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Mi Arrogante Secretaria

Mi Arrogante Secretaria

Status: Terminada
Genre:Embarazada fugitiva / Malentendidos / Reencuentro / Romance de oficina / Completas
Popularitas:34.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Yoisy Ticliahuanca Huaman

Abril Ganoza Arias, un torbellino de arrogancia y dulzura. Heredera que siempre vivió rodeada de lujos, nunca imaginó que la vida la pondría frente a su mayor desafío: Alfonso Brescia, el CEO más temido y respetado de la ciudad. Entre miradas que hieren y palabras que arden, descubrirán que el amor no entiende de orgullo ni de barreras sociales… porque cuando dos corazones se encuentran, ni el destino puede detenerlos.

NovelToon tiene autorización de Yoisy Ticliahuanca Huaman para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 16: Discusión

El comedor principal, con su larga mesa de caoba y candelabros de cristal, brillaba bajo la luz cálida de las lámparas antiguas.

Aurora después de renegar con el esposo por no querer celebrar su cumpleaños como ella queria, había organizado la cena “familiar” con un propósito oculto: desenmascarar a Abril.

Pero la tensión se podía palpar en el aire. Aurora, en la cabecera de la mesa, la observaba con una sonrisa forzada.

A su lado, Catalina, impecablemente vestida, fingía timidez mientras en realidad esperaba el momento de atacar.

Antes de que comenzara la cena, Alfonso se puso de pie y alzó la voz con la solemnidad que lo caracterizaba:

—Familia, buenas noches. Gracias por estar aquí, esta reunión demuestra el cariño que todos sentimos por mi padre en este día tan especial. Y aunque no quiero robar protagonismo al cumpleañero, deseo aprovechar este momento para presentarles a alguien muy importante en mi vida… —hizo una pausa, apretando la mano de Abril—. Ella es mi novia… y la mujer con la que deseo casarme algún día.

Un murmullo recorrió la mesa. Abril, que hasta ese instante solo esperaba una presentación discreta, sintió cómo el corazón se le aceleraba.

La declaración de Alfonso la tomó por sorpresa y, a la vez, la llenó de emoción. Apretó con fuerza la mano de su novio y, con la voz temblorosa, se presentó:

—Mucho gusto… soy Abril Arias.

El silencio se quebró con sonrisas y palabras de bienvenida de la mayoría de los presentes. Sin embargo, tres miradas permanecieron frías e implacables: Aurora, la madre de Alfonso; Lorena, su hermana; y Catalina, que ardía de celos al ver la atención que Alfonso dedicaba a aquella joven.

Durante la cena, las conversaciones eran superficiales hasta que Catalina, con voz suave pero cargada de veneno, rompió el hielo:

—Abril, querida… qué interesante tu apellido Arias. No recuerdo haberlo escuchado entre las familias importantes de Cenepa. ¿De dónde vienes exactamente?

Abril se tensó, sintiendo todas las miradas sobre ella. Apretó la mano de Alfonso bajo la mesa, buscando apoyo. Antes de que pudiera responder, una de las preguntó una de las tías con amable curiosidad.

—¿Y cómo se conocieron? —

Abril, dejando atrás un poco de su timidez, respondió con sinceridad y una sonrisa dulce que iluminó su rostro delicado:

—Soy la secretaria de Alfonso. Entré a trabajar hace unos meses y… después de muchas discusiones y choques de carácter, terminamos enamorándonos.

La mesa se llenó de risas suaves y comentarios tiernos. Para algunos, la confesión sonaba como una historia de película; para otros, especialmente para quienes la observaban con recelo, era la prueba de que aquella relación no encajaba en el mundo Brescia.

Aurora intervino con una sonrisa hipócrita.

—Sinceramente, alguien tan joven y… con una vida tan poco convencional… ¿qué experiencia puede tener para estar al lado de un hombre como Alfonso?

El golpe fue directo. Algunos de los presentes empezaron a cuchichear. Abril sintió cómo el rubor subía a sus mejillas, pero antes de que hablara, Alfonso dejó el tenedor sobre el plato con un golpe seco.

—Basta. —Su voz retumbó en la sala, haciendo que todos callaran—. Abril no tiene que dar explicaciones a nadie. Está conmigo porque yo lo decidí, y porque me da la gana.

