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Bailando Con El Peligro

Bailando Con El Peligro

Status: En proceso
Genre:Amor tras matrimonio / Intrigante / Mafia / Malentendidos / Traiciones y engaños / Reencuentro
Popularitas:680
Nilai: 5
nombre de autor: Hanna Touchi

Dentro de lo más profundo de esta sociedad, existen males que le hacen bien al mundo, sin embargo, su simple existencia envenena a todo el que la toca.

Mas allá de la vida cotidiana, este mundo consagra distintas plagas, una de ellas ha logrado atrapar a Killian Inagawa en una red de dulces mentiras superpuestas por ¿su prometida?

NovelToon tiene autorización de Hanna Touchi para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La profundidad de mi amor por ti

El rostro descolocado del jefe de los Nakamura le roba una carcajada a Laila, quien se desprende de mi lado con la intención de acercársele. El corazón se me hace un vuelco al verla tan cerca del peligro. A diferencia de nosotros dos, ella había estado arriesgando su vida todo este tiempo sin una sola protección y una daga.

La detengo casi al instante agarrándola del brazo. Ella voltea a verme extrañada por mi insistencia, y sin pensarlo me quito el chaleco antibalas que traía puesto.

–El hecho de que seas fuerte no te hace inmortal. No arriesgues más tu vida por favor.

Le solicito, colocándole la prenda. Era evidente que le quedaba grande, pero le sería de utilidad teniendo en cuenta que su contrincante estaba armado.

–Es inquietante verte con ese rostro preocupado – Suelta, regalándome una de sus características burlas. Tal parece que disfrutaba llevarme al límite – Me fascina.

Suelta esto último acompañando su mirada coqueta con una mordida de labio, expresión que no va a salir de mi mente por un largo tiempo. Sin más rodeos se encamina hacia ese hombre, el cual no duda en apuntarle con el arma, reflejo que imito, apuntándole a él. Mi advertencia era clara, y él lo sabía.

Laila le toma del rostro con fuerza, obligándole a mirarla directo a los ojos. Por alguna razón ese movimiento hace que odie más a ese bastardo, pues no quería verla tocar a nadie más.

–Dejar a su hijo en manos del enemigo es deplorable. Lo más arrastrado que el ser humano puede hacer es utilizar a aquellos que merecen protección.

Completa, clavándole el cuchillo en el muslo derecho. Sus palabras resuenan en mi mente. Ya había escuchado algo similar en el pasado, sin embargo, me era imposible recordar el rostro de aquella persona.

Observo detenidamente a Laila, esperanzado con que aquello que me estaba negando fuese real. Si la razón por la cual era tan débil ante su presencia desde un inicio no era por alguna similitud con Lilith, sino porque se trataba directamente de ella.

Rebusco entre lo más recóndito de mi corazón, intentando encontrar una forma de comprobar aquello. El hecho de que esa niña sea esta mujer se me hace casi imposible, pues el instinto asesino que Laila poseía era casi natural; un aura de odio surgía en lo más profundo de su alma y de alguna manera era consciente de ello.

La atracción que dominaba a su alrededor no era un elemento al azar; ella había desarrollado aquello como un método de caza. El mayor depredador de la mafia yacía frente a mí.

Por primera vez en mucho tiempo podía ver las cosas con claridad. Esa mirada que tanto me ponía de rodillas y me hacía suplicar por una esperanza, era la de una asesina sedienta de sangre y eso no paraba de fascinarme por mucho que me resistiera.

Si se trataba de mi primer amor, entonces me volvería completamente su esclavo.

...<<¿Acaso importa ahora?>>...

Se burla una voz interior. Claro que no, yo ya le pertenecía a ella desde que la vi en ese incendio. La completitud de mi alma había sido consumida por el infierno y no estaba para nada inconforme con ello.

–Será mejor que se disponga a reparar lo que hizo ante la mafia.

La voz de Iker llama mi atención, volviéndome a la realidad. Este por su parte me regala su estúpida sonrisa, mientras que Ethan a su lado me observa con total cólera inundando su alma.

Rápidamente, tomo el anillo que colgaba sobre mi pecho, colocándolo en mi dedo medio al tempo que se lo muestro con la única intención de enfadarlo aún más.

Este por su parte me ignora como de costumbre, arrancándome una sonrisa. Había dado en el punto exacto.

–Señorita Ko… Señora Miwra – La llama, irritado con este nuevo modismo – El auto le está esperando fuera.

–Ella se va conmigo – Le contradigo, tomando a Laila del brazo.

