NovelToon NovelToon
LIBERAME. Saga Destruyeme Parte II

LIBERAME. Saga Destruyeme Parte II

Status: En proceso
Genre:Posesivo / Arrogante / Dominación / BDSM / Escena del crimen / Enfermizo
Popularitas:3.8k
Nilai: 5
nombre de autor: DayMarJ

Soy Eros Montalbán. A simple vista, un estudiante brillante de medicina. Pero por dentro, soy otra cosa. Algo que no encaja. Algo que no se puede domar.

Desde niño he sentido esa pulsión: el cosquilleo en los dedos, la sed, la oscuridad. Mi madre me enseñó a mantenerla bajo control, a domar la bestia… pero incluso ella sabe que es cuestión de tiempo. Porque la sangre de Lucas Santori corre por mis venas, y su legado me pertenece.

Mientras el mundo celebra mi genialidad, yo observo desde la sombra. No busco amor, ni redención. Busco respuestas. Y si el precio es desatar lo que llevo dentro… entonces que el mundo arda.

NovelToon tiene autorización de DayMarJ para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 17

VALERIA.

El olor a formol y desinfectante me resulta reconfortante. Extraño, lo sé, pero después de tanto tiempo aquí, entre cuerpos fríos y secretos silenciados, este lugar es lo más parecido que tengo a un hogar. Me siento en mi escritorio con un café ya frío y los pies cruzados sobre una silla metálica. Todo ha estado demasiado tranquilo hoy, y eso me incomoda. La quietud en este lugar siempre precede algo peor.

Escucho los pasos pesados de Ramírez acercarse antes de que siquiera toque la puerta.

—Valeria —dice con esa sonrisa forzada que siempre parece más una orden que un gesto de cortesía—. ¿Te sientes mejor? Después de que te fuiste del restaurante quedé muy preocupado por ti.

Levanto la vista apenas, lo justo para parecer educada.

—Sí, fue un mal día. Estoy mejor —respondo con la voz más amable que puedo fingir. No es su culpa que no me interese. Pero tampoco es mi problema que lo note.

Él asiente, como si esperara algo más, y yo me limito a sostener su mirada sin parpadear. Después de unos segundos incómodos, se marcha.

Agradezco el silencio que deja tras de sí y me sumerjo en los expedientes nuevos que llegaron esta mañana. Homicidios de otros distritos. Zonas que no he pisado ni en sueños. Pero algo en las fotografías, en las escenas, en la sangre derramada, me resulta tan familiar que un escalofrío me recorre la espalda.

El primer expediente muestra a un hombre de unos cuarenta, encontrado en un callejón. La lengua arrancada, los párpados quemados. A simple vista parece un mensaje. Un castigo. No hay rastro de defensa. Lo mataron de forma meticulosa, sin prisa. Me detengo en la nota del detective del distrito: “presunto traficante de menores”.

La segunda víctima es una mujer. Dueña de una casa de apuestas clandestina, según el informe. La hallaron encadenada a su cama, con las muñecas destrozadas y cortes precisos por todo el cuerpo. No murió rápido. La autopsia lo confirma.

El tercero... un político. Corrupción, desvío de fondos, negocios con el crimen organizado. Lo encontraron en su oficina, colgado con alambre de púas. Tenía los ojos abiertos y una sonrisa dibujada con navaja. Literalmente.

Cierro los ojos un momento y respiro hondo. No debería afectarme, pero me afecta. No por las víctimas. No siento lástima por ellos. Eran basura, ratas vestidas de personas. Lo que me sacude es el patrón. La forma. La precisión. El lenguaje del asesino que conozco demasiado bien.

Estoy tan concentrada en las fotos, en las heridas, en los rastros de furia quirúrgicamente ejecutada, que ni siquiera noto la presencia hasta que levanto la vista... y ahí está.

Marconni.

Apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados, esa maldita sonrisa torcida en los labios y esa mirada que me desviste sin tocarme. Me pone los vellos de punta, pero no por miedo. Es otra cosa. Es ese hormigueo caliente que me sube por la columna y me calienta la piel desde dentro. Lo odio. Lo odio con todo lo que tengo. Y lo odio aún más porque lo deseo.

—Colarme en este lugar no fue tan sencillo como pensé —dice, con esa voz ronca que vibra en mi estómago.

Frunzo el ceño. Inmediatamente. Ese gesto me sale natural cuando se trata de él.

—Pues aquí no eres bienvenido. Puedes devolverte por donde viniste, estoy ocupada —espetó, con el tono más frío que consigo reunir, aunque sé que su mera presencia empieza a entibiarme por dentro.

