La Humana Despreciada Y El Rey Mago

La idea de aceptar una cita con un extraño, un tal Zarthus del que solo conozco el nombre y una supuesta cuenta bancaria abultada, me llevo a establecer ciertas reglas, una red de seguridad frágil que él aceptó sin protestar, aunque esas condiciones parecieron golpear un muro que lleva mucho tiempo construido para protegerse.

Sin embargo, a pesar de las condiciones para protegerme, en lugar de sentirme protegida, una oleada de derrota y un cansancio profundo me embargan, sentimientos tan inesperados como incomprensibles. Zarthus, con un viaje de negocios inminente, pospuso nuestro encuentro para dentro de tres días, prometiendo hacer lo imposible para estar presente, como si presintiera obstáculos en su camino.

Una vez acordada la fecha y la hora para nuestro encuentro, Zarthus asumió los gastos de nuestra comida y, con una disposición que me tomó por sorpresa, ordenó que cualquier consumo en el hotel se cargara a su cuenta. Selló su partida con un beso en mi mano y la promesa de volver, dejándome sin palabras ante su insistencia en cubrirlo todo, desde la cena hasta nuestra libertad de movimiento en su propio hotel.

__Amiga, creo que fuiste un poco dura con tu pretendiente__. Kira entró en la habitación y lo primero que dijo, con una seriedad inusual que me desarmó. Su tono frío, desprovisto de la burla y la picardía que la caracterizan, me detuvo en seco. Cuando Kira se pone así, se que no son buenas noticias, y una sensación de temor recorrió mi espalda, anticipando la reprimenda. Sin necesidad de que me diga una palabra más, un peso se instaló en mi pecho. Se que mis palabras fueron ásperas, que toque una fibra sensible en aquel hombre, reabriendo una herida que, sin querer, he desgarrado aún más.

__Ya lo sé, por favor, no me lo recuerdes__. Un suspiro frustrado escapó de mis labios.

__ Ahora el remordimiento me atormenta por haber caído en la trampa de las apariencias. Un hombre guapo, rodeado de dinero, con esa desenvoltura seductora... es un detonante. Revive en mí la rabia, la impotencia de saber cómo algunos abusan de su posición, de su atractivo, para crear sueños efímeros y luego desgarrarlos sin piedad, dejando tras de sí corazones rotos__. La confesión brotó áspera. El recuerdo de la mirada perdida de Zarthus, ese vacío helado teñido de dolor y resentimiento, oprime mi pecho. Y sin embargo, ahí se quedó, aceptando mis términos, sin temor a mostrarse ante mi vulnerable a pesar de todo.

__Amiga__. Respondió Kira, su tono inusualmente suave.

__o hay juicio en mis palabras, ni deseo de reabrir viejas heridas. Conozco tu historia, sé de tu miedo justificado a entregar de nuevo tu corazón. Pero, Nayana__. Sus ojos brillaron con una convicción sorprendente.

__En Zarthus... veo al hombre perfecto para ti__. Sus palabras me golpearon como una ráfaga de hielo. Mis ojos se abrieron con incredulidad. ¿Ella? ¿Kira? La misma que siempre me ha prevenido en que no debo confiar rápido en un hombre, la que siempre insiste en escudriñar cada intención masculina, ahora, de repente, proclama la perfección de un hombre al que apenas he visto dos veces. Es desconcertante.

__No me mires así, como si me faltará un tornillo, Nayana__. Continuó Kira, su voz ahora con un matiz de seriedad que me tensó. Me quedé inmóvil, anticipando el ataque de sus siguientes palabras, presintiendo que mis defensas se van a tambalear.

__Porque tú, mejor que nadie, sabes que tras mi fachada a veces infantil y juguetona, reside una capacidad aguda para discernir lo que otros no ven. Puedo desentrañar las verdades ocultas en los demás, incluso aquellas que se esconden tras muros de personalidades fingidas y un simple 'no pasa nada, estoy bien__. La firmeza y seguridad en su voz me hicieron estremecer. Cada una de sus palabras resuena en mi con una verdad innegable. Kira es la personificación de que las apariencias engañan: una mujer astuta e inteligente oculta tras una máscara despreocupada.