Las sonrisas que habían acompañado la presentación se congelaron de pronto. Los presentes, acostumbrados a reconocer las marcas más exclusivas,tambien se dieron cuenta de que Abril, siendo solo una secretaria, vestía con prendas que superaban con creces el sueldo de alguien de su posición. No era cuestión de clases sociales —la familia Brescia despreciaba a los interesados— y ante sus ojos, esa era precisamente la imagen que Abril proyectaba: la de una trepadora.

Lorena, la hermana de Alfonso, no tardó en señalarlo. Reconoció de inmediato la marca del abrigo de Abril, una firma reservada para clientes selectos y millonarios.

Con voz cargada de veneno, lanzó la primera puñalada:

—Para ser secretaria, dudo que te alcance para lo que vistes. Está clarísimo que eres una aprovechada… seguro el tonto de mi hermano está derrochando dinero en su novia interesada.

Los murmullos se alzaron alrededor de la mesa. Pero Lorena, encendida por la rabia, fue más allá. Sus palabras cayeron como látigos, cargadas de desprecio:

—¡Alfonso! ¿No te cansas de andar con tantas golfas? Ahora pretendes hacer esposa a una de ellas. ¡Me das vergüenza! Todas las mujeres te usan como si fueras su cajero, y encima contratas a alguien que solo sabe abrirse de piernas en tu oficina. Porque, seamos sinceros… esta mujercita no parece servir para nada más.

Un silencio helado cubrió la mesa, roto de golpe por el sonido seco de una bofetada. Todos giraron para ver a Lorena llevándose la mano a la mejilla, con los ojos abiertos de incredulidad.

Quien le había cruzado el rostro no era otro que su abuela, María, que la miraba con una severidad demoledora.

—¡¿Qué te pasa, abuela?! —exclamó Lorena, fuera de sí—. ¿Estás defendiendo a esta… mujerzuela?

La anciana alzó de nuevo la mano, dispuesta a repetir el castigo, pero Abril, con los ojos rojos de contener las lágrimas, se levantó y sujetó con delicadeza la mano de María.

—Por favor, abuela… deténgase. Esto le hace mal —susurró con voz quebrada, intentando calmarla.

Ese gesto, tan tierno como atrevido, encendió la furia de Aurora. La madre de Alfonso se levantó de su asiento, protegiendo a su hija y clavando una mirada de odio en Abril.

—¿¡Abuela!? —espetó con indignación—. ¿Quién te dio derecho a dirigirte así a mi madre, mocosa del demonio? —Luego abrazó a Lorena y, mirando a su madre con desprecio, añadió—: Madre, ¿cómo puede levantarle la mano a su propia nieta por culpa de una cualquiera?

La abuela bufó con indignación y recorrió la mesa con la mirada. Todos los presentes tenían el mismo gesto de incomodidad, algunos incluso de enojo hacia Abril, como si ella fuera la culpable de arruinar la armonía familiar.

María negó lentamente con la cabeza: ninguno de ellos sabía realmente quién era esa muchacha, y aun así se atrevían a juzgarla con tanta crueldad.

Abril, agotada de las humillaciones, sintió cómo el peso de su apellido Ganoza emergía en su interior.

Se irguió con altivez, sus ojos brillando con una chispa de orgullo y rebeldía, y con una sonrisa irónica rompió el silencio:

—¿Cualquiera? ¿Mujerzuela? ¿Qué más? —preguntó con sorna—. Lo que yo vista o deje de vestir no es asunto de nadie. Y si Alfonso me paga para tenerme en su cama, tampoco debería importarles. ¿En qué les afecta?

Se equivocan si creen que soy la típica mujer que se arrodilla ante la familia de su novio para complacerlos. Su opinión me interesa poco y nada.

El murmullo estalló en la mesa, pero Abril no se detuvo.

—Y no se preocupen —continuó con un deje de ironía venenosa—. Me largo de su dichosa fiesta familiar. Pero que quede claro: esto no significa que vaya a terminar con Alfonso. Seguiré disfrutando de su dinero… y de sus caricias en su propio escritorio de trabajo.

El golpe de sus palabras cayó como un jarro de agua helada sobre los presentes. Abril giró entonces hacia la abuela, y con ternura inesperada, depositó un beso en su mejilla.

