La Sustituta

María José subió a su habitación, se dio una ducha y se puso la pijama

Puso a cargar su teléfono y cerró todo, desde cortinas hasta las puertas

María José:(bostezando)

-buaaaa..ay Dios tengo mucho sueño, me voy a dormir ya

María José se quedó profundamente dormida y no sintió cuando sus padres llegaron

Rebeca:

-Hay al fin en casa, tengo mucho sueño

Sebastián:

-yo estoy tan cansado,

Rebeca:

-vamos a darnos una ducha y después a dormir

Sebastián:

-pero sin hacer bulla porque María José está dormida

Rebeca:

-Vamos

La señora Rebeca y el señor Sebastián se ducharon juntos, se pusieron sus pijamas y a dormir

A la mañana siguiente

En el departamento de Chris

El se encontraba navegando en su red social (porque como saben Valentina lo bloqueo de todas sus redes sociales, pero Chris creó un perfil falso para seguir a Valentina en sus redes sociales)

Chris:

-wow se operó los senos, se ve como todo una Diosa *se muerde los labios*

Chris:

-estas hecha una mamasita Valentina, mamasita y te voy a recuperar

Le entra una llamada

-📱💬 Bueno?

-📱💬 Chris soy Erick te llamo para recordarte que hoy tenemos la reunión con los socios del centro comercial

-📱💬 ok, ahí estaré, ahora te voy a colgar porque me tengo que arreglar

-📱💬 está bien, te espero

Chris:

*cuelga*

Chris se paró del sofá y se metió a la ducha a bañarse y se vistió así

Antes de salir de su casa le escribió un mensaje a María José

-💬 Buenos días mi vida como amaneciste, espero que bien, anoche pensé mucho en ti y en lo rico que la pasamos ayer, espero que se repita pronto.

Salió de su casa, subió a su auto y se fue a la constructora

Mientras tanto en la casa de María José

María José se estaba terminando de vestir cuando sonó su teléfono con un mensaje y se dio cuenta de que era Chris, ella lo leyó y sonrió

-💬 Buenos días mi cosita, amanecí bien gracias y tú cómo amaneces, yo también pensé mucho en ti anoche y por supuesto que lo de ayer se va a repetir, besos vida mía.

María José desayuno y se fue a su consultorio

mientras en una bodega abandonada:

La lluvia cae con fuerza sobre el techo metálico. Elkin, vestido con chaqueta de cuero, fuma mientras observa un plano extendido sobre una mesa. Ramiro llega, escoltado por dos hombres armados.

Ramiro:

(elimina el silencio con tono serio)

—Todo está listo, patrón. La mercancía cruzó la frontera esta mañana. Nadie sospechó nada.

Elkin:

(asiente sin mirar)

—¿Y los de la aduana? ¿Alguno habló más de la cuenta?

Ramiro:

—Uno quiso hacerse el valiente... pero ya lo mandamos a callar. Para siempre.

Elkin apaga el cigarro sobre la mesa de acero.

Elkin:

—Bien. No quiero testigos. En este negocio, el que respira, habla. Y el que habla… muere.

Uno de los hombres, Julián, joven y nervioso, interrumpe.

Julián:

—Señor Elkin… hay un problema. Un policía encubierto se coló en la última entrega. Lo vieron en la grabación del depósito en Medellín.

Todos quedan en silencio. Elkin se levanta lentamente, su mirada fría.

Elkin:

—¿Estás diciéndome… que tenemos a un sapo en nuestras filas?

Julián:

—N-no sabemos aún si es uno de los nuestros, o si nos está siguiendo de afuera…

Ramiro:

(serio, toma su pistola y la revisa)

—Hay que hacer una limpieza. Desde adentro. Esa rata no puede llegar al centro de operaciones.

Elkin:

(con tono firme y bajo)

—Mañana, a las tres de la mañana, reunimos a todos. Uno por uno, interrogatorio corto. El que se ponga nervioso… ya saben.

Julián:

—¿Y la próxima entrega a Cali?

Elkin:

—Se hace. Nada se detiene. Si hay una guerra, la enfrentamos. Pero que nadie diga que Elkin retrocede.

Ramiro sonríe con complicidad.

Ramiro:

—Con usted, patrón, hasta el infierno. Y si hay que mandar al diablo unos cuantos antes de llegar… se hace.

Elkin lo mira, duro, pero satisfecho. Luego alza la voz para todos.

Elkin:

—Que quede claro: el que traicione esta familia, muere. Y no muere fácil.

La puerta de la bodega se cierra con fuerza. La noche sigue lloviendo sangre invisible.