¿Te imaginas despertar en el cuerpo del personaje más odiado de tu novela BL favorita? Eso es exactamente lo que le sucede a nuestro protagonista, un simple oficinista que de repente se encuentra atrapado como Liam Evergarden en el mundo de "La Rosa de Ébano y el León de Plata". Para su sorpresa (y terror), un "Sistema" de videojuego se activa en su mente, otorgándole misiones con recompensas tentadoras y castigos letales. Su objetivo inicial: sobrevivir. Pero cuando el Sistema le exige no solo evitar la muerte sino también ¡impresionar al gélido Duque Kaelen Varkos, el protagonista masculino de la novela!, la tarea se vuelve cómicamente (y peligrosamente) complicada. ¿Podrá nuestro torpe protagonista, armado con los consejos inesperados del Sistema y su conocimiento de la trama original, ganarse el favor del duque sin desviar demasiado el curso de la historia... o sucumbirá a las penalizaciones del Sistema y al desdén mortal de un alfa frío como el hielo?
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capitulo 14
La revelación del Sistema me dejó helado. "Susurro de la Muerte". Un nombre ominoso para un veneno silencioso. Si Lady Evergarden había sido envenenada, esto ya no era una simple desviación de la trama, sino una posible conspiración o un crimen.
[Nueva Misión Principal Actualizada: Adaptarse a la nueva situación generada por el presunto envenenamiento de Lady Annelise Evergarden.]
[Recompensa: 150 Puntos de Estado, Objeto Raro 'Intuición del Detective'.]
[Penalización por Fallo: Posible implicación en el crimen.]
La penalización por fallo ahora era mucho más seria. Estaba claro que el Sistema consideraba esta nueva dirección de la trama como algo peligroso.
Mi mente trabajaba a toda velocidad. ¿Quién podría querer a Lady Evergarden muerta? En la novela, no se la presentaba como una figura influyente o con enemigos poderosos. Su papel era principalmente el de la madre del protagonista y un símbolo de la nobleza tradicional.
Y luego estaba el Duque Kaelen. Su llegada a la mansión tenía un propósito, asuntos que discutir con mi padre. ¿Podría la muerte de Lady Evergarden estar relacionada de alguna manera con esos asuntos? Su reacción ante la noticia en el salón había sido reservada, pero esa ligera tensión en su mandíbula... ¿podría haber significado algo más?
[Consejo del Sistema: Considere las oportunidades. Una investigación discreta podría ganarse el favor de figuras importantes y mejorar su reputación.]
El Sistema tenía razón. Si podía descubrir algo sobre la muerte de Lady Evergarden, especialmente si se trataba de un crimen, podría cambiar la percepción que los demás tenían de Liam. En lugar del noble problemático, podría convertirme en alguien perspicaz y útil.
Pero, ¿cómo investigar sin levantar sospechas? Mostrar un interés repentino y excesivo en la muerte de mi propia madre podría parecer extraño, dada mi anterior falta de cercanía con ella, según lo que recordaba de la novela y los murmullos que había escuchado.
Quizás podría actuar como un hijo preocupado, mostrando curiosidad por la causa de su repentino fallecimiento. Podría hablar con los sirvientes más cercanos a ella, preguntando si habían notado algo inusual en los días previos.
[Nueva Misión Secundaria (Opcional): Hablar con la doncella personal de Lady Annelise sobre su estado de salud en los últimos días.]
[Recompensa: 20 Puntos de Estado, Posible información sobre el 'Susurro de la Muerte'.]
Esa parecía una buena manera de empezar. La doncella personal de Lady Annelise probablemente la conocía mejor que nadie en la mansión. Podría intentar acercarme a ella discretamente mañana por la mañana.
Por ahora, guardé el frasco con cuidado en un bolsillo interior de mi traje. Necesitaba pensar con claridad y trazar un plan para los próximos días. La cena de bienvenida había sido cancelada, pero en su lugar, parecía haber surgido un misterio mucho más intrigante y peligroso. Y yo, Liam Evergarden, el ex-oficinista adicto al manhwa, me encontraba en el centro de todo. Mi "nueva vida" acababa de volverse mucho más... interesante
La mañana siguiente amaneció fría y gris, reflejando el sombrío ambiente que envolvía la mansión. El luto oficial aún no se había declarado, pero la tristeza era palpable en cada rincón. Los sirvientes se movían en silencio, susurrando entre ellos mientras realizaban sus tareas.
