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Plata

Plata

Status: En proceso
Genre:Amor-odio / Apoyo mutuo / Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:32.5k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Noveno libro de saga colores.

El reino se tambalea con la llegada de la nueva reina proveniente de una tierra desconocida, Sir Levi, ayudante del rey, emprenderá un viaje para hacer un trato con el gobernante, Eudora, la aspirante espía, insistirá en acompañarle, una tentación a la que el sir no podrá resistirse.

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3. En el barco.

...EUDORA:...

La valija se estaba hundiendo, aparté a sir Levi a un lado para aventarme al agua. Sentí un agarre cuando intenté aventarme. Giré mi vista hacia atrás, el sir me sostenía.

— ¡Déjeme! — Tiré de mi brazo.

— ¡El agua está helada, si se lanza a ella podría morir de una hipotermia! — Perdió la paciencia.

— Tengo todas mis pertenencias ahí.

La gente del puerto se entretenía observando.

— Esto es suficiente señal para que no suba al barco — Dijo, frunciendo el ceño, los mechones del rostro se le llenaron de copos.

Era una falta de respeto, había pedido un carruaje prestado a Pepper, incluso marché el mismo día que fui a visitarla para llegar antes que el sir y así poder alcanzarlo cuando estuviera abordando, esperé en una posada cercana y no dejé de observar por la ventana, todo para que se negara a dejarme subir.

No tenía palabra.

Ya era la segunda vez que me topaba con un hombre y que no era lo que aparentaba en un principio.

Seguía pensando en lo decepcionante que estaba por el capitán, creí que era un hombre repto, aunque una parte de mí justificó su comportamiento con una forma diferente de pensar.

El sir por su parte, había mostrado ser cordial, tomó mi palabra en serio a pesar de ser mujer, pero ahora se portaba como todos los demás.

Me zafé de su agarre.

— Solo llevaba ropa, mi dinero y documentos están en los bolsillos de mi abrigo, puedo viajar — Intenté caminar hacia la rampla pero se atravesó.

— Usted no entiende que este no es un paseo y que voy a tratar asuntos muy serios — Apretó sus manos cubiertas por los guantes de cuero.

— Yo también trataré asuntos muy serios, tengo disponibilidad para aprender a todas horas y se que el viaje será largo, esos meses que estaremos en mar servirán de mucho — Dije, observando su rostro.

— ¿Ha viajado en barco?

— No, pero...

— Podría enfermarse a tal punto de morir, pocos están preparados para el mar.

— Tengo buena salud, serví desde muy pequeña a una duquesa, si eso no me mató, menos lo hará el mar — Insistí y maldijo entre dientes.

— ¡Señor, debemos partir! — Gritó el capitán del barco.

— ¡Señorita Eudora, ya debo marcharme!

Tomé su capa y me aferré a ella.

Sus ojos echaron chispas.

— ¡No vine hasta aquí para recibir un no por respuesta, tengo una meta y es volver siendo parte de la hermandad de espías! — Dije, con firmeza.

— No necesita aprender, usted ya tiene habilidades como las de su padre.

— No, no sé mucho, él solo me enseñó unas pocas cosas, eso no tiene nada que ver con lo que estamos discutiendo usted y yo, faltará a su palabra, fue una proclamación que se llevó a cabo en el salón de justicia — Gruñí y se quedó muy serio — No tiene palabra entonces.

— No vuelva a tocar mi capa — La apartó de mi agarre.

No sabía que era tan petulante.

— Sir Levi, podría serle útil.

— No sabe lo que está diciendo— Gruñó y no comprendí, apretó su mandíbula y luego soltó una larga respiración — Me refiero a que no tiene idea de que hay en Polemia.

— ¿Usted ha ido? — Pregunté.

— No, tampoco sé a lo que me voy a enfrentar, por eso no puedo llevarla — Empezó a subir a la rampla.

— Sé abrir cerraduras, suponga que nos capturan, no necesito una llave para liberarme.

— ¿En serio? — Su tono era interesado.

— Si nos encadenan, yo podría liberarnos.

— Encadenar — Susurró, con una postura regida, dejando de avanzar.

— Dígame, Sir Levi ¿Lo he convencido?

