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Circulos De La Eternidad

Circulos De La Eternidad

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Demonios / Ángeles / Reencarnación
Popularitas:1k
Nilai: 5
nombre de autor: Diego chablé

Después de la muerte de sora el ángel de la reencarnación, asmodeo planeaba destruir la tierra en señal de venganza, años después sora reencarna en un joven llamado touji quien deberá descubrir su pasado.

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Capitulo 20 La misteriosa espada renascia

Touji y rin corrieron a la densa selva persiguiendo al jaguar de piedra que antes había aparecido delante de ellos, los rayos del sol apenas podían iluminar, haciendo que el dosel de los árboles suprimiera el crecimiento de algunas plantas, sus árboles extremadamente altos, sus lianas, helechos incluso las epifitas como las orquídeas hacían imposible seguirle el paso.

Al llegar a la última parte de la selva, el jaguar se detuvo delante de una enorme ruina que se proclamaba por los cielos con sus grandes escalones, dos efigies con formas de arcángeles sostenían una piedra como si cargarán el mundo al mismo tiempo cubriendo la entrada.

—La entrada está sellada, por dos efigies cargando una piedra—caminó touji a ella con una vista aguda.

Al ver la ruina tan cerca pero tan lejos de poder entrar buscaban la manera de estar adentro, mientras daban vueltas en el mismo lugar, rin notó un extraño interruptor entre las alas de uno de las efigies de piedra, al presionarlo la enorme piedra que bloqueaba la entrada cayó dejando libre el paso.

—¡Touji, la entrada está libre!—exclamó rin con una voz sorprendida.

—Entremos y encontremos la espada que se esconde en este lugar—sugirió touji siendo el primero en entrar.

Al intentar entrar a la ruina el jaguar apareció de nuevo delante de ellos, era como si tratara de guiarlos por los pasadizos correctos, así no se perderían fácilmente y no caerían en ninguna de las trampas.

—Cuidado con las trampas que pueden haber—advirtió rin a touji para estar más alerta.

—Tranquila, con el jaguar a nuestro lado no pasará nada—respondió touji pisando una placa de presión.

—¡Acabas de activar una trampa de dispensador!—gritó rin tirándose al suelo para que las flechas no la tocaran.

Touji al no reaccionar quedó inmóvil incapaz de mover su propio cuerpo por si mismo, sólo podía mirar como las flechas con las puntas afiladas se dirigían a él, al cerrar los ojos el jaguar notó que estaba en peligro interponiendose así salvando su vida.

—No te vayas aún—gritó rin, tratando de seguir el mismo paso del jaguar.

Rin trataba de correr y al mismo tiempo seguir el mismo paso del jaguar, pero sin darse cuenta, cayó en una de las trampas más peligrosas, las arenas movedizas, aquellas arenas que si movias partes de tu cuerpo te hundias en cada instante.

—¿Por qué de repente estás más alto?—preguntó rin sin darse cuenta aún de donde estaba parada.

Touji quien caminaba delante de ella desvío lentamente su mirada, sólo para mirar como rin se hundía.

—No estoy más alto, te estás hundiendo en las arenas movedizas—respondió touji con una voz tranquila para no asustar a rin.

—¡Cielos! No pensé que caería en una de las trampas de aquí—miró rin debajo de ella sólo para mirar como se hundía en cada segundo.

—¡No te muevas o te hundirás más!—ordenó touji buscando una solución para sacarla de ahí.

—Detrás de ti, hay unas cuerdas que nos pueden servir—señaló rin con su dedo índice.

—¡Claro! ¡Las cuerdas!—recogió touji la más resistente que vió a primera vista.

—Haz un nudo de lazo y acércala hacía mí y después tira fuerte—ideó rin el plan perfecto para salir antes de que se hundiera por completo.

—Sujetate fuerte—gritó touji tirándo de la cuerda hacia él.

—Estoy lista, puedes tirar de la cuerda—gritó rin dando la señal.

Touji comenzó a tirar de la cuerda lo más fuerte que podía y así sacando a rin de las arenas movedizas antes de que su cuerpo se hundiera.

—Gracias por sacarme de las arenas, te debo una—agradeció rin con una voz débil tirándose en piso firme.

—Debemos ser precavidos a la próxima—la voz de touji era débil pero seguro de su palabra.

Finalmente llegaron a la última zona de la ruina, donde la luz era poca visible notaron palabras antiguas escritas en una pared vieja que apenas podía sostenerse, a un lado hacía un enorme mármol en forma de ángel quien era el guardián del lugar reflejando luz y esperanza, y sin haber podido parpadear el animal que los guiaba desapareció en una misteriosa niebla que era poco visible para el ojo humano.

—Ves lo mismo que yo en la pared—señaló rin acercandose más para descifrarlo.

—Es la primera vez que veo este idioma, sin embargo puedo leerlo con claridad—respondió touji mirando las letras de izquierda a derecha.

