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Suertucienta... La Otra Cara Del Cristal.

Suertucienta... La Otra Cara Del Cristal.

Status: Terminada
Genre:Familias enemistadas / Secretos de la alta sociedad / Batalla por el trono / Reencarnación / El Ascenso de la Reina / Completas
Popularitas:25k
Nilai: 5
nombre de autor: abbylu

Griselda murió… o eso cree. Despertó en una habitación blanca donde una figura enigmática le ofreció una nueva vida. Pero lo que parecía un renacer se convierte en una trampa: ha sido enviada a un mundo de cuentos de hadas, donde la magia reina… y las mentiras también.

Ahora es Griselda de Montclair, una figura secundaria en el cuento de “Cenicienta”… solo que esta versión es muy diferente a la que recuerdas. Suertucienta —como la llama con mordaz ironía— no es una víctima, sino una joven manipuladora que lleva años saboteando a la familia Montclair desde las sombras.

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capítulo 23

Mientras Griselda sorteaba los conflictos de la corte y sus nuevas responsabilidades de princesa, Evelyne, Anastasia y Santiago volvían al Reino de Cristal, con entusiasmo. El viaje fue largo, pero la atmósfera en el carruaje estaba llena de risas, planes y miradas cómplices.

—Cuando te cases —dijo Evelyne con tono elegante, aunque firme— no quiero fiestas interminables. Griselda nos ha dejado exhaustos.

—¡Mamá! —protestó Anastasia, divertida— ¿Cómo puedes decir eso si tú misma corregías el bordado del mantel principal cinco minutos antes del banquete?

Santiago, sentado a su lado, sonrió con suavidad.

—Aunque si debo ser honesto, no me molestaría una celebración sencilla… contigo —dijo mientras entrelazaba su mano con la de ella.

Evelyne los miró por un momento y, aunque fingía indiferencia, su sonrisa la delataba. Era una mujer que no expresaba fácilmente afecto, pero al ver a su hija menor tan enamorada y decidida, algo en su interior se suavizaba.

—Mientras cumpla con las formalidades, lo demás puede negociarse —dijo, mirando por la ventana del carruaje—. Aunque dudo que el ministro de guerra se conforme con una boda sencilla.

—¿Mi tío? Él solo quiere asegurarse de que Santiago no sea un incompetente —bromeó Anastasia.

Santiago la miró con una ceja arqueada.

—¿Eso fue una broma o una amenaza velada?

—Una advertencia —respondió Evelyne sin mirar atrás, provocando una carcajada general.

 

Una semana después de su llegada, la casa Montclair volvió a llenarse de preparativos. Invitaciones, telas, flores, pruebas de menú, ensayo de vals… Todo debía ser perfecto. Anastasia, aunque más desordenada que su hermana, se involucraba en cada detalle, más por emoción que por deber.

Una tarde, mientras se probaba por tercera vez un vestido, Santiago entró al salón, se detuvo a contemplarla y dijo:

—Nunca pensé que terminaría tan enamorado de ti. Mi preciosa tomatita.

—¿Y eso qué implica? —preguntó Anastasia, sin dejar de girar frente al espejo, con una sonrisa boba en el rostro, por el apodo que le había dado su prometido.

—Que mi vida será todo menos aburrida.

Ella se acercó y lo besó en la mejilla.

—Prometo mantenerte siempre entretenido.

 

Pero no todo en la mansión era alegría. Mientras Evelyne supervisaba los detalles finales del compromiso de Anastasia, también empezaba a ocuparse de un asunto que había postergado por demasiado tiempo: Lucinda.

Suertucienta, como la llamaban a espaldas de ella, había estado extrañamente callada desde que regresaron. No se presentó a las comidas familiares y evitaba a todos con la misma habilidad con la que antes conseguía atención.

Una mañana, Evelyne se detuvo frente a la puerta del ala donde Lucinda se alojaba. Golpeó con los nudillos dos veces.

—Lucinda. Necesito hablar contigo.

Un silencio tenso se instaló del otro lado. Luego, pasos lentos se acercaron. La puerta se abrió con parsimonia.

—¿Qué desea, madrastra? —preguntó Lucinda con voz apagada.

Evelyne se cruzó de brazos.

