Izan Noah era un alfa ambicioso, estaba a solo un paso de conseguir aquel puesto tan ansiado por todos, La cima de aquella piramide que los mismos Alfas crearon. Sin embargo, su destino se entrelaza con el de Luna, una mujer extraña con demasiados secretos por descubrir, a quien salva de un ataque brutal. Los recuerdos de Luna son escasos, pero poco a poco revive el doloroso pasado de su familia, masacrada por la manada de Izan. Enamorarse del delicioso olor que emanaba del hombre que la habia salvado habia sido imposible de evitar, Su destino era estar a su lado. Pero que pasara cuando descubra que el puesto que Izan desea, en realidad, le pertenece a ella. Ahora, entre la verdad, el amor y la venganza, Luna debe decidir: ¿seguir a su compañero o destruirlo?
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8. Alfa
Luna temblaba echa un ovillo en el mueble de la sala en dónde vivía con la Omega, Katia había intentado calmarla con todas sus fuerzas, Luna estaba agarrada con fuerza en la tela de su ropa como si tuviera miedo de que si la soltaba ella podría desaparecer, murmuraba incoherencias, tan bajito que la Omega no podía entender ninguna palabra que salía de su boca.
Luna estaba atrapada en su mente, la buscarían, iban a castigarla, el tiempo se estaba agotando, ella no podía dejar a la Omega sola, nadie podía lastimar a la Omega, Astor debería estar aquí, debería estar cuidandola, si esa mujer volvía, ella no podría hacer nada, aceptaría cualquier castigo que le pusieran, daría lo que fuera por la seguridad de la Omega, de la mujer que la había amado todos estos días, que la había cuidado, que había salido a defenderla aún cuando sabía que un Omega jamás podria ir en contra de un Alfa, fuera puro o no... Sus sentimientos por la Omega habían nacido sin darse cuenta, fue tan natural como si hubiera nacido para amarla, como si todo esté tiempo hubiera vivido solo para llegar aquí, a los brazos de la Omega, todo fue tan rápido que incluso en algún momento llegó a asustarse, de la rapidez con la que se había acostumbrado a la Omega, a su olor y su compañía... Si la lastimaban por su culpa... Jamás iba a perdonarse.
La puerta de la casa sonó abriéndose, el olor a madera y eucalipto inundó el hogar, Luna levantó la cabeza hacia donde venía aquel olor, estiró su mano temblorosa y gimió._ Alfa._ su cuerpo tiritaba tembloroso, sentía frío aún en el calor de la casa de la Omega, algo dentro de ella necesitaba volver a sentir el calor de las manos del alfa, sentirse segura a su alrededor.
Katia la miro sorprendida, Luna nunca había actuado así, incluso cuando estaba aterrada jamás buscaba de nadie, le aterraba la cercanía de todos incluso a veces la suya misma, sus ojos fueron a parar a Astor de pie a solo pasos de ellas, sus ojos brillaban amarillos como el amanecer, dió un paso hacia ella, una mano en su hombro lo detuvo, Izan se movió detrás de el deteniendo su caminar, lo miró serio, Astor se hizo a un lado incapaz de desobedecer a su alfa.
Izan la vio temblorosa, con su mano estirada, escucharla rogar por un Alfa había puesto sus pelos de punta, había traído tantas preguntas a su mente, Su lobo gruñía en su interior queriendo impregnarse en ella, darle el calor que necesitaba.
._ Luna._ Su nombre salió de sus labios, Luna se movió hacia atrás soltando un chillido, sus brazos se abrieron tomando una postura protectora alrededor de la Omega, sus labios temblaban, su garganta estaba cerrada, el olor de su miedo impregnó el lugar opacando todos los olores, Izan la miró sin comprender, era el, el que le causaba tanto miedo... ¿Por qué?
._ Luna... ¿Que sucede?._
Luna no podía pensar en más nada que no fuera cuidar de la omega._ No... No la lastimes... Alfa._ su voz se escuchó tan suave y temblorosa, algo en el pecho de Izan vibró con solo escucharla llamarlo de esa manera, el era su alfa, el único que tendría, el único al que debería llamar de esa manera, dió un paso hacia ella, Luna salto en su lugar nerviosa, el olor a pastel de limón la rodeo por completo, su boca se volvió agua solo de sentir su olor, había algo en el olor del alfa que siempre la hacía sentir mareada, su olor parecía intensificarse cada vez más.
Izan la observaba fascinado, sus brazos cayendo flácido a los lados, el olor de sus feromonas rodeándola por completo, quería gruñir de satisfacción de solo verla de esa manera, volviéndose tan vulnerable a su alrededor, necesitaba tocarla, no debería hacerlo, Si, habían muchas cosas que no debería hacer cuando se trataba de ella, pero eso nunca lo detuvo, su mano se movió como si tuviera vida propia posándose en su cabello, se sentía tan suave como se veía, tan blanco y brillante como la Luna, su nombre quedaba tan perfecto con ella, Ella era su Luna, tan brillante e inalcanzable, parecía estar tan cerca, orbitando a su alrededor, pero el nunca podría llegar a ella, sus dedos se pasearon entre su cabello, estaba hipnotizado por ella, su parte racional le pedía a gritos que se alejara de ella, el olor a chocolate lo estaba rodeando por completo, como si de alguna manera sus aromas se reconocieran y quisieran estar tan juntos hasta convertirse en uno solo.
Luna se sentía flotar en una nube de pastel de limón, podía sentir el sabor entre sus labios, la caricia del alfa en su cabello, debería haberse alejado, pero no podía, algo dentro de ella le exigía quedarse ahí, no quería alejarse de ese olor, de la delicadeza con la que alfa estaba acariciando su cabello, sus ojos se cerraron complacidos y un jadeo salió de sus labios sin poder controlarlo, se sentía hipnotizada por su olor, por su cercanía, el calor de su caricia, ni siquiera estaba pensando claro en lo que estaba sucediendo, El Alfa más temido entre los cambiaformas estaba acariciando su cabello como si ella fuera una pequeña niña y ella estaba ahí recibiendo su caricia como si estuviera sedienta y esa caricia fuera la última gota de agua en la tierra, ¿porque se sentía de esa manera? ¿porque el olor del alfa siempre lograba calmarla? ¿porque se sentía segura con alguien a quien no conocía?... talvez era solo... porque el la había salvado.
._ Nadie va a volver a dañarte nunca mas, yo voy a cuidarte, no volverán a lastimarte, no has hecho nada malo, no temas._ las palabras salieron tan dulces de los labios de Izan, la miro tan sumisa, tan indefensa, quería que ella lo supiera, que ella estuviera segura._ Lo entiendes?._
Sus palabras habían sido tan reconfortantes para Luna, ella quería creerle, deseaba creer en el hombre que la había salvado, el dueño del olor más delicioso que había tenido el placer de sentir, quería creer... que el nunca la dañaría.
Luna asintió con la cabeza lentamente, Izan la tomo del rostro dejándose llevar por sus instintos, acercó su rostro al de Luna, dejando su frente junto a la de ella, un suspiro tembloroso salió de sus labios, estaba tan cerca, su olor lo estaba enloqueciendo, quería meter su rostro en su cuello y quedarse ahí para siempre, ella no era consciente del poder que tenía sobre el, de lo mucho que se estaba resistiendo.
._ Dime Luna, ¿confías en mí?._
._ Si... Alfa._ las palabras salieron de sus labios, quería confiar, el nunca la dañaría, El no quería nada de ella... Izan... El no sería capaz de dañarla... cierto?