La Hija Del Capo Mayor.

______ ¿Sei sicuro che me ne vado?

...(¿Estás seguro de que me vaya?)...

Con una simple mirada de advertencia, Maximiliano dijo todo. A la mujercita no le quedó de otra que decir.

______ Possiamo parlare più tardi?

...(¿Podemos hablar más tarde?)...

_____ Non hai ascoltato. Vattene da qui.

...(No escuchaste. Sal de aquí)...

Maximiliano me toma con más fuerza de la mano. Dejando en claro que por ahora yo era su única mujer.

Me dio mi lugar delante de una de sus amantes. Era un gesto noble de su parte. Viniendo de un hombre como él.

La mujer de cabello rojo, desvió su mirada hacia mí. Sus ojos verdes eran dos flechas envenenadas deseando matarme ahí mismo.

Mantuve una postura fría delante de ella. No me iba a rebajar a segur su juego y hacerle una escena de celos delante de tantas personas.

No le quedó de otra que tragarse todo su coraje, e inclinó su cabeza delante de Maximiliano.

_____ Benvenuto, signore.

...(Bienvenido, señor)...

La mujer pasó a mi lado, sin atreverse a levantar la cabeza. Maximiliano y yo continuamos caminando hasta la habitación privada que quedaba en el segundo piso del restaurante.

Solo las personas más influyentes de la ciudad tenían acceso a habitaciones como esas.

Al llegar, dos de los escoltas se quedaron afuera. Mientras que los demás se quedaron en distintos lugares del restaurante.

Nadie, excepto a los meseros tenía permitido entrar a la habitación. Eso sí, antes de hacerlo tenían que pasar por una estricta revisión.

Maximiliano era muy estricto para eso. No quería errores y mucho menos arriesgar mi vida.

Al entrar a la habitación, me gusta lo que vi. Era una habitación con vista hermosa. Grandes ventanas de cristal que daba hacia la calle, la vista a la ciudad era bellísima.

Maximiliano recorre la silla a lado de la mesa. Tomé asiento, si poder dejar de ver a través de la ventana.

_______ Tiene una vista hermosa, ¿no?.

_______ Es de mis lugares preferidos. ____ Comentó Maximiliano al ver que me llamó mucho la atención.

También se había convertido en el mío. Mirar por la ventana relaja mi cuerpo. Siento una paz que no había podido sentir nunca.

______ Es hermosa... Tiene algo que me da paz. ___ Contesté, poniendo mi atención en Maximiliano.

______ Cuando vine a este restaurante por primera vez, pedí esta habitación. Lo hice solo para estar a solas. Tenía muchos problemas y cuando miré a través de la ventana, mi cuerpo experimento una tranquilidad que no había experimentado nunca. ____ Me cuenta Maximiliano.

Eso mismo me había pasado a mí. Sentí como si todas mis tormentas que llevo por dentro se hubieran calmado.

______ ¿Quieres algo de beber? ____ Me pregunta.

_____ Un poco de agua mineral. ___ Contesté, y de inmediato, la mesera me sirve un poco de agua.

____ Señor... ___ Se dirige a Maximiliano.

______ Un coñac. ____ Contesta, Maximiliano con frialdad.

La chica vacía un poco de coñac en uno de los vasos, coloca un poco de hielo y lo pone a un lado de Maximiliano.

Con un leve movimiento de dedos, Maximiliano le ordena irse. La chica sale de la habitación dejándonos solos.

Maximiliano coloca su mano encima de la mía, sus ojos azules se colocan en mí. Haciendo que sintiera una descarga eléctrica por todo mi cuerpo.

_____ ¿Qué me decías hace rato? ____ Su voz gruesa, hizo erizar mi piel.

______ No recuerdo que dije... ____ Solté mi mano de sus manos, y tomé la copa con el agua mineral.

Deje caer gotas de agua por mis labios, que fueron cayendo por mi cuello hasta mis pechos.

Cerré mis ojos, coqueteando con él. Sabía que esto terminaría en un delicioso acostón.

Maximiliano se pone de pie, empujando la silla donde estaba sentado. Fue a cerrar las cortinas, cuando estaba por cerrar la de la ventana que tenía una vista a toda la ciudad lo evite.

_______ Esa, no... ___ Suplique con una voz agitada.

Maximiliano sonríe, y vuelve a mí. Me levanta de la silla y me pone sobre la mesa. Mi corto vestido es levantado hasta mi cintura.

Sus manos recorren mis piernas hasta llegar a mis nalgas. Se siente demasiado rico. Pronto se comienza a escapar unos ligueros gemidos de mis labios.

Sus labios de fuego sellan los míos con pasión. El beso solo dura unos segundos, nos separamos y pasa su lengua por mi cuello, va bajando hasta mis pechos.

Aleja un momento sus manos de mis nalgas y rompe mi vestido en dos. Al no usar sostén con el vestido. Mis dos pequeños y redondos pechos quedan a su merced.

Mete uno de mis dos pechos a su boca, haciéndome enloquecer con cada caricia de su parte.

Eché mi cabeza hacia atrás, disfrutando de todo lo que Maximiliano me hace sentir. Es como si subiera a una montaña rusa. Me sube hasta la punta más alta con cada beso y cada caricia. Y cuando lo tiene a dentro, es mil veces mejor.

Me levanta de la mesa y me lleva al sillón cerca de la ventana.

Me deja cuidadosamente sobre el sillón. Lo que queda de mi vestido cae al piso. Al igual que mis bragas.

Se quita su camisa, y baja el cierre de su pantalón. Abrí mis piernas y las elevó encima del sillón. Se coloca en medio de ellas, colocando su mano en mi cuello.

Una ola de placer recorre mi cuerpo, cada músculo se tensa, mientras que mi piel pide más duro.

Maximiliano me pone en cuatro, su mano se coloca en mi cabello, era mil veces mejor que en el despacho.

Los gemidos se escapan de mis labios continuamente, pero, eso solo excita más a mi hombre.

Al terminar, la habitación terminó echa un desastre, y yo sin vestido. ¿Ahora cómo diablos iba a irme de ahí? Dudo mucho que me deje ir desnuda.

_____ Tengo mucha hambre.

______ El postre estuvo delicioso, pero, mi estómago me pide a gritos comer.

Maximiliano me da un beso en los labios y se acomoda la ropa, menos su camisa.

_____ Te verás aún más sexy con ella puesta. ____ Me dice entregando la camisa.