Mila Haro y Avery Carter, son dos mujeres muy diferentes, pero con destino en común.
Mila es una joven virgen y universitaria que se esfuerza día a dia para sobrevivír, huérfana y criada en un orfanato desde que era una bebé, llegará a la mansión Carter y será la niñera de Evelyn Carter, la pequeña hija del libertino Axel Carter, hermano menor de Avery.
Avery es una mujer empoderada, CEO de la mejor empresa de ciudad Topacio, pero también es quien gobierna en el bajo mundo, conocida como "La Reina" es una mujer que obtiene todo lo que quiere por las buenas o por las malas y eso incluye a los hombres, ha tenido a todo hombre que le gusta, excepto a uno, a su esposo o mejor dicho futuro ex esposo, el misterioso detective Erick Leroy.
Secuela de la novela El Corazón de la Bestia.
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La maldición
Avery trabajaba desde la mansión Carter, había dejado a Axel a cargo de la empresa aquel día, sabía que podía con la responsabilidad a pesar de que no le gustaba, además ella estaba más concentrada en encontrar a Lysander Tarasov, tenía que cobrar su venganza, hacerlo pagar todo el daño que le causo, fue tan ingenua en creer en él, solo recordar aquel pasado espantoso su cuerpo temblaba.
- Encontramos una base de Sol Negro, pero dudo que esté ahí- Dijo Giovanni sin dejar de mirar su tablet, Avery entrecerró la mirada ¿Cómo encontraría a ese hombre? – Tal vez debería pedirle ayuda a tu esposito, tiene un buen informante- Sugirió, Avery torció la boca esa idea no le agradaba, no quería verse débil ante Erick, en sí ante ningún hombre.
- No, no quiero que esté involucrado, es de la policía, si se involucra, solo lo llevará a prisión para que sea juzgado, lo condonen un par de años y salga antes de cumplir su sentencia- Comentó, ella pensaba tomar venganza, su justicia propia, matar a Lysander era en lo único en que pensaba.
Antes de decir algo la puerta se abrió y ahí estaba ese hombre, su sexy esposo, Giovanni hizo una mueca al sentir el aire pesado, esos dos algún día terminarían matándose, se levantó de su asiento y salió de la oficina, Avery lo había citado tenían un asunto pendiente que tratar.
- ¿Qué es lo que quieres? – Preguntó una vez que solo quedaron ellos dos, Avery le extendió una carpeta, Erick se acercó y la tomó, frunció el ceño al ver de qué se trataba.
- Se agregaron todas tus peticiones – Comentó, lo que él tenía en sus manos era el acuerdo de divorcio.
Erick tomó asiento en una silla, leyó el contrato de divorcio o eso es lo que intentaba, en su mente solo estaba el informe clínico de Avery, las imágenes de como quedo después de todo el daño que recibió, levantó su mirada a ella, sobrevivió y se volvió una mujer de temer, nadie se imaginaria lo que ella sufrió en su pasado.
- Avery…- Trato de decir algo, pero la puerta fue abierta y entró la emocionada Evelyn recién llegada del colegio.
- ¡Tía! - Grito emocionada mientras corría a los brazos de su amada tía, Avery cambio su semblante serio al verla, su rostro se ilumino y recibió en brazos a su pequeña.
- ¿Cómo te fue en la escuela, mi niña? – Dijo mientras la sentaba en su regazo.
- De maravilla, saque diez en mi examen sorpresa, mira- Le mostró con orgullo dicho examen.
- Felicidades, ¿Qué quieres de regalo? – Preguntó, Avery acostumbraba a darle un regalo cada que ella sacaba una nota perfecta.
- Vamos a comer fuera, eso quiero – Respondió Evelyn, la niña tenía todos los lujos, así que para ella una salida a comer con su tía era muy importante, sabía lo muy ocupada que estaba y aprovechaba sus notas perfectas para pedir una salida con ella.
- Claro, vamos…- Avery se levantó con ella en brazos, consentir a Evelyn era primordial, aunque tuviera tanto trabajo, esa pequeña alegraba su vida y le hacía olvidar ese terrible vacío en su corazón, ella jamás podría ser madre.
Erick observo todo desde su asiento, ver a Avery actuar tan amorosa con esa pequeña, lo conmovió, recordó lo que le dijo su informante y lo que leyó en el informe clínico, dado a las lesiones que sufrió, Avery Carter no podía tener hijos jamás y era entendible que esa pequeña niña era su adoración.
- Tío, ¿Quieres ir? – Evelyn se percató de aquel hombre, Erick cerró la carpeta y desvió su mirada a Avery, ella negaba para que no aceptara su propuesta.
- Por supuesto, bonita- Respondió sin dudarlo, Avery solo puso los ojos en blanco.
