La Experiencia Adquirida

Hacía casi medía hora que había tenido que separarse de Alex para ir con Natalia y explicarle que no podría acompañarla a su casa porque ayudaría a su amigo con un asunto importante; la chica no lo tomo tan bien, pero dado que siempre era tan linda y considerada, se conformó con un beso de despedida y la promesa de que pasaría por ella por la mañana.

Adrian se apresuró a buscar a Alex por la mitad del campus, aunque quizás se había ido con Daniela ya que la idea era que la invitará a comer o que se ofreciera para acompañarla a su casa o al refugio de animales donde ella estaba trabajando en esos días. Adrian se sintió de alguna manera complacido con esta idea hasta que a lo lejos lo alcanzó a ver la figura de su amigo, su cabello negro con su inconfundible corte de galán de telenovela. Adrian no dudo en acercarse.

—¿Qué paso? —se acercó Adrián a preguntar sin prestar atención a la chica que acompañaba a Alex en la mesa de la cafetería —¿hablaste con ella?

—¿Con quién tienes que hablar Alexito? 

Adrián dio un brinco al escuchar la voz de la acompañante de su amigo y de inmediato sintió el enojo bullir en su interior.

De alguna manera se sentía conforme con que su prima Daniela pudiera ser feliz con su amigo, para él era como si fuera el mismo el que pudiera disfrutar de su sonrisa, quizás era algo raro pero así lo sentía.

—¡Oye, tú me dijiste que querías algo serio con Dani! —Adrián no pudo controlar su enojo y del sobresalto tiro la silla al suelo. 

—Calmate Adrián, ya te dije que si, pero no pude hablar con ella. 

—Y ¿entonces ésta? —objetó Adrián señalando de manera despectiva a la chica que estaba junto a Alex. 

—¿De que están hablando Alexito? —pregunto un tanto indignada por la manera en Adrián se refería a ella.

—¡Ya basta! —levantó la voz Alex —¡Cálmate, Adrián! —el joven obedeció a regañadientes y levantó la silla que había tirado al piso sentándose de mala gana —¡y tú! ¡Deja de llamarme así! ¡Me revienta que me llamen así!—la chica se encogió un poco por el regaño e intentó replicar pero Alex la interrumpió antes de que siquiera pudiese decir algo —puedes dejarnos solos, tengo que hablar con Adrián. 

—Pero yo… — Karen trató de replicar, pero Alex la ignoró por completo. Karen tomó su bolsa y se fue golpeando la silla.

—Vaya que carácter —dijo Adrián una vez que la vio alejarse sintiendo como su propio temperamento se controlaba —¿entonces? ¿qué pasó con Dani? —El enojo de Adrián se había esfumado, Alex había despedido de una manera poco amable a esa chica y eso quería decir que no le importaba.

—No le hablé. 

—Pero por qué, iba ella sola, ¿o no la alcanzaste?

—No es eso, la seguí de cerca hasta que entró al salón del profesor ese, el veterinario. 

—Gael —No era su amigo pero le conocía bien por su primo Liam y se podría decir que le caía bien, al menos un poco —Y porque no esperaste a que saliera.

—Sí. El problema es que no se que decir —Adrián lo observó confundido —. Yo no buscó a Karen, es ella la que me busca —. La expresión de Alex se ensombreció por un momento —con Daniela era casi igual, se acercaba a mí, ella hablaba conmigo, jamás huía de mí, pero ahora… Lo e intentado y al principio parecía fácil pero desde que rechazó mi invitación aquella mañana no se... —Alex hizo una pausa pasando su mano por su nuca sintiendo frustración —yo nunca había tenido que hablar con una chica, son ellas y ahora… no tengo idea como debo acercarme, no sé qué decir.  

—Entiendo —dijo Adrián con una mano en su barbilla en modo pensativo, sentía un poco de pena por su amigo, era el tipo más seguro de sí que conocía y ahora parecía realmente abatido.

—Alguna sugerencia —pregunto Alex más bien con un tono de incredulidad sin creer que realmente Adrián pudiera ayudarle. Adrián no se dio cuenta de eso, solo permaneció en silencio unos segundos pensando en algo, quería mucho a su prima y en verdad deseaba que se quedara con Alex, su mejor amigo así también el mismo podría vigilar que esté no la lastimara y ella sería feliz.

—Creo que solo necesitas un pretexto para acercarte a ella.

—Claro genio, como no se ocurrió antes.

Adrián lo miró haciendo el gesto que haría un niño al que le hacen burla por haber dicho mal la tabla del dos.

—Quieres que te ayude o no —Alex asintió sin mucho ánimo como si no creyera que Adrián podría hacer algo.

—Bien, como dije, solo necesitas un pretexto para acercarte a ella y creo saber de uno perfecto —Adrian se levantó de su silla haciendo un ademán para que Alex hiciera lo mismo —primero tenemos que ir a comprar un regalo.