Los Villanos En Época Moderna

Sofía observó la escena con atención; los ejecutivos extranjeros habían mordido el anzuelo que ella misma había tendido. Su control sobre la situación era perfecta, y a partir de ese momento, cualquier movimiento que esos hombres hicieran tenía que pasar por su ojos. Para muchos, ella podría parecer fácil de manipular, una mujer que podía ser movida como un peón en un tablero. Sin embargo, lo cierto es que Sofía era todo lo contrario. Había aprendido a estar en un mundo de hombres, desarrollando confianza que desarmaba a quienes intentaban menospreciarla.

La tarde se tornó noche, y la atmósfera en el bar cercano a la oficina se llenó de risas y brindis. Era un momento de celebración.

Aunque Bonet había decidido no acompañarles por compromisos personales, Sofía e Iván se sentaron juntos en una pequeña mesa al fondo, lejos del bullicio. Sofía tomó su copa, afortunada de poder dominar a los hombres del trabajo.

Mientras el primer trago recorría su garganta, Sofía sintió una pequeña libertad. Era una sensación que no había experimentado en su vida pasada, esa vida en la que el miedo a fallar siempre la había mantenido al margen.

— ¿Qué se siente ganar mucho dinero en un solo momento? —preguntó Sofía, mirándolo a los ojos, buscando algo más que una respuesta ligera.

— Nada —respondió Iván con una sonrisa de tranquilidad— Solo quiero salvar esta empresa y proteger mi futuro. Cuando era príncipe, ganaba mucho más; tenía tierras, tesoros y poder sobre una nación entera… —sus palabras se perdieron en un recuerdo distante.

— ¿Y mujeres? —inquirió ella.

— No tenía tiempo para eso. Solo me basaba en mis deberes y en...

— ¿Matarme? —interrumpió Sofía, en un tono juguetón. — Dejemos eso atrás. Ya no estamos en el pasado, príncipe. No somos enemigos y, por el camino que vamos… —y, atrevidamente, le sobó la pierna con la suya— es mejor ser… esposos de verdad —completó con una sonrisa que desbordaba complicidad.

Iván pareció sorprenderse por ese gesto, pero su mirada se tornó más intensa, como si una chispa hubiera encendido algo en su interior.

— Santa, tienes razón.—asintió él, tomando la pierna de Sofía con su mano y acercándose un poco más.— Vayamos a otro lugar.

La insinuación de Iván dejó a Sofía boquiabierta, el corazón acelerando mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro espontáneamente. Sin embargo, antes de que pudiera comprometerse a esa nueva aventura, una persona conocida apareció en escena, interrumpiendo todo.

— Iván... —la voz de Elena era una pesadilla.

— Otra vez tú, Elena. —replicó Iván, manteniendo su mano firme en la pierna de Sofía, siendo descarado delante de Elena, ella se enfureció más.

— Realmente no entiendo la poca dignidad de ustedes dos. Tú, Iván, por abusar de mí, y tú, Sofía, por seguir con ese poco hombre. Él no te merece. Necesitas algo mejor que él —dijo Elena, para que Sofía lo dejara.

Pero Sofía, es diferente y no iba a dejarse ante nadie. Se separó un poco y le tomó el rostro a Elena, obligándola a mirarla a los ojos.

— No soy un espejo para que veas tu reflejo. Además, es asunto mío lo que haga con mi marido. Las amantes descaradas o se van solas, o las desaparezco... —su voz dominó la situación con una autoridad inesperada.

— Iván no te ama.—dijo Elena, despojándose de su máscara, finalmente sacando su verdadero rostro de decepción y rabia.— Él me quiere.

— hay un problema muy pequeño pero significativo. Iván ya no es el Iván que conoces.

— mentirosa... Solo está jugando contigo. El volverá conmigo en cualquier momento.

— te morirás seca esperando. bien, haré otro escándalo de que eres una amante si no te vas en tres... dos... —contó Sofía, de manera desafiante con amenaza.

Antes de que pudiera gritar, Elena se dio la vuelta, llevándose consigo su propia vergüenza, dejando a Sofía e Iván en la privacidad.

— Ya esto es un problema. Me desharé de ella... —dijo Sofía después de un instante de silencio.

— No, espera... Yo lo hago. Es un problema que creó el Iván anterior. No ensucies tus manos.

Sofía se acercó a él de nuevo, bajando la guardia por un momento.

— Hasta que no resolvamos nuestros problemas personales, no podremos empezar con los nuestros. Si me entiendes ¿No?

Iván chasqueó la lengua, inquieto.

— Tampoco quería nada esta noche. Resolveré ese problema rápido.

— oh, que dedicado... Quiero descansar, regresemos.

El regreso a la mansión fue silencioso, con pensamientos y emociones enredadas. Sofía e Iván ingresaron al vestíbulo, donde Clarisa y Giovana las esperaban. Sin embargo, su padre había llamado a Iván a un lado, dejándola solo en un silencio no incómodo para Sofía, quien observaba a las mujeres a su alrededor.

Clarisa y Giovana intercambiaron miradas, dejando claro que su deseo era evitar cualquier tipo de interacción con Sofía. Ambas parecían estar llenas de frustración al tener que compartir un espacio con ella. Sin embargo, Sofía, fiel a su naturaleza, no se dejó estremecer.

— ¿Cómo les fue su día de compras sin dinero? —preguntó, con una sonrisa de sarcasmo.

Giovana se detuvo, molesta, y con una mirada fulminante, la señaló a ella.

— Tú. ¡¿Qué hiciste?! ¡Pasamos vergüenza en el restaurante! — la rabia de Giovana era evidente.— ¡Había amigos muy íntimos a nuestro alrededor y pasamos la pena por tu culpa!

Sofía, sin perder la compostura, sirvió un poco de whisky sin hielo en dos copas y levantó una en dirección a Clarisa y Giovana.

— Salud. Que apenas es el comienzo.—dejando claro que estaba decidida a seguir avanzando hasta hacerle la vida imposible.

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Muchas gracias por leer no olviden dejar su preciado me gusta en el capítulo 💗