Ethan se limita a observarla con mayor frialdad. Por alguna razón parecía que fuesen capaces de comunicarse mentalmente, pues de inmediato ella se deshace de mi agarre abruptamente, dejándome estático.

–Tengo cosas que discutir con mi guardaespaldas.

Responde, evitando completamente mi mirada. Si bien era cierto que yo no le conocía tan bien como ese bastardo, había aprendido a sentir sus emociones a detalle y lo que estaba sucediendo ahora mismo me sacaba de quicio. Ella no quería darme la cara, pues había transgredido una regla no escrita entre nosotros. El sentir algo por el otro era un peligro o simplemente una incomodidad, pues solo nos etábamos “usando” el uno al otro.

Finalmente, permito que se retire junto con Iker, quien se encarga de trasportarles hasta la mansión, mientras que yo debía devolverme en la moto.

El edificio se queda vació rápidamente. La sangre en cada rincón me asquea y me hace añorar su compañía, irritándome. No puedo creer lo estúpido que estaba siendo, entregando todo de mí a alguien a quien no le interesaba de esa forma.

Tomo el casco de la moto, sintiendo como mi instinto me pedía a gritos conocer la razón de todo aquello. En esta ocasión no tenía forma de colarme en las cámaras de la mansión, y aunque lo hiciese no llegaría a tiempo para hacerlo. Pedirle a Brais que chuzara los teléfonos de alguno de los dos era una tarea que él no sabía cómo completar, ya que era un proceso que no le había enseñado aún.

Me siento sobre la moto, añorando por primera vez en un buen tiempo fumarme un cigarrillo. La oscuridad del lugar empeoraba la sensación de vacío que crecía en mi pecho, y no es hasta que observo la iluminación de la laptop de Fiorela que el impulso de detener a Laila y encadenarla a mi lado se detiene.

No me lo pienso dos veces y tomo la computadora. Desde allí podía acceder a la interfaz que esa mujer había creado. Suelto un resoplido de fastidio al darme cuenta de los avances que había tenido desde la última vez que nos enfrentamos, pues había logrado emparejar la interfaz que yo había generado.

Accedo al intercomunicador de Laila, bloqueando el acceso de mi voz y habilitando el audio. Para ese entonces estaba seguro de que ya estaban en algún lugar de la mansión.

...–¡Sabes perfectamente que debía casarme con él! – La voz de Laila se escucha a la perfección, específicamente en esa parte en la que asegura con fastidio nuestra unión –Esto no es amor. Su capricho se irá tan pronto sepa la verdad y la unión será disuelta en cuanto logre lo que estoy buscando....

Escuchar esas palabras de su propia boca me hacen detestar todo lo que he estado sintiendo. Me convertí en un imbécil al cual desecharía en cuanto tuviese lo que necesitaba, y durante el proceso ¿Qué demonios se suponía que debía hacer? ¿Cumpliría con mis deseos hasta que llegue el tiempo límite o me evitaría toda su vida?

...–Dices eso a boca llena, pero no rechazas el contacto físico y el evidente interés que tiene por ti. ¿Realmente piensas que puedes salir ilesa de todo esto? ¿Y él qué? ¿Le dejarás a su suerte en cuanto todo haya terminado?...

El reproche de Ethan me sorprende. Creía que para él esto significaba la victoria, sin embargo, el hecho de que todo acabara para ella, probablemente también significaba que le abandonaría a su suerte.

...Laila deja escapar un resoplido de burla – Eso no tiene importancia. No es de mi interés....

No puedo soportar escucharle más y me desconecto inmediatamente, lazando la computadora lejos. Esa mujer había abierto una puerta que ya estaba cerrada en mi interior y volver a cerrarla era imposible.

Si creía que saldría ilesa de todo esto estaba equivocada. No pienso permitir que se vaya en cuanto ella lo decida.

Me dirijo a toda velocidad a la mansión, donde Einer me esperaba acompañado por Jairo y el pequeño Nakamura. El enfado era evidente en mi rostro, razón por la cual este último parece querer alejarse de mí rápidamente.

–Vuelve con Brais - Le ordeno. No puedo controlar mi mirada y tono de voz, cosa que ambos hombres notan casi de inmediato. –¿Dónde está la Durga?

Pregunto sin perder el tiempo; sin embargo, es ella misma quien responde a mi pregunta, aparentando una actitud tranquila con la misma sonrisa con la que recibió a Jairo la última vez. En cuanto la observo, todo lo que había estado reprimiendo a lo largo del camino estalla, empujándome a llevarla a rastras hasta la habitación.

