Cambiare El Destino De La Villana

Dos enamorados deseaban encontrarse y esperar que el día de la cita llegara. Dos corazones con miedo al rechazo, sin saber que ellos eran almas gemelas creadas por el mismo cielo.

Amelia al recibir la carta del duque donde confirma que pasara mañana por ella en la tarde, esta muy emocionada que brinca de felicidad abrazando la carta , jamás pensó que tendría una cita.

Decide buscar entre su ropa algo bonito, ya que desde temprano alistara unas cosas que necesitara llevar, por el hecho de que desea que todo salga bien.

En cambio, el duque esta buscando la ropa mas formal que tenga para poder ir cómodamente y tendrá guardias que estén en secreto vigilando ya que no desea que haiga algún inconveniente.

Cada uno deseaba que ya fuera otro día para encontrarse pero cada quien ocultaría sus sentimientos por miedo a un rechazo.

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Amelia a saber que era un temprano para encontrarse con el duque decidió terminar algunos pendientes que tenía. Empezó a alistarse para poder estar lista cuando llegue el duque.

Pasaron las horas y el duque llego un poco antes de lo acordado porque deseaba verla. El Márquez lo invito a esperar en lo que su sobrina bajaba, pero al escuchar unos pasos decide voltear y se queda sorprendido de que amelia cada vez se vea mas hermosa.

-Amelia que hermosa te vez-

-Gracias Duque, igual usted se ve bien-

El Márquez se sentía ignorado, ya que ellos estaban en su mundo alagándose que decide retirarse, ya que hacía mal tercio. Pero esta feliz de que su sobrina esta con la persona correcta pero los dos son muy tercos al corresponder con sus sentimientos.

-Amelia adelante hay que subir al carruaje para poder llegar-

-Claro duque hay que llegar antes, ya que deseo ver todo lo que hay-

-Dime Dominik, así los dos estaremos en confianza-

-claro dominik, vamos-

Amelia subiendo al carruaje con ayuda de dominik, ya que desean ir a ver lo que hay en el mercado, al llegar amelia se sorprende por lo animado que se ve.

-Vamos Dominik que quiero ver la obra de teatro que habrá-

-Vamos Amelia, pero no te separes de mi-

El duque le extiende su brazo para que ella se pueda agarrar y haci no perderla de vista. Los dos se sentían nerviosos al tener aquel acercamiento.

Al ver tantas cosas amelia prueba muchos dulces de los puestos, invitándole al duque, ya que el no se puede negar los acepta, así se la pasan toda la noche comprando que artículos pequeños y comida.

Amelia ve a la gente tan animada bailando e invita al duque a bailar aunque el se niega ella lo jala hacia el centro donde estan los demas, el duque no se pudo resistir y al tenerla en sus brazos la sentía como lo mas preciado, al verla tan alegre que deseaba que esta felicidad que sentia jamás se acabara, esperaba que la noche sea eterna porque en el fondo de su corazon no habia olvidado aquel amor que le tenia.

Amelia que al principio se sentía rara, empezó a tener una gran confianza con el duque, ya que pensó que el odiaría aquel lugar pero se veia mas feliz y demasiado guapo cuando sonreía, ella también deseaba que no acabara la noche que durara un poco mas.

Al escuchar que iba a ver un espectáculo de linternas flotante y que cada quien podria pedir un deseo no lo pensaron mas y decidieron ir al lugar donde sería aquel dicho evento.

A ellos les entregaron una linterna, ya que en la forma que se miraban pensaban que ellos eran una hermosa pareja de recién casados.

Amelia deseaba que todo lo que esta haciendo le salga bien y que el duque correspondiera a sus sentimientos.

Mientras que el duque deseaba que Amelia no se alejé de el y que corresponda a sus sentimientos sin lastimarlo.

Decidieron prender la linterna y al ver como flotaba deseaban que se cumpliera lo que habían pedido.

-Dominik puedo saber como se la esta pasando-

-Me la estoy pasando bien, ya que me a servido despejar mi mente-

-Que le parece si volvemos a tener unas salidas como estas, bueno si eso no interfiere con su trabajo-

-Me parece bien, acepto su propuesta-

Al saber que se seguirían viendo sus corazones latían aceleradamente. Aquellas palabras eran un gran paso para su felicidad.

Todo esto era visto por una pelinegra, que envidiaba que amelia le estuvieran saliendo bien las cosas. Pero muy pronto planearía algo contra ella.

El camino de regreso fue mas cómodo, ya que los dos venían demasiado felices aunque no lo demostraran, Amelia había llegado a su mansión. Domink le ayudaba a bajar del carruaje.

-Gracias dominik me la e pasado muy bien gracias a ti-

-Gracias a ti amelia espero que muy pronto nos volvamos a ver a si que me retiro adiós-

-Adios duque, igual deseo que nos volvamos a ver-

Amelia al ver que el duque se habia ido,entro corriendo a su habitacion y al llegar daba saltitos de felicidad, todo habia salido bien y era la persona mas feliz.