"CAMINOS INESPERADOS" LOS DECENDIENTES YANKELEVICH Quinta Parte

Lupita no dejaba de sonreír y sin pensarlo le dijo. – Acepto ser tu novia y yo tambien quiero un beso.

Amadi solo necesito escuchar eso para besarla y esta vez lo hizo mejor, fue un beso más intenso, aunque solo jugo con sus labios, pero para ella eran perfectos, lo disfrutaba.

Fue un momento hermoso para los dos, pero Lupita le dejo claro que quería ir despacio, tenían que conocerse bien y si en el futuro miraban que eran compatibles, podían dar el siguiente paso, pensar en un futuro juntos en formar una familia, Amadi lo acepto, por el momento se conformaría con solo ser su novio, en poder pasar tiempo a su lado y lo mejor era que ella iba a volver a la aldea con ellos.

Al día siguiente habla con su familia, Roció se encargaría de la asociación y María Eugenia del hospital, mientras que Gregorio e Iker se encargarían de organizar al ejército de su familia de organizarlos para cuando salieran a las calles a investigar, mientras que ella se encargaría de organizar a la gente de la aldea, par que siempre estuvieran alertas por cualquier cosa, tambien tenía que organizar a los francotiradores para cuando se llegara el momento de hacer vigilancia donde Gregorio e Iker lo indicaran.

Ellos se organizaron bien y siguieron las indicaciones de Lupita, después de ponerse de acuerdo ella regreso a la aldea, donde empezaría una aventura al lado de Amadi y Nala, que eran los que les ayudarían a organizar a la gente de la aldea.

Kilian y Claudia si hablaron con su hija y supieron de su decisión, la apoyaron desde el primer momento, estaban orgullosos de su hija, aunque les daba algo de tristeza no verla a diario, pero cada tercer día hablaban con ella para saber cómo estaba, se la pasaban al pendiente de ella y tambien le ayudaban cuando sentía dudas de algo.

En la familia rápido todos supieron el buen proyecto que Lupita hizo, algunos miembros de la familia estaban algo celosos, pero les alegraba que lo estuviera haciendo bien, cuando la familia llego, los más jóvenes se apoderaron de Willmar Alexander, queriendo saber todo lo que hizo Lupita.

Willmar Alexander les contesto todas sus preguntas, les hablo de lo que hicieron para el ataque y lo que se había descubierto; dejaron de lado los celos y las preocupaciones llegaron apesar de que parecía haber avances para encontrar a sus enemigos, aun les faltaba mucho camino y eso todos lo entendían, cada uno tenía que ponerse a trabajar, todos querían ayudar, pero parecía que cada uno lo iba a tener que hacer a su tiempo.

Willmar Alexander al ver lo que Lupita estaba haciendo, pensó que él tambien tenía que empezar hacer algo, pensaba en cómo ayudar, pero no encontraba una buena forma, tenía dos días de haber llegado a la isla, cuando se enteró que Paola y Joshua, iban a ir a la ciudad de Londres a encargarse de un problema en la casa de seguridad que estaba a las afueras de la ciudad.

Él quiso ir con ellos y le dijeron que sí, llegaron a Londres por la noche, como siempre que estaban en la ciudad los dos se alistaron para irse a una sección del BDSM, algunas cosas en ellos no cambiaban.

Paola y Joshua una vez que estuvieron listos bajaron a la sala, estaban en la casa de los padres de NEYLANE, que era donde la familia llegaba cuando estaban en la ciudad de Londres; ellos fueron muy abiertos con todos sus sobrinos, a todos les mostraron lo que era el BDSM cuando cumplían sus 18 años y Willmar Alexander, desde el día que le mostraron lo que era le gusto tanto que se hizo miembro de los club y mazmorras de la ciudad, como de todos los lugares del mundo que visitaba.

Había visitado muchos países con sus tíos y disfrutaba cada que iba a esos lugares, tenía un año disfrutando de los placeres; en el momento que Willmar Alexander llego con ellos, fueron a pasarla bien a un club especial para lo que les gustaba.

Willmar Alexander encontró su rol en el BDSM, se hizo un amo, era un hombre que sabia ser imponente y causar placer a su sumisa, tenía su lado malo que era al momento me implementar castigos, pero nunca se le pasaba la mano, pero para su mala suerte pocas mujeres sumisas lo podían soportar como amo, nuca tardaba más de dos semanas con una, cuando ya le estaban terminando sus contratos.

