Samira, una joven y apasionada estudiante de literatura, nunca imaginó que su vida cambiaría drásticamente en un instante. Un viaje a las Vegas y una traición amorosa, la lleva a casarse con Frederick, un poderoso abogado y jefe de la mafia, conocido por su frialdad y determinación.
Al principio, Samira se resiste a aceptar su nueva realidad, pero a medida que conoce a Frederick, descubre un lado oculto de él que la hace cuestionar todo. A pesar de los peligros que conlleva estar cerca de él, Samira comienza a sentir una atracción irresistible hacia Frederick.
Sin embargo, su amor no será fácil. Terceros en discordia, incluyendo rivales de la mafia y personas del pasado de Frederick, intentarán separarlos por todos los medios. ¿Podrá Samira superar sus miedos y confiar en Frederick lo suficiente como para estar juntos? ¿O la oscuridad que rodea su mundo los separará para siempre?
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Cap 20 - De visita en Argentina
Samira …
— Amor, quiero ir a ver a mí familia — le digo mientras estamos sentados en el comedor comiendo los panquecitos que Pao me cocinó
— Bueno princesa, dame estos días para terminar de solucionar un problema que tengo en la organización, y el fin de semana nos vamos para Argentina — me dice tomando mí mano
— Gracias cariño — le digo abrazándolo, ya que pensé que me diría que no
— ¿Por qué no invitas a tu familia a que vengan para acá? La mansión es grande tiene muchas habitaciones donde se pueden instalar tranquilamente — me dice la señora Paola
La verdad quería ver a mí familia y a mis amigas, pero hacerlos venir para acá y correr peligro con los enemigos de Fred, no quería arriesgarme a que algo malo les pasé, así que era mejor que viajaramos nosotros para allá
— Lo siento Pao, pero no quiero hacerlos venir para acá, aún Fred no descubre quién es el traidor dentro de la organización y los enemigos de él lo están acechando siempre, sería mejor que por ahora viajemos nosotros para allá, por lo menos hasta que las Vegas sea segura para traerlos — le digo decidida, ya que no quería arriesgarme a que algo les pase por mí culpa
Paola se puso triste, ella quería que vinieran para acá para no sentirse sola y distraerse con mí familia en la casa, no los podía traer a ellos, pero podía llevar a Paola con nosotros para que saliera un poco de este encierro
— Pao, ¿Por qué no vienes con nosotros para Argentina?, te hará bien salir un poco — le digo para que vaya con nosotros
— Yo… yo no lo sé, no… no lo sé — dice levantándose de la silla y saliendo del comedor en dirección para la cocina
— No te gastes amor, mí madre no va a salir de la mansión, después de la muerte de mí padre ella le agarro miedo a salir de la casa y por eso ella se la pasa acá y no sale — me dice Fred y yo abro los ojos sorprendida, ya que hace muchos años que su padre falleció, ¿En todos esos años ella no había salido?
— ¿Fred no hace 10 años que tu padre falleció? — le pregunto confundida
— Si, hace 10 años ya — me dice él
— ¿Entonces me estás diciendo que tu madre no sale de la mansión desde hace 10 años? — le pregunto horrorizada
— Si ha salido algunas veces, siempre bien custodiada, con más de 10 guardias a su cargo, pero ella prefiere no salir, a menos de que sea algo urgente o importante — me dice él y yo lo miro con tristeza por la vida que ha llevado Paola todos estos años
— Amor eso es terrible, ha permanecido encerrada mucho tiempo, debe salir un poco de aquí — le digo pensando en cómo la convenceré de que vaya con nosotros para Argentina
— Lo sé mí amor, con mí hermana Rebeca muchas veces intentamos convencerla de salir de la mansión, pero no hubo caso — me dice él con resignación
— Yo la convenceré — le digo a Fred abrazándolo, algo se me iba a ocurrir para convencer a Pao de que viniera con nosotros
Después de un rato le dije a Fred que me quería recostar un rato, pero no quería estar en la habitación, así que me cargó en sus brazos y me llevó hasta el sofá, él se sentó y me hizo recostar apoyando mí cabeza en sus piernas
Yo comencé a relajarme, y más al sentirlo a él acariciando mí cabeza con una mano y con la otra mí vientre y terminé quedándome dormida.
