Lino de 30 años de 1.98 m. Un AS para los negocios, heredó la templanza para los negocios de su padre, su madre, una mujer fría Que vive en apariencias, lo ha tratado de involucrar nuevamente con su exnovia Daisy, Una exuberante rubia de medidas perfectas pero no para Lino. En una celebración de la empresa conocerá una hermosa mujer, que lo hará soñar despierto. Julia Miramontes.
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🫶
EMPRESA ANDERSON
—Lino recibió a su asistente en su despacho,
Dame buenos resultados, le exigió entrando.
—Tal como lo ordenaste, el hombre no tuvo más
opciones que vender.
—Magnifico! Esa porquería de sujeto, aprovechó
su posición de dueño, para hostigar a los
empleados.
No creo vuelva a intentar algo así, hicimos que
lo pensara bien, y los chicos se divirtieron mucho
—Pero hay algo que faltaría, dijo expectante.
La señorita Julia no ha firmado, y eso no puedo
hacerlo yo.
—Lino se quedó pensativo por unos segundos.
Déjame el documento, me haré cargo este fin
de semana. Confirmo seguro.
—Se quedó nuevamente pensando, lo que le
sucedía con Julia era nuevo, el nunca se
preocuparía por nadie siendo un desconocido,
desde que decidió llevarla a su cama.
—Se preguntaba si estaba bien, pues desde que la mandó investigar—, era obvio que no estaba
acostumbrada a un entorno tan ostentoso como
en el que se movía.
—Quizás eso lo hizo querer experimentar, llegó
a un barrio alejado, pues esa fue la dirección que Mauro le dio.
—No era común que un auto de alta gama,
transitara por esas calles—, llegó a la casa una
de las más humildes—, pequeña y falta de una mano de pintura, se veía la necesidad —, ella
seguramente estaría trabajando.
—Un trabajo que su salario era menos que un
empleado de su empresa ganaría en limpiar
pisos o retretes.
Con dos personas que mantenía, su madre enferma que seguramente eran los drenes de la cuenta de banco que ya no tenía, debido a los
costosos tratamientos—, una hermana que
estudiaba, y tenía que pagar colegiatura.
—Salió del lugar, escudriñando el peligro de
los delincuentes que seguramente abundaban por ahí—, manejó hasta la otra orilla, era donde
vivía su mejor amiga, seguramente se las había ingeniado para esquivar a su madre.
—Volvió a pasar por la cafetería sería cuestión
de decirle que gozara de lo que él le ofrecía,
pero sabía que se negaría.
—La cafetería la compró con fin de cuando se
alejara de ella—, tuviera un sustento, más
sustancial, alejarse! Lo hizo pasar hiel, pero sabía
que tarde o temprano, tenía que pasar—, decidió
no pensar en eso por el momento, no le era
agradable.
—Se preguntaba si separarse de ella—, podría
estar con otra mujer, de esas que ellas mismas
buscaban complacerlo—, desde el más exquisito atuendo para lucir ante el, y verse regias hasta
hacer en el sexo lo que el se le antojara.
—Le seguía dando duro pensarlo, imaginarla
con otro hombre a ella eso le daba un golpe en
su abdomen—, seguiría gozando de ella hasta
que llegara esa absurda idea de alejarse, cada
vez que lo pensaba, tenía un mal sabor.
—Decidió irse era miércoles y le había pedido 1.que el jueves su chofer pasaría por ella, que
estuviera lista.
—Cada vez se le hacía demasiado larga la
espera, sus deseos por ella lo llevaban a la
ducha fría o tenía que usar una mano—, ni en
sus tiempos de adolescencia le había pasado
—Julia no era experta en el sexo—, pero lo volvía
loco ver sus expresiones a la hora de tenerla
bajo su cuerpo—, los gemidos, como cerraba los
ojos para no gritar cuando llegaba.
—Iba de regreso, pasaba por un centro comercial muy conocido—, decidió pasar y distraer su mente de recuerdos sobre Julia—, desde luego que no llamaba vestido comúnmente, pero su
físico y sus facciones eran otra cosa—, caminó
entre el gentilicio, vio una joyería pasó a buscar un nuevo reloj, eran sus favoritos—, pero vio un
dije con unas alas y un diamante pequeño, le
lucirá hermoso en su cuello, pensando así pidió que lo pusieran en una caja—, también se llevó
una pulsera que tenía el mismo carácter—, salió
de ahí con una sonrisa, mañana le dará una
sorpresa pensaba sonriente.
—Lila que salía de una tienda de ropa, lo miró
pero Lino no podía ser—, el no andaba jamás en
un centro comercial, pero increíble ahí estaba.
Lo llamó, Lino! No te había visto antes en un
así hermano—, Lino pensaba que su suerte no podía ser peor, como nunca habías visto a un ser
humano llegar hasta donde me has visto? Acaso
me estás vigilando,….Nada de eso no alucines!
Lo dije porque desde que soy tu hermana, si mal
no recuerdo, tu asistente hace tus compras.
—Lino no pudo negar era cierto, para cualquier
cosa que ocupara ya sea para ropa, joyas—, era Mauro quien se encargaba de eso en cuanto,
hermanita voy rumbo a la oficina, quieres que te lleve? No hace falta—, Benjamín me trajo anda por ahí—, de seguro de bragueta suelta, vaciló su
hermano, Lila sonrió—, Benjamín era tremendo
mujeriego, todos lo saben.— Lino debía salir de ahí antes de que llegara Benjamin y su escaneo
—Se despidió de su hermana inventando que
Tiene algo que hacer en la empresa, su hermana
asintió dejando darse un beso en la frente.
—En el camino de regreso, Lino pensó que tan obvio se veía—, pero quiso ignorar porque
también él estaba dudando de su propia
postura—, estaría yendo muy lejos con Julia?
—Llegó a la empresa de mal humor, su primer
pensamiento como ya era habitual era Julia, se
masajeó las cienes, tratando de controlar su
postura—, la próxima vez que la viera sería
diferente se prometió—, iba actuar como lo que era para él, no le daría más prioridad.
—Esa noche no pudo conciliar el sueño, la
imagen de Julia estaba en sus sueños—, se
levantó por un vaso de agua—, deseo tenerla
en ese momento—, maldijo! Pero era inevitable
tenía que tenerla para demostrarse a él mismo,
que no era algo más que, una relación de
amantes.
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—Pido de nuevo una disculpa por no haber
actualizado más rápido, tengo visita y solo
escribo en escapadas, pero ya casi” se van y quedaré libre con todo mi atención para poder
escribir sin interrupciones.
BENDICIONES!