—No para mí —responde, y da un paso dentro cerrando la puerta.

Mierda.

Me pongo de pie como un resorte. Lo hago rápido, defensiva, como si eso sirviera de algo. Porque lo sé. Sé que si se acerca, si su olor me alcanza, si su voz me envuelve, estoy perdida. Mi cuerpo me traicionará. Mis barreras, tan altas como las he construido, se quebrarán al primer roce de sus dedos.

Y lo peor de todo es que él también lo sabe.

—No te acerques y lárgate, Marconni —le espeto con furia, sintiendo cómo la rabia y el deseo se enredan como una soga en mi garganta.

Él no se inmuta. Al contrario, sonríe con ese sarcasmo que detesto pero que también me atrae.

—¿Tanto te asusta lo que te provoco, Valeria? —su tono es bajo, rasposo, peligroso—. Te haces la dura, pero yo sé perfectamente que te mueres por sentirme otra vez.

Suelto una risa seca, hiriente.

—Estás demasiado seguro de ti mismo —escupo, buscando cualquier escudo que me proteja de lo que empieza a encenderme por dentro.

Él da un paso más, desafiante, y sus ojos brillan con esa intensidad oscura que me desarma.

—Entonces déjame tocarte... Solo una vez más. Deja que hunda mis dedos en tu piel y si después sigues diciendo que no te intereso, me voy.

Su voz tiene filo, su mirada me envuelve, y sé que no está jugando. Su cercanía es una amenaza para mi autocontrol. Él lo sabe. Lo ha sabido desde el primer momento.

—Desde el restaurante no dejo de pensar en ti. Mierda, tengo un maldito dolor de p0lla desde ese dia—añade, con ese tono bajo que se clava como un susurro sucio en mi oído—. Y no me gusta dejar las cosas a medias, Valeria.

Y ahí está de nuevo… ese abismo del que no sé si quiero huir o lanzarme sin mirar atrás.

Él da un paso más y yo me quedo paralizada. No puedo moverme. Mi cuerpo tiembla, pero no de miedo. Es la anticipación la que me paraliza, esa maldita necesidad que se apodera de mí cuando él está cerca. Siento las piernas tensarse, el corazón latir desbocado, y mi mirada…se queda atrapada en su boca, en esos labios que no dejan de provocarme.

Intento retroceder, forzarme a huir… pero no llego lejos. Su cuerpo choca con el mío, su pecho firme contra el mío, y sus brazos me rodean, inmovilizándome sin esfuerzo.

—¿Tienes alguna maldita idea de lo que me provocas? —su voz es un gruñido bajo, vibrante, justo antes de que sus labios capturen los míos con una fuerza que me quita el aliento.

Y esta vez no dudo. Lo beso de vuelta, con hambre, con rabia, con deseo. Mis dedos se aferran a su camisa, sus manos se deslizan por mi cuerpo y cuando rompe la blusa de un tirón, los botones vuelan por el suelo como si nunca hubieran importado.

Acaricia mi pechos con un hambre desmedida, apretandolos con un deseo enfermizo. Gimo, ahogada entre su boca y el calor que me devora por dentro. Estoy perdida, lo sé. Pero también sé que no quiero encontrarme.

Mi cuerpo acaba rendido sobre el escritorio, temblando. Su mano se desliza entre mis piernas con una lentitud exasperante, recorriéndome de arriba abajo con sus dedos expertos, arrancándome un jadeo ahogado. La cabeza me cae hacia atrás, sin control, justo cuando su boca aprovecha para apoderarse de mis pechos, besándolos, lamiéndolos, marcándome como si fuera suya.

Me libero en un gemido que él silencia con su boca, devorándome mientras mis espasmos sacuden sus dedos aún dentro de mí. Baja una parte de su pantalón con urgencia, y yo, con un movimiento calculado, lo despojo de la camisa. Su pecho es amplio, firme, trabajado… me resulta tan familiar, tan mío, que no dudo en recorrerlo con las manos, en marcarlo con mis uñas cuando me penetra con una brutalidad que se alinea perfectamente con mi necesidad. Quiero que me destruya, que me haga olvidar hasta de mi nombre.

Sus embestidas son tan salvajes que todo lo que hay sobre mi escritorio empieza a caer, una cosa tras otra, como si el caos físico acompañara al que desata dentro de mí. No puedo contener los gemidos, pero él cubre mi boca con su mano, mirándome con esa sonrisa cargada de perversión, una que, lejos de asustarme, me enciende todavía más. Siento cómo mi cuerpo acumula de nuevo esa tensión ardiente entre las piernas mientras él hunde el rostro en la curva de mi cuello, respirándome, reclamándome.