Cuando me despierto ya era de noche y me encontraba en la cama y no en el sofá en donde me había dormido
Me siento en la cama y comienzo frotar mis ojos con pereza, ya que aún seguía teniendo sueño. Justo cuando me iba a levantar, la puerta se abre y entra Fred con una bandeja con comida en sus manos
— Hola hermosa, ¡has despertado! — me dice dejando la bandeja sobre la mesita y sentándose a mí lado
— Freddy ¿Por qué me trajiste a la habitación, no quería estar aquí, quería quedarme en la sala — le digo con tristeza
— Lo siento mí amor, es que llegó mí hermana con su familia, por eso te traje para la habitación — me dice él con una sonrisa
— ¡Ay qué vergüenza Fred! ¿Me vieron acostada en el sofá? — le pregunto sintiendo mucha vergüenza
— Si, pero no sientas vergüenza amor, está es tu casa, tu puedes dormir en donde quieras — me dice él intentando tranquilizarme
— Igual Fred, me apena que me hayan visto ahí dormida — le digo apenada
— No te preocupes y come, te traje la cena para que comieras aquí y no tengas que levantarte — me dice tomando la bandeja con la comida y colocándola en mis piernas
— ¿Ya se fue tu hermana? — le pregunto
— No, ellos se quedaron a comer — me dice y yo me siento aún más apenada, ellos comiendo allá y yo acá
— Vamos amor, bajaré a cenar con ustedes allá, no da para que todos estén comiendo abajo y yo acá — le digo levantando la bandeja para que él la tome
— ¿Segura? No tienes la obligación de bajar amor — me insiste él para que me quede
— Quiero bajar igual, vamos — le digo levantándome de la cama
Los dos salimos de la habitación y bajamos al comedor, donde se encontraba Rebeca con su esposo e hijos cenando juntos a Paola
Al llegar saludo con respeto y me siento en la mesa junto con Fred y comenzamos a comer mientras charlabamos de muchas cosas
Frederick les contó que yo estaba embarazada, estaba tan emocionado que no paraba de hablar del bebé, yo solo me reía y lo escuchaba.
[...]
Llegó el viernes, eran las 5 am y con Freddy y Paola nos encontrábamos en el aeropuerto listos para viajar para Argentina, después de tanta insistencia había logrado convencer a Pao de que viajara con nosotros
A mí familia no les había dicho nada que iríamos, quería darles una sorpresa, hacía casi 3 meses que no los veía y quería sorprenderlos
Después de varias horas de viaje, al fin ya estábamos en el aeropuerto de Bariloche, eran las 7 pm, el vuelo había durado 14 hs en el jet de Fred
Me sentía cansada, aunque había dormido en el viaje, aún así no era lo mismo que dormir cómoda en mí cama
Salimos del aeropuerto y nos fuimos al penthouse de Frederick, nos quedaríamos aca los días que estuviéramos en Argentina
Después de dejar las maletas en la habitación, de cambiarnos por algo más abrigado, ya que en Argentina era invierno y el frío era horrible, los 3 salimos directo para la casa de mis padres
Al llegar me sentía nerviosa, las ansias de verlos me ganaban
Tocamos el timbre de la casa y unos minutos después la que nos atendió fue mí hermana Aline, que al verme iba a pegar un grito de emoción, pero le tapé la boca para que no arruinara la sorpresa
— Sshhh no grites o arruinaras la sorpresa — le digo riendo
— Hermana que alegría que estés aquí. ¿Este es tu esposo? — me pregunta mirando a Frederick
— Si, él es mí esposo Frederick Ruso, y ella es mí suegra Paola Flores — le digo presentandolos
— Hooo es un placer conocerlos al fin — dice sonriendo mientras los saluda
— Ali, ¿quiénes están adentro? — le pregunto
— Mamá está en la cocina junto con Camil, estaban cocinando, y en la sala está papá, Simón y los mellizos — me dice
Mí hermana se hizo a un lado y en silencio entramos a la casa, Aline corrió a la cocina a buscar a mí madre y a Camil y cuando llegamos a la sala, todos al verme se levantaron casi corriendo para abrazarme
Mí madre y Camil que justo iban saliendo de la cocina, al verme gritaron de la emoción y corrieron a abrazarme también
— Mí niña hermosa, al fin estás aquí, que felicidad tan grande el poder verte — dice mí madre sin dejar de abrazarme
— Amiga que alegría verte al fin — dice ahora Camil
Uno por uno fueron saludándome, les presente a Frederick y a Paola y luego todos tomamos asientos en los sofás de la sala
— ¿Por qué no nos avisaron que vendrían hija? Les hubiéramos preparado las habitaciones con más tiempo — dice mí madre apenada
— No te preocupes mamá, nos quedaremos en el penthouse de Fred, por eso no les avisé con tiempo — le digo para que no se preocupe
— Pero igual, hubiera cocinado algo mejor sabiendo que ustedes vendrían, hubiera preparado algo más rico — me dice ella con vergüenza
— No te preocupes mamá, pidamos comida a domicilio, descansa y quédate charlando con nosotras — le digo para que ya no piense en seguir cocinando
— Está bien hija, déjame que iré a guardar las cosas que había sacado para cocinar y enseguida vuelvo — dice mí madre yéndose para la cocina nuevamente
Unos minutos después vuelve y se sienta con nosotros
Cómo era sabido comenzaron a hacerme muchas preguntas de cómo estaba allá y de cómo me sentía
Mí padre y mí hermano Simón conversaron con Frederick de muchas cosas, todo estaba muy tranquilo
15 minutos después llegó la comida y todos pasamos al comedor para cenar
Me sentía feliz de estar compartiendo nuevamente con mí familia, y más que hayan aceptado mí decisión de estar con Frederick, aún sabiendo a lo que él se dedicaba. Aunque sabía que igual les preocupaba esa vida, aún así velaban por mí felicidad.