Ella es Sofía, quien después de morir en una época antigua, terminó en un mundo diferente al suyo.
Paso de ser la capitana del ejército imperial, a ser una mujer engañada por su esposo, en un mundo diferente
Su objetivo es vengarse y ser libre de ese matrimonio.
En busca de un aliado, termina metida en un romance prohibido
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Él necesita su ayuda (4/4)
Pasada dos de la mañana ambas chicas se disponían a salir, pero el asistente de Draco se le acercó y pidió hablar en privado.
Por lo que tras ir a un lugar seguro para hablar, Fernanda decide preguntar.
—¿Para qué somos buenas?— pregunta Fernanda con una sonrisa y aquel asistente deja escapar un suspiro, para luego decir lo que necesita.
—El señor Draco se metió en problemas, necesita su ayuda señorita Fernanda— dice él directamente y Rebeca como siempre, sale a defender a su amiga.
—¿Qué tiene que ver mi amiga con aquel hombre? Sus problemas son solo de él, ella no tiene nada que ver con lo que le pase— grita dicha mujer y el asistente Felipe la mira mal.
—Si no fuera por qué se tomó el vino que su esposo le preparó, el señor Draco no estuviera en semejante situación — dice él con ira.
Fernanda lo entiende, más o menos.
Parece que ese vino tenía veneno y ahora el pobre se va a morir.
Por lo que como buena samaritana que es, decide prestar su ayuda, sin saber de qué se trata la ayuda.
—Si es culpa mía lo que le pasó al primo, me prestó para ayudarle— se ofrece Fernanda y el asistente en su interior se encomienda a Dios.
¿Pero de qué habla aquel asistente?
Una hora antes, Draco se disponía a irse de la fiesta, cuando de un momento a otro se comenzó a sentir mal.
Su temperatura corporal subió en las nubes, y su masculinidad comenzó a levantarse.
Él no tiene que ser adivino para saber qué estaba pasando.
Parece que aquel bastardo quería deshonrar a su propia esposa, y él en su lugar tomó aquel vino adulterado
Inmediatamente él le pide al asistente, que rente una habitación en el mismo hotel Ayala, y en cuanto la obtuvo, mandó a preparar agua con hielo.
Pero la situación para el pobre se comenzó a poner difícil, por lo que mando a llamar a un doctor, quien le dijo que su mal solo se cura de una sola forma y esa es, teniendo relaciones sexuales con una mujer y pasarla bien.
Eso no hizo más que molestar a Draco, quien se enojó mucho y prefirió mejor morir antes buscar los servicios de una prostituta.
Su asistente estaba preocupado y al ver a su señor tan mal, se le ocurrió ir a buscar a la persona ideal para solucionar dicho problema.
Por lo que tras dejar a su jefe en la habitación con los guardias, salió a buscar a Fernanda.
Después de todo, fue por ella que su jefe se puso en peligro.
Cuando la encontró sintió alivio.
Los demás ya lo saben.
Actualmente.
Tras obtener la afirmación de Fernanda, aquel asistente sale de allí con ambas mujeres detrás de él.
Al poco tiempo todos estaban frente a la puerta de la habitación de Draco, y el asistente se detiene y le pide a Rebeca esperar en la habitación que estaba al frente, esa habitación era la suya.
Un poco renuente, la joven asistente se fue, pero no sin antes decir algo.
—Amiga si estás en peligro, llámame— dice ella mostrando el puño, y Fernanda solo le dedicó una sonrisa.
Sin más, Rebeca sale de allí y se va a dónde se le indica.
El asistente de Draco le pide a Fernanda entrar a la habitación, y ella aunque un poco nerviosa, entra a la habitación, solo para ver a un hombre acostado en la cama sin camisa.
El hombre parecía sufrir, ya que se movía de un lado para otro y se quejaba como si sintiera mucho dolor.
Ella rápidamente va hasta la cama y pronuncia el nombre de Draco.
—Primo Draco, estoy aquí para ayudarte, dime que necesitas— dice ella con timidez.
Draco, quien estaba casi perdiendo la conciencia, escuchó la voz lejana de su amor y eso fue suficiente para encender la pasión que lleva años guardando en su corazón.
Pero se negó a faltarle el respeto de ese modo, ella merece lo mejor y en ese modo no está en condiciones para nada.
—Pequeña, no es seguro que estés en este lugar— dice él mientras se sienta en la cama.
Al hacerlo pasa su mano por su cara, con la intención de aclarar su mente, pero no tuvo éxito.
Fernanda al verle así, se sube a la cama y le toca la frente, y siente que el pobre primo estaba en llamas.
—No, no me iré, déjame ayudarte, es mi culpa que esté así— dice ella y Draco le dice directamente lo que está pasando.
—En realidad tu tonto esposo te quería drogar, con intenciones de hacerte pasar vergüenza, y yo impedí que eso pasará, el vino tenía afrodisíaco, lo único que ayuda en estos momentos es que pasemos la noche juntos, y no quiero causarte ningún daño— le dice Draco y ella se sonroja mucho, ahora lo entiende, él se sacrificó por ella.
—¿Qué hago?— pensó ella en su interior y la respuesta le llegó enseguida.
Ella no es la verdadera Fernanda, por lo que Draco no es nada de ella.
Su vista viaja hasta el cuerpo de aquel hombre, y lo que ve es de su agrado, en su vida pasada le gustaban los hombres fuertes y varonil, y esté hombre tiene todo lo que a ella le gusta.
Por lo que segura, decide ayudarlo, después de todo, él se metió en problemas por su culpa.
—Te ayudaré, pero lo que hagamos aquí, tiene que ser secreto para todo el mundo— dice ella segura y Draco una vez más se niega a hacer algo así, teme hacerle daño a Fernanda.
—No, no puedo hacerte esto, vete de esta habitación, es una orden— le gritó Draco a Fernanda y eso por una extraña razón, le causó un deseo desconocido.
Ella sin darle importancia a las protestas de Draco, se le fue encima y junto sus labios en un beso apasionado, Draco al principio se negó a besarle, pero aquella mujer lujuriosa continúo lo suyo, y él no tuvo más opción que corresponder el beso.
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Nota*
La cosa está peligrosa
¿Que pasará aquí?
Nos vemos mañana con otro capitulo, apoyo mi historia