Erick dejo la carpeta sobre el escritorio, se levantó y acerco a ellas dos, extendió sus manos a Evelyn para cargarla y ella no dudo en darse a sus brazos, los tres salieron juntos del estudio, afuera estaba Mila esperando.
- Mila – La llamó Avery, ya sabía de los cambios que su hermano había hecho en la empresa, ahora Mila era su asistente- Iré con mi sobrina y…- Señalo a Erick haciendo una mueca de desagrado. – Está lagartija, a comer ¿Qué tal si te tomas un descanso? Debiste tener un día agotador con ese gato de circo como jefe- Terminó ignorando la mirada asesina que Erick le lanzó por cómo se refirió a él.
- Como diga, Señorita Carter- Asintió Mila con las mejillas sonrojadas.
Los tres continuaron su camino, Erick paso justo al lado de Mila y entonces escucho una campanada, eso hizo inquietar al dragón, se giró un poco para mirar a aquella inocente rubia, ella asintió nerviosa ante su mirada, Avery notó la mirada de Erick en Mila y puso los ojos en blanco.
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Lysander Tarasov observaba las cámaras de la ciudad, había interceptado cada cámara y se le informaba cuando Avery Carter era vista en la ciudad, como lo fue justo ahora, no estaba sola, estaba en compañía de una pequeña niña sabía quién era Evelyn Carter según los informes su sobrina, su molestia fue saber que ese detective que era su esposo estaba acompañándolos, no le gustaba para nada verla con él.
- Avery, Avery, parece que no aprendiste tu lección por mirar a otros hombres- Susurró.
Lysander recordaba el pasado, cuando empezó a salir con la joven Avery Carter, al principio todo iba bien, pero las cosas se complicaron cuando Alexander Carter el padre de Avery y Axel se enteró de esa relación, se negó rotundamente, pues según Alexander, su hija merecía algo mejor, un hombre a su altura, pues ella era una Reina, se enteró que Alexander planeaba separarlos comprometiendo a Avery con un hombre poderoso, así que no dudo en decirle que escaparan para vivir su vida juntos, ella aceptó, estaba muy enamorada, pero solo unos días de su escape, ella se empezaba a llevar bien con sus amigos, eso no le gustó, así que decidió darle una lección, dejo que cada uno de sus amigos la disfrutara, hiciera con ella lo que quisiera, disfruto día y noche todo lo que pasaba Avery y para borrar las marcas que sus amigos dejaron, él usaba una daga para cortar su piel en todas partes, cuando ella trató de defenderse y huir no tuvo más opción que golpearla sin piedad.
- Te lo merecías, eras una perra fácil y lo sigues siendo - Murmuró mientras acariciaba un extraño anillo que tenía en su dedo anular con un cristal rojo en forma de corazón.
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Erick no podía dejar de mirar aquella Avery sonriente y actuando como toda una madre ante Evelyn, habían ido a un restaurante que no iba con lo que ella acostumbraba, pero la pequeña lo eligió, diciendo que sus compañeras de escuela lo frecuentaban con sus madres.
- ¿Te gustó tu hamburguesa tío? – Lo saco de sus pensamientos, Erick asintió y miró la hamburguesa, casi no comía esa comida.
- Deliciosa- Respondió, Avery soltó una risa burlona.
- ¿Entonces porque no has comido nada? – Preguntó, Erick puso los ojos en blanco, tomó la hamburguesa con sus manos y dio una mordida, trato de pasarla de inmediato, realmente esa comida no era lo suyo.
Avery se volvió a reír y continúo comiendo una rebanada de pizza que había pedido, se la quedó mirando, se veía mejor que esa hamburguesa, así que sin pedir siquiera permiso tomó una rebanada y la llevó a su boca, no solo se veía mejor, incluso sabía muy bien.
- Oye imbécil, esa era mi última rebanada- Gruño Avery, Erick encogió los hombros y siguió saboreando la rebanada de pizza.
- Ah, tía y tío se quieren mucho – Dijo Evelyn, Avery la miró y solo sonrió, ¿Cómo llego a esa conclusión?
- Voy al baño, cuida de ella- Se levantó Avery, Erick asintió, se había terminado aquella rebanada de pizza así que pensaba pedir otra.
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Axel llegó finalmente a casa, estaba a agotado y pensando seriamente en tomarse el día mañana, recibió mensaje de su hermana que saldría a comer con Evelyn y por muy extraño que pareciera con Erick, aunque eso lo dejaba más tranquilo pues sabía que ese dragoncito cuidaría de su hermana y su adorada princesa. Una sonrisa divertida se dibujó en su rostro, pues Mila se había quedado y tal vez podían divertirse un rato, deseaba tanto besar sus suaves labios y tocar su delicada piel, subió hasta la recamara de ella, al entrar la encontró durmiendo, cerró la puerta con mucho cuidado de no hacer ruido y se acercó a ella, se quedó observándola, estando así dormida se veía más pura e inocente, acarició su rostro con ternura y la arropo, no podía despertarla no se sentía capaz, incluso solo observarla era suficiente para él, se dio la vuelta para marcharse.