— De acuerdo, pero no me hago responsable de lo que pueda sucederle — Dijo manteniéndose de espaldas a mí.

— No tiene porque hacerlo, soy una mujer, no una niña.

— Por supuesto que lo noté.

Empezó a subir la rampla y lo seguí.

Llegamos a la cubierta.

— ¿La dama vendrá? — Preguntó el capitán

— Así es, es mi aprendiz de espía, ésta será su primera prueba.

— ¡Todo listo, suban la rampla! — Ordenó el capitán a los marineros — ¡Eleven anclas! — Empezaron a moverse de un lado a otro — ¡Preparen las velas!

— ¿Hay camarotes disponibles? — Le preguntó el sir — Es para la dama.

— Si, hay un par.

— Alguien que la guíe.

— Espere, quiero ver como zarpamos — Dije, emocionada.

El sir se alejó hacia la parte interna del barco.

...****************...

El barco se movía sin cesar, me sentía un poco mareada, pero al ver el azul profundo del mar pronto dejé de sentir molestias, era muy hermoso, a pesar de que el cielo seguia gris, aún estábamos en las costas de Floris.

El sonido de las velas contra la madera, el crujir de la madera, el olor del barniz y la sal, me sentía muy animada.

El capitán me enseñó el barco, me mostró los camarotes, indicando donde quedaba el mío, también la bodega donde estaba la comida almacenada.

En mi camarote había una litera de dos pisos, un pequeño espacio para baúles y una silla.

La pequeña ventana circular en el centro de la pared.

El dilema era la ropa, me tomé a la ligera el no tener prendas.

No podía andar con la misma siempre.

Tendría que preguntarle al capitán del barco, ya que no quería molestar a sir Levi, quien estaba en el camarote de al lado.

Se había encerrado allí desde que partimos del puerto y no parecía contento con que yo estuviese a bordo.

Salí del camarote, por el estrecho pasillo, hacia el camarote del capitán al final del mismo.

Toqué la puerta.

— ¿Quién es?

— Soy la señorita Eudora.

— Adelante.

Abrí la puerta y entré.

El capitán observaba el mapa en el centro de una mesa redonda.

— Señorita Eudora — Dijo sonriente, este hombre me parecía familiar, su rostro y su cabello rubio, tenía un aire como de Lord Leandro Mercier, pero su cabello largo y su ropa no parecían de un noble.

Debía ser solo una simple apariencia similar.

— ¿Cómo se encuentra? — Preguntó — ¿Está mareada?

— No, me he acostumbrado al Vaivén.

— Tiene buenas tripas, la primera vez que subí a un barco duré como un mes con el estómago revuelto, pero usted debe tener un hierro en el abdomen — Dijo, como halago, me observaba mucho y sabía que era por mi apariencia.

— Mi valija debe estar al fondo del muelle, así que me he quedado sin ropa. Me preguntaba si usted no tiene algún vestido por ahí...

— Ropas de hombres, lamento decir que en este barco no abordan muchas mujeres — Dijo y me decepcioné — De estar en el barco de mi madre si hubieses tocado con suerte.

— ¿Su madre es marina? — Me sorprendí.

— Es capitana, ella fue quien me enseñó a navegar — Comentó, con postura orgullosa.

— Vaya, debe ser una mujer increíble.

— Lo es.

— Creo que puedo conformarme con la ropa de hombre — Dije, sin más remedio.

— No creo que le quede.

— No importa, la ajustaré con un cinturón.

Se rió — Vaya, no es una señorita muy exigente.

— Fui doncella, me bastaba con un informe.

— Muy bonita usted — Dijo y me apené.

— Descuide solo es un cumplido.

Observé el mapa.

— ¿Es un mapa del mundo?

Siguió mi mirada.

— Parte de él.

— Es Floris, se ve tan pequeña en el papel — Posé mi dedo en el territorio — ¿Dónde está Polemia?

Extendió su dedo índice por el papel, recorriendo un camino vasto por el mar, hacia una tierra lejana casi al borde del papel.

— Aquí.

— Solo se ve un pedazo pequeño de las tierras.

