COMO OBTENER EL DIVORCIO! (Omegaverse)

La cena era mariscos, camarones, cangrejos, almejas, y todo tipo de crustáceos.

Cada mesa fue preparada en especial para cada familia presente, pero la mesa de la familia Meyer era compartida con la familia Roux.

Los padres de Vadim fueron los encargados de invitar a la familia Roux a su mesa.

Todos se servían la cena, menos Fabián, pues los mariscos no eran su especialidad.

Pinzas especiales y distintos cubiertos, Fabián prefería comerlos con la mano, pero no quería incurrir en un fallo de protocolo en esta distinguida mesa en donde todos usaban con agilidad los cubiertos.

Era mejor no comer para no tener que avergonzarse a sí mismo, por lo que Fabián optó por comer las guarniciones y beber jugo de mango, fue una suerte que hubiera jugo de mango de entre todos esos vinos.

El jugo de mango era su favorito, y las donas rellenas, Fabián esperaba que hubiera unas deliciosas donas rellenas para acompañar el jugo, le gustaba esa combinación.

Al terminar este evento, Fabián planeó ir a comprar una caja de donas rellenas de alguna pastelería antes de regresar a la mansión.

Deseaba tanto que este aburrido evento terminara pronto.

"¿La cena no es de tu agrado?"

Los dulces pensamientos de Fabián con sus deliciosas donas fueron interrumpidos por una empalagosa voz.

"No has probado ni un bocado de los mariscos", sonrió el gentil Alfie a Fabián, "no me digas que eres alérgico"

Fabián compraría todas las donas, menos las con glaseado porque eran demasiado empalagosos.

"Sí, soy alérgico", sonrió también Fabián al delicado joven.

En realidad no era alérgico, solo quería evitar extender esta conversación.

"Oh, entonces deberías pedir algo diferente, estoy segura de que el chef no tendrá problema alguno en preparar algo especial para ti", la persona que habló no fue Alfie, sino la madre de este.

Se veía una mujer alegre y amigable.

"No todos pueden tratar con los mariscos, y no hay necesidad de avergonzarse o inventar excusas, porque si fueras alérgico ya estarías en urgencias después de comer esa sopa de mariscos", dijo la Señora Roux con una sonrisa.

Olvídalo, no era una mujer amigable.

Fabián vio el plato de sopa que acababa de terminar, era una sopa vacía, ¿cómo se supone que sabría que era una sopa de mariscos cuando no tenía ningún marisco encima?, sabía más bien a una sopa de pescado.

'Pero, un momento, ¿los mariscos y el pescado no son lo mismo?, ¿no tienen el mismo sabor a mar?', se preguntó Fabián.

Viendo a Fabián tan callado después de ser expuesto, Alfie y su madre se sintieron regocijados al notar también la molestia de los padres de Vadim para con su yerno.

'¿No son unos invertebrados y los otros vertebrados?', seguía pensando Fabián.

"Por cierto, supimos que cambiaste tu nombre no hace poco, es una lástima, el nombre Saida era realmente bonito, ese nombre te daba el perfil delicado que necesitabas", continuó hablando la Señora Roux.

"Me siento más cómodo con mi nuevo nombre, y mi comodidad es más importante", respondió Fabián esta vez con una sonrisa.

"Bien por ti, pero no te acostumbres demasiado a la comodidad, todo puede cambiar cuando menos lo esperes, así que aprovecha las oportunidades que tienes ahora", fue Alfie el que se dirigió a Fabián esta vez.

'¿De qué está hablando ahora?', se preguntó Fabián.

Era claro que se trataba de una indirecta.

Fabián observó a Alfie y luego a Vadim quien estaba sentado a su lado, y entendió lo que el joven omega quería decir.

"Oh, claro", asintió Fabián, "tú también deberías aprovechar las oportunidades que se te presenten en el futuro"

'Así que lleva a Vadim a ese hotel pronto', se dijo Fabián.

"Sí, lo haré", sonrió Alfie.

Durante la mitad de la cena, las conversaciones en la mesa eran más animadas, temas que Fabián no podía entender.

Y el amable Alfie se mostró muy atento con Vadim por supuesto.

"Tomé de más, no te preocupes, todo está muy limpio", sobre el plato de Vadim, Alfie colocó la carne de langosta que acababa de limpiar.

"Eres un joven muy amable y atento", agradeció la madre de Vadim en su lugar, "supe que trabajarás junto a tu madre pronto", dijo.

"Sí, me he preparado bastante estos últimos años en el extranjero para integrarme al negocio hotelero bajo la guía de mi madre", dijo orgulloso el joven Alfie.

