Dinorah mira las facturas médicas de su madre, a su alrededor, su hermana adolescente Dalila, parlotea haciendo peticiones totalmente ridículas en vista de la precaria economía; no sólo es la convalecencia de su progenitora, si no que tampoco tiene empleo y los ahorros familiares ya están en cero.
Su belleza serena, su porte elegante y la necesidad impresa en sus gestos apenas perceptibles por un experto jugador de poker, hacen que Renzo llegue con una propuesta, que significa soluciones a corto plazo, ¿se cuestiona?, sí, pero la necesidad vence sus barreras morales, sin saber que es sólo el inicio de una red de mentiras, dónde si él corazón no se involucra tal vez podría salir ilesa.
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Capítulo 17
Renzo llega a su habitación, se da un baño y se sienta al borde de la cama, secando su cabello para disponerse a dormir; las palabras de Dinorah hacen eco en su cabeza, por primera vez en toda su existencia, piensa en sus actos; es verdad lo que la chica dice, su familia no se lo merece; entonces, empieza a cuestionar la vida que ha llevado hasta ahora.
Da vueltas en su cama mientras en su mente trata de buscar una solución; en realidad ya se está aburriendo de vivir de esa manera, pero cuando está en el punto más cumbre de sus reflexiones, su teléfono celular suena.
—Hola Víctor, hermano, ¿cómo has estado?— saluda Renzo con alegría.
—Yo bien, pero dime, ¿sí lograste sacarle el dinero a tu familia?— pregunta para recordarle el motivo por el que se encuentra en la Gran Manzana.
—Un poco, pero no lo suficiente, además ya estoy pensando en dejarlo todo así— responde dejando entrever sus incipientes intenciones.
—¿Y renunciar a tu vida?, ¿acaso te enamoraste de la mujer que contrataste?, o ¿será que al fin le darás el gusto a tu familia y vas a dejar que controlen tu vida?— pregunta con burla, haciendo énfasis en las tres últimas palabras y de esa manera, todo lo que el joven Costa había pensado, deja de tener valor.
Millones de personas reciben el día de distintas formas en la gran metrópoli, Dinorah, recibiendo una mala mirada por parte de su hermana, a quien considera la causante de su castigo; Roberto, en un cuarto de hotel barato con un fuerte dolor de cabeza por la borrachera de anoche y Renzo con mirada renovada en su norte principal, que es sacar una buena tajada a la fortuna familiar.
—Buenos días, amados padres— saluda con dramatismo y una sonrisa en los labios, junto con llegar al comedor, dónde ya se encuentran sus progenitores; se acerca a su madre, la besa y procede a sentarse a la mesa al lado de ellos.
El menor de los Costa desayuna cómodamente, Fernando le lanza una mirada cómplice a Elena y está asiente. él hombre le ha adelantado un poco a su esposa lo que ocurre aunque no le profundizó en el tema.
—¿Ya tienen fecha para la boda?— le cuestiona su padre, sabiendo que todo lo que saldrá de la boca de Renzo serán mentiras.
—Aún no— responde el chico carraspeando la garganta, pues la pregunta lo tomó desprevenido y le fue formulada en el momento preciso en que tomaba un sorbo de jugo de naranja —pero, pronto la convenceré— concluye con una sonrisa que no le llega a los ojos.
—De todas maneras como es un hecho que tú y Laura se van a casar, tráela esta noche a casa, quiero darle algo— expresa, Fernando y su hijo asiente...
Dinorah y Dana van a bordo de un taxi, rumbo al centro médico, la mujer tiene revisión con su médico tratante aunque la mejoría en su salud es notable, por ello confían que en poco tiempo, pueda estar haciendo una vida normal.
—Mamá, ¿será que cuando mejores me puedes enseñar tu oficio?— pregunta Dinorah, quien nunca antes se lo había planteado; sin embargo, sabe que tiene que tener algo de que echar mano, en caso de cualquier otra eventualidad; por otra parte, pretende devolverle a la familia Costa todo el dinero recibido, después de terminar la farsa.