— Los cartógrafos de Floris no se atreven a explorar esa parte del mundo, es casi un enigma, por eso solo la muestran con un pedazo, se desconoce de que tamaño es y solo se le menciona en pocos libros, muchas veces de forma errada.

Vaya, el capitán era muy sabio.

— ¿Usted no ha viajado hacia allá?

Negó con la cabeza.

— Ningún navegante que conozca lo ha hecho.

— ¿Eso no le asusta? — Me sorprendí.

— Por supuesto, pero las aventuras se tratan de eso.

— Supongo que todos en este barco estamos bajo la misma circunstancia, yendo a un enigma — Tensé mis hombros.

Unos pasos se escucharon.

Sir Levi entró en el camarote, lanzando una mirada al capitán al verme junto a él, aunque no mostró ninguna molestia en su expresión neutral.

El capitán se alejó un poco.

— Capitán Alber, dígame, ¿Cuál ruta es la mas fácil para llegar a Polemia? — Preguntó, deteniéndose frente a la mesa, observando el mapa.

— Las corrientes al este son demasiado fuertes, es un camino más corto, pero arriesgado — Dijo el capitán, trazando con un pequeño barco de madera en miniatura.

— ¿Cuánto tiempo?

— Seis meses.

— ¿Y la ruta normal? — El sir elevó una ceja.

— Diez meses.

— Tendremos que ir por las aguas tranquilas, aunque el camino sea corto, no podemos arriesgarnos, estamos atravesando terreno casi desconocido — Dijo y el capitán cambió el pequeño barco por el oeste — Ni modo, los salvajes tendrán que esperar diez meses por nosotros.

— Sir Levi, no creo que sea una broma agradable — Dijo el capitán, preocupado.

— Hay una muralla que divide a los salvajes de los civilizados, estaremos del lado menos peligroso, aunque siendo honesto no se que lado lo es más — Gruñó el sir apoyando sus puños de la mesa.

Ya no llevaba la capa de piel de lobo, tenía solo una camisa negra con un chaleco del mismo tono, la espada enfundada en el cinturón y unas botas de cuero, también negras.

— Le estaba diciendo al capitán que todos en este barco estamos en la misma circunstancia — Opiné y el sir me lanzó una mirada irónica — Estamos a ciegas.

— Sigue siendo la más inexperta en este barco, señorita Eudora.

— Puede ser, pero ni usted sabe a qué se está enfrentando — Me crucé de brazos.

— Interesante observación que no necesito — Hice un gesto y observó al capitán — ¿Probabilidad de piratas?

— No lo sé, aunque si este lado del territorio es inexplorado, podemos hallarnos con cualquier cosa.

— Tengan listos los cañones.

— Por supuesto — Dijo el capitán.

— Señorita Eudora, sugiero que vaya a descansar, las noches en el mar son más agitadas — Comentó el sir, con su expresión demandante.

— Gracias, estaría haciéndolo si usted no hubiese hecho que mi valija se cayera al agua.

— ¿Ahora resulta que es mi culpa? — Bramó.

— No, pero si no estuviese tratando de empujarme de la rampa, no hubiera sucedido.

— Usted fue quien quiso venir, una valija perdida en el fondo sucio del muelle no será el mayor de sus problemas en este viaje — Siseó e hice un gesto de indignación.

— ¿Me está diciendo que me echará por la borda?

— Si sigue siendo tan bocona como lo es no me quedara más paciencia para tolerar y mucho menos para enseñarle, no tolero las respondonas como usted, puedo ser amable, pero tengo poca paciencia — Gruñó, irritado.

El capitán aclaró su garganta.

— Capitán, deme la ropa que mencionó.

— No, usted no usará eso — Dijo, con expresión seria.

Fruncí el ceño y salí del camarote.

Me encerré en el mío.

Me acerqué a la litera, trepé a la cama de arriba y me acosté.

...****************...

Casi caigo de la litera ante el brusco movimiento del océano.

La temporada de invierno era mala para viajar y no era en vano que el sir había dicho que las noches eran agitadas.

Me levanté a tropezones, la lámpara de queroseno que colgaba del techo provocaba una agitación de luz insoportable.

Me asomé por la ventana.

No sé veía nada, pero si salía a la cubierta probablemente me asustaría.

