La Propuesta Del Magnate. [Obsesión - I]

THEO:

Salgo del lugar con Kendra y poniéndole un largo abrigo encima, la subo a mi auto. Dejo encargado a los policías de los tres hombres y lentamente me alejo del lugar en mi carro, con Kendra. Observo las lágrimas que salen de sus ojos color miel, y sus manos que se aferran al asiento del auto.

-- Eran tres...los tres iban a abusar de mí...por más que les rogaba que dejaran de tocarme, ellos...ellos continuaban besandome, tocando cada parte de mi cuerpo. Era horrible, quería morirme-- cerró sus ojos y continuó hablando entre dientes-- Luchaba por safarme de su agarre, pero ellos solo me golpeaban-- detuve el carro de hecho-- Me querían violar Theo, me querían violar!-- la abracé-- no me dejes Theo, por lo que más quieras no me dejes-- me abrazó.

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No sé que hacer, quería hacer pagar al responsable de lo que le estaban por hacer a Kendra, quería hacer hablar a los tres imbeciles que se metieron con ella, pero lamentablemente ellos están muertos, sí, supongo que los mandaron a matar en la cárcel para que no abrieran su boca. Pero no me rendire, la persona que le quería o quiere hacer daño a Kendra pagará.

No puedo dormir, ya ha pasado una semana de lo que ocurrió con Kendra, ahora ella vive aquí conmigo, la quiero tener cerca de mí para protegerla, para que no se sienta sola.

Los gritos y el llanto de Kendra se escucha desde mi habitación, la cual es donde ambos dormimos. Dejo la taza de café que sostengo en mi mano, y corro hacia la habitación. Al abrir la puerta veo a Kendra la cual esta sentada en la cama llorando mientras cubre su rostro con una almohada. Lo único que puedo hacer es abrazarla. No es la primera vez que se levanta llorando, todas las noches es así, y me duele, me duele saber que ella sigue recordando la escena de cuando estaban apunto de abusar de ella.

-- Tengo miedo...de que vuelvan a tratar de...

-- No te va a pasar nada, te lo prometo-- doy un beso en su frente y seco sus lágrimas. Me acuesto en la cama y ella solo coloca su cabeza encima de mi pecho. Me encanta tenerla así, cerca de mí y ser yo quien todas las noches la abrace, la bese y la consuele. Pero más me encantaría que ella volviera a sonreír. Pero la comprendo, no es fácil olvidarse de un intento de violación de la noche a la mañana, pero haré de todo para volver a ver la dulce sonrisa de Kendra, la ex maestra, mi asistente, mi novia.

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KENDRA:

Camino hacia Theo el cual está jugando tenis solo en el jardín de la mansión. Hace más de tres semanas no va a trabajar, y dejó encargado a otra persona en la empresa, y todo por mí, por estar conmigo.

Me mira de reojo y deja de jugar.

-- Kendra?-- me mira sorprendido, y no es para más, todas estas semanas he pasado solo en la habitación.

-- Buenos días. Interrumpo tu hora de deporte?

-- Claro que no, tu nunca interrumpes. Más bien me dá gusto saber que después de días, saliste de la habitación.

Agarré una raqueta y me puse delante de él.

-- Me dejas jugar?-- sonrió.

-- Sabes jugar?

-- No, pero se aprende, no?

Tomó su raqueta y la pelota.

Lanzó la pelota y la agarré.

-- Buen agarre.

Al tirar la pelota no cayó tan bien que digamos...

-- Theo!-- corro hacia Theo ya que la pelota le cayó en la cara-- te encuentras bien?

-- Si...solo me partiste la nariz pero estoy bien-- reí-- pero con gusto me la dejaría partir si rieras así cada minuto.

Me agarró del brazo y caímos en el pasto.

Se puso encima de mí y me miró fijamente.

-- Mila viene-- miró detrás de mí y yo también lo hice. Desprevenidamente me robó un beso.

-- Señor!-- reí-- es un ladrón, por qué me robó un beso, es malo.

-- Entonces me permites darte un beso?-- negué con la cabeza y volvió a darme un beso.

-- ¡Señor moderese!-- lo miré fijamente-- quiero seguir trabajando en la empresa a partir de mañana.

-- De verdad?

-- Si. Y tampoco quiero que dejes de trabajar por mi culpa...

-- Tu no tienes la culpa de nada. Deja de decir eso-- colocó un mechón de cabello atrás de mi oreja-- Y me parece muy bien. A partir de mañana seguiremos trabajando-- sonreí-- como que hace calor, no?

-- Si un poco...

Me agarró de la cintura, me apegó a él y me dió un beso. Caímos en la piscina.

Aún no supero lo que me estaban por hacer esos tres hombres hace tres semanas, pero haré todo para hacerlo, porque quiero ser feliz a lado del hombre que amo, a lado de mi princesa y de mi madre.

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Me bajo del auto junto con Theo agarrados de la mano caminamos hacia la empresa.

-- Bien señor, a partir de aquí usted deja de ser mi novio-- solté su mano apenas cruzamos las puertas.

-- Ni aquí ni en la China dejarás de ser mi novia-- me dió un beso y solo reí.

Miré a Alexa la cual nos miraba de lejos.

-- Theo, tu adelantate a la oficina, enseguida te alcanzo.

Asintió con la cabeza y caminó hacia la oficina. Caminé hacia Alexa y agarrandola fuertemente del brazo la llevé hacia el baño.

-- Que haces Kendra, sueltame!-- la solté cuando entramos al baño y me puse en la puerta para que no se atreviera a salir.

