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Hasta Que Nuestras Vidas Se Apaguen

Hasta Que Nuestras Vidas Se Apaguen

Status: En proceso
Genre:Amor a primera vista / Dominación / Malentendidos / Diferencia de edad / Pareja destinada / Casada con el millonario
Popularitas:11.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Marîana Ibañéz

Alejandra quien a sus 5 años fue alejada de su padre por el echo de ser la hija de una empleada y nacida fuera del matrimonio. La quiso proteger de la humillación y del maltrato, la llevó a vivir a Colombia con su familia materna. La cuido y velo por ella desde la distancia sabiendo que era la hija de su gran amor. Después de 20 años creció como una hermosa mujer, educada y valiente. Una hermosa joya... quien será la presa de un delicioso hombre que la absorberá y amará hasta que sus vidas se apaguen.

NovelToon tiene autorización de Marîana Ibañéz para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Tomar decisiones.

Al día siguiente, la oficina presidencial volvía a estar en orden. Los cristales habían sido reemplazados, el sillón sustituido, y no quedaba rastro visible del estallido del día anterior.

Pero el aire… el aire seguía igual de denso.

Graham estaba de pie, junto a los ventanales que daban al centro de Manhattan. El sol apenas se filtraba entre los edificios, lanzando sombras largas sobre su escritorio impecable. No hablaba. Solo escuchaba.

Miles, a unos pasos detrás, sostenía la agenda del día entre las manos, como si leyera un veredicto.

— Reunión con el consejo financiero a las once. Almuerzo con el Ministro de Comercio de Brasil a la una. Y la videollamada con la junta latinoamericana a las cinco, hora local de Colombia. — Hizo una pausa. — También llegó una nueva carta de su padre. Con otra copia del ultimátum. — Graham no se giró. Cerró los ojos un instante.

— Lo que hace falta, — Dijo en voz baja. — es que me lo mande tatuado en la frente. — Miles sonrió apenas, acostumbrado a ese humor seco.

— Dice que si no hace un anuncio oficial antes de fin de mes, activará la cláusula de herencia que transfiere el 30% de las acciones a su prima de Chicago. — Un silencio. Lento. Cortante.

— ¿Y tú qué opinas? — Preguntó Graham finalmente, girando la cabeza solo un poco.

Miles cerró la agenda con cuidado.

— Opino que el tiempo se acaba. Y que debería considerar seriamente elegir a alguien antes de que su padre lo haga por usted. Formalmente.

— No quiero una esposa por obligación.

— Lo sé. Pero su padre no está pidiendo una esposa. Está exigiendo una figura pública. Una promesa que tranquilice al consejo, a los inversores... y a la prensa. — Miles respiró hondo. — No tiene que amarla. Solo... cumplir. — Graham se giró finalmente. Su mirada era dura. Seria.

— ¿Cumplir?

— Por ahora. — Graham se dirigió a su silla con la misma determinación con la que comandaba reuniones internacionales. Se sentó con un leve suspiro, apoyó un codo sobre el brazo del sillón y entrelazó los dedos.

La mirada fija en su asistente.

— Háblame de la número seis. — Dijo finalmente, sin rodeos.

Miles no pareció sorprendido. Ya había anticipado esa pregunta desde que imprimió el expediente.

— Sabía que preguntarías por ella.

— No estoy preguntando. Te estoy ordenando. —Una mueca apenas perceptible apareció en los labios de Miles, más por costumbre que por irreverencia.

—Su nombre es Alejandra Espinosa. Veintisiete años. Ingeniera ambiental. Vive en Medellín, Colombia, desde que tenía apenas semanas de nacida. — Empezó con voz firme. — Su madre, una empleada de servicio, murió al darla a luz. Y su padre… es un viejo conocido de este mundo. Un empresario con más nombre que solvencia. — Graham frunció apenas el ceño. No interrumpió. — Estaba comprometido en un matrimonio arreglado, pero se enamoró perdidamente de la empleada. Fue un escándalo interno. Nunca llegó a casarse con ella. Sabía que no tenía futuro. Pero la relación siguió. Cuando la mujer quedó embarazada, él lo ocultó. Y cuando ella murió… bueno, decidió enviarla lejos. A Colombia. Con la familia materna. Para protegerla, según dijo. Para evitar la humillación. — Graham entrecerró los ojos. Su mandíbula se tensó, pero no habló. —Ahora, — Continuó el secretario, cruzando las manos. — la situación ha cambiado. El padre de Alejandra está al borde de la quiebra. Las deudas lo superan. Está literalmente colgado de un hilo, y ese hilo se llama Callahan Industries. Tu apellido. — Graham apoyó los codos sobre el escritorio, entrelazó los dedos.

— ¿Y me está ofreciendo a su hija? ¿Así, sin más?

— Con condiciones. — Admitió el secretario. — Si tú aceptas el compromiso, él podrá mantener su empresa a flote. Y tú obtienes una prometida con una imagen intachable, sin escándalos. Inteligente, profesional, discreta. Él gana tiempo. Tú, conveniencia. — Un silencio pesado se apoderó de la oficina. — No te la ofrece porque te admire. — Añadió el secretario con sutileza. — Lo hace porque no tiene a quién más acudir. Alejandra es su moneda de cambio. Aunque dudo que ella lo sepa… aún.

— ¿Tienes algo más que agregar sobre ella?

— Pues... — Revisa su libreta digital. Alejandra lidera proyectos de sostenibilidad y responsabilidad ambiental dentro de GreenFields Corp, una empresa colombiana comprometida con la preservación de recursos naturales. Su cargo la ha puesto en contacto con inversionistas y alianzas internacionales, entre ellas, Callahan Industries, con quien firmaron recientemente un convenio de impacto social y ambiental. Fue seleccionada como uno de los rostros clave para representar el proyecto, lo que inevitablemente la acercará al círculo de Graham Callahan.

