Angélica, una mujer fuerte y determinada de 40 años, ha enfrentado la adversidad con valentía. Pero cuando siente que ha perdido su motivación y las ganas de seguir luchando por salir adelante, un inesperado encuentro con un apuesto hombre llega para cambiar su destino.
Axel es mucho más joven que ella, pero aunque es arrogante y poderoso, a sus 25 años su pasión y devoción la hacen sentir viva de nuevo.
¿Podrá Angélica dejar atrás sus cicatrices y creer en el amor nuevamente?
Descubre esta historia de amor, desamor y mucha pasión, donde la edad no es un obstáculo para encontrar la felicidad.
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Capítulo Veintidós
Cuando la atrevida de la Angélica le dijo a Axel que lo quería adentro, este inmediatamente sacó a su Axelito sin siquiera quitarse la ropa.
Desabrochó su correa, abrió el botón del jean y bajó la cremallera y, ¡tarán!, se asomó su Axelito.
Cuando lo iba a entrar en Angélica, se acordó de la protección y que ha estado muy descuidado con eso.
Recordó que Marisolio le había pasado en la mañana un preservativo.
«Ten, guarda bien este globito para cuando te traiga a ojos bonitos, porque sin globito no hay fiesta» le dijo con su particular forma de hablar.
Axel tocaba sus bolsillos a ver dónde es que lo había guardado y Angelica lo miraba extrañada por la interrupción de lo que anhelaba que le hiciera.
—Axel, ¿qué pasa? ¿Qué buscas? —Angelica le pregunta exasperada, pues lo único que quiere es tenerlo adentro.
—Esto —le mostró el empaque, el cual rompió, sacó el condón y se lo puso— hay que evitar que lleguen Axelitos.
—Ja, más fácil preñan a la mula del pesebre que a mí. Ya a mi edad seré la abu... ¡Ay, qué rico! —Axel ni la dejó terminar de hablar, pues una vez se lo puso, lo introdujo. —¡Eso, baby, dame duro, dame duro!
—Eso, mi musa, grita todo lo que quieras —le decía Axel, tranquilo de que no están en la oficina. —¡Dime cómo lo quieres, dímelo!
—¡Duro, Baby! ¡Siiii, así así! —De verdad que Angélica es muy escandalosa, pero eso excita demasiado a Axel; esto le asegura que lo está haciendo muy bien, ya que la hace gritar como una loca desquiciada.
Axel la colocó boca abajo en la cama y levantó sus nalgas para poder embestirla más fuerte. Estaba tan urgido que ni se percató de que aún tenía la ropa puesta.
Unas estocadas más y se derramó como si llevara un año de celibato. Exhausto le dio una sonora nalgada y salió de ella despacio.
Se retiró su preservativo, se levantó de la cama y fue a botarlo al basurero del baño. Aprovecho para poner a llenar la bañera; él quería seguir la diversión.
Cuando volvió a la habitación, Angelica estaba aperezada, a punto de dormirse. Pero él no iba a desaprovechar el tiempo con su musa, así que empezó a darle besos para despertarla.
—Axel, déjame dormir, estoy rendida. —De verdad que Angélica estaba muy cansada.
—Mi reina, nos damos un baño y nos dormimos. ¿Sí? Prometo no hacerte nada. Solo bañarnos. —Axel le pedía, pero no le aseguraba nada. La tomó en brazos y la llevó al baño.
—Solo bañarnos, ¿sí? —Axel la depositó en la bañera; luego él se despojó de su ropa y entró posicionándose detrás de ella.
La empezó a enjabonar y pasaba sus grandes manos por sus senos, masajeándolos.
Eso iba calentando de nuevo a Angelica y sentía que algo crecía entre sus nalgas.
—Axel, dijiste que solo bañarnos. —Angelica le advirtió y Axel recordó que ya no tenía preservativos.
—Angélica, ¿por qué no empiezas a planificar? No quiero ponerme el globito. Sentirte sin ese estorbo es lo mejor. Es más placentero. —Axel le pedía a Angelica casi como una súplica.
—¿El qué? —Angelica solo escuchó la palabra globito.
