EL SISTEMA QUIERE QUE YO AYUDE AL VILLANO

Sin nada más que poder hacer, procedió a caminar hasta ella, extrañada por escuchar el pitido de una máquina respiratoria a lo lejos, ingresó finalmente a través de ella.

Nerviosa, observó que el lugar era una habitación de un hospital, cuyo olor a alcohol, invadía con fuerza sus fosas nasales.

En el centro, rodeado de máquinas y cables, estaba un hombre calvo y delgado, sus huesos se marcaban y su palidez era moribunda.

—Hola...Yelena—la saludó con una sonrisa—te estaba esperando.

—¿Quién es usted? ¿Cómo sabe quién soy yo?—cuestionó recelosa.

—Primero, quiero disculparme por lo que está haciendo mi hija, yo no la diseñé para que hiciera estas cosas tan malas—respondió con amargura—desde que se corrompió, Tuny ha usado indebidamente mi sistema...

—¿hija? ¿usted es el desarrollador?—estaba demasiado sorprendida, no podía creer que se encontrara cara a cara con el creador de aquella aplicación—¿Usted puede sacarme de este lugar?

—Sí, Yelena, soy Max Oscorp, desarrollador y dueño de la aplicación en la que estás encerrada—respondió con amargura—pero no puedo sacarte de aquí.

—¿por qué?—cuestionó molesta—¿sabe el miedo que tengo? ¿sabe cómo me amenaza su hija?

—Lo sé muy bien, la vergüenza que tengo por eso es muy grande—dijo aguantando sus lágrimas—pero estoy muriendo, apenas sí he tenido las energías suficientes para poder invocarte.

Desconsolada, con cuidado se sentó en un sofá cercano. Era increíble como todo apuntaba a que debía seguir sometiéndose a la voluntad de terceros.

—Entonces, ¿Para qué me llamó?—intentó indagar más.

—En el mundo real, soy lo que llaman un "Tecnomago"—comenzó a explicar con detalle—mi hija biológica, era amante de los libros por internet Y estando tan enfermo con hemofilia, quería crear una aplicación de lectura diferente a las demás. Era mi último regalo para ella.

Según lo que estaba entendiendo, por parte del desarrollador, este quiso innovar por la aplicación que quería regalarle a su hija antes de morir, por lo que usando su poder creó un sistema llamado "Realidad Virtual Mágica".

—Estaba apunto de desarrollar la versión final de la aplicación, cuando caí en cama por culpa de mi enfermedad—dijo con su voz un poco quebrada—pero en resumidas cuentas, los autores no solo crearían sus historias y las expondrían en mi app, sino que también los lectores ingresarían dentro de dichas historias y en vez de solo leerlas, podrían vivirlas en la carne propia de sus personajes favoritos.

—¿Y a mí de qué me sirve saber esto?—habló con odio.

—Cuando mi enfermedad empeoró y mi poder disminuyó, perdí el control de la aplicación y la ia se corrompió—respondió con bastante culpa—no puedo sacarte de allí, pero estoy consciente de que lo que hice fue un pecado. Intervenir en el proceso después de la muerte de un alma como la tuya, es algo que la vida y Dios me cobrarán muy caro. Lo único que puedo hacer en estos momentos es ayudarte con esto...

Extendiendo su mano canalizada, cambió su propia pantalla del sistema y le desbloqueó no solo la "Biblioteca", sino que también el "Árbol de habilidades"

—Al menos no tendrás que esperar al siguiente capítulo, para poder desplegar tu poder—dijo un poco tranquilo—quería hacer algo... aunque fuera un poco para remediar mi pecado.

—¿poder?— cuestionó bastante confusa.

—los autores, los escritores, los creadores de historias... si ustedes supieran lo que son capaces de hacer—señaló directamente hacia la puerta donde ella había entrado—antes de que te vayas, alguien me pidió poder hablar contigo.

Creyendo que se trataba del alma de su abuelo, Yelena no se atrevió a hablar más y corrió malherida de regreso a la oscuridad. Solo para sentir como un corazón nuevamente se rompía, al no ver al hombre que tanto había lastimado en vida.

—¿Serah?—preguntó en un susurro.

Sorprendida, jamás pensó ver la cara a cara lo que parecía ser el alma de la Serah original, cuál debería haber dejado de existir cuando ella usurpó su cuerpo.

—¿Por qué? ¿Por qué me hiciste tan desgraciada?—le reclamó derramando lágrimas de sangre —tanto tiempo le rogué a Dios que me ayudara, cuando fue el mismo Dios en realidad, quién me creó, quién me hizo tan mal.

—¿Qué?—preguntó Yelena bastante confundida.

—¿Tú me odiaste antes de nacer?—volvió a recriminarle.

Yelena frunció el seño, sintiendo una fuerte culpabilidad. La Serah original estaba culpándola, con mucha razón, de su vida de mierda.

—Yo...solo eras parte de una novela que quería...—no tenía palabras para excusarse.

—¿¡Entonces, por qué me creaste de esta forma!?—el alma de la Serah original gritó con furia.

—¡porque tú eres yo!—admitió Yelena en medio de su llanto—ya que al crearte, lo hice con base a lo que sufrí yo... y el odio que aún me siento hacia mí misma.

No lo podía negar, ya no tenía más sentido seguir estando ciega por cuenta propia: la inspiración para crear a su protagonista original y a la historia, la tomó alrededor de ella misma y como su vida se fue a picada por culpa de un hombre que ejerció violencia de género en ella.

De tan solo pensar en eso, hizo que la pesadez, en medio de ese mar de pesadillas aumentara. Odiaba recordar que todo había sido su culpa.

_Asi que... solo soy un reflejo de ti—se rió mientras intentaba ocultar sus propias lágrimas—¿acaso al menos planeabas darme un final feliz? ¿te imaginabas acaso algo así?

—Serah... en la historia original tú morías para salvar al protagonista masculino y a tu hijo, de Solomon—fue dolorosamente franca—pero antes de sacar la novela final, el editor me recomendó darte un mejor final.

No obstante, con el control de Tuny, no sabía qué pasaría por su historia y el final de esta. Todo estaba cambiado, retorcido y lo único que sabía con certeza, era que su alma cada vez sucumbía más a ser la sumisa del villano.

—¡Basta! ¡Basta!—gritó empujándola de golpe—eres la autora de esta historia, ¡prácticamente eres la diosa que creó este mundo! ¿cómo es posible que no tengas poder en tu creación? ¡Haz algo!

El empujón que le dio, hizo que se hundiera mucho más a tal punto que el cuerpo de su protagonista original desapareció y finalmente logró despertar.