Un Cuento De Maravillas [OMEGAVERSE]

Un pequeño de ocho años jugaba en una amplia sala, sus cabellos de color marrón se movían sin un orden fijo cuando tomaba una pieza de un intrincado rompecabezas, los grandes ojos de un verde profundo analizaban cuidadosamente el lugar donde pondría cada una.

Él y sus padres acababan de regresar del doctor, cosa que para Byung Mae había sido algo estresante, no por el hecho de haber ido al doctor, su madre no parecía preocupado, aunque para él, su madre nunca parecía preocuparse por nada, lo que al chiquillo le divertía al ver los ojos verdes de su padre claramente frustrados intentando leer a su madre.

El que estaba inquieto era su padre, por lo cual ambos fueron a charlar a solas, dejándole a cuidado de su abuelo, quien estaba en cuclillas a su lado y de vez en vez le ayudaba a colocar una pieza.

Para Mae, un niño con una natural agudeza, como Suni, su madre, era perfectamente claro que sus padres no querían que escuchara la charla ya que lo involucraba a él, el pequeño sospechaba que tenía que ver con el resultado que el doctor menciono.

Que el niño era un Omega.

Mae entendía bastante bien lo que eso significaba, lo había escuchado de anécdotas de sus compañeros en la escuela, sin mencionar que, el infante era brillante y dedicado, tanto conocidos como extraños se sorprendían de las habilidades del chiquillo. Pero eso no le preocupaba, su madre era un Omega, y para el pequeño él era alguien increíble.

Si él era un Omega, no tenía problemas con ello, el quería ser como su madre.

No, el seria como su madre, escuchando a otros y ayudándoles, para Mae no era una razón para preocuparse.

Ya se esforzaría, y haría que ni su padre, ni su madre se preocuparan más.

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Para Byung Jian el hecho de que su único hijo fuera un Omega fue una noticia catastrófica, dado que por la situación de su pareja no habían podido tener otro, cosa que a ninguno de los dos les representaba una razón para entristecerse, eran felices así.

Al sentir el cumulo de emociones del Alfa, Suni decidió hablar con él, encargando Mae con Hye. El Omega entendía perfectamente las razones de la preocupación de Jian, el también se sentía algo inquieto.

Jian solo estaba preocupado por la felicidad de su hijo.

—Él hace poco me dijo que quería estudiar psicología como tu....yo—pasa su mano por sus cabellos negros con notable pesar—Yo ni si quiera sabía que Mae entendía el significado de eso—rio con la cabeza gacha y sus manos sobre la superficie de madera del comedor.

Suni sonrió comprendiendo la incertidumbre de Jian—Siempre me sorprende también—el Omega se levanta para pararse detrás del pelinegro y coloca su mano en la espalda del Alfa intentando alejar su angustia, recarga su rostro en el hombro del Alfa—Pero yo no veo a un Omega, solo veo a un niño de ocho años que adora los rompecabezas—dice el omega en el oído del otro.

Jian comienza a reírse dejándose llevar por la calma del castaño—Cierto—inclina su cabeza hacia atrás hasta chocar con el respaldo de la silla para ver los ojos siempre seguros de Suni

—Encontraremos la manera—dice con voz suave el Omega cerrando los ojos cuando el Alfa toca su mejilla.

—Lo haremos—susurro con total confianza Jian.

El Alfa en momentos como ese, recordaba con detalle cómo llegaron a conocerse, a veces preguntándose, si se hubiesen cruzado y terminado donde están, en un encuentro diferente, en condiciones más convencionales.

Probablemente no.

Suni hubiese seguido su camino, ignorándolo, y el acataría las normas con las que fue criado, para finalmente tomar decisiones distintas y nunca volver a verse, por eso su relación era tan peculiar como fascinante.

Aun, a veces, escuchaba críticas sobre su pareja, la valía de un Omega parecía no cambiar, para Jian, esas personas estaban ciegas,

No podían ver que en lo que ellos veían como imperfección.

Había alguien tan perfecto que era difícil de entender,

Pero las maravillas a veces se esconden a la vista.