Observaciones personales:

Perfil bajo, extremadamente reservada. De carácter firme, pero con un trato cordial. Su ética profesional es incuestionable, lo que ha hecho que muchos la respeten incluso cuando no la conocen a fondo. Es práctica, analítica y muy comprometida con las causas que defiende. Sabe manejar crisis con calma y cabeza fría. No busca exposición, pero su talento la pone en el radar de personas poderosas. — Graham Callahan no dijo nada de inmediato. Su mirada se deslizó por la superficie de su escritorio como si pudiera encontrar allí una salida sencilla. Luego, soltó un suspiro breve, casi imperceptible, y apoyó la espalda contra el cuero de su silla.

— Esto suena a reto. — Murmuró, entornando los ojos. — La chica parece… perfecta. Es interesante. Pero no me quiero complicar la existencia, Miles. ¿De verdad no hay algo más fácil? — Su secretario — Miles Everett el hombre que conocía más secretos de los Callahan que los propios Callahan— no respondió enseguida. Esbozó una sonrisa apenas dibujada, como si ya supiera que esa pregunta llegaría.

— Oh, por supuesto que sí, señor. Hay muchas más fáciles. — Dijo, con tono amable y calculado. — Las hay hermosas, obedientes, vacías… listas para sonreír, posar y no opinar. Pero eso no es lo que usted necesita. Ni lo que representa. — Callahan ladeó ligeramente la cabeza.

— ¿Y qué crees que necesito, Miles? — El secretario no titubeó.

— Una mujer con cerebro. Con carácter. Que no se derrita cuando usted entre a una sala, sino que lo mire a los ojos y le diga lo que piensa. Alguien que represente su nombre sin convertirse en una extensión de su sombra. Las otras... esas cabezaguetas hambrientas de su billetera… no son nada. — Se acercó dos pasos al escritorio, sin perder la compostura. — Le estoy ofreciendo a la número seis porque, francamente, creo que es la única a su altura. — Graham se quedó en silencio, contemplando el perfil de Alejandra en el expediente cerrado sobre la mesa. Sus dedos tamborilearon una vez sobre la tapa. No estaba convencido. Pero tampoco la había descartado.

Y eso, en su mundo, ya era mucho decir.

1
meidi aguiar
Elvira las pagarás con creces
Alicia Balseca Triana
muy bueno
mariela
Elvira Monteverde firmaste tu sentencia de muerte porque Graham no te perdonará lo que hiciste mandar a secuestrar y drogar a Alejandra es haber desatado al demonio mismo.
Y ella pensó que sería fácil desaparecer a Alejandra y Graham no la iba a encontrar y lo hizo habrá boda con todo lo que pasó porque así lo decidió él.
Yadira Martínez Pérez: Y ella cree que el no sabrá la verdad
total 1 replies
mariela
Lo que hace el despecho y la envidia Elvira secuestro a Alejandra y no se imagina el infierno que desató y lo peor es que cree que no la descubrirá pero siempre hay alguien que se le sale algo y fue el nombre y Alejandra lo oyó y recordará.
Mary Ney
Que le digan que fue Elvira ese nombre tiene que salir escritora demasiado bueno capitulo queremos más /Smile/
Mary Ney
Gracias escritora por el capitulo esta bueno si un tiburón no la encuentra es un pecesito
Zenia Carolina Coffi Mata
por favor un maratón, está muy lenta y cuando más emocionante está la novela🙏
E.G 💞
Dioooos escritora necesitamos mataron /Pray/
Mary Ney
Calladita se llevó! Alejandra eso te enseñará que no hay enemigo pequeño tiburo nunca se dejan cabo suelto, más capítulos por favor /Smile/
Yulianni Casanova
me encanta tu novela por fa más capítulos
mariela
Alejandra estás con la emoción a flor de piel con esas mariposas revoloteando y ahora con ese regalo para tu luna de miel eso será apotiosico te casas enamorada de un Graham que pone todo a tus pies.
Hay Camila pareces una mona guindando en el palo de Bruno jajaja.
Mary Ney
Escritora que exquisito es ese hombre me mata por favor otro capítulo /Smile/
mariela
Elvira Monteverde la resentida que se siente desplazada y despreciada por Graham y como toda despechada a quien va a atacar no será a su amor frustrado sino a Alejandra el problema será que se lo echará de enemigo y eso será una guerra
mariela
Me encanta que sean pareja Graham está poniendo a sus pies todo lo que posee porque adora a Alejandra es su complemento, su paz, su tranquilidad y su alma gemela se la llevo a su casa para dormir y sentirla a su lado me encantó este capítulo.
mariela
Que posesivo y egoísta es Graham quiere ser el universo y que Alejandra gire alrededor de él nada más está enamorado hasta los huesos porque el reclamo vino con nalgadas de castigo que a ella le pareció placenteras que tal.
Claro que queremos saber cómo le hicieron ese chupetón a Camila avisa si ya está en el grupo.
Mary Ney
Hay callahan te juntas te con psicópata lo Alejandra será el blanco más capítulos /Smile/
Yadira Martínez Pérez
La muerte es lo que va a encontrar
Mary Ney
Quiero más pasión de Alejandra y callan
Arianna Subero
me encanta, ahora cuando veremos a Camila con el papá de callahan será ese señor tan apasionado como su hijo hay Dios ya quiero saber
mariela
Nunca falta una piruja que se cree dueña y señora sin serlo y como que no conoce bien a Graham porque si daña su relación o próxima boda con Alejandra le hará pagar muy caro la desfachatez de dañar su relación.
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