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MI VECINO ES MI EX

MI VECINO ES MI EX

Status: En proceso
Genre:Comedia / Padre soltero / Amor-odio / Malentendidos / Romance de oficina / CEO
Popularitas:8.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Yazz García

Cuando Seraphine se muda buscando paz, jamás imagina que su nuevo vecino es Gabriel Méndez, el arquitecto que le rompió el corazón hace tres años… y que nunca le explicó por qué.

Ahora él vive con un niño de seis años que lo llama “papá”.
Un niño dulce, risueño… e imposible de ignorar.

A veces, el amor necesita romperse para volver a construirse más fuerte.

NovelToon tiene autorización de Yazz García para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La gala

...CAPÍTULO 19...

...----------------...

...SERAPHINE DÍAZ ...

Lo supe en el segundo exacto en que entramos.

No por las copas de champán que costaban más que mi alquiler.

Lo supe por las miradas.

Esas que se clavan en la piel como agujas finas. Las que no preguntan quién eres, sino qué haces aquí.

Gabriel camina a mi lado con esa seguridad insultante que tiene cuando está en su terreno. Espalda recta, mandíbula relajada, sonrisa medida. El traje le queda indecentemente bien, como si hubiera nacido para vestir así y arruinarle la vida a mujeres emocionalmente frágiles.

—Relaja los hombros —me murmura sin mirarme—. Pareces a punto de pelear con alguien.

—Es que estoy a punto de pelear con alguien —respondo—. Solo estoy esperando el detonante.

Sonríe, divertido.

—Prometo interponerme antes de que lances una copa.

No tarda ni cinco minutos en cumplirse mi profecía.

Porque entonces lo veo.

El gobernador Alejandro Méndez.

El padre de Gabriel.

Y la forma en que me mira…

Ah.

Esa sí la conozco.

—Papá —dice Gabriel, acercándose con esa sonrisa suya.

El hombre lo observa un segundo de más.

—Hijo —responde dándole una palmada medida en el hombro—. Pensé que vendrías bien acompañado.

No me mira a mí cuando dice eso.

Yo sí lo miro a él.

—Buenas noches, señor gobernador —digo con la mejor sonrisa que puedo fabricar—Un placer verlo.

Él me dedica una mirada lenta de arriba abajo con lentitud Evaluadora, algo despectiva.

—Seraphine —dice, como si el nombre le supiera amargo—. Qué… sorpresa. El placer es mío. Siempre es interesante conocer a las personas que marcan etapas importantes en la vida de mi hijo.

Traducción:

“Tú fuiste el mayor error.”

Gabriel tensa el brazo bajo mi mano.

—Papá —dice—, Seraphine trabaja con nosotros en la firma. Es la diseñadora.

El gobernador sonríe más.

—¿Ah, sí? Qué… moderno —comenta—. Gabriel siempre tuvo una debilidad por las artes alternativas.

—Y por las decisiones impulsivas —añado yo, con dulzura odiosa.

Gabriel tose.

—Bueno —interviene rápido—, el proyecto del alcalde ha sido un éxito gracias al equipo completo. Sera ha sido clave en—

—Claro, claro —lo interrumpe su padre—. No dudo del talento.

Me mira otra vez.

—Solo me sorprende verlo tan… expuesto.

—¿Expuesto? —pregunto.

—La opinión pública es delicada —explica—. Y Gabriel está en un punto de su carrera donde debe cuidar mucho con quién se le ve.

Gabriel ya está incómodo.

—Papá —dice—, vinimos a la gala, no a un comité por tu imagen.

El gobernador suspira, como si él fuera la víctima.

—Por supuesto. Perdónenme si soy directo.

Hace una pausa.

Demasiado calculada.

—Solo siento que habría sido mejor que hubieras venido con Adelina —continúa—. Ella entiende este mundo. Te habría ahorrado… ciertas incomodidades.

Me mira.

—Y algo de vergüenza ajena que, lamentablemente, vas a pasar esta noche.

Silencio.

De ese que no se puede ignorar.

Gabriel se endereza.

—Eso estuvo fuera de lugar —dice, firme.

—No, hijo —responde el gobernador—. Fui honesto.

Yo sonrío.

