Jonas. Emperador Renacido

Después de ser regañada por Maya, Greta se mantuvo alejada de ella, Robert se encargó del cuidado de Greta y siempre que Maya se quejaba porque no quería pasar tiempo con ella, Robert le decía.

__ Tu te lo buscaste por ser tan severa, Greta no quiere estar contigo y no pienso obligarla.

Maya zapateo y dijo.

__ Eso se debe a la educación que le has dado, Gissel nunca se comportó de esa manera.

__ Me parece que tienes una idea equivocada sobre mis hijas, ellas no se comportarán igual que Gissel y eso es porque no son ella, cada una de mis hijas es diferente, Nirella es un poco salvaje pero muy inteligente, Fiona suele comportarse de manera fría  y es un poco violenta pero siempre cuida de sus hermanas, y mi pequeña Greta es alegre e impulsiva, aunque ellas se parezcan a Gissel físicamente, son únicas, pero eso es algo que tú no puedes ver ya que buscas desesperadamente la imagen de Gissel en ellas, entiéndelo Maya Gissel ya no está con nosotros.

__ Crees que no lo sé, día tras día mi corazón duele al saber que mi amada hija está muerta y aún mas me duele no haber estado a su lado en sus últimos momentos, así que no hables de lo que no sabes.

Maya se dió la vuelta  se alejó hecha una furia y se encerró en su habitación el resto del día, durante la cena ella estuvo ausente lo cual las niñas agradecieron ya que Maya siempre las hostigaba queriendo que se comportarán de manera educada y refinada.

Después de estar una semana en Laitla Nirella se pregunto si Jonas ya abría recibido su carta, como el viaje duraba casi una semana ella debía esperar otra semana más para recibir su respuesta, desde que habían partido del imperio ella no había dejado de pensar en él y en lo mucho que lo extrañaba.

Nirella se asomó a la venta, fuera había comenzado a nevar, pequeños copos de nieve caían lentamente hasta amontonarse en el jardín. Fiona abrió la puerta de la habitación de Nirella y le dijo.

__ La abuela quieres que tomemos el té con ella, ¿Quieres venir?

__ La verdad, no.

__ Ni yo, la abuela siempre está molestando sobre nuestros modales, a veces quisiera hacer lo mismo que Greta y mantenerme pegada a papá.

__ ¿Y porque no lo haces?, Tu aún eres   pequeña si haces eso estoy segura que papá no te dirá nada.

__ Eso es porque a pesar de que no me cae bien la abuela me gusta escuchar sus historias sobre mamá y también me gustan los postres que me da, papá solo me deja comer unas cuántas galletas y luego las retira.

__ ¡Te estás dejando sobornar con dulces!

__ Hum... No lo puedo evitar, cada vez que siento olor a chocolate mi mente se nubla y solo quiero comer.

Nirella se acercó a su hermana y le dijo.

__ Vamos, no hagamos esperar a la abuela o nos reñira por no ser puntuales, por cierto, ¿Sabes dónde está papá y Greta?

__ Estaban tomando una siesta.

__ Es raro que papá duerma durante el día.

__ Si, quizás esté aburrido, aquí no hay muchas cosas que hacer.

__ Seguro, después iremos a ver si está bien.

__ Si.

Cuando Nirella y Fiona llegaron a la sala del té saludaron a su abuela ella dijo.

__ ¿ Por qué han tardado tanto?, El té ya se ha enfriado, es de muy mala educación llegar tarde.

Nirella y Greta suspiraron, ambas tomaron su lugar y las sirvientas llevaron una gran cantidad de postres y pasteles, Nirella se sintió asqueada de solo verlos, pero Fiona por otro lado se sintió en un sueño y sus ojos brillaron de emoción.

Maya pensó en ganarse el cariño de Fiona con lo que a ella más le gustaba y con lo que Robert siempre la limitaba.

__ Pueden comer cuanto gusten, he pedido que preparen todo esto para vosotras.

A Nirella no le gustaban los dulces así que se limitó a beberse su té,  Fiona los probó todos muy emocionada, Nirella al ver que se estába pasando de la raya le dijo.

__ Fiona deja de comer, te sentará mal.

__ Por un día no pasa nada.

Dijo Maya.

__ Deja que coma cuanto guste, cuando ya no quiera dejará de comer.

__ Pero papá nunca la deja comer tanto.

__ Vuestro padre es un aburrido no sabe lo feliz que hace a un niño comer dulces por eso siempre las  limita.

__ Me parece que no es por eso que se los prohíbe.

__ Nirella dejé que tu hermana, tranquila, ¿Por qué no comes tú también?

__ A mi no me gustan los dulces.

__ ¿Enserio?

__ Si, prefiero las cosas saladas, de solo ver tanto dulces me siento asqueada.

__ Supongo que todos tenemos gustos diferentes.

Nirella se siguió bebiendo su té un poco alarmada por la cantidad de dulces que estaba comiendo su hermana. Después de que Fiona devorará casi todo comenzó a sentirse  mal, Maya se acercó a ella y le pregunto.

__ ¿Que pasa?

__ Me duele el estómago.

__ Pero si ya no podías, ¿Por qué continuaste comiendo?

__ Porque estaban buenos.

Fiona se sintió mareada y termino vomitando sobre su abuela, ella se hizo para atrás inmediatamente y dijo.

__ Agh... ¿Pero que has hecho niña?

Nirella no pudo evitar reírse, había sido muy divertido ver a Fiona vomitandole encima, Maya la miró hecha una furia y le dijo.

__ ¿Y tu de qué te ríes?

Nirella tomó a su hermana por los hombros y dijo.

__ Te lo advertí, Fiona no sabe cuándo decir basta a los dulces, por eso papá se los limita, comer tanto le ha sentado mal, la llevaré con papá, él sabrá que hacer, vamos Fiona.

Fiona siguió a Nirella tambaleante, cuando llegaron a la habitación de su padre entraron sin tocar, él ya se había despertado y estaba leyendo un libro junto a Greta quién dormía plácidamente debajo de un montón de mantas. Robert al ver a Fiona con la cara casi verde y tambaleante se levantó de prisa, se acercó a Fiona y preguntó.

__ ¿Que le ha pasado a Fiona?

__ Comió demasiados dulces, no se encuentra bien. Contesto Nirella.

__ ¿Quién la ha dejado comer tanto?

__ La abuela, le dije que le sentaría mal pero ella no me quiso escuchar.

Robert tomó a Fiona en brazos y dijo.

__ Cuida de Greta hasta que despierte, llevaré a tu hermana a su habitación.

Fiona se aferró al cuello de su padre y le dijo.

__ Me duele la panza y quiero vomitar.

Robert suspiró y dijo.

__ Y esa es la razón por la que no te dejó comer tantos dulces, llamaré a un médico y pronto te sentirás mejor.

Cuando Robert y Fiona dejaron la habitación Nirella recordó como Fiona había vomitado a su abuela y no puedo evitar reírse y pensó.

__ Se lo tenía bien ganado.