¡Hey Gorda!... ¿Gorda?

"¿Por qué no? ¡Tengo que verla!" Rin negó.

"Madre, ella ya no es la chica solitaria que conocías, se ha vuelto alta, se ve muy linda y está muy delgada" sonrió, su madre escuchaba atentamente "Pero ella no está aquí para vernos. Va a estudiar"

Su madre pareció entender y asintió.

"Ve a descansar, se está haciendo tarde." ella se levantó y fue a su recamara. "Dijo que se llamaba Seo Park" susurró.

~En otra parte~

"¿*Quieren algo de comer?" preguntó Seo bajando las escaleras.

"¿Quieres pedir una pizza?" preguntó Nan y ambos asintieron. "Pues eso será*"

Seo tomó el teléfono y comenzó a hablar, después de un rato la pizza llegó y se sentaron a comer.

La dieta de Lina le había servido mucho a Seo y ahora podía comer cualquier cosa que quisiera sin necesidad de querer comer mucho. Lina sabía que el corazón solitario de Seo, trataba de ser llenado con comida y ahora que tenía el corazón lleno de amor y atención, ya no necesitaba la comida.

El timbre sonó.

"¿Qué? ¿Tan rápido llegó?" preguntó Luke mirando hacia la puerta.

"Yo la pago, ustedes vayan a lavarse las manos" mencionó Seo bajando.

Se le había olvidado ponerse el suéter, simplemente traía una blusa de tirantes blanca y jeans claros apretados.

"Siento por tar..." no terminó de hablar. "Pasa" suspiró.

"Sé que son las ocho de la noche pero quería hablar contigo" Seo le ofreció asiento.

"Habla" se recargó, Nan y Luke estaban escondidos tratando de escuchar, Nan le traducía a Luke.

"Lamento lo de la tarde, es solo que apareciste de la nada y... eso" se giró apenado.

"Está bien, ¿algo más?" La casa era muy grande, los empleados que se encargaban de limpiar se retiraron a petición de Seo, y la sala parecía muy silenciosa.

"¿Dónde estuviste? te estuvimos buscando, eres tan diferente" trató de leer la mirada de Seo.

"¿Esperabas ver a la gordita Yin?¿O a la Seo tímida y solitaria que era?" levantó su ceja "Está bien, no quiero discutir. Te lo contaré, por qué tanto para mis chicos y mis padres, no es un secreto."

Seo comenzó a contarle todo, después de todo no les tenía rencor, Lina y Taei la habían guiado a un mundo de amabilidad y seguridad, en la que no culpara a nadie. Ella tampoco los quiso culpar de nada, no quería ser como esas personas que vivían odiando.

"Y aquí me tienes" acomodó sus piernas arriba del sillón.

"Ya entiendo, has pasado por mucho... sé que no tengo derecho a tu perdón, estos tres años he reflexionado mientras te buscaba." tapó su cara con sus grandes manos y se agachó.

"Te repito, no los culpo." se recargó.

"Me tengo que ir, mañana tengo clases... ¿Te has inscrito ya? ¿en cuál estás?" preguntó caminando hacia la puerta.

"En la Suyjin, es ahí donde estas ¿no?" Rin asintió.

"¿Cómo sabes?" se giró ya en la puerta.

"Hablan de tí en las noticias, por los campeonatos de Basquetbol"

Eso es una mentira, Luke lo investigó.