Huyendo

-Me estás mintiendo, estás intentando hacerme sentir mal, no te creo tú me amas, tú eres mío y siempre lo serás, no voy a permitir que nadie te separe de mí - sus palabras estaba llenas de ira y las lágrimas corrían por su rostro

Me sentía mal, pero ya había dicho esas palabras y no me iba a retractar, además era como me sentía, ya no la veía como la mujer amorosa y cariñosa que conocí un día.

-Por favor firma el divorcio y nuestra separación será amistosa, solo debemos acordar que vamos a hacer con nuestro hijo, yo puedo quedarme con él y... - no me dejó seguir hablando

-Con mi hijo no te vas a quedar, él es mío y lo voy a usar para que vuelvas a mí, no te lo voy a dejar - sus cambios de humor en ocasiones me asustaban y esta era una de esas veces

-Tú necesitas alguien que te cuide, no tienes la capacidad de cuidar de ti misma, menos de un niño pequeño así que no te lo voy a dejar - ahora si comenzaba el enfrentamiento

-Ya veremos con quien se queda, voy a hacer que mi padre mueva cielo y tierra para que me quede con ese niño, así tendrás que venir a mí si quieres verlo - tenía una sonrisa desquiciada

-¿Qué harías si tu papá no quiere ayudarte? Sin tu papá eres un cero a la izquierda, ya veremos que piensa el de todo esto, por favor llámalo y cuéntale lo que está sucediendo, si no tranquila tengo una reunión con él en dos días, ya veremos de parte de quien se pone - comencé a subir las escaleras para ir a mi nueva habitación dejándola sola en la sala

-No me hagas esto, tú debes hacer lo que yo quiera, ya vas a ver mi padre hará que te arrepientas de todo lo que me estás haciendo - gritaba como una niña pequeña

-Tu padre es un hombre de negocios y le voy a proponer uno que no va a poder rechazar - vi que tomó las llaves y salió de la casa

Cuando llegue a la habitación ya estaba casi todo mudado, así que aproveché y tome una ducha, creo que pasé unos treinta minutos debajo del agua, ya que necesitaba relajarme un poco y me debatía entre ir a ver a Estefan, por ende a Samantha.

Decidí que lo mejor era quedarme en mi habitación y acostarme a dormir de una vez, así que cuando salí del baño ya todas mis cosas estaban en mi nueva habitación y me acosté a dormir.

A la mañana siguiente me levanté a la misma hora de siempre, salí de mi habitación y pasé por la de Samira, no estaba allí y al parecer no había llegado la noche anterior, así que pensé que a lo mejor estaba con su padre y no quería hablar con ella.

Bajé a la cocina y ya todos estaban despiertos, le dije a Samantha que en una hora iríamos a la escuela de Estefan para que estuviera lista.

A la hora ya estaba lista, necesitaba llevarla a la escuela para autorizarla para retirar a mi hijo en el colegio.

Llegamos y nos recibió la directora de la institución, llenamos unas formas y la mujer me tenía nervioso, se la pasaba viendo a los niños, hasta que en un momento se acercó a ellos y comenzó a preguntarles algunas cosas con juegos, yo no entendía nada pero la dejé, así podía pasar algo de tiempo con Samantha sin que fuera incómodo.

Luego de unos minutos volvió a su escritorio y comenzó a hablarnos.

-Su hija está bastante adelantada para su edad, no sé si le gustaría inscribirla en el mismo nivel de su hermano, si no se adapta podrá repetir el nivel sin problemas, pero no creo que tenga problemas, de verdad que su nana ha hecho un excelente trabajo educando a sus dos hijos - decía la directora con una gran sonrisa en los labios

Podía ver la expresión de sorpresa de Samantha, supongo que quería decirle que no era mi hija pero no le salían las palabras.

-Voy a hablar con mi esposa a ver que opina ella, aunque las clases comienzan en unos pocos días no sé si puedan empezar al mismo tiempo - le hacía señas a ella para que no dijera nada

-Avíseme a más tardar mañana, puedo ofrecerle un período de prueba, la niña está pequeña pero creo que con la enseñanza correcta tendremos a una pequeña genio entre nosotros - la sonrisa de la mujer era enorme, la colegiatura era costosísima

Al terminar salimos de allí y Samantha no decía ninguna palabra, aunque su rabia se sentía a kilómetros.

-Puedo preguntar ¿que te sucede? - le pregunte cuando nos montamos en el auto

-Ella no es tu hija, es mi hija con mi esposo, es lo único que me quedó de él y quiero que ella lo sepa y lo tenga presente cada día de su vida - cada palabra salía mientras acariciaba a su pequeña

-Está bien, la pregunta ahora es, ¿quieres que la niña estudie en ese colegio o en cualquier otro? - tiene razón y no quiero discutir acerca de su esposo

-No tengo el dinero para pagar ese colegio y no quiero generarle más problemas de los que ya tiene con su esposa, como le va a explicar que está pagando la colegiatura de mi hija - decía sin mirarme a los ojos

-Tengo becados a varios hijos de algunos empleados, en diferentes niveles y tu hija puede ser otra becada, además puede que no se adapte, pero si tu hija es tan inteligente como la directora dice ¿no sería bueno que explotáramos esa gran inteligencia? - lo estaba pensando y se notaba que tenía una lucha interior

-No me des una respuesta ahorita, piénsalo y hablamos en la noche ¿te parece? - afirmó mientras veía por la ventana

-Si la llego a inscribir sería con mi nombre, no como tu hija, no quiero más malos entendidos - su voz era baja

-Como quieras, pero de igual manera yo debo aparecer como la persona que va a cancelar las mensualidades - no seré su padre pero seré su protector de aquí en adelante