"Morí traicionada por el hombre que debía amarme... y por la sangre de mi propia hermana."
En su vida pasada, Aelina Valemont, Reina de Thalair, fue humillada y asesinada por su esposo, el Príncipe Heredero, y por su hermana. Sus padres también fueron ejecutados bajo falsas acusaciones.
En su último suspiro, Aelina juró venganza.
Ahora, ha despertado en su cuerpo de 16 años. El día de su boda con el príncipe cruel se acerca... pero esta vez, el destino cambiará.
En el altar, rechaza públicamente al príncipe.
Sabe que ha firmado su sentencia. Su familia sigue en peligro. Y sola, no podrá vencer a un enemigo tan poderoso.
Por eso comienza a buscar aliados. Hombres fuertes, peligrosos, capaces de cambiar el curso del reino. Pero lo que empieza como un plan frío, se transforma en una red de emociones que no podrá controlar:
Un caballero leal.
Un archimago distante.
Un noble rebelde
Un asesino en las sombras.
Un príncipe extranjero con su propia agenda.
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Capitulo 23: "El despertar de una reina olvidada"
La noche era espesa.
La torre de Aelina vibraba con una energía contenida.
Había convocado a su círculo.
Por primera vez, revelaría todo.
Cuando estuvieron reunidos, Aelina se levantó.
—He guardado un secreto. No por desconfianza, sino por prudencia.
Ahora, es momento de que todos lo sepáis.
Respiró hondo.
—Según el Marqués de Alarien… soy la heredera legítima al trono.
Mi madre era la hija oculta del último heredero verdadero.
El linaje que Darius usurpó… es mío por derecho.
Hubo un silencio. Luego, Kael fue el primero en hablar.
—Entonces… no solo luchamos por justicia.
Luchamos por restaurar lo que fue arrebatado.
Aelina sonrió con emoción.
—Sí. Pero no lo haré sin vuestro consentimiento.
Seguir este camino significará guerra.
Lucas habló.
—Mi espada y mi ingenio son vuestros, alteza.
Aurelian asintió.
—El pueblo está preparado para oír esta verdad.
Ronan sonrió.
—Siempre supe que tenías sangre de reina.
Ahora… vamos a reclamar tu corona.
Aelina sintió un nudo en la garganta.
—Gracias… a todos.
El primer paso será proclamar la verdad públicamente.
Kael se adelantó, tomó su mano.
—Y yo… os protegeré con mi vida, Aelina. Reina o no… siempre serás lo más importante para mí.
Ella apretó su mano.
"¿Cómo corresponder a un corazón tan sincero?"
Mientras tanto, en las sombras del palacio…
Lord Henrick, desesperado, escribía febrilmente.
"Debo alertar a Darius.
Si Aelina se proclama… todo estará perdido."
Pero antes de que pudiera enviar el mensaje, Lucas apareció en su habitación.
—Buenas noches, Lord Henrick.
El hombre se levantó de un salto.
—¿Qué hacéis aquí?
Lucas mostró su daga.
—Vengo a impedir que cometáis más traiciones.
Henrick intentó huir, pero Lucas lo inmovilizó.
—Confesaréis… o desapareceréis.
El traidor, sudando, comprendió que su juego había terminado.
"He subestimado a esa maldita bruja…"
Al amanecer, en la sala del trono, Darius recibía informes.
—Mi príncipe… Henrick ha desaparecido.
El círculo de Aelina se mueve rápido.
Darius apretó los puños.
—Entonces es hora de actuar.
Ordeno que arresten a Aelina. Silenciosamente. Esta misma noche.
Los guardias asintieron.
"Si no puedo matarla en las sombras… la aplastaré con la ley."
En la torre, el círculo ultimaba los detalles.
Ronan desplegaba mapas.
—Mis espías confirman que la mitad de los nobles menores nos apoyaría si mostramos pruebas de tu linaje.
Aurelian añadió:
—El pueblo está agitado. Un anuncio público podría volverse una revuelta a tu favor.
Kael habló, grave.
—Pero Darius no se quedará inmóvil. Intentará detenernos.
Aelina se levantó.
—Entonces debemos actuar primero.
Esta misma semana… proclamaré ante el reino quién soy.
Todos asintieron.
"Hoy… dejaré de ser la dama que susurraba en las sombras.
Hoy… renacerá la reina olvidada."
Cuando cayó la noche, Kael permaneció al lado de Aelina.
—Están por venir a por vos. Lo siento en mis huesos.
Aelina lo miró.
—No temáis. Esta vez… les recibiré con la frente en alto.
Kael tomó su rostro con ternura.
—No os dejaré sola. No mientras respire.
Sus labios se rozaron un instante… luego ella se apartó, temblando.
—Kael… ahora no puedo permitirme… sentir.
—Yo sí.
Porque si no os protejo con todo lo que soy… moriré por dentro.
"¿Cómo resistirme… cuando cada parte de mí le grita que me rinda?"
Poco después, espías de Ronan llegaron con urgencia.
—El príncipe ha ordenado vuestro arresto esta noche.
Aelina sonrió con frialdad.
—Que vengan.
Les mostraré que ya no temo a sus cadenas.
El círculo se preparó. Guardias leales fueron convocados.
"Hoy empieza la verdadera lucha."
Mientras tanto, en las mazmorras, Lucas interrogaba a Henrick.
—Habla. ¿Qué planea Darius?
El hombre, vencido, susurró:
—Quiere arrestarla… antes de su proclamación.
Quiere… matarla en secreto.
Lucas sonrió sombrío.
—Demasiado tarde.
Ya has cantado… y ella ya lo sabe.
"Uno menos. Y pronto… uno caerá del todo."
Esa noche, bajo la luz de la luna, Aelina se vistió con su túnica real.
La misma que había pertenecido a su madre.
Frente al espejo, juró:
"Madre. Padre.
Hoy… empiezo a recuperar lo que nos robaron.
Por vos… por el reino… y por mí."
Cuando los guardias llegaron a su puerta, dispuestos a arrestarla…
La encontraron esperándolos… rodeada de aliados armados.
Con voz serena, Aelina habló:
—Decid al príncipe que su reina… no se entrega.