—No vine a discutir. Pero ya no puedes seguir aquí encerrada como una prisionera emocional. Tu hermana se ha casado. Tu otra hermana se casará pronto. Y tú…

—¿Y yo qué? ¿Debería buscarme un conde viudo y suplicarle que me rescate del olvido?

—No seas ridícula —bufó Evelyne, entrando sin ser invitada—. Te prometí a tu padre que velaría por ti. Y eso incluye ayudarte a encontrar un esposo digno.

Lucinda se tensó.

—No necesito que me cases como si fuera una oveja de feria.

—No. Lo que necesitas es dejar de creer que el mundo gira en torno a tu amargura.

Lucinda retrocedió un paso. No lloró. Ya no. En los últimos días, había entendido muchas cosas que antes se negaba a ver.

—No es amargura. Es decepción.

Evelyne la observó. Por primera vez en años, su voz bajó.

—No eres mi hija, Lucinda. Pero nunca te deseé el mal. Solo que… tú nunca te esforzaste por agradarnos. Ni siquiera por convivir.

—Porque siempre supe que no pertenecía aquí.

—Eso no es cierto. El hogar no se trata solo de sangre. También se construye con actos. Y tú te pasaste años intentando sabotear cada relación en esta casa. Pero aún así, estás aquí. ¿Y sabes por qué?

Lucinda negó en silencio.

—Porque te prometí a tu padre que nunca te dejaría sola. Y pienso cumplir esa promesa. Aunque tú no sepas agradecerlo.

Hubo un largo silencio entre ambas. Evelyne inspiró profundamente y dijo:

—He organizado una cena con algunos aliados del general. Uno de ellos tiene un hijo joven, capitán del ejército. Viene con intenciones de formar familia. Tú decidirás si lo aceptas o no, pero vas a asistir. ¿Entendido?

Lucinda no respondió de inmediato. Luego, con voz apagada, susurró:

—¿Y si no me quiere?

Evelyne se giró antes de salir de la habitación.

—Entonces buscaremos a otro. Pero no seguirás escondiéndote.

***

La cena se celebró dos noches después. El joven capitán, Elian de Velmont, resultó ser un hombre sereno, de mirada limpia y sin prejuicios. Escuchó atentamente a Lucinda durante la velada, la hizo reír dos veces y no se mostró intimidado por su fama ni por el murmullo persistente de las damas.

Al final del encuentro, Lucinda caminó sola por los jardines traseros, y Elian la alcanzó.

—No pareces tan peligrosa como decían —comentó él, con tono bromista.

—Depende de quién lo diga —contestó ella, sin humor.

—A mí me dijeron que eras difícil. Pero yo creo que solo estás... a la defensiva.

Ella se detuvo.

—¿Y tú qué sabes?

—Sé lo que es perder a alguien. Mi madre murió cuando era niño. Y mi padre se volvió una estatua por años. A veces uno aprende a esconderse detrás del enojo porque es más fácil que admitir que está solo.

Lucinda lo miró con una mezcla de sorpresa y desconfianza.

—No necesito un salvador.

—Y yo no necesito una doncella sumisa. Solo quiero conocerte, sin máscaras.

Lucinda bajó la vista.

—Quizá no soy tan mala como todos creen…

—Yo no creo que lo seas.

Por primera vez en mucho tiempo, Lucinda sonrió. No del todo. Pero sí lo suficiente para que Elian supiera que ese era el inicio de algo nuevo.

***

Evelyne, observando desde el balcón, permitió que una sonrisa serena se dibujara en su rostro. A su lado, Anastasia llegó con una copa en mano y dijo:

—¿Fue tu plan desde el inicio?

—Desde el día que prometí cuidarla. Quizá no fui la mejor madre para ella, pero no fallaré como guardiana de su destino.

—Me haces sentir que tengo mucho que aprender —dijo Anastasia, con ternura.

Evelyne la miró de reojo.

—Y aún no te casas, querida. Espera a ver lo que te espera con Santiago…

Ambas rieron. Pero dentro del corazón de la duquesa, una paz nueva comenzaba a formarse. Había cumplido su promesa. Y por fin, incluso Suertucienta empezaba a escribir su propia historia.

