Dos hermanos contra lo que acecha a su familia. Annabeth y Joseph descubren que su familia tiene una relación con un ser que había vivido décadas atrás. Todo comienza a despertar en un pequeño pueblo donde los hermanos llegan, lo que parecía ser una semana de vacaciones con la familia se convierte en una búsqueda del más allá.
¿Maldición o bendición? ¿Premio o castigo?
¿Qué es lo hay detrás de todo?, ¿Vida o muerte?
NovelToon tiene autorización de Feng Liang para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 14: Antes de...
...—Antes de que Annabeth apareciera para salvar a Joseph—...
Cuando la comunicación entre los dos hermanos se vio interrumpida, Joseph no le toma importancia ya que piensa que es un truco de Annabeth para poder tomarle la delantera, por lo que sigue avanzando en el espesor del bosque ignorando la neblina.
« Joseph »
Una voz femenina en su mente lo detiene, busca con la mirada a su hermana, pero sabe que esa voz mental no puede ser de ella.
— Joseph Slander. —
El lobo gruñe sabiendo que esa persona es un extraño en ese lugar, unas pisadas se escuchan no muy lejos como si estuviera huyendo de él. Sin pensarlo mucho empieza a perseguirla y esta persona comienza a correr, ambos corren por el bosque el lobo gira la cabeza a su derecha observando la silueta oscura de alguien a unos metros corriendo a la par de él.
Logra tomar la delantera e intercepta a la desconocida, esta se detiene a varios metros.
— Que linda forma tienes, ¿Quizás pueda acariciarte, cachorrito? —
Los ojos verdes de Joseph se mantienen en la figura soltando pequeños gruñidos de molestia al ser llamado cachorro, aunque no puede distinguir el rostro de la mujer por la neblina.
— ¿Que? ¿No tienes nada que decir? —
Comenta en un tono juguetón la desconocida acercándose lentamente al lobo con pasos tranquilos, él por su parte empieza a retroceder al sentir el fuerte poder que desprende ella y que no es rival en lo absoluto en caso de que hubiera un enfrentamiento.
— ¡Oh! Tienes miedo, tranquilo pequeño, no voy a hacerte daño...solo quiero acariciar ese hermoso pelaje. —
Joseph siente que está en peligro y empieza a mostrar sus grandes colmillos, no importa si no puede enfrentarla al menos tiene que ganar algo de tiempo para que su hermana llegue.
— Aléjate de mí. —
Suelta un gruñido en posición de defensa, la desconocida no parece estar asustada, extiende la mano y el cuerpo del lobo se paraliza cayendo al suelo.
— No tengas miedo. —
— ¡No te acerques! ¡Te lo advierto! —
La respiración del lobo se agita siendo sus ojos los únicos que se mueven observándola acercarse más.
— ¿Una advertencia? Interesante, un pequeño hechicero amenazándome...al parecer aún no entiendes con quién estás hablando. —
— No me interesa quién eres, ¡Solo aléjate!—
— ¿De lo contrario? —
Joseph gruñe con molestia al escucharla, ¿Quién se creía esa mujer al decir aquello? Ni siquiera se comparaba con su hermana.
— ¡Mi hermana no te dejará en paz! —
— ¡Oh! ¿En serio? ¿Y se puede saber quién es tu hermana? —
Pregunta ella con burla haciendo que el enojo del lobo creciera aún más.
— ¡Mi hermana es Annabeth! —
La mujer detiene sus pasos al escuchar el nombre, se inclina ligeramente para mirar al lobo desde arriba, Joseph logra ver una melena blanca salir de la capucha que cubría la cabeza de ella.
— Annabeth, Annabeth, ese nombre me resulta tan familiar, ¿Dónde lo habré escuchado? Ah, Annabeth...la señorita de mi amo. —
Asiente con la cabeza para después reír ligeramente.
— Es verdad, ustedes dos son hermanos, muy unidos por cierto. —
Joseph aprieta los dientes con fuerza e intenta hacer que su cuerpo reaccione sin embargo no logra nada y siente que es el final si no pide ayuda en ese mismo instante.
« Annabeth, Annabeth »
— No funcionará, tu querida hermanita ahora está en una importante conversación con mi señor, es mejor no interrumpir. —
« ¡Annabeth! »
— Deja de intentarlo, no funcionará. —
— ¡Cállate! —
La mujer suelta otra carcajada y el lobo se enfurece, no tiene más opción que decir las palabras mágicas.
« ¡Algodón de azúcar! »
Estas palabras tienen un hechizo que ambos hermanos le configuraron y no importa si algo o alguien interfiere en su comunicación telepática, basta con que uno pronuncie esta frase será escuchada por el otro.
