Tal Vez Lo Nuestro Era Conocernos, Pero No Estar Juntos

¡Hoy por fin tenemos fiesta! Estamos en las fiestas de carnaval y vamos a salir a las caminatas.

—¡Maaa! ¿Has visto mi vestido de flores? —grité desde mi habitación con urgencia.

—¿Vestido? ¿Vas a usar vestido? ¿Tú? —preguntó Jenny desde la puerta de mi habitación con una ceja levantada.

—Pues sí, es por comodidad.

—¡Mentiraaa! No te creo nada.

—Ya me tengo que ir, ¿dónde está mi vestido?

—Lo tengo yo, ya te lo busco —dijo levantando las cejas con picardía.

Después de arreglarme y maquillarme un poco, me sentía muy linda, la verdad. Bajé al comedor para despedirme de mi mamá y de Jenny antes de que nos fuéramos.

—Estás muy linda, mi amor —dijo mamá con una sonrisa tierna.

—Te ves tan linda con vestido —dijo Jenny con asombro.

—No te acostumbres, es solo por hoy. Así que disfrútenlo.

Me despedí y salí. Teníamos que llegar a un centro comercial que sería donde empezaría la caminata y presentación de disfraces. Al llegar, el primero que me encontré fue a Chris.

—¡Mi amoor! —dijo mientras me abrazaba con fuerza.

—¿Viniste a abrir, fue? —dije riendo entre sus brazos.

—Sí, yo soy el que va a activar esto —dijo él bailando con entusiasmo.

—Ya te perdimos por hoy, pues. Siempre eres el alma de la fiesta.

—Nah, yo voy a estar con ustedes. No se preocupen.

Caminamos un rato viendo los disfraces, esperando que terminaran de llegar todos. Todo estaba muy bonito: disfraces lindos, hasta bebés disfrazados, era espectacular todo. Después de un rato, llegó Josh con unos amigos, saludé a todos y nos mantuvimos en grupo, disfrutando del ambiente festivo.

La caminata fue larguísima y, como ya les había dicho, odio hacer deportes y esto de caminar no sé cuántos kilómetros no es lo mío. Nos tomamos fotos con algunos disfraces, bailamos y disfrutamos entre todos. Después, nos fuimos al centro comercial a comprar unas cosas para comer..

Estando ya ahí, los muchachos se fueron a comprar y nos quedamos Josh y yo. Lo abracé porque tenía todo el día sin darle uno y me hacía falta sentir su cercanía.

—Estás muy linda —dijo mirándome a los ojos, lo cual me pone muy nerviosa cada vez que lo hace.

—Gracias.

Nos quedamos un momento simplemente viéndonos, como analizando la situación, y volvía esa sonrisita, ash. Sus ojos me encantan y nunca he podido parar de verlos; me recuerdan a esa frase de Mario Benedetti: "Me perdí en su mirada, es que el color de sus ojos me encantaba; no eran ni azules, ni verdes. Eran color café, café que quita el sueño, café que produce desvelos". Esa era su frase en todos los sentidos, esos ojos tan hermosos que me causan desvelos son los de él, esos ojos que resaltan aún más con la luz del sol… Alguna vez leí en un libro "Si te enamoras de alguien enamórate de sus ojos, porque los ojos no envejecen, y si amas sus ojos, la vas a amar para siempre" Aun así, me atrevo a preguntar si estoy enamorada. ¡Claro que estoy enamorada y no es algo de ayer ni de hoy, es algo de hace tiempo! Tanta confusión y todo el trato, estaba claro ante los ojos de los demás, pero yo no lo veía y ahora me puedo dar cuenta de lo que su simple presencia causa en mí. Estoy enamorada y no lo dudo, deseo ser feliz con él, que dure lo que tenga que durar, pero seré feliz a su lado.

Después de comer, todos estábamos, la verdad, muy cansados; hasta Chris, que siempre anda activo, tenía sueño.

—Ya vámonos —dije bostezando sin poder evitarlo.

—Vamos —dijo Josh dándome la mano con suavidad.

Fuimos hasta el estacionamiento a buscar el carro y nos fuimos. Dejamos a Chris en su casa y luego Josh me dejó en la mía.

—Me avisas cuando llegues, porfis —le dije antes de bajarme del auto.

—Tranquila, yo te aviso. ¿Nos vemos mañana?

—Claro, hay que ir a clases.

—Ok, entonces nos vemos mañana.

Me dio un beso en la frente y se fue. Entré a mi casa muy sonriente y feliz. Estaba feliz, muy feliz, y eso era simplemente wow.

—¿Cómo te fue, mi amor? —preguntó mamá.

—Muy bien, mami, Josh y Chris te mandan saludos.

—¿Y comiste?

—Sí, mami, tranquila, me voy a dar un baño y descansar.

Fui a mi habitación, me duché y me quedé dormida como dos horas.

Joshi: Mi amor, ya llegué.

—Hola, mi vida, estaba durmiendo

—Tranquila.

—¿Qué haces, poste de luz?

—Comiendo chichon de piso, ¿y tú?

—¡Puro comer! ¿No te cansas?

—Ni que yo comiera corriendo.

—¡Jajajaja, gafo!

—Enana.

—Ay, cállate.

—Tranquila, que así me encantas.

Pasamos rato hablando de cualquier cosa y eso me agrada, que su trato sigue siendo el mismo conmigo. Soy su novia y su mejor amiga, estoy amando esto profundamente.

Y sí, sé que falta una parte en la historia, ¿y Gabo? Pues le he dejado varios mensajes diciéndole que necesito hablar con él y no le llegan, ni uno. Entonces tengo que esperar que responda y decirle, no sé cómo sin que me diga que se va a matar, pero tengo que hacerlo porque le prometí a Josh que haría las cosas bien y eso haré cueste lo que cueste.

Los días siguieron tan perfectamente bien, pero ¿recuerdan que mi vida está hecha de desgracias? Y sin esas desgracias no habría historia y sería aburrido, ¿y que soy la mejor guerrera de Dios? Pues, como se los dije al principio, no todo es color de rosas, no todo puede ser tan perfecto en la vida y me ha tocado aprenderlo de la manera más dura.

¡Ya jubílenme, por favor, una semana! ¡Una semana me duró la felicidad! Esto definitivamente es echado, necesito una limpia, ando más salada que la playa, no aguanto más, Diosito suéltame. ¿Quieren saber qué pasó?