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Yukki Sae
ame la historia ♡♡!!
Yeismi Segovia
Una novela brutalmente buena, con enseñanzas que te abren los ojos y te hacen pensar más allá, el físico no lo es todo, lo que vale más es quien creemos ser, no tengo palabras para describir lo mucho que me gusto 20/10
Guadalupe Flores
felicidades escritora me encanto
Maria Elena Maciel Campusano
Excelente obra y fué un acierto escribir ésta maravilla, me pareció una historia con un bello mensaje, todos tenemos la capacidad de cambiar nuestra vida y elegir lo que realmente queremos para nosotros, agradezco tu labor @abbylu👏👏👏👏👏💐
Maria Elena Maciel Campusano
Hermosa historia y aún cuando está basada en un cuento de hadas, nunca nos detenemos a pensar si ese cuento fue contado por alguien imparcial o desde el punto de vista de la protagonista, me pongo de pie y aplaudo tan excelente trabajo gracias Autora 👏👏👏👏👏👏💐
Maria Elena Maciel Campusano
Realmente la tarea de madre es titánica para quien se toma muy en serio su papel de madre, la Duquesa hizo lo mejor que pudo con cada una de sus hijas y también le dió la libertad a sus hijas e hijastra de elegir su futuro, hermoso capítulo 🥰
Maria Elena Maciel Campusano
Afortunadamente la Duquesa hizo lo que tenía qué hacer y logró que el capitán captára la atención de Lucinda, ojalá tome esta oportunidad para tener una buena vida al lado de un buen hombre 🤔
Maria Elena Maciel Campusano
Tenía que llegar el momento de la despedida, pero sólo es temporal, lo mejor es que la Duquesa externó su sentimiento de orgullo por su hija y le animó a seguir adelante, alto que no tardó en poner en práctica Griselda 🤭
Maria Elena Maciel Campusano
A la Duquesa le tomó por sorpresa el ofrecimiento de la reina, sin embargo la soberana comprendió que la labor de una madre es compleja y no es tan fácil de realizar, espero que la Duquesa pueda hacer entrar en razón a Lucinda 🤔
Maria Elena Maciel Campusano
Qué hermosa boda, me gustó mucho como la Duquesa Evelyn acompañó a su hija ☺️
Maria Elena Maciel Campusano
Qué bonita relación se ha cultivado entre Griselda y Filip, es algo único y auténtico como ellos, la boda es un trámite necesario para afirmar su unión 😍
Maria Elena Maciel Campusano
Definitivamente cuando Griselda fué al baile en su reino, hizo muy bien en acercarse al primo del "princeso estirado", ya que eso hizo posible que su futuro cambiara, qué habrá pasado con "Suertucienta"?😳
Maria Elena Maciel Campusano
Con toda la diplomacia del mundo Griselda dejó claro que no permitirá que la humillen, es excelente que le agrade a toda la familia y su cuñado también la aprecia 😏
Maria Elena Maciel Campusano
Por fortuna su carácter y buena disposición ayudaron a Griselda en su presentación y fiesta de compromiso, me encantan sus suegros son un 😍
Maria Elena Maciel Campusano
Ser uno mismo con respeto y educación es la manera de ser aceptado, me gustó como siendo ella misma logró conquistar a sus suegros y a la corte también 🤓
Maria Elena Maciel Campusano
Afortunadamente la Duquesa Evelyn hizo bien en mantener en arraigo domiciliario a la descarada esa, parece que Griselda podrá cambiar ese triste y cruel futuro que amenazaba con acabar con cada una de ellas🤓
Maria Elena Maciel Campusano
Ahora resulta que trata de usar trucos sucios y muy bajos para quitarle el novio a Griselda, nada más falta que también lo intente con Anastasia 😤
Maria Elena Maciel Campusano
Con tanta felicidad es muy importante que no pierdas de vista a "Suertucienta" y sobre todo guarda muy bien la invitación pues de repente resulte ser ella la que tenga la invitación en su poder🤔
Maria Elena Maciel Campusano
La Duquesa Evelyn tiene razón debería poner una sucursal de citas y hacerla de casamentera, pues Anastasia ya tiene pretendiente y a Griselda ya no la dejará ir Filip, pero qué pasará con "Suertucienta" será que no tendrá un pretendiente "digno" de ella?😳
Maria Elena Maciel Campusano
Al parecer los supuestos "protagonistas" y estrellas de la gran noche a la linda hora ni "brisharon" por andar de envidiosos😏
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