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LA DUQUESA SIN CORAZON

LA DUQUESA SIN CORAZON

Status: Terminada
Genre:Matrimonio contratado / Amor tras matrimonio / Traiciones y engaños / Venganza de la protagonista / Completas
Popularitas:105.8k
Nilai: 5
nombre de autor: CINTHIA VANESSA BARROS

En esta historia, se encontrarán con Ángel, una niña que fue abandonada al nacer y creció en una abadía, donde un grupo de religiosas le ofreció amor y cuidado. Sin embargo, a medida que Ángel va creciendo, comienza a sentir un vacío en su interior: el anhelo de tener un padre, como los demás niños que la rodean. A pesar de su deseo, no se atreve a manifestar sus sentimientos por miedo a lastimar a quienes la han criado, y su vida tomará un giro inesperado una noche fatídica.

Una enigmática mujer aparece y le revela a Ángel un oscuro secreto: es una heredera y debe buscar venganza por la muerte de su madre. Así inicia su transformación en la Duquesa Sin Corazón, una niña destinada a cumplir con un legado de venganza que no es suyo. ¿Qué elecciones hará Ángel en su camino? ¿Podrá encontrar su verdadera identidad en medio de la oscuridad que la rodea?

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CAPÍTULO 10. UNA TUMBA SIN CUERPO

CAPÍTULO 10. UNA TUMBA SIN CUERPO

NARRADOR.

La mañana en el ducado se presentó con una densa niebla, como si el reino entero estuviera en luto. La mansión se había preparado para el servicio fúnebre. Ventanas cubiertas con cortinas oscuras, candelabros plateados iluminando con velas blancas, y los sirvientes lucían túnicas negras con brazaletes como símbolo de duelo.

El velorio de la duquesa Ángela había comenzado.

En el centro del gran salón, un ataúd vacío reposaba sobre un pedestal cubierto de terciopelo negro. La duquesa Ágata había solicitado que se llenara con rosas blancas, los vestidos preferidos de su hija y una carta escrita a mano por ella. Necesitaba un lugar para lamentar, un sitio para depositar su tristeza. . .  aunque el cuerpo no estuviese presente.

El ambiente era denso, cargado de silencios incómodos y palabras que se repetían sin sinceridad. Las condolencias sonaban forzadas. Las reverencias parecían ensayadas. La nobleza asistía por obligación, no por dolor genuino.

Sin embargo, el sufrimiento era evidente en alguien. Y era palpable.

Ágata, al lado del ataúd, se veía pálida y vulnerable con su vestido negro de encaje, y un velo que caía sobre su rostro como un luto tangible. Su mirada era vacía, como si su alma hubiese quedado atrapada en el río con su hija, sus manos temblaban levemente, sostenidas solo por el orgullo.

El primero en presentarse fue el rey. Alto, serio, con un rostro impasible a su lado la reina Adelaida fue quien conmovió a todos.

—Hermana… —susurró al acercarse, y cuando Ágata levantó la vista, ambas se abrazaron en un gesto sincero y roto.

Adelaida, más joven y sensible, no pudo contener las lágrimas. Siempre había tenido un cariño especial por Ángela. La veía como la hija que nunca tuvo. Ahora lloraba como lo haría una madre.

Los nobles miraban la escena en silencio. Algunos con respeto. Otros, con un aire de oportunismo.

No muy lejos, escondido entre las columnas del salón, Douglas observaba la escena con una copa de vino en la mano y una leve sonrisa apenas contenida. Vestía de negro, pero en su mirada no había rastro de tristeza. Más bien, brillaba con un aire de triunfo.

"Todo va como se planeó. "

La duquesa había muerto. Su hija nunca fue hallada. Él ahora era el único heredero legítimo del ducado. Y con la aprobación de algunos nobles que deseaban estabilidad, su posición era casi segura.

"Pronto encontraré a alguien más útil para casarme. " pensaba. Tal vez su amante, o quizás una noble adinerada que ampliara sus tierras. Contaba con varias opciones. Poder. Y una carta que le daba ventaja.

No necesitaba a la niña. No mientras pudiera manejar la situación.

