Maximiliano, un hombre lobo es transportado a otro mundo cuando huía de alguien que lo quería matar, en donde se topa con una humana muy peculiar, quien no solo le atrae, sino que trastoca su mundo y su ser. Juntos descubren que la humana no es de este mundo sino de donde viene Max, un mundo lleno de diferentes razas además de los humanos, y que hay un secreto detrás del encuentro entre los dos, que no solo los pone en peligro, también a sus mundos.
¿Descubrirán cuál es ese secreto? ¿Por qué los pone en peligro ese secreto?
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Capítulo 1
La respiración pesada que se cernía en su ser, mientras corría a toda velocidad que su cuerpo herido podía manejar junto con su ropa desgarrada, eran las menores a sus preocupaciones. La duda, la consternación brillaba en sus ojos verdes mientras era perseguido por humanos. Sin duda, era muy extraño que los humanos tuviesen las agallas para enfrentarse a un hombre lobo. Sobre todo que, al ser una raza cabiaforma, podía transformar su cuerpo a una bestia humanoide que tenía garras, colmillos y un enorme tamaño y fuerza descomunal. Pero sin duda lo hacían, ya que habían logrado lo inimaginable.
Habían logrado, con pócimas, evitar su transformación bestial.
Su cuerpo no reaccionaba ante el pensamiento de transformarse y eso sin duda fue una desesperación palpable. Ni en sus sueños más descabellados, hubiese imaginado que algo así, podría suceder.
Tenía que regresar. Tenía que decirle a su manada, a su raza, lo que los humanos tenían en sus manos.
Sorteando árboles, rocas y arbustos, llegó a lo que parecía una cueva escondida por las raíces de un árbol milenario, entró sin dudarlo, para esconderse, porque además de no poder transformarse, le habían herido, y su regeneración estaba muy lenta. A penas había entrado en la cueva, cuando una luz púrpura en el piso se iluminó. Intentó saltar de regreso, pero sus pies parecían pegados a lo que parecía un símbolo mágico.
Maldijo su mala suerte, cuando un portal se abrió bajo sus pies, tragándolo, dejando solo el eco de su grito.
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Maximiliano cayó pesadamente sobre suelo asfaltado, pero no se demoró en ponerse de pie y continuar escapando, solo para salir a una calle concurrida, con edificios extraños y gente usando ropas raras, carruajes que se movían solos y no tirados por caballos. El ruido constante, las miradas extrañas y el olor que se mezclaba con otros, empezaron hacer estragos en su cabeza. Miró por todos lados, como buscando una salida a todo ello y corrió por la calle transitada. Casi fue golpeado por uno de esos carruajes extraños, pero con un salto logró sortearlo y llegar al otro lado de la calle.
De repente, unos hombres vestidos de azul comenzaron a seguirlo, estaba desconcertado de todo su alrededor, y no se quedaría quieto para que lo atraparan, así que corrió. Sin detenerse esquivó personas y puestos de comida hasta llegar a una esquina, donde había arboles asomándose de un muro. Sin pensarlo mucho, saltó el muro y se quedó pegado a la pared, escuchando como aquellos que lo perseguían habían seguido de largo.
Suspiró aliviado y miró su alrededor.
Había árboles frondosos en el lugar, pero más allá se extendía un campo con flores y más a lo lejos, enormes edificios de arquitectura desconocida. Estaba confundido de todo, y se preguntaba si había viajado a otro continente, se preguntaba si podía regresar a su reino, porque necesitaba pasar la información que había obtenido de primera mano para advertir a su pueblo de lo que los humanos habían logrado con la alquimia, y lo que esos humanos planeaban hacer contra los cambiaformas.
Entonces un ruido cerca de él llamó su atención, poniéndolo en alerta. Quedó totalmente estupefacto ver a una chica levantarse de la cama de flores frente a él. Tenía el cabello tan negro como cuervo, ojos grandes y labios gruesos, parecía una chiquilla. Ella bostezó y se estrujo los ojos somnolienta, y como si hubiera sentido su presencia lo miró directo a los ojos. Los ojos claros de ella lo dejaron aturdido, porque juraría que resplandecieron con un aro verde.
-Aun debo estar soñando – murmuró la chica cuando desvío la mirada – Es imposible que estés aquí.
Se levantó, sacudió la yerba del trasero e intentó marcharse, pero Maximiliano no la iba a dejar que se marchara. Sus palabras lo dejaron dudoso de su llegada al lugar. En un parpadeo, llegó a su lado y la tomó del brazo.
-¿Me conoces? ¿Tú me trajiste aquí?
La chica se detuvo y lo miró, luego miró su brazo, y en un parpadeo se dio un pellizco ella misma. Parpadeó en trance hasta que lo volvió a mirar y Maximiliano sentía perder la paciencia.
-¿Ya terminaste?
La chica abrió los ojos como platos.
-Eres real – murmuró asombrada.
-¿De qué hablas? – tomó su otro brazo y la sacudió – ¡Dime! ¡¿Me conoces?! ¡Cómo llegué aquí!
Pero antes de poder siquiera escuchar algo de esta mujer, ella pudo los ojos en blanco antes de caer en los brazos de Maximiliano, con la conciencia desvanecida.
Maximiliano maldijo y la arrastró hasta la sombra del árbol pegado al muro, la dejó recostada mientras él intentaba acomodar todo lo desconocido en su cabeza. No tenía a dónde ir, porque no sabía nada de este lugar, su ropa estaba rasgada a partes y tampoco podía transformarse, aunque, por el momento, ya podía sentir sus sentidos más agudos, y sus garras se hacían presentes. Pero todo esto sucedió luego de agarrar a la chica, porque con solo tocarla, una extraña energía pasó por su cuerpo, sintiendo que sus poros congestionados, se distendían y la irritabilidad junto con la incomodidad de todo su cuerpo se disipaba un poco.
