A los 18 años, Aurora Conti, una joven rebelde, es forzada por su familia a casarse con el enigmático magnate Salvatore Romano, para saldar una deuda millonaria. Tras el rechazo de su hermanastra
Valeria, Aurora es ofrecida como sustituta, manipulada con la vida de su madre enferma. Golpeada por su padre y humillada por Valeria, jura sobrevivir al "Rey de Hielo", un hombre frío y temido cuya reputación oculta su verdadera naturaleza: un mafioso. Atrapada en un matrimonio marcado por la pasión y la obsesión, Aurora desafía a Salvatore mientras descubre los secretos oscuros detrás de su fachada de CEO, luchando por su independencia en un mundo de intriga y peligro.
¿Podrá Aurora mantener su espíritu rebeldefrente al control obsesivo de Salvatore?
¿Es el amor de Salvatore por Aurora una salvación o una trampa mortal?
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CAPÍTULO 7
—Alessandro, Investiga bien sobre ese maldito almacén que mencionó Enzo —ordené, sin apartar los ojos del parabrisas mientras el coche avanzaba— Investiga la ubicación exacta, y en cuanto tengas toda la información ve con tus mejores hombres y recupera toda la mercancía. Recupera todo, no quiero siquiera una caja fuera de lugar ¿Entendido?
—Sí, Salvatore — respondió con firmeza.
Asentí en silencio mientras la ciudad dormía afuera, el motor seguía sonando hasta que llegamos a la mansión. Las luces de la entrada seguían encendidas, cuando bajé del coche. Me solté la camisa mientras caminaba hacia la puerta principal, sintiendo la tención en mis músculos como si fueran agujas. Y en cuánto entré, Amanda fue la primera en recibirme.
—Buenas noches, señor— dijo, con su tono amable y sereno.
—Buenas noches, Amanda— respondí, mientras me quitaba el saco para entregárselo. El cual, ella recibió con cuidado y lo acomodó en su brazo.
—¿Y mi esposa? — pregunté sin perder tiempo, mientras me desataba la corbata.
—La joven señora cenó temprano, al terminarse fue directamente a su habitación. De seguro ya debe estar dormida.
Asentí y solté un ligero suspiro.
—¿Desea que le preparé algo para cenar? — me preguntó, con su tono tranquilo
—No, no es necesario. Gracias, puedes irte a descansar.
—Está bien, señor. Usted también descanse.
En cuanto se fue, yo subí las escaleras con calma sintiendo que la carga del día me agobiaba pero, no era solo cansancio físico....cuando llegué a mi habitación cerré la puerta, y me quité la camisa que estaba manchada con sangre. Cuando lo hice, fui directamente al baño y encendí la ducha. El agua caía suavemente mientras me quitaba la ropa restante, puse mis prendas sobre el marmol y me metí bajo el chorro, con el cuerpo tenso. El agua caliente golpeó mi piel llevándose el sudor, la sangre y el olor a pólvora que llevaba encima. Al salir, me sequé despacio, sin apuro, decidí ponerme solo un pantalón ligero de tela fina, y dejé mi parte superior desnuda. Mi cabello que todavía estaba húmedo se secaba poco a poco,así que decidí peinarlo solo con los dedos.
Entonces, salí de mi habitación, y fui a la de ella.
Abrí la puerta sin hacer ningún ruido, la luz tenue de la lámpara apenas tocaba su silueta. Aurora dormía de lado, con una pierna doblada y el rostro escondido parcialmente por una de sus manos.
Dios...incluso dormida se ve tan hermosa.
Tan ajena al ruido del mundo, como si estuviera soñando con algo que valiera la pena...algo que le hacía sonreír incluso dormida, y por unos segundos me permití mirarla, como quien observa un cuadro que sabe que no le pertenece , pero que igual no puede dejar de admirar. Me acerqué despacio y me acosté a su lado sin despertarla, tan solo con acercarme , podía sentir su aroma...olía flores algo suave...casi adictivo.
La observé y no pude evitar volver a ese momento, la primera vez que la vi.
...ғʟᴀsʜʙᴀᴄᴋ...
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Era de noche.
Me encontraba sentado en un banco de madera en un parque desierto, con una gorra negra sobre la cabeza, y una mascarilla cubriéndome la mitad del rostro. No tenía intención de que me reconocieran, ni siquiera quería ser visto. Llevaba horas ahí, desorbitado ,cansado...vacío. Las luces lejanas no lograban calentar ese tipo de silencio que solo conocen los hombres que han perdido mucho, o lo han sacrificado todo.
Entonces sentí que alguien se sentaba a mi lado, pero no me molesté siquiera en mirar.
—Son hermosas...
Era una voz femenina, suave ...tranquila, y serena. A pesar de eso no me dispuse a mirarla, solo permaneci observando el cielo, con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás.