Era de esperarse que el pequeño Max no estuviera de acuerdo con los gustos de sus hijos, para él si no se enteraba de las actividades intimas de su hijo era mejor; pero Irma fue diferente, apoyo a su pequeño abiertamente, tanto que, en su primera tienda de adultos, fue ella quien lo acompaño, para que comparar sus primeros juguetes especiales.

Willmar Alexander era un hombre con mucha seguridad, trasparente, altivo, soberbio y a la vez era un hombre que sabia donde serlo, porque con su familia, mostraban su nobleza, era amable, hasta podría llegar hacer amoroso, sobre todo con su madre, con su abuelita Agramon y tía Neylane.

Esa noche a las 10:30 pm, salieron de la casa y fueron a una de sus fiestas, como él tenía mucho tiempo sin disfrutar de una mujer, en ese momento tomo a la primera que miro, no quería perder tiempo buscando, esa noche realmente solo deseaba disfrutar de una buena sección de amo y sumisa, mejor si era una esclava.

Como siempre a la chica que se acercó rápido le dijo que si, estaban por entrar a una de las habitaciones, cuando una llamada de su padre le entro; por ser quien era y miembro exclusivo de ese lugar, no le prohibían tener su celular a la mano, sabían que nunca haría uso de la cámara para perjudicar a nadie del lugar.

Sin nada de ganas contesta la llamada. 

Su padre no le pregunto dónde estaba a pesar de que escucho la música por el celular; el pequeño Max era muy directo y en cuanto le contestó empezó a decir. – Willmar, quiero que te prepares, te vas a ir a Rusia con tu tío Adal y tu tía Dasha, hay unos problemas en Rusia.

Tú sabes que el presidente de ese país ha sido un buen aliado, en este momento nos habló para pedir algo de ayuda, con unos tratantes de personas, donde él no puede meterse, porque tal parece que hay unos embajadores de otros países, no quiere tener conflictos con los países,

Vas a tener que ser prudente en el ataque, no puedes dejar que escapen, ni tratar de sacar la mayor información, porque tal parece de la red que nos encontramos en África.

Willmar, ve en este momento al aeropuerto, ahí te están esperando Adal y Dasha para salir en este momento a Rusia.

Una vez que corto la llamada, suspiro profundamente, era cierto quería una misión, pero no la quería con su tío Adal y con su tía Dasha, para él era un poco complicado estar en el equipo de ellos, eran demasiado sangrientos y difícilmente les podía seguir el paso, pero tampoco podía decirle que no a su padre.

Termino despidiéndose la joven, no iba a poder estar con ella y antes de salir del lugar se despide de su tía Paola y de su tío Joshua; tuvo que decirles de la orden de su padre y eso los alerto, terminaron saliendo de ahí junto con él.

Terminaron llevándolo al aeropuerto, Paola y Joshua hablo un poco con Adal, tenían que saber de qué se trataba; pero lo que Adal les dijo era para ponerse nervioso, parecía que lo que paso en África había alterado a sus enemigos y entre ellos estaban algunos aliados, que su desesperación, su miedo estaba haciendo que cometieran errores.

Paola sabía que si Adal y Dasha iba de misión era por que no era algo bueno, el problema era grande y escuchar lo que le decía, solo fue para confirmar sus sospechas; Joshua al igual que ella se dio cuenta de que el equipo que se estaba enviando era pequeño, para el problema.

No dejaron que Adal dijera nada, solo subieron al avión, iban a ir a la misión con ellos, serían los refuerzos; la tecnología la manejaban muy bien ellos, sentían que era algo que les iba hacer falta.

Adal no dijo nada para él trabajar con su hermana era algo que no le afectaba, ya estaba acostumbrado a lidiar con el carácter de cada uno y gracias a las enseñanzas que Harry le dio, entendió como controlar a cada uno de su familia.

Fue un vuelo tranquilo, fueron casi 7 horas de vuelo, cuando llegaron eran las 5 am, todos habían dormido, llegaron descansado; Adal ya conocía a Nasir, a Dulía y a Lían, sabía que, si les informaba de los cambios que se harían al llevar a Paola y Joshua, hubieran empezado a discutir para que no fueran.

Él no quería más discusiones en la familia, estaba enfadado de tener que lidiar con los problemas de todos, desde que regreso de África tuvo que ser intermediario para poder calmarlos y eso no le gustaba nada; por esa razón hasta que no estuvieron en el hotel de la familia, le marco a Nasir para informarle de los cambios que se hicieron.

Adal fue cortante y como siempre hablo con esa seguridad que lo caracterizaba. – Nasir, no quiero que hagas escándalo, se van a hacer cambios y creo que va a ser lo mejor, esta misión no es fácil, Paola y Joshua nos ayudaran en esto.