–¡Nadie ingrese a menos de que yo se los diga!

Ordeno, obligándola a entrar a la habitación redecorada del jefe. Aquel lugar olía a ella. Sus cosas ya estaban ubicadas en un espacio especial. Todo allí se combinaba a la perfección; mi computadora y sus armas se lucían bellamente.

–¿Qué te sucede?

Pregunta, notando cómo mi agarre era más fuerte del normal. En su mirada se podía ver la confusión; sabía que había actuado raro en el edificio y ahora pretendía confundirme.

Sin soltar su muñeca le retiro el intercomunicador y lo observo aún enfadado. Le devuelvo la mirada, esperanzado con que entendiese la razón por la cual estaba a punto de hacer lo siguiente.

–No me digas que tú… No pudiste haberlo hecho, ¿verdad?

Pregunta, aterrorizada con la idea de que la haya escuchado en medio de aquella conversación. Su expresión me deleita. Claro que la había escuchado y ahora debía pagar por ello.

Lanzo el intercomunicador hacia la cama, desocupando mi mano para tomar su otra muñeca, y con fuerza, le levanto ambos brazos contra la pared.

–¿Si lo hice qué pretendes hacer? ¿Te irás de mi lado tan pronto te libere? Ah, es verdad, no puedes hacerlo, porque necesitas de mí para lograr tus metas.

Completo acercándome poco a poco. Su respiración se vuelve irregular. Había sido descubierta de la forma más estúpida y ahora parecía no saber cómo escapar de esta situación. Aquella máscara que solía llevar consigo ante el peligro se esfuma, dejando en su lugar una expresión de terror. Un miedo similar a perder todo por lo que habías estado luchando por años.

–No es así. Pero en definitiva habrá un momento en el que todo esto se acabe para ambos.

Responde, enfrentándome con una mirada decidida. Aquella actitud hace que la sangre me hierva ¿Separarnos? Yo no era tan benevolente como ella y ya me estaba hartando de permitirle hacer tanto en cuanto se le vienese en gana. Si había algo que no podía soportar era no volverla a ver.

–Y juras que te dejaré ir tan fácilmente.

Suelto, tomando con una de mis manos su cabeza y acercando bruscamente sus labios a los míos. La tensión se acrecienta cada vez más, y como nunca me había sucedido, pierdo el control de mis actos.

La única forma para que la dejara un solo segundo era para tomar un poco de aire. Finalmente no puedo soportar la lejanía de su cuerpo, así que la tomo entre mis brazos y la apoyo contra la mesa del monitor. Ella se engancha a mi cuello y torso intentando no caerse. Podía sentir cómo la desesperación por no dejarla ir de mi lado se remarcaba en cada movimiento que hacía con ella.

–Killian…

Su voz suave cerca de mi oído me enloquece. Jamás había escuchado tal docilidad. Deseaba que el tiempo se detuviese allí mismo y mantenerla así para siempre.

...<>...

Esas palabras se agolpan en mi mente y se expresan en cada caricia. Se lo comunico con mi mirada, la cual busca insistente la misma súplica en sus ojos, no obstante, algo más profundo se interpone.

Sus ojos estaban inundados de lágrimas, las cuales recorren sus mejillas lentamente. Esto me hace reaccionar. ¿Era capaz de obligarla a hacer algo que no deseaba?

Mis sentimientos eran un torbellino capaz de destruir todo a su paso, incluyéndola a ella. No importa cuanto intente mantenerla a mi lado y ceder a mis caprichos, Laila no era un objeto. No puedo negar que siento algo profundo y ensordecedor por ella y era por esa misma razón que no podía ir en contra de su voluntad de esta forma.

Limpio su rostro con delicadeza y uno mi frente con la suya. Esta era mi forma de aceptar mi derrota.

–No volveré a acercarme a ti de esta forma, así que no llores más.

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Angie Villamil
Muerte al viejo!!! 😡
Angie Villamil: JAJAJAJAJAJAJA
Hanna Touchi: JAAJAJAJA siiii, dejenlo morir... a morir a morir que se seque y amorir 🎶🎶
total 2 replies
&amp;-miss chan-&amp;
porfa no tardes en subir los cap
Hanna Touchi: No te despegues, pronto publicaré el siguiente cap. si gustas puedes seguir mi otro libro: Guerreros de Keval, Juro que te va a encantar /Heart/
total 1 replies
Oralie
😃Sigue, me tiene enganchada.
Hanna Touchi: Me encanta! no dudes que continuaré publicando, espera con ansias, pronto subiré el siguiente capítulo /Heart/
total 1 replies
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