Me Convertí En La Concubina Despreciada

Nora quien estaba escondida en una columna, se fue de allí a la habitación de su malévola ama sin que la vean. Tenía que informar sobre lo que estaba pasando.

Mientras, el emperador al estar a solas con aquella mujer inmoral, comenzó a romper todo lo que veía.

Nunca en su vida se imaginó estar pasando por semejante vergüenza, ahora será la burla de los sirvientes, ya que parece ser, que aquella noche Maricela sí estuvo con su amante y ella misma lo mató, es solo que quiso hacer un drama.

La emperatriz estaba asustada, no entiende lo que está pasando y por eso intenta hablar con el emperador, tiene que salvar su pellejo a como dé lugar.

—Esposo, no puede perder el control, estoy segura de que si estoy embarazada ese hijo es de los dos, los tiempos de embarazo no son certeros, tenemos que esperar— dice ella, pero el emperador no estaba dispuesto a escuchar su argumento.

Dejó de romper, si, Pero seguía enojado

—No me tomes por tonto emperatriz, se bien que ese hijo bastardo no puede ser mío, ambos llevamos tiempo sin compartir alcoba, será mejor que te deshaga de ese bastardo que llevas en el vientre, antes de que la gente hable mal de mí, no seré la burla de la sociedad, no seré el cornudo del año — le grita el emperador y luego sale de la habitación de la emperatriz muy enojado y azotó la puerta al salir.

Al estar sola, la emperatriz se desploma en el suelo, su vida se acaba de derrumbar por completo, no entiende cómo estaba embarazada, cuando ella y el emperador tienen tiempo de no estar juntos.

Su lógica estaba fallando y cree que lo que estaba pasando es fruto de un mal sueño.

Pero estaba lejos de ser un sueño, ya que al día siguiente los demás ministros del imperio se enteraron.

De forma inmediata, todos se reunieron con el emperador, y le exigen que destituya a la emperatriz de su cargo, pero el primer ministro intervino por su hija, aquel hombre estaba de mal en peor, ya que la moral de la emperatriz le ha afectado. Esta vez los sirvientes de las concubinas son lo que han vuelto a iniciar el chisme.

Nadie dice nada, pero sus socios estaban renuentes a hacer negocios, y ahora estos ministros piden la destitución de la emperatriz, y él no puede permitir que algo como eso llegue a pasar.

Si Maricela deja de ser la emperatriz, su estatus de primer ministro, se irá al caño.

—En el imperio no existe una mujer como mi hija, no pueden destituirla de su cargo solo por rumores, nadie garantiza que lo que dicen de mi hija es real, seamos lógicos— le dice el ministro a todos.

El padre de la tercera concubina salió a hablar. Aquel hombre le conviene que Maricela deje de ser la emperatriz, de los allí presentes, él es quien más influencia tiene.

—Esto es el colmo, su hija tiene mala reputación, y ahora se dice que ella está embarazada, estamos seguro de que ese hijo es de su amante— le grita el padre de aquella mujer y el ministro se pone rojo de la vergüenza.

—No sabemos si es real lo que dicen de los chismes, además nadie puede difamar a mi hija, es la emperatriz por amor a Dios— grita el impaciente, y el emperador interviene.

Tiene que salvar la imagen de Maricela, y de paso la suya.

—Todos cálmense, no podemos asegurar que el hijo que está esperando la emperatriz no sea mío, tenemos que esperar a ver qué sucede— gritó el emperador con voz de enojo.

Aunque la discusión terminó, todos murmuraban sobre la situación, y no estaban de acuerdo en la conducta de la emperatriz. Es inaceptable la conducta que dicha mujer ha presentado.

Como no llegaron a nada, el emperador despide a los ministros, Pero nada más salir del salón del trono, fue a descargar su irá en la oficina de la emperatriz.

Ella cuando él llegó estaba trabajando en su oficina.

—Eres la vergüenza del imperio y yo soy el cornudo del año, ¿qué se supone que haré?— preguntó el emperador muy enojado, mientras toma todo lo que estaba en el escritorio de la emperatriz y lo arroja al suelo.

Ella estaba asustada y por eso trató de mediar con el emperador, tiene días pensando en lo mismo, y llegó aún conclusión.

—Tengo que eliminar a ese hijo y hacer creer que solo un malentendido, matemos al doctor, ya que él fue quien diagnosticó el embarazo — le dice ella y el emperador se calmó.

Tras pensarlo mejor, la emperatriz tiene razón, si elimina al problema de raíz, y de paso al doctor, se puede decir que solo fue un error de aquel sujeto, con la intención de difamar a la familia imperial.

Además se puede acusar al doctor de calumniar a la familia imperial y eso es algo que amerita la muerte.

—Eso haremos, para nada conviene que esto siga escalando a más— reflexiona el Alfonso y ambos siguen haciendo sus planes para matar al doctor.

Ahí en la habitación, estaba la araña espía mirando todo, Charlotte la había mandado a espiar a la emperatriz, esperando encontrar una oportunidad para acabar con ella de forma definitiva.

Cuando la araña espía llegó a dar su informe, ella supo de inmediato que tenía que actuar esa noche, no puede dejar que su buen amigo el doctor muera en manos de esos infelices.

Por lo que tras planear bien su próxima jugada, Charlotte esperó a que su doncella y amiga venga a la habitación, y le dijo su plan.

Ella estuvo de acuerdo en ayudar a su amiga a limpiar el palacio de esa emperatriz, su buen hermano está en peligro.

Ambas estaban haciendo el mejor plan para eliminar a la emperatriz, y lo llevarán a cabo cuando llegue la noche.

La vida del doctor estaba en juego.

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*Nota

Nos vemos, no olviden dejar su lindo apoyo.

Feliz fin de semana