Yo, Dasha y Willmar, nos encargaremos de hacer la estrategia, no quiero que ustedes estén dando sus órdenes desde allá o que nos digan que vamos a hacer, no están aquí para ver los problemas que se van a ir dando; en pocas palabras van a tener que confían en nosotros y nuestras estrategias que vayamos hacer.

Después de decir eso solo corto la llamada no los dejo hablar, no quería escuchar sus quejas, sus gritos y regaños, quería salir de ese problema sin tener más estrés de lo que ya tenía y que lo estaba haciendo perder su control, no estaba hecho para estar de refiere, su familia era intensa.

Ese día fue muy pesado para todos, se la pasaron casi todo el día con el presidente del país de Rusia; les dijo que la desaparición de jovencitas en el país había aumentado de manera exagerada.

El presidente ya había hecho su investigación, tenía ubicado los lugares donde estaba, eran dos que estaban en la ciudad; uno de ellos estaba en uno de los casinos más reconocidos y el otro estaba en un club del BDSM, fue algo irónico para Willmar.

Pero a la vez lo molesto mucho, esos lugares eran sagrados, no le gustaba que nadie se metiera con algo que tendría que ser de respeto y donde las personas tendrían que estar porque les gustaba.

Cuando llegaron al hotel ya eran las 10 pm, Willmar les dijo que iría al club del BDSM, ese sería el lugar que él tomaría; Paola lo apoyo quedo de hacerlo junto con él, mientras que Joshua ayudaría a Adal y Dasha con el casino.

Adal por un momento se quedó pensativo, en su mente ponía los posibles escenarios, lo resultados que se podrían dar y llego a una conclusión de 80 % de éxito, eso le agrado, les dijo que los apoyaba.

Esa noche con ayuda de Paola hackearon las cámaras de seguridad del club.

En la primera planta, que era la entrada se miraba todo normal, el procedimiento adecuado; pero el lugar tenía dos pisos más, uno bajo la tierra y el otro arriba.

Paola se fue al piso de arriba, (le gusto ver que todo el lugar estaba lleno de cámaras, eso iba hacer más fácil ver como estaban organizados) ahí encontró un pasillo largo con tan sólo 4 puertas, por las cámaras se dio cuenta que uno de los cuartos tenía el sistema seguridad, donde monitoreaban todas las cámaras.

En dos de los cuartos se dio cuenta que no había cámaras, eso no le gustó mucho, al entrar iban a tener que ver que había ahí, entrarían en esa parte a ciegas y la última puerta del pasillo tenía un enorme despacho, aunque no era uno normal, tenía juguetes para adultos, látigos, se podría decir que de todo para una sección del BDSM.

En la parte de abajo en la primera planta, ya se miraban hombres armados Paola conto 8, estaban vigilando el lugar y dos de ellos estaban en la puerta de entrada; en el lugar había un poco de todo había mujeres en posiciones eróticas, parecían cuadros en el lugar.

Había algunas mujeres sirviendo bebidas con trajes de todos los gustos, dignos de una sumisa; otras chicas las tenían como en un aparador, eran para que los clientes que llegaban escogieran con la que quisieran divertiste.

En el último piso, que estaba bajo la tierra ahí estaban las mazmorras, cuartos especiales para los castigos; aquí no importaba si la sumisa o esclava lo mereciera, las chicas que salían de aparador eran llevadas ahí para castigarla, torturarlas de manera sádica.

Por lo que Paola y Willmar miraron era un lugar donde tenías permitido hacer de todo, hasta el punto de matarlas, no importaba nada más que el placer del cliente, no de las mujeres que estaban en esos lugares.

Paola dejo de prestar atención a lo que hacían esos hombres en las mazmorras, porque realmente era algo que la ponía furiosa y necesitaba estar concentrada, empezó a contar a los hombres que estaban vigilando el lugar, los que traían armas, como los que se les hacía sospechosos.

Ella termino contando 25 hombres armados y 4 hombres que se le hicieron sospechosos, pero, aunque ya sabía cómo estaba el lugar, como parecían estar organizados, le pidió a Willmar que esperara una semana, para poder observarlos.

Aunque lo que realmente buscaba era el día donde esos embajadores llegarán, atraparlos en la parte de las mazmorras, para que no quedara duda de sus actividades negativas; de esta manera el país no se miraría en problemas y los embajadores perderían totalmente el apoyo de sus países, porque si alguien los pensaba ayudar, era una alerta, un motivo para investigación.