A pesar de que aquellas palabras en otro idioma escritas en la pared vieja y desgastada no impidieron que touji la leyera.

—Cuando el mundo sea consumido por la oscuridad, una nueva luz nacerá—dijo touji mientras señalaba las palabras con su dedo.

De repente la ruina tembló con una fuerza que sacudía las frágiles paredes agrietandolas, un estruendo que emergía de la tierra infértil pero seca interrumpió la tranquilidad que había dentro del pasadizo, con una luz brillante pero segadora una misteriosa espada apareció flotando, mostrando sus hojas filosas capaz de cortar hasta el mineral más resistente, su empuñadura hecho por diamantes con un diseño angelical.

—¡Cuidado, detrás de ti!—señaló rin el peligro que acechaba a espaldas de touji.

—¿Qué sucede detrás de mi?—preguntó touji dando la vuelta rápidamente para mirar.

Touji al escuchar un crujido cerca de él, giró su cabeza bruscamente para identificar de donde provenía, detrás de él, el mármol que custodiaba el lugar y lo que parecía imposible había cobrado vida por sí mismo, comenzó a mover partes de su cuerpo y al abrir sus ojos miró a touji y rin como intrusos.

Después de haber identificado a touji y rin como amenaza, el mármol lanzó un fuerte golpe con su puño en el mismo lugar que estaba de pie touji, y al fallar la tierra tembló haciendo que las paredes viejas y débiles que sostenían parte de la ruina se desplomaran dejándolos en la parte de las trampas.

—No es tan amigable como aparenta—susurró rin en voz baja dando un paso atrás.

—¿Crees que es momento de correr?—preguntó touji secándose el sudor de la frente.

Al notar la amenaza que tenían delante de ellos corrieron pero a la vez diferenciando las trampas que ya habían pasado antes con facilidad, en un intento desesperado rin tropezó con las mismas cuerdas que antes había utilizado en las arenas movedizas, mientras la amenaza continuaba la persecución, rin ideó un plan para librarse de él, al intentar atraparla rin dió un gran salto y así el mármol que los perseguía sin cansancio se hundía en las arenas.

—Regresemos por la espada y salgamos de aquí—sugirió rin queriendo salir ya de la ruina antes de volverse loca.

—Busquemos la espada y salvemos la vida de makoto—respondió touji caminando a la misma dirección de antes.

En aquella ruina dentro de los pasadizos la atmósfera se había vuelto densa, mientras rin caminaba escuchando el eco de las paredes agrietandose sus ojos notaron que algo había cambiado, al descubrir que la espada había desaparecido entendió que habían sido transportado a una dimensión paralela, debajo de sus pies escuchando un leve crujido moviéndose por la tierra fijó su mirada observando como un remolino se formaba al mismo tiempo que salía el mármol sosteniendo la espada.

—Tengo que luchar con él o nunca nos dejará en paz—dijo touji notando como el mármol tenía la espada.

—¡Espera un poco touji—gritó rin extendiendo su mano.

—¿Tienes miedo? ¿Te sucedió algo?—preguntó rin mirándola de abajo a arriba.

—Ten mucho cuidado—respondió rin tocando su corazón mientras se aceleraba.

Touji rápidamente se puso en guardia al ver que el mármol movía con agilidad la espada.

—No quiero morir aquí sin haber salvado a makoto—dijo touji mientras se tiraba al suelo esquivando el filo de la espada.

—Vamos touji, tú puedes—gritó rin apoyando a una distancia para no ser una carga para él.

Una luz brillante iluminando todo alrededor apareció detrás de rin, una luz cegadora que incluso el ángel hecho de mármol quedó ciego temporalmente.

—Tienes que quitarle la espada—escuchó touji el susurro de un arcángel llamado su corazón.

—¿En donde estás? ¿Quién eres?—preguntó touji respondiendo al susurro.

—Todos me dicen yuto el arcángel de la sabiduría—respondió finalmente apareciendo a espaldas de rin.

—¿Después que tengo que hacer con la espada?—la voz de touji parecía haberse rendido al ver que no tenía oportunidad.

—Pronto lo descubrirás—sonó el eco de la voz de yuto en el pasadizo.

Con heridas y sangre escurriendo por el cuerpo de touji se puso una vez más de pie a penas apoyándose, trepó por el rocoso cuerpo de su enemigo quitándole la espada aprovechando que no podía ver.

—La espada, se comporta de manera extraña—gritó touji mientras miraban el filo de ambas hojas.

—La espada es tuya, es normal que reaccione así con su dueño—respondió yuto con tranquilidad.

Rin se sorprendió al escuchar que la espada que ella creía un mito era del ángel de la reencarnación.

—Su nombre es renascia y simboliza el ciclo de la reencarnación—recordó yuto ya que touji lo había olvidado para así activar su poder.

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