La ceremonia continuó. Las novicias, traídas desde la abadía en ruinas, cantaron un réquiem en latín. Sus voces eran suaves y etéreas, como un susurro que flotaba entre las columnas del salón. La duquesa Ágata no derramó lágrimas.  Simplemente cerró los ojos, como si estuviera rezando en silencio.

Finalmente, el ataúd fue cerrado y sellado. No se colocó en la iglesia ni en un mausoleo familiar. Ágata ordenó la construcción de un mausoleo privado en los jardines de la mansión, junto al lago y rodeado de sauces.

"Al menos ahí podré sentarme y hablarle… aunque no me conteste. "

Una hora más tarde, los invitados comenzaron a irse, susurrando y con murmullos apagados. La tristeza fue sustituida por el sonido de pasos rápidos y promesas de correspondencia. Solo se escuchó una voz alzarse entre tantas despedidas:

—Majestad, la señora duquesa desea hablar con usted… en privado.

Adelaida asintió. Se despidió de los nobles con un gesto amable y siguió a su hermana por los pasillos silenciosos de la mansión hasta llegar a una pequeña sala de música, ahora vacía.

Ágata cerró la puerta detrás de ellas.

Se quitó el velo, mostrando un rostro destrozado, más envejecido que la semana anterior. Sus ojos estaban enrojecidos, pero su voz sonaba firme.

—¿Cuánto tiempo más crees que podré aguantar esto?

Adelaida se acercó y la tomó de las manos.

—Todo esto ha sido injusto. Lo sé. Y conozco lo que piensas…

Ágata apretó los labios.

—Douglas está detrás de esto. Lo sé en mi interior. Él o Isabel. Quizás ambos. Mi hija… mi hija no ha muerto. No la siento muerta.

—¿Y si sí lo está…?

—Entonces lo pagaré con su sangre —susurró Ágata con una frialdad que hizo que la piel de su hermana se erizara—. No descansaré hasta que cada persona involucrada sufra como la abadía que destruyeron.

Adelaida tragó saliva. Por un momento, le pareció que Ágata había envejecido años en un solo día. Pero también vio en sus ojos algo más: una chispa, el último rayo de una madre que aún tenía razones para seguir luchando.

Y mientras el reino lloraba a una mujer que todavía respiraba en algún lugar, una niña, ajena a todo, se acomodaba entre sábanas de seda, en una habitación desconocida, con un retrato sobre la chimenea que tenía sus mismos ojos. . . sin saber que el mundo entero se preparaba para el momento en que descubriría la verdad.

a

ADELAIDA REINA DE MANCHESTER.

REY DE MANCHESTER Y ESPOSO DE ADELAIDA.

1
Hecate ⚡🐍🔥🗡️
que paso con Douglas que lo ubiese torturado cada día de su vida hasta que muriera 10 largo años y con clara me ubiese gustado que tuviera una casa con sus hijas eran inocentes tendrían que tener una buena vida no en la abadía y Isabel ubiese gustado que muera de tristeza sola y que todo los lujos que tenían no llenarán su vacío por ambiciósa
Ara
Me encanta el rey
Ara
Wuiiiiii
Ara
Buenísimo
Maria Consuelo Alvarez Ochoa
me encanta,me tiene atrapada,felicitaciones eres una gran escritora
Ara
Mamá es mamá, sólo ella podía animarla a que se de una oportunidad
Ara
Caray, por qué siempre los tienen que interrumpir
Ara
Desgraciado
Ara
Jijiji 🤭 beso besito besote
Ara
Pues que feo, eso de que no tengas privacidad
Ara
Son tal para cual, la lealtad vale mucho más que el amor
Ara
Excelente, tengo sueño y no puedo dejar de leer
Ara
Los reyes deben ser muy guapos, pues los hijos son hermosos
Ara
Personas reales serían más lindos
Ara
Ojalá e inicien una amistad, y la pueda ayudar, esa madre de Clara, tan ambiciosa que vendió a su hija a un animal
Ara
Linda pareja, ella una belleza y el muy varonil
Ara
Escritora, su redacción y ortografía buenísima, la felicito
Ara
Me tiene pegada, muy buena
Ara
Está muy interesante, manejas bien el vocabulario y transmites emociones
Silvia Izarie
super buena 👍 👍 te admiro chica,ese sentimiento que pones al escribir es maravilloso 👏 👏 👏 felicidades!
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