Tarde para Amar

Reyn miró a Rega, que ahora estaba a su lado. El hombre siempre la ayudaba a hacer informes que no entendía. Siempre estaba ahí sin que ella se lo pidiera.

"Terminado."

Ahora, Rega miraba a Reyn, que aún lo miraba. Él curvó una sonrisa y acarició suavemente la mejilla de la mujer que aún no había respondido a su declaración de amor.

"Es inútil tener un asistente si tú eres el que hace el trabajo de tu asistente."

"¿Qué estás diciendo?"

Rega ya había girado su cuerpo. Miró a Reyn tan profundamente.

"Como jefe, también debes poder enseñar. No solo saber dar órdenes."

Rega sonrió. Cada día veía el rostro de Reyn más pálido. Y Reyn a menudo se agarraba el pecho.

"Si estás cansada, dímelo, ¿sí? Es mejor que descanses y yo me encargaré de todo."

"No, Kak."

Sus conversaciones cuando estaban solos ya no usaban un lenguaje formal. Rega se esforzaba por relajar el ambiente.

"No quiero comer de arriba."

"No deberías cansarte trabajando, Reyn. Quédate en casa, te daré dinero, te daré todo lo que pidas. Solo sé mi esposa."

Tenía muchas ganas de decir eso, pero tenía que aguantarse. El corazón de Reyn era difícil de abrir.

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Rega estaba muy ocupado. Todos los días tenía reuniones fuera. En realidad, no estaba de acuerdo porque estaría lejos de Reyn. Sin embargo, era solo un empleado que debía obedecer las tareas que le daban.

Reyn chasqueó con exasperación cuando Langit siguió llamándola. Desde el incidente en el restaurante, no supo nada más sobre Langit. Su incomodidad se había convertido en un deseo de no encontrarse.

Reyn siguió ignorándolo. Incluso bloqueó su número. Reyn quería vivir en paz sin interrupciones. Llegó la hora del almuerzo, Reyn prefirió pedir comida porque sintió un presentimiento desagradable. Pidió al personal de seguridad o limpieza que la entregara en su habitación.

Un golpe en la puerta hizo que Reyn levantara la cabeza de inmediato. Un chico de la oficina entregó su pedido.

"Gracias, ¿sí?"

"De nada, señora."

Reyn no olvidó dar una propina al chico de la oficina. El hombre sonrió feliz.

"Señora, si quiere pedir comida que no esté lejos de aquí, puede pedírmelo a mí."

El hombre le entregó su número de teléfono a Reyn. Reyn miró la etiqueta con el nombre en el uniforme del chico de la oficina.

"Supri."

"Sí, ese es mi nombre, señora."

"Está bien, guardaré tu número, ¿sí?"

"Bien, señora. Si me disculpa, me voy."

Reyn se sintió muy afortunada hoy. A ella, que a menudo le daba pereza salir a buscar comida, le facilitó la oferta de Supri.

Todos los almuerzos, Rega siempre le enviaba mensajes a Reyn para que no olvidara almorzar. Antes, ella era la que solía hacer eso con Rega.

"¿Por qué parece que estás repitiendo todo?"

Reyn intentó no acercarse demasiado a Rega, pero la verdad es que su trabajo era lo que los acercaba. Sobre todo al ver que Rega siempre le contaba todas sus actividades a Reyn. Aunque Reyn rara vez respondía, Rega nunca dejaba de hacerlo.

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Apenas llegó al vestíbulo, los pasos de Reyn se detuvieron cuando vio a un hombre que reconoció con un rostro muy demacrado. Una sonrisa muy tenue se dibujó en el rostro de esa persona. Comenzó a acercarse a Reyn, que comenzó a retroceder.

Reyn tuvo un mal presentimiento al ver a Langit. Quería buscar protección. Hasta que sus pasos se detuvieron cuando chocó con alguien detrás de ella. Lentamente, giró la cabeza y resultó ser Rega con quien chocó.

Ninguna frase salió de los labios de Rega, pero su mano ya se había extendido sin que Reyn lo esperara. A Rega no le importó que Langit lo mirara con furia. Sin esperar mucho, Reyn respondió a la mano de Rega. Ambos se fueron dejando a Langit paralizado allí.