En el casino Joshua estaba igual, Adal y Dasha observaban todo el lugar, aquí era un edificio de tres pisos y un sótano: 

El primer piso era de todas esas mesas de juegos.

La segunda planta era de mesas exclusivas solo para los vips del lugar, para las apuestas más fuertes, en los diferentes juegos de mesa.

La tercera planta era para la seguridad del lugar, la oficina del dueño y un cuarto que usaban como bodega donde guardaban el dinero, las fichas de juegos.

La parte del sótano, al bajar las escaleras lo primero era un pequeño salón de 5 x 5 metros; ahí miraron pegadas a la pared hermosas mujeres, jovencitas, aunque ninguna parecía menor de edad, todas traían disfraces de diferentes temas, de militares, de conejito, de enfermera, de policía, de uniforme escolar y de muchos más, todo para el gusto de los clientes.

Al día siguiente Paola les dijo que el ataque serio en una semana y Adal la apoyo, quería obsérvalos un poco, saber quiénes iba a ese lugar; las cosas las hacían con calma, analizadas, para no cometer errores y que nadie de su gente saliera herido.

La semana paso rápido, entre todos se turnaban para dormir y vigilar los lugares, lo hicieron en un orden que ninguno se sintió cansado, estaban haciendo las cosas con una disciplina que los mantenía alerta, pero a la vez no tenían que forzar sus energías.

Pero las cosas no pasaron como ellos querían, el ataque se tuvo que adelantar un día, porque al club del BDSM entraron tres de los embajadores, que deseaban atrapar y a pesar de que Adal sabía que para el casino se tenía que esperar un día más, tuvo que aceptar el cambio.

Rápidamente se prepararon para el ataque, cada uno preparo a su gente, en el casino, Dasha y Adal serían los que entrarían al frente, empezando el ataque.

 Mientras Dasha bajaba al sótano, Adal se encargaría de los pisos de arriba, los dos se sincronizaban también, que ningunos se preocupaba por lo que pudiera pasar, solo se concentraban en el trabajo, se le podría decir que era el equipo perfecto.

Joshua con ayuda de unos de sus hombres los iban a estar guiando a los dos, tenían que mantenerlos a salvo y decirles donde estaban los hombres armados, quienes eran los sospechosos en lo que miraban a través de las cámaras.

Para el club del BDSM, no hubo muchos problemas Paola se encargaría de guiar a Willmar, aunque tambien entrarían dos hombres de la confianza de él, cada uno se iba a encargar de un piso con su gente.

 Willmar quiso la segunda planta donde estaba el dueño del lugar, la orden era atraparlo con vida, pero tambien podía torturarlo un poco y eso era algo que realmente deseaba hacerle.

Cuando todos estuvieron preparados salieron del hotel de la familia, subieron a los carros y cada uno tomo su camino; Adal y Dasha entraron al lugar sin perder tiempo, mientras que Joshua desde la distancia en un lugar seguro los iba guiando, junto con su hombre de más confianza.

Como era de esperarse Adal y Dasha siempre atacaban con una precisión, sin dudar en lo que iban hacer, dejando muertos a cada paso, pero lo peor era esa forma tan sádica y violenta como lo hacían, provocando el peor terror.

Dasha y Adal terminaron atrapando al dueño del lugar, para ellos fue irónico, porque realmente no era un hombre pervertido, era un hombre que en su persona seguía normas, era moralista, con una familia perfecta, un padre ejemplar; ese negocio solo lo tenía porque alguien se lo había ofrecido, prometiéndole salir de la pobreza, un mejor futuro para su familia, la desesperación lo hizo estar en ese lugar, pero lo odiaba.

Pero lo que él no sabía que ese negocio que se suponía iba ser un negocio de casino de juegos, estable a simple vista era en realidad una tapadera para los tratantes de personas.

Para el hombre, que llegara la familia del maestro, más que algo malo, fue una liberación y que ese trabajo que odiaba, que estaba siendo obligado hacer por fin se iba a terminar.

Adal era bueno leyendo a las personas y Dasha tambien, los dos decidieron prestarle atención a su historia, mandaron a 5 de sus hombres por su familia para ponerlos a salvo, ordenaron que los llevaran al hotel, de ahí seguirían con un interrogatorio, que ellos mismos harían, para saber si decía la verdad o era un muy buen mentiroso.

Las víctimas fueron atendidas por la asociación que tenían ahí, llevadas a sus instalaciones, una vez que terminaron ahí se fueron al hotel donde empezarían con el interrogatorio.

Willmar empezó el ataque al mismo tiempo que Adal y Dasha.