La Protagonista Prefiere Escapar De La Trama.

Aisha se desmayo después de que la flecha fuera retirada, incluso las doncellas cuestionaron el rubio por haber sido tan rudo al momento de retirarla y se asustaron cuando la sangre comenzó a salir aun más, pero, el chico uso magia para detener la hemorragia y aunque la herida fue cerrada, el dolor seguiría presente y la chica debe de reposar al menos una noche.

—agradecemos su ayuda, alteza, aunque la señorita estaba peleando, ellos tuvieron ventaja.— se preocupa el guardia.

—suele pasar. Tiene suerte de que ya estuviese rastreando a eso ladrones.— responde el chico.

—aun así se lo agradecemos, alteza.— hace una reverencia.

Pronto los escoltas del rubio llegan trayendo también su cabello, mientras le avisan que su abuela ha llegado a la mansión Steiner sin ningún percance. Y ya que todos van al mismo lugar, porque regresarán a Aisha a la mansión, el rubio deja que vayan cerca por seguridad.

Al llegar a la mansión, la abuela de Aisha se asusta al saber lo que paso y corre para ver a su nieta, quien baja del carruaje siendo ayudada por las doncellas.

—Aisha, mi niña, mira nada más como has quedado. Malditos sean esos hombres.— grita la mujer.

—estoy bien abuela, por suerte, se defenderme.— responde Aisha.

—¿y por eso recibió una flecha en la pierna?— interrumpe la voz masculina.

—¡Helios!, por los dioses, no seas grosero.— regaña una nueva mujer, esta a diferencia de la abuela de Aisha no luce tan mayor.

Aisha mal mira al rubio.— retiro lo dicho antes, no eres un ángel, eres un demonio.—

—y usted una pervertida.— se encoge de hombros.

Las abuelas se miran entre si, dejando salir una risilla al notar la interacción de sus nietos.

—ya, ya, vamos dentro de la casa, Aisha debes de descansar.— la anciana mira a Helios.— ¿puedes ayudarla a subir?— pide.

—los guardias pu...

—eso no será problema, anda Helios, ¿o no puedes cargar a una señorita?, ¿tan débil eres?— le regaña su abuela.

Helios chasquea la lengua, pero, carga a Aisha subiéndola a su hombro como si de un costal se tratará, causando reclamos de su abuela, mientras que Aisha le grita que la baje dándole golpes en la espalda.

—salvaje, así no se trata a una dama...—

—no llevo a una dama, así evito ser atacado de nuevo.— responde Helios.

Al llegar a la alcoba, las doncellas que iban tras ellos abren las puertas y estando ya frente a la cama, Helios la deja caer sobre esta causando que Aisha ruede y caiga del otro lado, causando un alboroto entre las doncellas quienes corren a ayudarla.

—¡ah mi maldita pierna! — grita Aisha, el golpe le había dolido.

Helios solo desvía la mirada, en su vida había escuchado a una mujer maldecir de esa forma.

Helios bajo hacía el jardín, donde su abuela estaba con la mujer Steiner, bebiendo el té, ambas hablan de lo lindos que se veían sus nietos juntos, y que al parecer se han llevado.

—abuela, ¿de donde saca que me llevo bien con esa señorita?, no tienes idea de lo que hizo.— reclama molesto y desviando la vista.

—Helios, no seas así, la señorita es linda y le decía a Olive, que quizás deberías quedarte un tiempo y conocerla.— menciona emocionada su abuela.

—¿que?, no, de ninguna manera, tengo deberes en el palacio.— reclama.

—yo me encargo de eso, además ya tienes veinticinco años, a tu edad, yo ya tenía a tu padre y a tu tía.— responde la mujer.

—bien por usted abuela, pero, yo estoy bien, además la señorita no es mi gusto.— frunce los labios.

—¿por qué no?, no es porque sea mi nieta, pero es linda, y además, es muy buena en la magia, su bestia sagrada es muy poderosa.— presume orgullosa.— y lo mejor, es soltera.

—me alegro por usted, madam Steiner, pero estoy bien así.— a la mujer la falto decir que su nieta también es una atrevida.

—no seas tímido, a sus padres no les molestará que seas de otra especie, siempre y cuando seas un buen hombre.— asegura la anciana.

Helios solo escucha a las mujeres hablar, tal parece están decididas a emparejarlo con la chica pervertida.

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Aisha por su parte, estaba en su alcoba, sentada en el sofá con la pierna sobre la mesita de centro, mientras su pequeña ave revolotea por la habitación.

—mmm...no era así como debería de conocerlo...—

Según recuerda, la forma en la que Aisha y Helios se conocen es porque en el pueblo, a Aisha la empiezan a acosar en el pueblo por unos borrachos, ella intenta irse, pero estos insisten e intentan arrastrarla a un callejón y es cuando Helios la salva de esos pervertidos.

—bueno, también me salvo, pero no fue nada amable.— chasquea la lengua.

Su pobre pierna aun duele y ese rubio no tuvo tantita delicadeza al sacarle la flecha.

—ya lo verás, me vengare...—aprieta los puños sacando algunas chispas púrpuras.

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En la capital del reino Khaelun, Briana se sigue enfrentando a las consecuencias de sus actos, en especial cuando se supo que Aisha salió de la capital. Todos hablan de lo bajo que ha caído solo por quitarle a su hermana menor a su prometido.

Pero lo peor para ella, es que Oscar nisiquiera la visita, y cuando ella lo busca, el chico rechaza verla, lo cual para ella es molesto, pues cuando estaba comprometido con Aisha, la acompañaba a fiestas de té, la visitaba dos o tres veces al mes, pero ahora, todo el tiempo dice estar fuera del reino y cuando le envía una carta, no recibe respuesta.

—¿por qué?, yo hice todo por tenerlo...¿por qué me rechaza?— grita tirando la mesita de centro de su habitación.

—¡basta Briana!, ¿que esperabas?, a ese joven le gusta Aisha y eso no lo puedes cambiar.— le regaña la condesa.

—pero paso la noche conmigo...— reclama.

—eso no significa nada, no se porque lo hizo el joven duque, pero tú, solo has arruinado tu vida.— responde la condesa..

—mi vida esta bien, me casaré con un buen hombre y seré feliz...cuando vivamos juntos, el joven duque me conocerá mejor y tendremos un matrimonio perfecto.— sonríe.

La condesa solo mira con tristeza a su hija, no solo arruino su vida al entregarse a un hombre que no la quiere, también arruino su relación con su hermana y con su reputación ahora esta siendo pisoteada.

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