Mário, Mariano y Marisa son tres hermanos que viven en São Paulo. Mário y Mariano son gemelos, lo que hace que uno esté bastante ligado al otro. Mientras uno de ellos tiene su rutina de fiestas y chicas todas las noches, el otro se queda en casa junto con su hermana, que, por la ausencia de los padres que están viajando por trabajo, se ve obligada a cuidar de la casa y de sus dos hermanos.
Los padres de los chicos trabajan con las mayores industrias, productoras de papel higiénico y otras de chocolates y café. En un día común, Mário sale a una de sus fiestas, Mariano se queda en su cuarto acostado en su cama, y en cuanto el hermano regresa con otra de sus chicas, terminan discutiendo. Al día siguiente, los hermanos van a la escuela, y una vez más Mário está con resaca.
En la escuela hay un chico en particular con el que a los dos hermanos les encanta practicar bullying: Erick, un muchacho tierno y dulce, que sufre tanto en su casa como en la escuela. Pero un día su vida cambia de rumbo cuando es invitado a ir a una fiesta.
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Capítulo 17
Erick Narrando
Aún estaba siendo arrastrado por la mansión, subimos las escaleras y luego entramos en una habitación en la que aún no había entrado. Y luego las luces se encienden revelando una inmensa biblioteca.
- ¿Estás bromeando que ustedes tienen una biblioteca en casa? - dije evaluando los cuatro rincones del lugar
- Sí, a nuestra madre le encanta leer libros, así que le pidió a nuestro padre que la hiciera para ella - dijo Mário sonriendo
- Pero, ¿qué estamos haciendo aquí al final? - pregunté curioso
- Te traje aquí, porque quiero hacer algo que estoy intentando hace mucho tiempo - dijo él acercándose a mí
Di algunos pasos hacia atrás y luego sentí una de las estanterías detrás de mí.
- ¿Qué quieres hacer? - pregunté humedeciendo los labios
Él acercó su rostro al mío, podía sentir su respiración, el olor de su perfume invadió mis fosas nasales, yo sabía que quería aquello tanto como él quería.
Cerré mis ojos y esperé a que sucediera.
- ¿Puedo? - preguntó él sonriendo
- Bésame ya, por favor, no aguanto más esperar - pedí aún con los ojos cerrados
Sentí sus labios en los míos, y confieso que fue extremadamente perfecto. Podrían decir que esto era efecto de la bebida que estaba consumiendo, pero creo que la voluntad ya estaba guardada hacía algún tiempo.
Abrí mi boca dando paso a la lengua del chico que estaba explorando cada rincón de mi boca, él me apretó en sus brazos, lo que me hizo ablandar, por suerte él me sujetó.
Cesamos el beso, y él me encaró sonriendo justo después.
- Parece que el tiempo de espera valió la pena - dijo él sonriendo - no sabía que bebías - habló él encarándome
Estaba con las piernas temblando, parecía que ya había ido a los finales.
- No bebo, Alice me dejó experimentar. Hace algunos minutos que bebí el último trago - hablé intentando equilibrarme
Mário me estaba encarando, parecía que él había descubierto mi punto débil. Yo no quería demostrarlo, pero infelizmente fue más fuerte que yo.
- ¿Quieres ayuda? - preguntó él encarándome
- No, solo necesito un tiempo para recomponerme - dije sonriendo
- Ven acá - dijo él tirando de mí y abrazándome
Apoyé la cabeza en su pecho, y respiré profundamente, cerré mis ojos y dejé mi cuerpo recuperar todas las energías perdidas.
- No sabía que te ponías de ese modo cuando te apretaba. Fue bueno descubrirlo - dijo él sonriendo pícaramente
- Tampoco sabía, acabo de descubrirlo ahora - hablé sonriendo
- Creo que es bueno que bajemos, deben estar buscándonos - dijo él dando leves carcajadas
- Sin gracia - hablé saliendo de los brazos de él
- Pronto me tendrás por completo - dijo él sonriendo pícaro
- Voy a cobrar - habló sonriendo y abriendo la puerta de la biblioteca
Bajamos las escaleras, y luego encuentro a Isabela que estaba con un vaso de cachaza en la mano.