Una sonrisa educada y perfecta.

—No se preocupe, señor gobernador —digo—. La vergüenza ajena es una emoción que manejo muy bien.

Inclino apenas la cabeza.

—He sobrevivido a cenas familiares con usted.

Gabriel ahoga una risa.

El gobernador me observa, sorprendido… y ligeramente molesto.

—Tienes carácter —admite.

—Lo sé —respondo—. Por eso nunca le caí bien.

Gabriel me toma del brazo.

—Vamos —dice—. Antes de que alguien más decida analizar nuestra existencia.

Nos alejamos.

Cuando ya estamos a unos pasos, escucho al gobernador murmurar:

—Siempre tan problemática.

......................

Gabriel y yo hablamos de cualquier cosa.

De nada importante, en realidad.

De proyectos, de arquitectos que solo él admira, de cifras que me resbalan como lluvia. Yo asiento, sonrío y juego a ser parte del decorado caro de la gala.

De repente un mesero se acerca con una bandeja impecable, burbujeante, tentadora.

—¿Champaña? —pregunta.

Extiendo la mano sin pensarlo.

Pero Gabriel es más rápido.

—No —dice—. Para ella no.

El mesero se detiene, confundido.

Yo también.

—¿Perdón? —lo miro—. ¿Cómo que no?

Gabriel baja la voz.

—La última vez no terminó bien —murmura—. Y no quiero dramas esta noche.

—Ah —respondo, arqueando una ceja—. ¿Y eso lo decidiste tú solo o hubo votación y no me enteré?

El mesero finge no escuchar. Pobre alma.

Gabriel suspira.

—Sera…

—Relájate —digo, tomando la copa—. No me voy a subir a la mesa ni a morder a nadie.

(…probablemente).

Le guiño un ojo al mesero.

—Gracias.

Gabriel me lanza esa mirada suya, mezcla de resignación y derrota.

—Una sola —advierte.

—Mira qué generoso —respondo, dando un sorbo.

La copa se vacía más rápido de lo que me gustaría.

Y entonces la veo.

Adelina entra como si el salón fuera suyo. Usaba un vestido color beige que la hacía ver elegante y hermosa.

Siento cómo Gabriel se tensa a mi lado antes de girar la cabeza.

Y como si el universo conspirara para hacerme vivir mi propio episodio de humillación pública, el padre de Gabriel se adelanta dos pasos, abre los brazos y declara con voz de anfitrión orgulloso:

—Por fin llegaste, hija. Ven, déjame presentarte a unas personas importantes.

Hija.

HIJA.

Miro a Gabriel.

Gabriel mira a su padre.

Su padre ya está jalando a Adelina como si acabara de recuperar a la nuera pródiga.

Gabriel se queda con la boca apenas abierta, paralizado.

Yo aprovecho.

—¿No que no venía Adelina? —le susurro, sin despegar la sonrisa social—¿Están peleados o es una sorpresa temática?

Gabriel exhala lento.

—Digamos que… Algo así.

Ah.

Excelente.

No pasan ni diez segundos antes de que regresen.

Adelina avanza del brazo del gobernador como si ese hubiera sido siempre su lugar natural en el universo. Elegante. Sonriente y perfecta.

Hasta que nos ve.

El gobernador también nos ve.

Otra vez.

Y la incomodidad se sienta con nosotros.

—Adelina —dice bromeando, orgulloso—Por aquí está Gabriel, tu futuro esposo.

Adelina inclina la cabeza apenas.

—Claro que sí—ríe.

Su mirada pasa por Gabriel…y se detiene en mí.

Como si yo fuera un mueble mal puesto.

—Y ella es… —empieza el gobernador.

—Seraphine —responde Adelina antes que él—.Claro. Ya nos conocemos.

Ah.

¿Desde cuándo?

Sonríe.

Yo sonrío.

Las sonrisas no llegan a los ojos de ninguna.

—Ah… —dice ella, mirando a Gabriel—. Finalmente viniste con ella, ¿no?

Gabriel aclara la garganta.

—Sí —responde Gabriel—. Vine con Seraphine.

—Qué… interesante —Adelina ladea la cabeza—Pensé que hoy tendrías mejor criterio.

