Circulos De La Eternidad

Circulos De La Eternidad

Capitulo 1 La muerte de una reencarnación

En el planeta, donde todos la llamaban tierra, hace miles de años, cuando aún no existía el ser humano y menos la vida salvaje, se libró una enorme batalla entre ángeles y demonios.

Asmodeo el primer demonio en existir, deseaba conquistar el mundo y destruirlo a la vez, ren quien era el dios de los ángeles anhelaba salvarlo de las manos perversas de asmodeo.

La dura batalla por la supervivencia terminó con una de las muertes más temibles para el mundo, sora quien era el ángel de la reencarnación y el único salvador para la humanidad e hijo de ren, fue asesinado por asmodeo sin piedad, así nadie y nada podía detener sus planes.

Asmodeo después de haber triunfado juró destruir al mundo y a los seres inferiores llamados humanos incluyendo la vida salvaje.

Nadie podía entender el inicio de la batalla en contra de los ángeles, pero la historia decía que un misterioso demonio llamado koji fue el responsable de la muerte de sora y de la batalla que se libró.

Planeta tierra miles de años atrás.

El cielo reflejaba los rayos del sol haciendo que el día fuera tan hermoso y sólo el silencio del planeta tierra hacía que los ángeles se sintieran tan tranquilos y despreocupados, de repente, sin alguna explicación el cielo se oscureció, pasado de despreocupados a estar inquietos mientras podían escuchar el retumbar de los demonios moviéndose por los aires.

—Hoy será el día en que los angeles por fin se extinguirán—gritó koji, alzando su voz fuerte y clara mientras sujetaba su espada.

—El momento que todos anhelamos—respondió uno de los demonios de koji sintiéndose inferior a sus compañeros.

—Es ahora o no lo lograremos—gritó otro demonio dirigiéndose a los angeles.

La lucha por la supervivencia comenzó, los ángeles caían en cada momento que pasaba, nadie entendía como es que los demonios tenían tanto poder, cada segundo que pasaba estaba en contra de los ángeles, parecía que al fin su raza desaparecería.

El misterioso demonio llamado koji quien era inteligente y fuerte observaba la batalla que había ocasionado, al ver su victoria en las palmas de sus manos no dudó en llamar a su segundo comandante.

—Es tiempo de manifestarte nobu—gritó koji, con su voz malvada, destruyan a sora.

De repente el cielo se llenó de relámpagos como si algo peor estuviera por comenzar, el viento sopló y se podía sentir una extraña sensación, el llanto de un demonio llamó la atención de todos y entre las nubes apareció.

Nobu respondió sonriendo.

—Sora finalmente será aniquilado, general koji.

Nobu sabía que al matar a sora la batalla llegaría a su fin dándoles la victoria a ellos, se acercó a sus demonios quienes se encontraban luchando por exterminar a la raza de los ángeles.

—Para darle fin a esta batalla debemos de acabar con la vida de sora—gritó nobu fuerte para ser escuchada.

Los demonios que lograron escucharla descendían del cielo con el único objetivo de terminar con la vida de sora, pensaban que sería fácil mirando que estaba desprotegido.

Sora observaba a los demonios acercándose a él, se quedó inmóvil incapaz de poder mover su propio cuerpo para protegerse, lo que no sabía era que en su interior guardaba un poder que aún no despertaba.

—No puedo mover mí cuerpo, ¡alguien que me ayude! ¡por favor!—gritó sora, tratando de mover su cuerpo paralizado.

El peligro acechaba a sora y ningún ángel se había dado cuenta de lo que sucedía, un arcángel al verlo no dudó en acercarse a él para protegerlo.

—¡Alto, no avanzarán más desde aquí!—gritó taro,su voz de advertencia intimidó a los demonios.

—Ahora todos ustedes morirán como sus compañeros que perecieron—dijo taro con su valentía.

Taro uno de los cuatro arcángeles, es tan especial como lo aparenta, todos piensan que es débil por consecuencias de su cegera, pero no imaginaban que sus demás sentidos lo habían hecho mucho más fuerte.

Mientras nobu exterminaba a los ángeles se percató de la presencia de taro, en el instante que lo miró le sonrió pensando que sería un fácil contrincante de aniquilar.

—Así que tú eres taro, uno de los cuatro arcángeles, mi amo habló mucho de usted—dijo nobu burlándose de él.

—Sabes quien soy y aún así te atreves a desafiarme—respondió taro mirandola a los ojos.

—Eres un maldito arcángel débil—se burló una vez más de él.

—Tienes mucha confianza demonio, pero te falta algo y eso es inteligencia—respondió taro seguro de si mismo

—Entiende de una maldita vez que no puedes verme—respondió segura de poder ganar.

Taro respondió sonriendo...

—Aunque no pueda verte, mis otros sentidos son más fuertes y con eso tengo para vencerte.

—Tienes agallas para ser un arcángel ciego, pero aunque tú ego sea alto no podrás derrotarme—dijo nobu moviendo su cabeza a los lados.

Koji quien miraba desde lo más alto del cielo la batalla, miró caer a los ángeles y a cada demonio morir, entonces miró a nobu que estaba a punto de ser aniquilada por taro, sin esperarse voló rápidamente a ellos para detenerlos.

—¡Espera un momento taro!—gritó koji, poniendo inferioridad.

—¿Pero general? Quiero saber que tan fuerte es taro—respondió nobu tratando de desobedecer.

Koji alzó su mirada en alto.

—¿Intentas desobedecer una orden?—preguntó koji.

—No señor, no trato de desobedecer—respondió nobu con un tono bajo.

Koji conocía a taro perfectamente y el sabía lo poderoso que era, no permitiría que nobu muriera en vano.