—Tráeme de vuelta, amor —susurra con una necesidad tan cruda y aunque sus palabras no tengan sentido para mi se me clavan directo en el pecho.

Se derrama dentro de mí con un gemido contenido, y yo lo sigo de cerca, perdiéndome en ese espasmo de placer que me quiebra por dentro. Mi cuerpo se arquea sin control, rendido a una sensación que no experimentaba desde hace años. Es tan familiar… tan parecido a Santori, que no sé en qué momento las lágrimas comienzan a rodar. Solo siento la humedad cálida resbalando por mis mejillas, silenciosa, inevitable.

Él me mira y frunce el ceño al notar las lágrimas que aún no logro limpiar.

-Mierda...- murmura entre dientes, agachando la cabeza mientras se acomoda la ropa con torpeza.

Lo observo con el corazón en un puño, sin entender nada.

—¿Qué significa lo que dijiste? —pregunto, sin rodeos.

—No importa —responde, con evasión, mientras da un paso hacia la salida.

Lo agarro del brazo con firmeza antes de que cruce la puerta.

—No soy una puta a la que puedes venir a follarte cuando se te antoje y luego desaparecer sin dar explicaciones.

Él se suelta con fuerza, pero luego me toma del mentón, apretando hasta que me duele.

—Te recuerdo que no te obligué a abrirme las piernas —espeta, con rabia contenida.

Mi mano actúa antes que mi mente. Le cruzo la cara con una bofetada tan sonora como mi orgullo herido. Luego intento cerrarme la blusa, inútilmente, porque ya no le quedan botones.

—Más te vale no volver a poner un pie aquí, maldito cabrón. Hijo de puta.

—Como quieras —dice sin inmutarse, lanzándome una última mirada. Una que no consigo entender y me atraviesa como un cuchillo antes de desaparecer por la puerta.

Y ahí me quedo. En esa oficina que huele a él, a sexo, a culpa. Una parte de mí está hecha un desastre por todo lo que ese hombre me hace sentir. Pero otra… otra solo cree que soy yo intentando revivir a Santori en alguien que no es él. Porque, por más que me duela, sigo aferrándome a su recuerdo y no quiero soltarlo.

1
🤎 Lisseth 🤎
Excelente gracias
Nancy RoMo
lucas solo esta haciendo q lo odien y cuando sepan la verdad lo van a odiar mas 😮‍💨
Alejandra 🩷
ahora sí está mal todo!! Lucas está cometiendo un error al no decirle la verdad a Valeria , por qué ahora eros piensa que su mamá lo traicionó 🥹
Alejandra 🩷
eso! chingatelo por cobarde ! jajajaj
Alejandra 🩷
inteligente el muchacho 🥹👏de tal palo ya está la astillita
Mar
jajajaja esto está muy bueno maratón dame un lindo maraton /Sob//Sob//Sob//Sob/
Nancy RoMo
esto esta de infarto necesito mas x favor 🥺🙏🙏🙏
🤎 Lisseth 🤎
Excelente gracias
Alejandra 🩷
ahora sí Lucas sabrá lo que eros puede llegar hacer por su madre! maratón porfis porfis 🥹❤️‍🔥
Alejandra 🩷
a la madre!!!!! ahora sí se va a poner sabroso!!!!👏
Alejandra 🩷
y aquí eros demostrando que no lo va a perdonar cuando sepa la verdad!
Jesica Ortiz
entonces... si es Lucas, Dante es el papá de Helena, y serian primos con Heros?!
Nancy RoMo
entre mas tarde en contarle la verdad a valeria, mas va a odiarlo despues
Nancy RoMo
la q mas sufrio en todo esto fue valeria 😣, lucas siguio una vida sin dolor de perder a nadie
🤎 Lisseth 🤎
Excelente gracias 🙏
🤎 Lisseth 🤎
Vez Lucas aunque te cueste mucho trabajo aceptarlo la amas con locura
🤎 Lisseth 🤎
Aunque él no lo quiera aceptar el la ama 🤔🧐🤨
Melisa Salvador
Me encanta la descripción de los capítulos, muy buenos
Alejandra 🩷
deja te doy otra cachetada para que reacciones ! 😉 ella necesita saber para que no le llore a un muerto, por qué sin memoria o con memoria tu eres su lucas !
Alejandra 🩷
aaaaa verdad!! no que no !?😂😅👏ya callo!
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play