"Es agradable ver a un joven con tales aptitudes además de ser encantador", elogió la Señora Meyer.

Recibir un cumplido de un alfa superior era el alago más grande que un omega podía recibir, más viniendo de la madre de Vadim.

Alfie no podía estar más orgulloso, esto lo hacía ver como el omega más apto para estar al lado de un alfa como Vadim, muy distinto a Fabián quien carecía de aptitudes y logros en su vida.

El humor de Alfie hoy era bueno, además, la última noticia que recibió de su informante lo mantuvo feliz estos últimos días, la noticia de que Vadim había golpeado a Fabián dentro del gimnasio de la mansión, un golpe que se reflejaba sobre su nariz y que tardó en sanar.

Mostrándose amable como siempre, Alfie vertió el vino en la copa de Vadim.

"Dime si es suficiente, si deseas más, solo debes decírmelo", sonrió el joven levantando la vista para ver a Vadim.

Sin embargo, el alfa miraba hacia un lado, en dirección a Fabián.

Fabián reía en silencio mientras tenía su mirada fija hacia un lado, desde el otro lado del salón, el pequeño niño omega venía en su dirección sosteniendo una pequeña lonchera en su mano.

El pequeño atravesaba las mesas con cuidado y cerciorándose de que nadie lo viera, parecía estar en una misión muy importante.

Paso a paso, el pequeño niño llegó a la mesa donde estaba Fabián.

Con una sonrisa inocente y feliz por haber llegado, el pequeño susurró a Fabián.

Agachándose para escuchar al pequeño niño, Fabián no dejaba de sonreír, este pequeño era tan adorable.

"Joel escuchó que eres alérgico a los mariscos", susurró el pequeño pasándole la lonchera a Fabián, "es un regalo de los otros niños y mío para que no te enfermes"

Tomando la lonchera, Fabián lo abrió con cuidado y dentro vio varios nuggets, papitas, y pequeñas donas.

"Gracias, me gustan mucho los nuggets, las papitas y las donas, dale las gracias a los otros niños de mi parte ¿de acuerdo?, no voy a enfermarme gracias a ustedes", sonrió Fabián al pequeño niño.

Contento, el pequeño niño asintió varias veces con sus pequeñas mejillas sonrojadas, pero se sobresaltó al ver a la persona detrás de Fabián quien miraba hacia su dirección.

Como reflejo, el pequeño niño se acercó a Fabián para esconderse, pues el otro hombre le daba miedo.

Percatándose, Fabián volteó a ver a Vadim.

"¿Él te asusta?", preguntó Fabián al pequeño que se aferraba a su lado.

"Sí"

Fabián estaba seguro de que todos los niños temían a Vadim, incluso los padres no permitían que sus hijos se acercaran al alfa en este evento, ¿y cómo no si Vadim era de sangre fría incluso con los niños?, no tenía compasión.

Por seguridad del niño y tranquilidad de sus padres que se asustarían si supieran que su hijo estaba en la mesa de Vadim, Fabián se levantó de su asiento para llevar al pequeño a su propia mesa.

Sin embargo, Fabián fue jalado de vuelta a su asiento por Vadim.

"Puede volver solo", dijo el alfa, "los padres de ese niño se asustarían de igual manera si lo llevas tú, eres mi esposo y llevas mi apellido ¿lo olvidaste?"

Aunque Fabián quería replicar, Vadim tenía razón.

"¿Puedes regresar solo?", preguntó Fabián al niño.

"Sí", asintió el pequeño.

Fabián agradeció una vez más, despidió al pequeño niño y lo vio hasta que este regresó seguro a su asiento.

"Tu apellido es una carga, ¿no puedes ser un poco más amable o sonreír un poquito cuando trates con niños?"

"¿Cuál es la necesidad?, los niños son molestos y bulliciosos, no dejan de gritar y meterse en sitios sucios"

"Tus futuros hijos serán los más bulliciosos del mundo, se ensuciaran jugando en el lodo, treparan lugares, llevarán animales a tu implacable mansión, gritaran todo el día y no dejarán de correr por ahí cuando trates de castigarlos ensuciando el lujoso piso de tu mansión", señaló Fabián.

Cuando más encuentras molesto la actitud de un niño, tu futuro hijo será igual o peor, Fabián no podía esperar ver a Vadim tratando con sus futuros hijos, la idea lo hacía sentir satisfecho.

"Te acabas de describir completamente a ti mismo", dijo Vadim con una sonrisa mientras miraba a Fabián.

"... ¿Qué?, yo no soy así"

"Lo eres"

"Claro que no"

La pareja no dejaba de argumentar en la mesa frente a los padres de Vadim y la familia Roux.