"Ella quiere aceptar tu ayuda solo porque está asustada."

Reyn miró a Rega, que parecía tranquilo y no hizo caso a las palabras de Langit. Siguió sosteniendo la mano que estaba tan fría lejos de Langit.

Rega miró a Reyn cuando ya estaban dentro del ascensor. El rostro de Reyn parecía un poco pálido. Rega acarició suavemente el dorso de su mano. El rostro de Reyn miró lentamente a Rega.

"Estoy aquí."

Solo con esa frase, el miedo en su corazón comenzó a disiparse. El calor comenzó a extenderse. Cuando la puerta del ascensor se abrió, Reyn y Rega soltaron sus manos al unísono. Caminaron como jefe y subordinado.

Después de entrar en la habitación, Rega se arrodilló de inmediato frente a Reyn, que acababa de sentarse. Tomó la mano de Reyn y la miró tan profundamente.

"¿Estás bien?"

"Tengo miedo."

Rega ya lo había adivinado y el hombre abrazó de inmediato el cuerpo de Reyn que sentía miedo. Pudo sentir el ritmo del latido del corazón de Reyn más rápido.

"Calma tu corazón", pidió Rega.

Reyn solo asintió. Ella, que al principio no quería tener contacto físico con Rega, tuvo que perder porque Rega le brindó una sensación de comodidad y seguridad.

Lentamente, Reyn movió su rostro hacia atrás. Sintió que estaba tranquila. Sin embargo, un rostro lleno de ansiedad todavía estaba en exhibición.

"¿De verdad estás tranquila?" Reyn asintió.

Rega soltó su abrazo. Le dio una caricia en la punta de la cabeza.

"No tengas miedo de nada mientras esté a tu lado."

Esa frase le recordó a la frase de su hermano que siempre decía cuando Reyn sentía miedo. Ahora, Rega fue quien dijo esa frase.

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La ocupación de Rega durante casi un mes hizo que Reyn sintiera anhelo. Donde la habitación estaba tan silenciosa. Solo ella la habitaba. Reyn caminó hacia el escritorio de Rega que estaba tan ordenado. La figura que solía estar boca abajo, ahora siempre estaba erguida. Reyn la agarró y la miró.

"Esta foto es como si me dijera que siga tratando de conseguirte. Para que pueda usar un esmoquin y tú uses un vestido blanco y caminemos hacia el lugar de la recepción de la boda."

Reyn vio una caja roja sobre la mesa. La tomó y la abrió. Sus ojos se fijaron al ver el hermoso anillo que Rega usó para proponerle matrimonio todavía guardado, incluso colocado al lado de la figura.

"Cásate conmigo, Reyn. Te amo mucho."

Reyn rechazó la propuesta, pero Rega no se enojó en absoluto. Y mucho menos se alejó de ella. Incluso cada día Rega mostraba un amor tan grande.

"Incluso si no correspondes a mi amor. Seguiré mostrando cuán grande es el amor que tengo por ti."

Reyn suspiró con rudeza. Miró el reloj que ya marcaba las siete de la noche. Reyn tenía que irse a casa. Al llegar al vestíbulo, nadie la estaba esperando. Reyn eligió ir a la cafetería al otro lado de la oficina mientras esperaba al conductor.

Apenas había dado dos pasos para cruzar la calle, un coche blanco se dirigió hacia ella a gran velocidad y alguien salió despedido a la mitad de la calle.

"¡Kak Rega!"

Reyn, que cayó al borde de la carretera, gritó muy fuerte. Ella, que también estaba herida, se levantó de inmediato y corrió a través de la gente que ya se había reunido en medio de la calle. Ese rostro guapo ya estaba bañado en sangre y las lágrimas de Reyn cayeron así como así.

"KaK Rega--"

Todavía pudo dibujar una sonrisa cuando escuchó la voz de Reyn. Intentó decir algo.

"Te a-amo, R-reyn."

...*** CONTINUARÁ ***...