La puerta se abrió.

— Aquí está la cena — Dijo un marinero, dejando una bandeja sobre la silla.

Saliendo a tropezones, no se molestó en tocar antes de entrar.

La bandeja se iba resbalar y salté rápidamente para tomarla.

Era pan y puré, un poco de tocino.

Me senté en la primera cama de la litera.

¿Estaban locos? ¿Cómo es qué este movimiento no les causaba pánico?

Intenté comer, me mordí la lengua varias veces.

Me apoyé del umbral y me arrastré por el pasillo.

Subí las escaleras hacia la parte exterior.

El agua salpicaba la cubierta, hombres iban y venían, todos coordinados y serenados, tirando de las sogas para mover las velas.

Salí, tambaleándome.

El capitán sostenía el timón.

El agua salpicó mi cuerpo, el barco escaló una ola más grande que una montaña.

Mi estómago se revolvió.

Tropecé y rodé.

Alguien me levantó.

Me encontré con el rostro empapado del sir, quien me sostenía de ambos brazos.

— ¡Vuelva a su camarote! — Gritó por encima del viento.

Empapado se veía más guapo.

Las náuseas persistieron.

Terminé vomitando la cena en el rostro y pecho del sir.

1
lu
obvio que escuchó, por eso se sintió más emocionado
lu
la saga es muy buena
Yise
Golozaaaaaaa aissshhh q calorrrchh q capitulo más intenso ufffffff mira q jiros más bruscos e inesperados dio, pero me encantó....... Eudora bb cosita rika debes estar agradecida q has atrapado a esa fiera solo para tí, así q ve con calma q ya ese macho pecho peludo espalada plateada es tuyo todo tuyo. Golozaaa /Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle//Chuckle/
Blacina Calvo Fernández
Excelente historia. Poco a poco Eudora ha ido enamorando a Levi.
Yilli Paola Soto Nuñez
claro que escucho y por eso se prendió más que no se resistió y sembró la semilla en ella cuando quieran regresar van llegar con un nuevo integrante en el barco
Sol
si escucho pero no sabe cm reaccionar a esa palabra q significa mucho
Marcela Lopez
está emocionante 🥰
Mary Ney
Escritora dele a Albert una buena esposa,, se la merece, har sir ya estas enamorado creo que escuchaste Eudo el Te Amo/Smile/
Laura Ojeda
me encanta autora gracias.. creo que Levi y Eudorita van a ser padres si siguen así....
𝓔𝓶𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 🖤
👁️👄👁️ yo al ver que Levi le dió como cajón que no cierra y le echó sus bendiciones a 10 meses de llegar a Floris 🤣🤣🤣 Probablemente haya bebé salvajito nuevo❤️💖
Nella Reyes
claro que te escucho sólo que no sabe como decir la palabra aún pero de que la siente la siente... sino no se hubiera derramado en ti.... apuesto a que deseo en silencio poner la semilla de un bebé en tu vientre
Daiana Ibarra
Albert de cada lugar quiere un recordatorio ahora quiere a l salvaje q le pida al rey como pago x su trabajo
Daiana Ibarra
cuando lleguen al rey van a llegar con un bebé recién nacido si siguen asi
Nella Reyes
Eudora eres una heroina, no sólo salvaste a la guerrera, también a las mujeres y niños que iban a ser asesinados y por último salvaste a tu suegro... tienes un corazón de oro puro así que Levi debe estar además de Enamorado, orgulloso que no cabe en su pecho la mujer fuerte que eres
Orozco Beatriz
si escuchó, solo que se emocionó y te dio como cajón de gabeta mal colocado 🤭🤭
Eliana Cardona
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Eliana Cardona
Que emocionante es esto 👋👋👋
Faveamny Calderon
naaaa si te escucho querida pero típico de los hombres hacerse los sordos para no te er que demostrar sus sentimientos o aceptar que cayeron en las garras de cupido 🤭🤭🤭🤭
Melissa Janeth Basilio Polo
gracias , gracias por actualizar ....moría de la impaciencia por leer otro capítulo 🥺
Ana Parra
uyyy sir Levi gota a gota se llena el cántaro y Eudora tiene paciencia de doncella
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