En ese momento Mila abrió sus ojos, aquellos aceitunados mostraban un aura de luz, Axel se detuvo en seco, sintió una fuerte punzada en su corazón y un leve ardor, del bolsillo de su saco sacó el corazón negro, había despertado su poder, se giró con sorpresa en su rostro hacía Mila.
- La reina está en peligro, el mal volverá a dañarla – Dijo en una especie de trance. – La maldición no ha sido rota – Agregó.
Los ojos de Axel pasaban a ser los del león, el corazón negro despertó y podía sentirla a su amada ser celestial en el cuerpo de aquella humana.
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Erick miraba aquella pizza que servía el mesero, la pequeña Evelyn pidió una malteada de chocolate, miro la hora de su reloj de mano Avery ya había tardado mucho en el baño, tal vez debería ir por ella, no, se enojaría y eso solo lo provocaría a hacerla suya en ese lugar, su teléfono empezó a sonar se trataba de Axel, contesto de inmediato.
- Avery está en peligro - Dijo Axel alterado, Erick frunció el ceño y dirigió su mirada hacia los baños.
- ¿Tío? – Preguntó Evelyn, ella de inmediato fue rodeada por los guardaespaldas.
- Llévensela- Ordeno Erick levantándose de su asiento y dirigiéndose a los baños donde Avery debería estar.
Erick llegó hasta los baños de damas, no titubeo en entrar, reviso cada apartado sin encontrar a Avery, soltó una maldición, miro el tocador había una tarjeta blanca con un sol negro.
- Se la llevaron – Dijo al teléfono.
- Avery Carter, es la reina humana – Gruño el León.
Los ojos de Erick pasaron a ser purpuras la ira del dragón estaba por salirse de control, golpeo con sus puños el tocador y este se hizo pedazos, poco a poco se desvaneció en el aire.
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Avery comenzaba a despertar, su cabeza dolía y estaba muy mareada, recordó que estaba en el baño y la atacaron de sorpresa, no pudo defenderse, miro a los lados estaba en una habitación color gris, todo era de ese color desde las paredes hasta los muebles, incluso las sabanas de la mesa donde estaba, ese era el color que ella más odiaba.
- Hola, cariño ¿Me extrañaste? – Preguntó Lysander sentado en una silla color gris, Avery trataba de mantener la calma, no podría mostrarse temerosa ante él, trato de usar su magia, pero se percató tenía bloqueos de magia.
Lysander se puso de pie y se acercó a ella, Avery se hizo hacia atrás hasta topar con el cabezal de la cama, su cuerpo comenzaba a temblar, no quería que así fuera, pero ese hombre le causaba tanto miedo.
- No me toques- Gruño Avery, Lysander mostro una sonrisa oscura, sus ojos esmeraldas se fijaron en ese extraño anillo que usaba
- ¿Te gusta? Está hecho de ti, tú piel y tu sangre- Señalo el anillo, ella se sintió asqueada y aparto su cabello de él, no quería que ese hombre la tocara.
Lysander soltó una fuerte risa al ver la reacción en Avery, aunque ella quería mostrarse fuerte ante ese hombre, él podía ver en miedo en aquellos esmeraldas, su cuerpo temblaba y con justa razón pues Lysander Tarasov tenía planeado repetir lo mismo de aquella vez, el sufrimiento de Avery en ese entonces fue tan satisfactorio y quería verla así de nuevo.
Aquel hombre jalo el cabello de Avery, con una daga delineo su cuello y una tira de sangre se derramo, Lysander deslizo su lengua saboreando la deliciosa sangre de aquella mujer y soltó una risa que no llegaba a ser carcajada, era un sonido seco y áspero que resonó en la habitación, heló la piel de Avery.
- Eres una delicia Reina- Dijo una extraña voz, Avery le dirigió la mirada y frunció el ceño.
- Tú, maldito miserable…- Susurró Avery- Tu nos maldijiste al Ser celestial y a mí, la Reina humana - Espetó con ira y miedo, un sinfín de emociones se mostraban en el rostro de Avery Carter, la reina humana, la amada reina del dragón arcano.
Me encanta la reacción de celos de ambos del gatito y Milena , son super cómicos ellos , en el buen sentido
excelente capitulo
ya Kiero ver cómo ande de celos 🫠
mi cubo de hielo gracias autora por traerlos de vuelta
otro capítulo xfis 🙏🏻