—Tu eres el responsable de esta batalla, ¿cómo pudiste hacer esto?—comentó taro, tratando de sentirlo.

—Eres muy descortés al saludar a tú viejo amigo—respondió koji, sintiendo culpa por la ceguera de taro.

—Cuando escuché tú voz, desde el principio sabía que eras tú, sabes que no eres bienvenido—respondió taro, recordando su pasado.

Desde hace tiempo, taro y koji se conocieron cuando eran jóvenes, eran más que amigos, taro lo consideraba su hermano de sangre, pero eso cambió cuando asmodeo se reveló y koji traicionó su confianza.

—Isamu, acercate un segundo—gritó taro, para ser una pelea justa.

Isamu se acercó después de haber matado a un demonio sin tener compasión.

—¿Me llamó señor taro, desea algo?—preguntó acercándose.

Asmodeo cansado de no ver los resultados que tenía en mente, decidió acercarse para intervenir el inconveniente de koji y taro, sólo bastó con mirar a sora para ponerle fin a su vida.

En ese momento les ordenó a sus demonios una retirada después de haber cumplido con su misión.

Asmosdeo poseía una gran poder, capaz de manipular y hacer lo que se deseara con sus víctimas, nadie había notado que sora se había suicidado así mismo muriendo al instante y sin poder decir una sola palabra.

—Llegó la hora de retirarnos, hoy ha sido un gran día para nosotros los demonios—gritó asmodeo poniendo fin a la batalla.

—Juro que volveré, me vengaré de ustedes y de los seres inferiores a los que llaman humanos y no habrá nadie que me detenga—gritó asmodeo, su voz llena de odio.

Koji al escuchar las amenazas de asmodeo, sabía que sora había decaído, ¿pero que era lo que el misterioso demonio llamado koji tenía en mente?.

—Retiremonos nosotros también nobu, espero volver a verte taro viejo amigo—se despidió koji siendo el último en retirarse.

—Nobu respondió moviendo la cabeza.

Finalmente, los demonios habían ganado la intensa y dura batalla por la extinción de los ángeles, y se marcharon sin dejar pistas para localizarlos.

Al momento que los demonios se marcharon, un llanto se escuchó.

—Mi hijo ha muerto—gritó ren, soportando la caída de su único hijo.

Aquellos lamentos que provenían eran de ren el padre de sora, quien se había dado cuenta de la muerte de su hijo.

—¿Cómo es esto posible señor ren?, si siempre estuve protegiendo a sora—argumentó taro.

—Debió ser cuando asmodeo analizó su retirada— respondió isamu teniendo la razón.

—No logro entender como sucedió, si nunca se acercó al joven sora—susurró taro para el mismo.

Ren había jurado que asmosdeo también debería de pagar con su propia vida por haber asesinado a su hijo.

—¿Qué haremos ahora que sora ya no esta?—preguntó isamu sintiendo un nudo en su garganta.

Ren se quedó en pleno silencio y recordó las últimas palabras que asmodeo había dicho antes de irse, había jurado destruir el mundo.

En algún lugar de la tierra...

—El plan dió sus frutos, sora al fin ha decaído y es todo gracias a ti asmodeo—gritó koji victorioso.

Koji triunfó y ahora que sora ya no estaba nadie podía detenerlo excepto asmodeo quien se interponía en sus planes a futuro.

—Su plan funcionó señor koji, asmodeo cayó en la trampa, ¿qué haremos en adelante?—preguntó nobu con su voz llena de victoria.

Mientras ellos hablaban de sus planes, no se percataron de que asmodeo había llegado y había escuchado parte de la conversación.

—Asi entenderán que yo soy el ser más poderoso del mundo y ahora nadie puede detenerme—dijo asmodeo sentándose en su trono.

—¿Cuáles son sus planes amo asmodeo?—preguntó koji, con firmeza para no ser descubierto por su ignorancia.

—Esperaremos a que sora reencarne y así poder engañarlo—respondió asmosdeo mirando hacía el vacío.

—Esplendido señor asmodeo—respondió koji para no ser descubierto.

Koji estaba más nervioso de lo usual, no se podía quitar de la cabeza si asmodeo lo había descubierto o si sabía de sus planes, no le quedó de otra que seguir fingiendo lealtad hasta que sora regresara.

—Puedes retirarte nobu y espera nuevas órdenes —ordenó koji con mucha tranquilidad.

—Como usted desee señor—respondió nobu retirándose.

Asmodeo aún no tenía idea que koji estaba planeado traicionarlo y así poder adquirir el poder de sora.

—Tu también puedes retirarte koji—dijo asmodeo con una voz sería e incógnita.

Koji estaba muy confiado y sin haberse dado cuenta asmodeo comenzaba a sospechar de él, al retirarse y dejarlo sólo no dudó en llamar a sus generales.

—Levantense mis generales, akimitsu, minoru y mi fiel general naomi—dijo asmosdeo mirando el suelo que lo rodeaba

Los tres generales al escuchar el llamado de asmodeo se levantaron...

—¿Cuáles son sus órdenes amo?, estoy para servirle—dijo akimitsu alegando.

—Que gusto verlo de nuevo amo—dijo minoru sonriendo.

—Estúpidos demonios solo me sirven para estorbar, ¿en qué puedo servirle amo?—dijo naomi despreciando a sus compañeros.

— Vigilen de cerca a koji no confío en él, y si es posible mantenlo—ordenó asmodeo.

Naomi se quedó en pleno silencio al escuchar una vez mas el nombre de koji.

—Asi que koji trata de traicionarnos, por ningún motivo lo pienso permitir—murmuró.

Asmodeo no se quitaba de la cabeza si realmente koji lo traicionaría, ya que comenzó a actuar sospechoso desde que terminó la batalla.

Esto continuará...

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