—Me retiro, abuela. No me quedaré en un lugar donde no me quieren.

María la estrechó en un abrazo, aprobando con un leve asentimiento su decisión.

Luego Abril buscó la mirada de Alfonso y lo besó apasionadamente delante de todos, desafiando cada par de ojos que la observaban.

—Mi amor, pide al chofer que me lleve a casa. Quédate tú, es tu familia. Yo necesito estar sola —dijo con firmeza.

Alfonso no quería dejarla ir, pero la mirada acusadora y determinada de Abril lo obligó a ceder. Asintió en silencio, y juntos caminaron hacia la salida. Antes de permitir que partiera, tomó del brazo al chofer y lo miró con una seriedad helada:

—Si a mi novia le pasa algo, considéralo tu último día de vida.

El chofer, aterrado, asintió con respeto, y el vehículo partió con Abril.

Alfonso quedó de pie en el umbral, con el corazón ardiendo de rabia, dispuesto a ajustar cuentas con su madre y su hermana por la humillación que acababan de hacerle vivir a la mujer que amaba.

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Mirla Loyo
ella está viva, de seguro provocó que el carro se accidentara dejando sus documentos, para irse 🤔
Mirla Loyo
ésa fué Paula, ella sospechaba quien era 🤬
Mirla Loyo
qué mujer tan estúpida, de seguro ésa tiene algún guardado 🤬
Arelis Corona
Linda historia, gracias muy fresca, me gusto mucho ❤️
TICLY: Gracias por su apoyo 🤗
total 1 replies
dayana espejo gonzalez
Maravillosa historia, tienes un talento increíble!!!!!!Felicidades!!!!!
TICLY: Gracias por el apoyo 🤗
total 1 replies
Helizahira Cohen
Es buena, estilo romántico pero es entretenida, corta y sin rollos locos, gracias 👏
TICLY: Gracias por su apoyo 🤗
total 1 replies
Roxy Sanchez
y no es mentira mi hijo solo quería los brazos del papá y hasta la fecha tiene 24 años y siempre está al pendiente del papá
Nancy Scheherezada Perez Perez: Si ya desde el vientre solo lo quería a él para calarle la inquietud a la mamá, jajaja. No les queda de otra qué resignarse
total 1 replies
Nancy Scheherezada Perez Perez
Menos mal que no la mato, y ahora deben tener mas cuidado con esa loca qué anda suelta, le puede hacer daño a Abril
Nancy Scheherezada Perez Perez
Jajaja, ese comentario si que fue desafortunad y la caprichosa como que se está pasando con sus berrinches
Hilda Chacon
Excelente
Nancy Scheherezada Perez Perez
Pero esta sra no aprende, menos mal que el marido la escucho y puso fin a todas sus intrigas, ademas puso en su lugar a Catalina. Ojalá entienda y no haga nada estúpido o pagara las consecuencias
Nancy Scheherezada Perez Perez
Los abuelos son tan importantes en la vida de los nietos, con su apoyo incondicional y a toda prueba
Monica Raquel Martin
me encantó es una de las pocas historia que na hay drama ni secuestro a pesar de las malas intenciones de las putizorra y ambiciosa fue una gran historia de amor👏👏👏👏
TICLY: Gracias. Un abrazo 🤗
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Nancy Scheherezada Perez Perez
Porque no dejaron que fuera ella quien le diera la noticia que iba a ser padre?
Nancy Scheherezada Perez Perez
Idiota, existe la comunicación y el escuchar la versión de la otra persona. Te vas a arrepentir
Roxy Sanchez
pobre Abril no se imagina que tiene 3 enemigas espero que el papá de la cara por ella
Nancy Scheherezada Perez Perez
Uuuf y ahí empezará el amor que ninguno querrá aceptar pero que sentirán con intensidad
Nancy Scheherezada Perez Perez
Yo creo que eso mismo va a inventar Ale, que esta embarazada
Ale 🇨🇱
Me encantó la historia, ahora esperaré la historia de la berrinchua de Zoe, creo que sera muy cómico ver a Alfonso, en su papel de padre celoso y tierno protector de su joya Zoe. También sería cómico verlo nuevamente como padre en una edad un poco mayor 🤭
Nancy Scheherezada Perez Perez
Que se cree este idiota, adueñarse del tiempo de ella?
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