Atada A Un Alpha

Las palabras de la madre de Maximiliano habían sido un gran puñal en el corazón de Talia, no podía dejar de sentirse como una persona miserable y mentirosa, por engañar de esa forma a una mujer que de forma cariñosa le dio las gracias por amar a su hijo y quedarse a su lado, al parecer sus padres tampoco sabían el verdadero motivo tras esa boda, ellos pensaban que entre Talia y Maximiliano existía un amor tan profundo, que llevo al hombre a tomar la decisión de querer casarse con ella, cuando la realidad está muy alejada de ser de esa forma, no quería mentirle de esa forma, al menos no ahora que sabe el gran amor que todos sentían por Maximiliano y de que desean para él una mujer que lo ame y a la que él ame, no un matrimonio vacío con un simple extraña que solo está allí por una casualidad de la mala suerte de una noche, pero, ¿Cómo decir la verdad?, ¿Cómo podía ser sincera a esas alturas?, no podía dejar de sentirse miserable, habían actuado de forma egoísta sin pensar que sus actos dañaban también a las personas que los amaban, como los padres de Maximiliano, incluso sus propios padres.

Regresaron al salón de la recepción, Talia trato de aparentar la sonrisa de felicidad, mientras por dentro reprimía el dolor que sentía en su pecho.

-          ¿Qué sucedió? – le pregunta Maximiliano viendo la expresión de Talia, a pesar de que estaba sonriendo, su mirada parecía querer llorar - ¿estás bien?, ¿te sucede algo? – le pregunta preocupado, ¿Qué le había dicho su madre como para que Talia volviera de esa forma?

-          Sí, estoy bien – le responde sonriendo de forma fingida

-          No, no lo estas Talia – le dice viendo la mentira en su mirada – ven conmigo – toma su mano y la lleva hacia la cocina del lugar, luego de pasar por el sitio llegan al almacén, donde podían estar a solas – ahora, estamos solo, ya puedes decirme ¿Qué te sucede? – le dice, la mujer mantenía la mirada baja sin llegar a responderle - ¿te duele algo? – le dice tratando de averiguar, Talia niega con la cabeza - ¿Entonces es por la conversación con mi madre?, ¿te dijo algo que no te gustara?, Lo siento mi madre es un poco expresiva y a veces se emociona demasiado – le dice suponiendo que ese es el motivo

-          ¡No! – le dice rápidamente levantado la mirada para verlo – tu madre fue muy amable y, ella solo me quiso dar la bienvenida a su familia, pero – vuelve a decaer

-          Pero, ¿Qué sucede Talia? – le dice preocupado

-          ¡Pero tus padres te aman! – le dice desesperada – yo no tenía idea de eso, Maximiliano, lo que les estamos haciendo es horrible, estamos jugando con sus sentimientos, ilusiones y con sus esperanzas, me siento como la peor mujer en este momento, tu madre me abrazo y me agradeció por amar a su hijo, cuando tú y yo sabemos que eso no es así, no nos amamos y esta boda no fue por amor, ¿Cómo puedo cumplir con tu madre cuando todo esto es una total farsa?, incluso mis padres – Talia estaba al borde del colapso.

-          ¡Talia! – le Grita Maximiliano tratando de calmarla

-          Yo, no puedo con este cargo de conciencia – le dice mortificada, Maximiliano la abraza halándola hacia él.

– Tranquila – le dice, mientras acaricia su cabello, su voz era suave, él tenerlo así de cerca y estar entre sus brazos era algo que le causaba a Talia una sensación de seguridad, logrando apaciguar todos sus pensamientos – todo saldrá bien, no te preocupes por nada – le dice – mis padres son participes del matrimonio por amor, pero hay cosas que no siempre son de esa forma, además eso no significa que no podemos cuidar el uno del otro, incluso sin un sentimiento romántico, podemos brindarnos el apoyo necesario y mantenernos unidos, ¿sí? – le dice tomando sus mejillas para que lo mire.

-          Está bien – los padres de Maximiliano tenían el mismo pensamiento que Talia acerca del matrimonio, pero Maximiliano podía tener algo de razón, a pesar de que no existe un amor romántico entre ello, aún pueden llegar a sentir cariño mutuo y cuidarse el uno al otro, encontrar en cada uno la compañía necesaria para no estar solos en la adversidad.

-          Bien- sonríe – ahora volvamos allí, no creo que a los invitados les agrade que los novios se ausenten tanto – sonríe, siempre que lo hacia Talia podía sentir que nada podría salir mal, tal vez todo eso se deba a la influencia que el ejercía en ella debido a la marca.

Salieron del almacén, pasaron nuevamente por la cocina y regresaron al salón, integrándose con todos los invitados. Luego de unos minutos el hermano de Maximiliano, Víctor, se acercó a ellos.

-          Necesito de la ayuda de ambos – les dice Víctor – ahora que eres de la familia, puedo contar contigo, ¿no es así? – le dice Víctor sonriéndole a Talia, era impresionante el ver cómo los hermanos Hillcen a pesar de ser unos mayores que otros, todos poseían un encanto físico y carismático, que no pasaba desapercibido ante ninguna mujer.

-          Sonríele a tu esposa – le dice Maximiliano a Víctor de forma seria, a pesar de que la que es la esposa de su hermano, resulto ser la pareja destinada de Maximiliano y Víctor sabiendo ese hecho la marco, él no sentía resentimiento alguno por eso, ya que no llego a sentir algún tipo de apego hacia la que era su pareja destinada, pero la forma en que Talia, miro a Víctor en el momento de este sonreírle fue algo que le molesto- ¿Qué sucede? – le pregunta de forma cortante.

-          Tranquilo hermanito, esa es tu esposa – lo mira y sonríe – está, si es tuya – le dice

-          Como sea, termina de hablar Víctor – le dice Maximiliano, no quería entrar en conflicto y menos delante de Talia.

-          Pues, seré breve – les dice poniéndose serio – necesito que tu esposa le lance el ramo a la novia de mi hijo, ¿podrías? - le pregunta

-          Pe.. pero, ¿Cómo? – según la tradición la esposa debía estar de espaldas para arrojar el ramo – no sé si pueda lograrlo – le dice

-          Pues, la única forma que puedo ver, es que se ponga en una esquina – le dice Maximiliano, aportando la idea, sabia el motivo por el cual estaban tramando todo eso, lo más seguro era que Jonathan necesitaba terminar de salir de la prensa - ¿crees poder hacerlo así? – le pregunta a Talia.

-          Sí, creo que si podría – le dice

-          Bien, entonces cuento contigo – le dice a Talia sonriendo, luego de eso, se marchó a platicar con otras personas.

Llegado el momento de lanzar el ramo, Talia busco con la mirada a la chica que Maximiliano le había indicado que era la pareja de su sobrino, estaba justo en la esquina derecha, alejada de las otras, deseando que le concedieran la mayor de las suertes al lanzar para poder cumplir con el favor, se dio la vuelta y luego de contar hasta tres arrojos el ramo hacia la esquina, esperando acertar, luego de eso, se dio la vuelta y logro ver a la chica con el ramo en la mano, terminando así su buena obra del día.