Después de un desayuno ligero y solitario, me propuse encontrar a la doncella personal de Lady Evergarden. Recordaba vagamente su nombre de la novela: Martha. La había visto un par de veces, una mujer de mediana edad, con un rostro amable y una mirada tranquila.
Pregunté discretamente a uno de los lacayos si sabía dónde podría encontrar a Martha. Me indicó que probablemente estaría en los aposentos de Lady Evergarden, supervisando los preparativos para el velatorio.
Me dirigí de nuevo al ala oeste, mi corazón latiendo ligeramente más rápido. No estaba seguro de cómo abordar la conversación con Martha sin parecer demasiado curioso o sospechoso.
Encontré la puerta de la habitación de Lady Evergarden entreabierta, tal como la había dejado la noche anterior. Llamé suavemente y una voz apagada respondió desde el interior.
"¿Sí?"
Abrí la puerta y vi a Martha de pie junto a la cama, con los ojos enrojecidos y la expresión cansada. Estaba doblando cuidadosamente algunas prendas de vestir de Lady Evergarden.
"Martha", dije con voz suave, tratando de sonar afectado. "Lamento mucho su pérdida. Lady Annelise era... una mujer muy estimada."
Martha se giró hacia mí, su rostro mostrando sorpresa al verme. "Lord Liam", dijo con un tono de voz bajo y triste. "Gracias. Era una buena señora."
Me acerqué un poco más a ella, tratando de parecer un hijo preocupado. "Me preguntaba... ¿había estado Lady Annelise particularmente enferma en los últimos días? Mi padre parecía muy afectado."
Martha suspiró y dejó la prenda que estaba doblando sobre la cama. "Su salud siempre fue delicada, Lord Liam. Pero en las últimas semanas... parecía estar un poco mejor. Tenía más ánimo y apetito. Por eso... su fallecimiento ha sido tan repentino."
Sus palabras hicieron eco de mis propias observaciones. Lady Evergarden no parecía estar al borde de la muerte la noche anterior, al menos según lo que recordaba de la novela.
"¿Estaba tomando alguna medicina especial últimamente?", pregunté, tratando de sonar casual. "Algún remedio nuevo que le hubiera recetado algún curandero?"
Martha frunció ligeramente el ceño, pensativa. "Estuvo tomando una nueva infusión de hierbas que le preparó una mujer del pueblo. Decía que le ayudaba a dormir mejor. Pero aparte de eso... nada fuera de lo habitual."
Una infusión de hierbas. No mencionó ningún líquido oscuro y aceitoso.
[Consejo del Sistema: Sea observador. Los detalles en el entorno podrían proporcionar pistas.]
Miré alrededor de la habitación. La mesita de noche donde había encontrado el frasco la noche anterior estaba ahora despejada, solo quedaba un libro de oraciones y un pequeño rosario.
"¿Y sus ánimos?", pregunté. "Usted dijo que parecía tener más ánimo."
"Sí, mi Lord", asintió Martha. "Estaba incluso planeando una pequeña reunión con algunas amigas para la semana que viene. Por eso... esto es tan difícil de entender." Sus ojos se llenaron de lágrimas de nuevo.
"Entiendo", dije, tratando de mostrar empatía. "Gracias, Martha. Su información ha sido muy útil." No quería presionarla más en este momento de dolor.
Salí de la habitación, mi mente trabajando a toda velocidad. La infusión de hierbas para dormir... y la repentina mejoría en su ánimo... seguido de su inesperado fallecimiento. Todo parecía encajar con la acción de un veneno de acción lenta como el "Susurro de la Muerte".
Pero, ¿quién le había dado esa infusión de hierbas? ¿Y por qué? La mujer del pueblo... ¿podría ser un peón en un plan más grande?
[Nueva Misión Secundaria: Investigar a la mujer del pueblo que preparó la infusión de hierbas para Lady Annelise.]
[Recompensa: 40 Puntos de Estado, Posible identificación del origen del 'Susurro de la Muerte'.]
La trama se estaba volviendo cada vez más compleja e interesante. Definitivamente, ya no estaba siguiendo el guion de la novela. Y yo, Liam Evergarden, tenía un frasco de veneno escondido y una creciente lista de preguntas sin respuesta. El día prometía ser largo.