A Victoria Roger le a tocado vivir una vida de miseria y maltrato, diseñada por la esposa de su propio padre. Toda mentira que su media hermana le inventa su progenitor la cree. Recibiendo castigos cada vez más severos,
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—Victoria seguía recibiendo las estocadas de Maximiliano—. Mientras que masajeaba con una mano los montes punteados por la excitación—. Los g3m1d0s de la chica eran cada vez más fuertes y ahogados—.Estaba sintiendo esa agradable oleada de pl***r, que Maximiliano le volvía a dar por tercera vez.
—Su abdomen se contrajo llegando nuevamente, Esa deliciosa sensación que ya no pudo evitar—Arqueando su espalda, Mientras que Max seguía empujando velozmente—. Hasta que la sintió apunto de llegar—. Invitándole a seguirle con la tibieza y la subcion—. Ambos derramándose sin control—. Sus cuerpos sudorosos rebosaban de satisfacción, se tiraron abrazados en la alfombra—Que está vez sostuvo su pasión.
Maximiliano se levantó le dio la mano para levantarla—. Desnudos caminaron a la ducha—. Sus
besos eran espontáneos—. Un bostezo en Victoria hizo reír a Max, dándose cuenta lo agotada que estaba—. La ayudó a lavarse el cabello, talló con esmero su cuerpo—. Después secó su pelo por último ya con pijama le dio un beso, la abrazó hasta que sintió pausadamente su respiración.
—Me vuelves loco mi amor, le dijo en un susurro. Para cerrar los ojos quedando dormido.💤
MADRID
—Richard recibió nuevamente la llamada del
colegio—. Puso los ojos en blanco resoplando,
—Ya se había convertido en pan de cada día, no dijo nada—. Ordenó a su chofer tener su auto
listo—. Ana era un dolor de cabeza cuando se lo proponía—. Su niñera alegaba que era una injusticia del colegio—. Era una niña bien portada—
Decía la mujer que la cuidaba—.Pero Richard estaba llegando al colegio—. La iba a dar de baja, —No era necesario seguir con el dilema, viajaban
La próxima semana.
—Josefa había tenido una semana bastante complicada—. La mujer que había estado con ella en el hospital, estaba bastante mal—. No se sobreponía a la pérdida de su hijita—. Josefa la ayudó con todos los trámites necesarios para el funeral.
—Ahí la mujer se derrumbó desconsoladamente
Después del cementerio Josefa le ofreció su
hogar—. Pero rechazó su ofrecimiento—. Le pidió de favor acompañarla a un hotel para llorar su duelo sola—. La mujer no estaba segura si era conveniente dejarla sola—. Le aseguró que estaría bien le agradeció por haber estado cerca de ella—. Claudia señaló a su nueva amiga—. En 3 días sabrás de mí Josefa—. Ella Asintió, y salió de ahí.
—Don Carlos con ayuda de su esposa Mireya
Se encargó de contratar personal de limpieza, para la Mansión de Richard—. Debía estar todo listo y preparado para su regreso.
Maximiliano solo fue porque su abuelo se lo pidió—No era enojó, era algo más que Max sentía, que tenía que liberar—. Aún no era el mejor momento.
Amelia palmeó su hombro, ella entendía perfectamente a su hermano—. Con una sonrisa que no llegaba a su rostro, le beso la frente—. Pasará, no te preocupes Meli, son los recuerdos, pero
estoy seguro, que volveré hacer el mismo.
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—Papa ya sácame de aquí! Lucinda no quería estar un minuto más en ese lugar—. Martino la miró sin expresión, como si con eso pudiera
descubrir algo—. Esperemos a que llegue la
directora, todavía debo firmar tu salida.
—Lucinda hizo un gesto de aburrimiento quería
salir de ese lugar lo más rápido posible.
—Martino aún tenía dudas, no estaba seguro de hacer lo correcto—. Miraba la hermosa mujer
que era idéntica a su madre—. 2 años, estuvo recluida en esa clínica, y tiene miedo a equivocarse—. Lucinda es muy ágil fingiendo—. El psicólogo aseguró no haber tenido ningún espisodio, eso la
había hecho elegible para otra evaluación y dió negativo—. Por lo que era recomendable volver a tener contacto familiar.
—Martino se había mostrado negativo.
Conocía perfectamente a su hija, tenía técnicas
convenciendo a todos a su antojo—. La llevaría consigo, exigiendo un monitoreo y una enfermera, convenció convenció con una gran suma de
dinero, a la directora del centro mental.
Lucinda lucia una radiante sonrisa, había logrado
que el psicólogo diera el diagnóstico a su favor,
—seducirlo no fue un problema para ella, era su
técnica más eficaz—. Su belleza era otro punto a
su favor—. Pero a Martino no era fácil de engañar tuvo que valerse con métodos de hija a padre
y aún así, sabía que dudaba—. Durante su estancia en la clínica que un Juez dictaminó gracias a la determinación de Richard Connor por vengarse así lo cree Lucinda.
Todo contrario a la realidad—. La enfermedad mental de la joven es realmente grave. Sigue
con su absurdo pensamiento que Maximiliano le
pertenece.
Necesito que me compres un coche nuevo papá
—Martino se hecho a reír sarcásticamente, su hija seguía demente si creía que caería de nuevo.
—Te pondré un chofer para que tú puedas salir,
pero no voy a comprar un auto, solo para que hagas tu voluntad y vuelvas hacer de las tuyas.
—Papá!, te recuerdo que mi madre me dejó todo su dinero—. Lo tengo claro Lucinda, pero también te debo recordar que no puedes hacerte cargo por los graves episodios de tu estabilidad emocional, por no decirlo más cruel—. Lucinda
apretó la mandíbula bufando.
Lo conseguiría costará lo que fuera.
—Una semana después, el jet privado de Richard
arribó en el aeropuerto privado de New York.
Un hombre de mediana edad lo esperaba con un auto listo—. Inclinó la cabeza en forma de respeto, que Richard correspondió igualmente.
Anita salió de la mano de su niñera detrás de él.
—Señor, su familia lo está esperando en la sala de llegadas. El asintió dirigiéndose hacia él lugar.
—Richard estaba espectante, no tenía idea cómo
enfrentarse a su familia, después del tiempo que
estuvo ausente.
Una acalorada bienvenida lo recibió, todos
Estaban ahí, excepto Maximiliano! Que no se le
había hecho extraño. Sabía que no sería fácil
después de lo que pasó—. Pero ya había dado el primer paso, Maximiliano era como el mismo,
y no se daría por vencido, para obtener su aprobación y perdón.
—Victoria seguía observando a su esposo, sentía
que algo le ocurría—. Le había preguntado y solo
fríamente le dijo que había llegado un miembro de su familia. No dijo nada más.