—Claro hija, si tú quieres, podemos comenzar hoy— responde la mujer entusiasmada.
—¿No será muy pronto?, no quiero que te esfuerces— le dice con ternura, aunque su meta es iniciar un pequeño atelier de modas con los diseños de Dana.
—No hija, lo haremos poco a poco— hace una pausa —además, eso me sirve para distraerme, sabes que nunca me ha gustado quedarme quieta y esta enfermedad me ha obligado a hacerlo...
Roberto se da un baño, huele el traje que usó el día anterior y el olor a tabaco y alcohol lo asquea; envía un mensaje a su asistente con su ubicación actual solicitándole una muda de ropa, para que luego lo lleve a recoger su vehículo que quedó en el estacionamiento del bar.
Una vez vestido, perfumado y con lentes oscuros, sale con su elegancia característica, haciendo ver el hotel donde durmió, como un cuchitril de lo peor que desentona totalmente con su presencia. A medida que el vehículo avanza por las abarrotadas calles de Nueva York, su asistente le recita de memoria su agenda del día, en tanto la resaca le martilla la sien.
—Detente por favor en una farmacia y cómprame un analgésico— ordena y su asistente conduce unos pocos metros más adelante, hasta detenerse en una farmacia ubicada en frente de un centro asistencial para personas de bajos recursos.
Mientras Roberto Costa, mira desinteresado a través de sus lentes de sol, una figura llama su atención. Laura Villamizar, la mujer que le atormenta sus pensamientos y por la que se embriagó tratando de olvidar lo que su sola existencia le hace sentir, baja de un taxi ayudando a una mujer que por la edad, pudiera ser su madre.
La sigue con la mirada hasta perderse, tras las puertas de ese hospital y la curiosidad lo invade. ¿Qué hace en ese lugar la hija de una de las familias más ricas de Nueva York?, ¿quién es la mujer a quien acompaña?, antes tantas interrogantes, decide investigar y esa es la siguiente orden que da, una vez su asistente ingresa al vehículo con los analgésicos y una botella de agua.
—Investiga todo lo que tenga que ver con Laura Villamizar y cuando te digo todo es hasta a qué hora se despierta— enfatiza.
—¿La prometida de su hermano?—cuestiona el asistente.
—Así es, últimamente me he descuidado y no he investigado a las personas que se acercan a mi familia— concluye cerrando los ojos esperando que el medicamento comience a hacer efecto...
En la mansión Costa, una vez que el desayuno termina, Fernando llama a su esposa al estudio, debe ponerla al tanto de lo que ocurre.
Elena lee detenidamente la información contenida en la carpeta que le extendió su marido, no puede creer, de lo lejos que fue capaz de llegar Renzo, en su afán de obtener dinero fácil estafando a la familia con una farsante como prometida.
Se Acabó el tormento de la mentira!
Aunq ahora esta ese Tormento llamado Roberto, Instalado en tu cora!!!
Por ahora concéntrate en Ti y en tus proyectos. No dejes q Te Afecte lo q Otros, piensan de Ti...
Por q Si No , Creerán q es Verdad¡!!!
A otra cosa Mariposa,por q te Aseguro q Nuestros Suegritos Chilos, No dejaran de visitarte!!!
Vaya, vayaaaaaa!!!
Renzo menso, por fin empieza a utilizar ese pedazo de Neurona q aun vive dentro de esa cabezota!!!
Val, ay te encargo q le des su bue a dosis de Ubícatex y de Humildad!!
Tu tienes esa encomienda mana, tal vez seas Tú quien le enseñe por fin lo q es Vivir sin Mentiras!!!
Roberto pemdejo, a chillar a la Maternidad cabron!!!
Ahora la Bebes o la Derramas!!!
No puedo con esta angustiacion mana!!!!
Osea q de la mañana y yo pensando como partirle la mema a Beto!!!!
se pasoooo!!!!