Miró a la chica aun desmayada y se acercó lo suficiente para inspirar. El aroma que golpeó sus fosas nasales lo dejaron ebrio, y vergonzosamente, su entrepierna se irguió orgulloso, dejándolo estupefacto. Antes de siquiera intentar calmarse, la chica se despertó, viendo sus ojos tan cerca, dejándolo atontado.
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Raven More, abrió los ojos, sintiendo un ligero dolor de cabeza, pero la imagen cerca del rostro del hombre que había plagado sus sueños, la dejaron descolocada. Los ojos verdes del hombre de cabellera castaña, frente a ella, la dejaron sin aliento.
En su sueños a penas y podía ver su silueta, o su rostro definido, sin embargo, ahora que lo tenía justo frente a ella, la dejaba sin respiración por lo guapo que era. Nunca tuvo un chico cerca de ella ni por casualidad, y menos a uno que podía ser modelo o estrella de cine.
Se alejó del muchacho y se sentó, sintiendo su corazón acelerado. De nuevo se pellizco para cerciorarse si no era uno de su sueños y no, no estaba soñando, pero no por ello dejaba de ser todo inverosímil. Intrigada de la mirada penetrante de ese hombre, y aun con la mente brumosa de la incredulidad, se atrevió a pellizcarlo. Lo vio fruncir el entrecejo y luego sintió cómo el sujetó su mano, no fue rudo, pero era firme. La palma de su mano era áspera y callosa, dándole una sensación estremecedora, pero no de miedo, sino de inquietud, tal era así, que su corazón aleteó con ímpetu. Hasta que su estómago sonó en medio de sus miradas intensas.
Raven se sonrojó ante tan inoportuno ruido y desvió la mirada. Escuchó una risa a su lado, haciéndola mirar de nuevo al hombre, porque su risa gutural la hizo temblar, sacudiendo todo su cuerpo, aumentando el calor de todo su cuerpo.
Qué le pasaba.
Jamás se había sentido así con nadie, ni siquiera con los chicos que llegaron a gustarle en la escuela media. Tal vez era debido que tampoco ellos la miraban y pasaban de largo, mientras que éste hombre guapo, no apartaba su mirada de ella, aunque solo sea por curiosidad.
Entonces notó su ropa raída, y que no se parecía a las ropas modernas, eran más como ropa de épocas antiguas, y las botas de cuero rotas, no eran de marca conocida, incluso el cabello del hombre era largo hasta los hombros, amarrado en una cola descuidada, dándole un toque salvaje, estilo que pocos hombres usaban, porque el corte de cabello de moda eran los que tenían diseños en el cuero cabelludo.
-¿Quién eres? – al fin preguntó. Ya lo había visto en sus sueños, bueno alguien similar con un cuerpo más grande, con una barba tupida y garras.
-Eso yo te pregunto – le respondió él con una voz grave de barítono, haciéndola temblar por ese tono tan varonil – Quién eres, cómo me trajiste aquí.
-¿Qué te ha hecho pensar que fui yo quien te trajo?
-Entonces, ¿cómo me conoces?
Raven arrugó el entrecejo.
-Disculpa, pero no sé quién eres. Cómo diantres voy a saber cómo llegaste aquí.
-Pero me has visto.
-Bueno – desvió la mirada – Solo en sueño y eran de una masacre – se excusó, no quería que pensara que lo soñaba en otras circunstancias.
-Eso suena interesante, qué clase de masacre.
-Qué voy a saber – respondió a la defensiva – Solo eran sueños y muy fragmentados, ni siquiera sé si eras realmente tú.
Raven estaba un poco alterada, ni ella sabía qué estaba pasando, esto parecía sacado de un libro, pero antes de excusarse para escapar, una garra apareció frente a sus ojos, dejándola estupefacta.
En el dedo índice de él, había una enorme garra filosa. Era amenazante. Miró el rostro del hombre solo para ver que los ojos verdes habían sido reemplazados por unos amarillos brillantes, asustándola.
-No puedes inventar excusas.
-¡No estoy inventando nada! ¡Quita esa, esa cosa de mi cara!
De repente una ráfaga de viento los envolvió ante el grito de Raven, dejando a ambos estupefactos.
-¡Eres una bruja! – concluyó Maximiliano.
-¡Y tú eres un monstruo! ¡A quién llamas bruja!
Maximiliano exhaló molesto y guardó su garra. Jamás esperó que todo esto se debiera a una bruja, si eso fuese así, tal vez no tardaría mucho en poder regresar a su tierra. Las brujas tenían una magia poderosa, que incluso podían abrir portales, pero nunca escuchó acerca de tierras extrañas en las anécdotas de los viajes de las brujas.
-Bruja, una raza. No lo digo para insultarla.
-¿Bruja? – ella río nerviosa – Aquí no existe magia, cómo demonios podría ser una bruja.
-Lo que acabas de ver, es la expresión de tu magia.
-Entonces – lo miró – ¿Eres un brujo también?
-No, soy un cambiaforma, de la raza de hombres lobo.
Raven soltó una risa. Cuando vio la seriedad del hombre, se calló.
-¿es en serio?
-¿Tú que crees?
-Esto debe ser un maldito sueño.
Desafortunadamente no lo era.
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Hola!!
Soy Koh. Bienvenidos a un nuevo mundo, espero me sigan acompañando en este viaje.
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