¿Desde cuándo tanta hostilidad conmigo? ¿Fue por lo de la discoteca?

Yo parpadeo.

—¿Perdón?

—Nada —responde ella—. Solo pensaba en lo curioso que es cómo algunas personas siempre vuelven a donde no les fue bien.

Gabriel da un paso al frente.

—Adelina—

—No te preocupes —lo interrumpe ella—. No dije nada malo. Solo… algunas observaciones.

—Adelina, basta.

—¿Basta de qué? —pregunta ella—. Solo digo que me sorprende. Después de todo, creí que esta noche sería… más formal.

El gobernador frunce el ceño.

—Adelina tiene razón —dice—. Este tipo de eventos requiere cierta… compañía adecuada.

—Padre —advierte Gabriel.

Adelina aprovecha.

—Aunque bueno —añade, mirándome de arriba abajo—. Supongo que cualquiera puede ponerse un vestido bonito y pasar por invitada especial.

Eso fue.

Siento el calor subir por mi cuello.

La sonrisa de ella se ensancha.

—Después de todo, Sera siempre fue… impulsiva.¿No?

Sonrío otra vez.

Pero esta vez es por pura supervivencia.

—Disculpen —digo, con voz tranquila—. Creo que necesito ir al baño un momento.

No espero respuesta.

Miro a Gabriel.

Él parece querer decir algo pero no lo dejo.

—Ahora vuelvo.

Doy media vuelta con dignidad absoluta, aunque por dentro quiero arrancarme los tacones y usarlos como armas blancas.

Qué circo.

1
Nancy Parraga
una mujer que no se valora y permite que un hombre la veo como objeto sexual es deprimente y mal ejemplo para las mujeres
Nancy Parraga
Adelina no se respeta ese hombre la he dicho tantas veces que no tienen nada y ella sigue de arrastrada
Nancy Parraga
creo que ella estuvo embarazada y perdió al bebé y el idiota la llama madre frustrada que odioso
Nancy Parraga
creo que ella estuvo embarazada y perdió al bebé y el idiota la llama madre frustrada que odioso
Nancy Parraga
no estarán bien hasta que no saquen lo que sea que lesxpaso
Nancy Parraga
es claro que hay un ciclo sin cerrar y algo que no terminan de culminar
Nancy Parraga
por tus miedos la rompiste la dejaste en sus peores momentos y ahora eso se llama cobardía
Nancy Parraga
Que el hijo se escapara y fuera donde Sera no es culpa de ella es tuya por imbécil y ya le jodiste la vida una vez la dejaste y ahora la culpas le pones sobrenombre no la respetas y todavía te crees con derecho a acusar
Nancy Parraga
🤭🤭🍿🎵
Nancy Parraga
Dios dale respiro a la pobre mujer
Nancy Parraga
Por eso es todo el lío creo yo
Nancy Parraga
Creo que algo de ella al parecer no puede tener bebé o perdió cuando estuvo el el cínico de Gabriel
Nancy Parraga
Será podrá ser un desastre pero no es ninguna mustia como el idiota de Gabriel
Nancy Parraga
Gabriel alejate no le hagas mas daño por qué aquí tu eres el único desastre en la vida de Sera
Nancy Parraga
Todas creen que Sera esta loca, pero no es así, es Gabriel que sabiendo lo que ocultan el es el culpable por qué la provoca si el sabe que el fallo como ex hasta por respeto si aún entre ellos hay tensión debe de ser más precavido y no idiota
Nancy Parraga
Sera alejate de tu ex ya has experimentado su egoísmo por qué te gusta torturarte
Nancy Parraga
Gabriel es un idiota de primera
💞Agustina Intriago 💕🌙
Creo que ellos tienen mucho dolor hasta resentimiento en uno al otro creo que necesitan una buena charla o un psicólogo para que superen todo lo que vivieron y no resolvieron
💞Agustina Intriago 💕🌙
Creo que ya bastante daño le ha hecho a Sera para que ella tenga que aguantar a semejante idiota, cínico descarado
💞Agustina Intriago 💕🌙
No hay hombre más cínico que Gabriel, el es el responsable es su hijo y va a reclamar cuando el no tiene derecho ni autoridad moral para reclamos
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