__¿O acaso olvidas cuánto tiempo me tomó desentrañar la compleja y dolorosa realidad de tu vida y tu familia cuando nos conocimos en línea?__. Su pregunta flotó en el aire, cargada de significado. En menos de una semana, Kira logró penetrar la superficie de mi aparente calma y familia normal, descubriendo la toxicidad que realmente la envolvía: los maltratos, la falta de amor, cómo drenaban casi todo el fruto de mi trabajo sin importarles mis necesidades.

__No lo he olvidado aún, Kira__. Conseguí articular con dificultad, sintiendo el peso de sus palabras como un golpe de realidad. Tiene razón, y esa certeza me llena de un temor penetrante. ¿Qué vio en Zarthus para considerarlo el hombre indicado para mí? La pregunta retumba en mi mente, generando un torbellino de incertidumbre. Cuando Kira se pone en ese modo serio, parece trascender su propia personalidad, como si otra voz, sabia y desconocida, hablara a través de ella. Esa transformación me intriga profundamente, pero a la vez me asusta, sembrando más interrogantes de las que puedo responder.

__Tu rostro lo dice todo, Nayana. Sé que una maraña de dudas e interrogantes te están carcomiendo la mente__. Dijo Kira, interrumpiendo mis pensamientos y sobresaltándome con su aparente capacidad para leer mi mente, algo que mi lógica se niega a aceptar.

__Lo sé, amiga. Las preguntas te abruman, y desearía poder responderlas todas ahora mismo. Pero__. Hizo una pausa, su tono cargado de un misterio frustrante__. Aún no es el momento__. Sus palabras me dejaron petrificada, sembrando una profunda incertidumbre sobre quién es realmente Kira y qué secretos oculta tras su fachada. ¿Por qué no comparte lo que sabe de una vez? Esa reticencia alimenta en mi mente la descabellada idea de que tal vez... tal vez no es completamente humana. Sin embargo, la razón se impone, recordándome la única verdad evidente de nuestro mundo: solo existen humanos. Kira, concluí, es simplemente enigmática, y yo, víctima de mi propia imaginación colapsada.

__Pero tus respuestas llegarán, una a una, y serás tú misma quien ensamble el complejo rompecabezas de tu vida, amiga__. Expresó Kira, su voz ahora teñida de una calidez entrañable, cargada de un amor y una preocupación palpables.

__Recuerda que desde que nuestros caminos se cruzaron, mis acciones han sido el testimonio de cuánto me importas. No dudaría en dar mi vida por la tuya, y mi único anhelo es tu felicidad__. Hizo una breve pausa antes de continuar.

__Por eso, te pido que te permitas conocer a Zarthus en esta cita__. Al ver mi intención de interrumpir, me hizo un gesto suave para que la dejara terminar, y asentí.

__No te estoy pidiendo que vayas con la expectativa de encontrar a tu futuro novio o esposo__. Añadió Kira, logrando que mi tensión disminuyera.

__Ve como irías a conocer a un amigo. Desactiva tus escudos, esa postura de ataque y defensa que adoptas solo porque es atractivo, tiene recursos y un encanto natural. Concédete la oportunidad de descubrir al hombre que se esconde tras esa fachada que muestra al mundo. Tal vez la sorpresa sea gratificante. Confía en mí, Nayana, en mis instintos, que hasta ahora nunca nos han fallado. Tú eres testigo de ello. Por eso, una vez más, te ruego que le abras una puerta a Zarthus en tu vida, al menos como amigo. Te aseguro que no te arrepentirás__. Kira concluyó su persuasiva súplica, y yo asentí, dándole la razón. Es cierto. Debo, al menos, permitirme conocerlo, trascender las primeras impresiones y lo que muestra superficialmente. Si después de esa oportunidad sigue sin despertar mi interés, entonces tendré fundamentos sólidos para rechazarlo y alejarlo de mi vida.

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Feliz madrugada 🪄👑🪄.