-- Fuiste tú, no?-- me miró confundida-- tu mandaste a secuestrarme, tu mandaste a violarme, no?!

-- Parece que lo estaban por hacerte te dejó loca-- sonrió y le di una cachetada.

-- Si yo me entero que fuiste tú la que mandaste a hacerme daño-- la agarré de la muñeca-- y todo por alejarme de Theo. No se te va a acabar. Escúchame bien Alexa. Hagas lo que hagas. Theo y yo siempre estaremos juntos, porque nos amamos, y siempre lucharemos por estar juntos. Si descubro que estas detrás de lo que me iban a hacer, soy capaz de matarte con mis propias manos.

Entró Daniel al baño y nos miró a ambas.

-- Que pasa?

-- No pasa nada Daniel. Solo le estoy dando consejos de vida a tu hermana-- sonreí y salí del baño. ¿Será que Alexa es capaz de mandar a secuestrarme y violarme? y todo por alejarme de Theo, no puedo asegurar nada, pero si es así, esa mujer está loca y mal de la cabeza.

Entro a la oficina del jefe con una sonrisa.

-- Dónde estabas?

-- Conversando con la bruja.

-- ¿Conversando con la bruja?

-- No me hagas caso-- rodeo su nuca con mis brazos y le doy un beso.

-- No sé si es momento, pero, quisiera pasar la noche contigo-- abro los ojos de par en par.

-- Theo...

-- Discúlpeme-- rió-- no me expliqué bien. Quisiera tener hoy en la noche una cita contigo-- sonreí.

-- Ahí sí entendí.

-- Aceptas tener una cita conmigo?

-- Dónde?

-- En el mismo restaurante de la vez pasada-- le di un beso-- eso es un acepto?-- asenti con la cabeza.

-- Acepto tener hoy en la noche una cita con mi jefecito obsesivo-- reímos.

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Estoy de camino al restaurante donde me está esperando Theo. El mandó a un chófer que me llevara. Al llegar al lugar, arreglo mi cabello y mi vestido y entro con una sonrisa. Miro a la mesa 16 donde está mi jefecito obsesivo muy pensativo, espero ser yo la causa de que su cabeza esté en las nubes. Al llegar a él cubro sus ojos con mis manos y noto una sonrisa en sus labios.

-- Tengo que adivinar quien es?

Guardo silencio y solo sonrío.

-- ¿Es una fierita malcriada, contestona, arisca y hermosa?-- me siento a su lado y el me mira fijamente.

-- Solo lo de hermosa te acepto-- miré por todos lados-- la última vez que estuve aquí, fué cuando un jefecito obsesivo me sacó arrastrada y le dijo a alguien que yo era su prometida.

-- Aún recuerdas eso?

-- Ese momento es inolvidable. Que le pasa señor, lo noto nervioso, yo lo pongo así?-- sonríe.

-- Tu me pones de todas las formas-- arqueé una ceja.

-- Me encanta saberlo.

-- Que te apetece cenar?

-- No sé mucho de comidas de los millonarios, decida usted. Lo que sea.

Después de pedir el menú, continué viendo los nervios de Theo aunque trataba de ocultarlos. Mientras cenabamos lo miré fijamente.

-- Pasa algo? Theo te conozco, a ti te pasa algo.

-- Si, tienes razón-- se acomodó la corbata.

-- Hasta que vas a hablar.

Agarró mi mano.

-- Eres muy especial para mí Kendra-- sonreí.

-- Usted también es muy especial para mí.

-- Tu y Mila son lo más hermoso que me ha pasado en la vida.

-- Lo mismo digo yo...tengo la impresión de que me quieres decir "cierra la boca mujer estúpida"

-- No-- rió-- solo déjame hablar, si?-- asenti con la cabeza.

-- Al grano señor. Me tiene en ascuas-- asintió lentamente y llevó su mano a su saco, dónde sacó una pequeña caja roja. Se levantó de la silla y lo seguí con la mirada. Se hincó delante de mí y todos las miradas estuvieron sobre nosotros. Abrió la caja lentamente y me encontré de nuevo con el mismo anillo que me propuso matrimonio por primera vez-- señor...Theo...

-- Aceptas casarte conmigo Kendra?

Esto es mucho más romántico que la primera vez en la que me lo propuso aquella vez en su oficina. Mi corazón se derrite de ternura y grita de felicidad. Casarme con mi jefecito obsesivo? Sonreí entre las lágrimas que brotaban de mis ojos y no veía a nadie más que al hombre que se a robado mi corazón, Theo Sandoval.

-- Theo...

-- ¿Aceptas casarte conmigo mi fierita?-- asenti con la cabeza.

-- Si...-- me limpié las lágrimas-- si, acepto. Acepto casarme contigo, mi jefecito obsesivo-- colocó el anillo en mi dedo y sin dejar bien que termine de ponermelo, me lancé a él y culmine el hermoso momento con un apasionado beso.

Todos empezaron aplaudir y lentamente me fui alejando de Theo para mirarlo a los ojos.

-- Te lo dije Kendra, te dije que cuando aceptaras casarte conmigo sería por amor-- sonreí-- aún no entiendo como pude conquistar a una mujer tan arisca y contestona como tú-- reí.

-- Y yo no entiendo como un hombre que tiene a muchas mujeres hermosas a su alrededor, se fijó en mí.

-- Porque tú eres la única mujer buena y sincera que he conocido-- me abrazó-- eres la única mujer que amo, y con la que quiero pasar el resto de mi vida.