—¡Sin nada que me impida sentirte así! —Y en un arrebato lo volvió a meter sin ninguna precaución, haciendo que Angelica soltara un grito de placer.
Nuevamente lo hicieron en la bañera y Axel se descargó afuera. El placer que sentía al hacerlo sin ninguna barrera cegaba sus sentidos.
Terminaron el baño y se acostaron a dormir. Al día siguiente es el primer desfile de Darko Luxure y debía estar temprano en el teatro para dejar todo listo para la noche.
Se durmieron abrazados, era la primera vez que Axel amanecía con alguna de sus amantes. Al día siguiente una sensación de plenitud lo lleno al despertarse.
Se levantó despacio y le dio un beso suave a Angelica para no despertarla. Se dio una ducha rápida y se fue a su suite para vestirse. Dejo indicaciones en la recepción para que le llevaran el desayuno a Angelica a las nueve y le encargo a Marisolio un iPhone 16 para que se lo entregaran junto a una tarjeta dorada.
Luego bajó al restaurante para desayunar con su equipo de trabajo. Axel estaba feliz, tenía una gran sonrisa y silbaba una canción de amor.
—Buenos días. ¿Listos para lucirnos en el desfile de esta noche? —Axel los saludó a todos muy amable.
—Sí, jefe, ya todo está listo y la pasarela tiene todos sus requerimientos. —Alicia, la decoradora, le dio su parte de tranquilidad.
—Gracias, Alicia, fue un reto entendernos con los albañiles y los de iluminación, pero lo logramos. Felicitaciones. —Axel le agradece.
—¡Ay, Axelito! ¿por qué no fuiste por mí a la suite? Se me pegaron las cobijas, ay, dormí como bebé. ¡Estaba rendida! ¿Cómo amanecen? ¡Yo, divina como siempre! Mozo, trae mi desayuno: como tú sabes, los huevitos en tortilla y un café con leche. Ay, Axelito, cómo amaneciste de bonito, no me había fijado en tu hermosa sonrisa. —Marisolio parecía una lora mojada, signo de que esta estresado. —Hoy es nuestra noche, Axel Darko brillará y su fama nos precedera. ¡Así lo decreto!
Luego del desayuno, el equipo se dirigió al teatro donde tenían un camerino ya instalado. Los vestidos ya estaban ubicados en los percheros. Y en un maniquí, el vestido original: Noche de lujuria.
Su obra maestra será exhibida así como la de los demás diseñadores que participan en la semana de la moda.
Al mediodía lo pasaron al salón de la fama para que los visitantes aprecien el trabajo de los diseñadores.
Angélica se despertó tarde; estaba tan relajada al por fin dormir en una suave cama. Y también el saber que no tenía que ir a la universidad le ayudó aún más para que su sueño fuera reparador.
Cuando se bañó, buscó algo fresco que ponerse, pues están en pleno verano. Estaba a punto de salir y sintió que tocaba la puerta. Al abrir era el servicio a la habitación con su desayuno.
—Gracias —le dijo al chico y este le paso una bolsa.
—Señora, el señor Darko le envía esto. Me retiro y que le aproveche. —Angelica tomó la bolsa y al abrirla, vio que era un iPhone rosa.
—Wow, qué hermoso color —solo eso admiro del celular; ella ni idea de que el regalo que le acaban de dar es lo último en guaracha.
Rápidamente lo encendió y no pasaron ni dos minutos cuando sonó.
📱¿Aló?
📱Hola mi reina.
📱Hola baby, gracias por el celular. Me encantó el color.
📱Me lo imaginé. La verdad fue sugerencia de Marisolio. Se nota que conoce tus gustos.
📱Si el rosa es mi color favorito, por eso amé su camioneta.
📱Buen dato. Angelica, hoy no tengo tiempo de ir a verte. Es un día complicado y en la noche es nuestro desfile. Así que si quieres, sales por los alrededores. En la caja del iPhone hay una tarjeta; úsala en lo que quieras. Pero no salgas del centro comercial del hotel. No conoces y te puede pasar algo.
📱¿Y puedo ir al desfile?
📱No, nadie se puede enterar que estás en Milán conmigo.