- ¡Maricón!, no sabía que la señora iba a venir - habló ella escandalizando
- Ay amiga, sucedió algunas movidas ahí - hablé sonriendo
- Estoy allá afuera, si necesitas me buscas - dijo Mario susurrando en mi oído y saliendo justo después
- Necesitamos chismear amiga - dijo Isa tirando de mí por la mano
- Antes necesito una bebida - hablé sonriendo
- Entonces vamos - dijo la chica arrastrándome por la sala de estar
El sonido que estaba en la sala fue apagado, y estaba teniendo un pagode en vivo en el césped.
Llegamos a la mesa de bebida, agarré un vaso, y coloqué un poco de vodka, completando con energético de sandía.
- ¿Alice sabe que estás bebiendo? - preguntó Isa curiosa
- Sabe, ella misma que me dejó beber - hablé sonriendo y bebiendo a sorbos el líquido en mi vaso
- Vamos, me vas a contar todo lo que sucedió - habló ella tirando de mí por la mano
Entramos en la casa y nos sentamos en el sofá. La chica me encaró esperando a que yo comience a hablar. Conté todo lo que había sucedido, y cada minuto la expresión de ella cambiaba de sorpresa a asustada.
- Ay amiga, lo siento mucho por tu madre, pero al menos ahora puedes seguir tu vida en paz. Y sobre Mario, yo ya sabía que ustedes dos iban a estar juntos, y yo super apoyo - dijo ella sonriendo
- Pero ¿crees que estoy haciendo lo correcto amiga?, no sé si confío, porque como te recuerdas, él era muy mujeriego - hablé mirando al chico que bailaba con Marisa del lado de afuera
- Amiga, el amor puede cambiar a las personas, dale un voto de confianza para él - dijo ella sonriendo para mí
- Eso es verdad - hablé sonriendo y mirando para mis pies
- Ahora vamos a bailar, antes de que nos pongamos borrachos - dijo ella bebiendo a sorbos su bebida y levantándose del sofá
Caminamos para el lado de afuera y comenzamos a bailar algunos pagodes, yo no tenía idea de por dónde comenzar. Pero luego Mario aparece detrás de mí.
- Baila conmigo - dijo él susurrando en mi oído
- No sé - dije sonriendo
- Solo acompáñame - habló él abrazándome de espaldas
Él me levantó del suelo haciendo con que yo pisara encima de sus pies. Isa que estaba en nuestra frente estaba boquiabierta.
Y de ese modo el chico comenzó a moverse movimientos en los dos juntos. Después de algunos minutos, bajé de los pies de él y lo encaré, y en el mismo momento él masajeó la región.
- Disculpa, no paré para pensar que estuvieses sintiendo dolor - hablé sonriendo
- En verdad no estoy con dolor, solo hormigueo, eres bien livianito - dijo él sonriendo
- Voy a agarrar otra bebida - dijo Isa dándose vuelta para salir
- Isa, voy contigo - dije dando un beso en la mejilla de Mário y retirándome
Caminamos hasta la mesa de bebida nuevamente, y una vez más yo preparé una vodka con energético.
- ¿No estás mareado aún? - preguntó ella encarándome
- Más o menos, ¿por qué? - pregunté curioso
- Cuando comiences a sentirte mareado, bebe un agua y respira unos minutos - dijo ella sonriendo
Luego la música paró, y comenzó una pelea del lado de afuera de la casa.
- ¿Qué barraco es aquel? - dijo Isa mirando para el lado de afuera
- Vamos allá a ver - dije sonriendo
Caminamos hasta la multitud que estaba allí, y luego percibí que Mario estaba discutiendo con alguien.
- ¿Te estás volviendo loca? - preguntó él encarando a una chica que estaba en su frente
- Disculpa, solo hice lo que tenía ganas - habló la chica bajando la cabeza
- ¿Qué sucedió? - pregunté para una chica que estaba en mi lado
- Parece que la niña robó un beso del garañón allí - dijo la chica sonriendo pícara
- Ah entiendo - dije medio cabizbajo
Mário miró para el lado, y luego sus ojos se encontraron con los míos, se podía percibir que él estaba medio triste con todo lo que sucedió.