjero con su propia agenda.
NovelToon tiene autorización de Mandarino para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 12:"Alianzas oscuras"
El frío de la Biblioteca Imperial calaba los huesos.
Aelina tenía la daga preparada.
El encapuchado bajó su capucha.
Era lord Merek, el Consejero de Finanzas.
Viejo amigo de su padre.
Hombre respetado.
Hombre corrupto.
Aelina tragó saliva.
—Vos... estáis con Darius.
Merek sonrió.
—Estuve con él… porque me convenía. Pero vuestro regreso ha cambiado el juego.
Vuestra fuerza… vuestra osadía. No puedo ignorarlas.
Aelina frunció el ceño.
—¿Qué pretendéis?
El consejero se acercó lentamente.
—El príncipe me ha dado muchas riquezas… pero sé que su caída es inminente. Y vos podéis lograrlo.
Propongo un trato: información… a cambio de protección futura.
Aelina desconfió.
—¿Por qué debería creer en vos?
Merek rió con amargura.
—Porque si no… ahora mismo os gritaría como traidora, y los guardias vendrían.
En cambio, os he citado a solas. He apostado por vos, Aelina.
Ella apretó los dientes.
—Muy bien. Hablad.
Merek extrajo un pergamino.
—Esta es la lista de nobles que financian en secreto a Darius.
Incluye a... vuestro tío materno.
El corazón de Aelina se heló.
"Tío Aldren… ¿también tú?"
—Tomadla. Y pensad en nuestra alianza.
Antes de irse, Merek se giró.
—Una advertencia: no todos los que os rodean son tan leales como creen.
Hay alguien muy cerca… que vendería vuestra vida por un susurro.
Aelina quedó sola, el pergamino ardiendo en sus manos.
---
Cuando salió de la biblioteca, la luna se había ocultado.
Pero no estaba sola.
Kael y Aurelian la esperaban, rostros tensos.
Kael habló primero.
—¡¿Qué pretendíais, viniendo aquí sola?! ¿Estáis loca?
Aurelian sostuvo su brazo.
—Mi lady, si algo os hubiera pasado…
Aelina alzó la voz.
—¡Basta! No sois mis guardianes. Os agradezco vuestro apoyo, pero no toleraré ser tratada como una niña.
Kael la fulminó con la mirada.
—No sois una niña. Sois la mujer por la que daría mi vida. Y veros actuar así… me destroza.
Aurelian murmuró:
—Yo también habría muerto por vos esta noche.
El corazón de Aelina se agitó.
—Lo sé… pero debo jugar mis propias cartas.
Se giró y se marchó, dejando a ambos contendiendo con su impotencia.
---
Al amanecer, Aelina corrió a los aposentos de Lucas.
Los médicos la recibieron con una sonrisa.
—Ha despertado.
Entró de inmediato.
Lucas, pálido y débil, sonrió al verla.
—Mi lady… no pensé que volvería a ver vuestro rostro.
Aelina tomó su mano.
—Te has salvado. Pero no vuelvas a arriesgarte así.
Lucas apretó sus dedos.
—Por vos… lo haría mil veces.
Ella besó su frente.
—Recupérate. Te necesito fuerte para lo que viene.
Lucas cerró los ojos con una sonrisa débil.
"No puedo permitirme perder a nadie más."
---
Esa tarde, Aelina recibió una invitación formal.
Un té con la princesa Elira, prometida oficial de Darius.
"¿Una trampa? Seguro."
Aelina acudió. Se presentó con elegancia, sonrisa fría.
Elira la recibió con fingida cortesía.
—Lady Aelina… me alegra veros tan… recuperada.
Permitidme ofreceros este obsequio personal.
Le tendió un pequeño estuche de marfil.
Aelina lo abrió.
Dentro… un anillo antiguo. El anillo que perteneció a su madre.
Había desaparecido el día de su muerte.
Aelina alzó la mirada, hielo puro.
—¿Dónde… conseguisteis esto?
Elira sonrió.
—Los objetos circulan. A veces regresan a quien debe poseerlos… o no.
Aelina comprendió.
Elira sabía más de lo que aparentaba.
Alzó la copa de té.
—A vuestra salud, princesa.
No bebió.
Cuando Elira bebió la suya… cayó un insecto muerto en el borde de la copa de Aelina.
"Intento de envenenamiento."
Sonrió con frialdad.
—Vuestra hospitalidad… es inolvidable.
Se marchó sin beber ni una gota.
"Ya es personal."
---
Esa noche, en su torre, Aelina desplegó el pergamino de Merek.
Marcó los nombres uno a uno.
"Empezaré por el más débil. Romperé la red de Darius… desde las sombras."
Kael apareció.
—Mi lady… he fallado. No supe protegeros.
Aelina le tomó la mano.
—No habéis fallado. Pero debéis entender que algunas batallas son mías.
Sin embargo… esta guerra es nuestra.
Kael besó su mano con reverencia.
—Entonces, lucharemos juntos.
Poco después, Aurelian llegó.
—Mi lady… he recibido nuevas noticias.
Uno de los nobles de la lista será vulnerable en la próxima cacería real.
Un lugar… donde todo puede pasar.
Aelina sonrió con frialdad.
—Perfecto. Que se prepare.
El tablero se mueve… y hoy colocaré mi primer peón.
---
Cuando quedó sola, recibió otra carta.
Sin firma.
"Sabemos que os movéis contra Darius. No estáis tan sola como creéis.
Esperad nuestra señal."
Aelina quemó la carta.
"¿Aliados ocultos? O un nuevo enemigo."
Miró por la ventana.
—Que comience la cacería.