—Las estrellas ...—agregó— Me hacen sentir pequeña, pero en paz. Como si , aunque no entendiera nada todo tuviera sentido allá arriba
No dije nada. Aún no la había visto del todo.
—¿Por qué te encuentras sentado aquí, y solo? — preguntó
Pero aunque le conteste, mi voz salió grave envuelta en ironía.
—¿Sueles sentarte junto a extraños en medio de la noche y preguntarles por su soledad? ¿Qué tus padres no te enseñaron a no hablar con desconocidos?.... tienes mucha confianza para hacer algo así. No sabes si podría lastimarte, niña.
—No suelo hacerlo siempre— respondió con calma, y sin dudar— Y sobre lastimarme, no creo que lo hagas. No das la sensación de ser alguien malo.
—¿Y qué te hace pensar eso?
se encogió de hombros.
—Simplemente lo siento— dijo— ¿Cuál es tu nombre?—preguntó, pero yo no respondí, la verdad no tenía ganas de hablar. —Bien, si no quieres darme tu nombre, entonces yo te pondré uno...¿Qué te parece...hombre misterioso?
Reí, lo hice en voz baja ..apenas como un soplo de aire, pero ella lo notó.
—¿Ya viste ?, Incluso te hice reír es un buen comienzo ¿No?, bueno hombre misterioso..Mi nombre es Aurora, encantada— añadio extendiéndome la mano, entonces la miré por primera vez y demonios...me atrapó por completo.
Sus ojos ...Dios, azules como luceros de invierno, su cabello oscuro caía como un río sobre sus hombros. Tenía algo en la sonrisa, algo que de cierta manera me cautivó. Ese modo en que se ofrecía sin miedo, que era capaz de romper cualquier armadura...Y entonces tomé su mano era cálida, y suave pero tan frágil.
—Es un placer, Aurora. Sabes...Eres una chica muy hermosa, pero rara.
Ella sonrió, su sonrisa se hizo más amplia.
—Lo sé, pero a veces lo raro es bueno, ¿no crees? — respondió y entonces sus ojos bajaron hacia mi mano la que aún sostenía la suya— ¿Acaso peleaste con alguien? — interrogó.
Fruncí el seño, y miré hacia abajo, y note que tenía los nudillos lastimados con cortes recientes que no había notado, pero que ella sí. Finalmente ella soltó mi mano abrió su mochila, y sacó unas tiritas y con suavidad comenzó a colocarlas una por una.
—No deberías lastimar unas manos tan importantes. Nunca se sabe cuándo tendrás que sostener algo valioso —dijo, mientras pegaba la última tirita sobre la herida— Además, tienes unas manos muy hermosas.
Entonces su móvil sonó y lo atendió rápidamente.
—¡Sí, papá! Está bien, no tienes que gritar...ya regreso — dijo, y colgó para luego ponerse de pie y mirarme con una sonrisa que me dejó anclado al banco.
—Bueno, ya me tengo que ir. Fue un gusto conocerte, hombre misterioso.
La vi alejarse y cuando desapareció por el camino bajé la mirada hacia mi mano, la que aún conservaba la tirita que ella había pegado con tanto cuidado.
Finalmente , Alessandro apareció en el lugar visiblemente preocupado y agitado a la vez , como si acabará de correr un maratón—¿Todo en orden? ¿Estás bien?
—Si —respondí, sin apartar la vista del punto por donde ella se había ido— Todo está bien
...❛ ━━━・❪ ᴘʀᴇsᴇɴᴛᴇ́ ❫ ・━━━ ❜...
Desde esa noche comencé a investigar absolutamente todo sobre ella, no fue tan difícil. Entonces lo supe. Aurora era hija de Ricardo conti, el mismo Ricardo que meses después, vendría a arrodillarse ante mí rogándome que lo salvara de su propia ruina. Nunca imagine que la chica que una vez se sentó a mi lado aquella noche, sin saber quien era yo, terminaría siendo la hija del hombre que más tarde me pediría ayuda.
El destino es como un perro con hambre. Y a veces muerde en círculos... Tal vez parezca absurdo... Que un hombre como yo, de veintiocho años, se enamore de una niña de tan solo dieciocho años edad, con solo verla una vez... Pero mi madre una vez me dijo que el amor no siempre entiende de cuentas, ni de lógica, ni de moral. Solo sabe que hay personas que llegan, y de pronto, sin quererlo, te hacen sentir que podrías quemar el mundo entero con tal de protegerlas.
La acerqué a mi despacio, rodeándola con el brazo y atrayéndola contra mi pecho; ella se acomodó sin saberlo murmurando algo entre sueños. Y ahí, con el corazón latiendo lento, cerré los ojos...
espero que este no diga ahora que está perra regresa y ese hermano o primero no se que es pero algo trama y no es nada bueno que el la traiga de regreso
Les salió el tiro por la culata 🤭🤭
Ya era hora de poner el freno de mano