Paraíso

Capítulo 6

Amir esperaba a Lina fuera de la escuela, Nadia estaba también esperándola. Se sorprendió al verlo, pero mantuvo la calma. Al salir Lina caminó hacia Nadia y Amir detrás de ellas. Más adelante donde nadie los viera Amir sujetó la mano de Lina y la llevó con el.

—Espéranos aquí Nadia, no te vayas.—le ordenó Amir

—Joven Amir, no se vayan espere a donde la lleva.—decía Nadia

Amir camino con Lina hasta un callejón donde nadie pudiera verlos para así poder hablar con ella.

—No te asustes necesitaba hablar contigo, mi abuelo y yo hablaremos con tu padre. Pediré tu mano, mi abuelo está de acuerdo en dar el dote que pida para que nos casemos. También mi madre está de acuerdo, nos ha dado su bendición.—

—De verdad, mamá dijo que también lograría convencerlo a papá de que acepte. Estoy tan feliz Amir, sabes lo mucho que te amo.—

—También te amo, eres la mujer de mi vida y nunca vas a perderme.—

Evitaron besarse para no meterse en problemas, el abuelo de Amir también le había regalado una casa para que comenzaran su vida juntos. Amir comenzó a trabajar con su abuelo en los negocios, ya que todos esos días su padre había tenido una pésima actitud con él.

Saalim después de muchos días, se reunió con Ibrahim. Estaban haciendo cuentas, viendo nuevos clientes, etc. Pero Saalim no dejaba de pensar en lo dicho por su otro socio, así que decidió romper el hielo.

—Me sorprende que hayas vuelto a citarme después de lo ocurrido en casa de Hakim.—

—Tenemos negocios juntos, y debemos atenderlos. Pero sobre ese día si necesito decirte la verdad, estoy interesado en Lina y quiero llegar a un acuerdo para que me permitas casarme con ella. Fija el precio del dote, pídeme lo que quieras no pienso oponerme a lo que pidas a cambio de la mano de tu hija.—

—Ibrahim eres un hombre mayor al igual que yo, mi hija es una niña. Quiero un futuro diferente al que puede tener a tu lado, y no solo contigo con cualquier otro musulmán. No soportaría que viviera con alguien que la golpee, que la llene de hijos o peor aún que abuse de ella todo el tiempo. Que la trate de una manera ruin, que crea que ella es inferior y que no vale nada.—

—Que locura dices, tu hija ya es una mujer. A mi lado no le va a faltar nada, la puedo tratar como la reina que es. Y como mi suegro garantizaría tu porvenir por lo que te reste de vida.—

—Debes aprender a recibir un no como respuesta, Lina no está a la venta. Soy su padre y la voy a defender, no eres el hombre para mi hija, busca a alguien de tu edad si tantas ganas tienes de casarte.—Saalim lo dejó lleno de rabia, Ibrahim no se rendiría tan fácil. Tenía que buscar la manera de salirse con la suya.

Pasaban los días y Amir visitaba a Lina en la bodega cuando estaba a solas. Conversaban y planeaban su vida juntos. También aprovechaban cada momento para llenarse de besos, pero una tarde todo subía de intensidad Amir la acariciaba sobre el vestido, Lina detuvo su mano.

—No debemos Amir, aquí no, pueden vernos.—decía con su respiración agitada

—Lo siento, es que cuando estoy contigo no puedo controlarme. Sabes quiero llevarte a la casa donde viviremos para que la conozcas, mi abuelo regresa mañana y vendrá hacer la propuesta a tu padre. Serás mi esposa y te voy a adorar toda la vida.—

—También yo voy a adorarte toda la vida, mi dulce Amir.—

Los besos eran su único consuelo mientras podían casarse, ya que ellos no tenían permitido estar juntos si no había un matrimonio de por medio. Amir se despidió de su amada y se fue como siempre antes de que alguien llegara.

—Lina te estás arriesgando demasiado, y a mí me va a ir peor si se enteran que los ayudó a que se vean.—decía Nadia

—Shukran, de verdad haces mucho por nosotros. Pronto nuestros encuentros a escondidas se terminarán.—

—Y si el señor Saalim no lo aprueba, ¿qué van hacer?—

—Huir, por nada del mundo pienso renunciar a Amir. Solo voy a ser la esposa de él, y de nadie más.—

Lina sentía angustia solo de pensar que su padre se opusiera a su matrimonio, pero si no tenía otra opción dejaría todo para estar con Amir, enfrentarían al mundo entero para poder estar juntos.

Saalim estaba sentado en la mezquita orando por su hija, pedía protección para ella. No conocía bien a Ibrahim y sus alcances, pero sí conocía sus propios alcances. Sería capaz de asesinarlo si se atrevía a atentar en contra de su hija.

—Saalim qué sorpresa.—lo saludaba su vecino y amigo del mercado Abdul

—Lo sé, siempre hago la oración en mi casa, pero esta vez necesitaba estar más cerca de Allah.—

—¿Que te atormenta?—

—Pensé que la amistad con mi socio era honesta, pero tal parece solo le interesaba mi hija Lina. Hoy me hizo una propuesta para casarse con mi hija, la cual rechace.—

—Tienes razón en haberla rechazado, Lina es muy joven. Sabemos que se acostumbra ese tipo de matrimonios, pero ¿hasta cuando?obvio hasta que sigamos permitiéndolo. Yo como padre, tampoco he aceptado matrimonios con hombres que les doblan la edad a mis hijas. Además Ibrahim es muy difícil como persona, los rumores dicen que su esposa no ha tenido una vida sencilla con él. El si sigue las reglas al pie de la letra, es como enviar a tu hija al calvario.—

—Quiero enviarla lejos, pero tampoco quiero ir en contra de su voluntad.—

—Es mejor que te repudie unos meses, a que pase algo peor y le destrocen toda su vida.—

Saalim tenía que actuar, debía proteger a su hija, Abdul llegó como un mensajero divino para hacerle ver que era mejor adelantarse que esperar a que algo malo le sucediera.