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Editando Mi Propia Historia.

Editando Mi Propia Historia.

Status: Terminada
Genre:CEO / Completas / Aventura de una noche / Reencuentro / Dejar escapar al amor / Amor-odio
Popularitas:5.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Loloy

Abigaíl, una mujer de treinta años, quien es una escritora de novelas de amor, se encuentra en una encrucijada cuando su historia, la cual la lanzó al estrellato, al sacar su último volumen se queda en blanco. Un repentino bloqueo literario la lleva a buscar a su hombre misterioso e intentar escribir el final de su maravillosa historia.

NovelToon tiene autorización de Loloy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capítulo 14

Abigaíl al salir de la oficina de Erick sintió que necesitaba aire así que sin pedir permiso se dirigió a la terraza para tomar aire.

El aire fresco de la mañana le golpeó el rostro con una crudeza inesperada.

El sol apenas asomaba entre las nubes, iluminando la ciudad con un resplandor pálido, casi frío.

Pero Abigaíl apenas lo percibió.

Empujó la puerta de cristal y se apoyó contra la baranda, cerrando los ojos con fuerza, intentando frenar el temblor en sus manos.

No podía quedarse allí dentro, no después de la forma en que Erick la había mirado.

Como si hubiese atravesado todas sus defensas de un solo vistazo.

Sintió que el corazón le latía en la garganta.

—¿Hasta cuándo vas a seguir corriendo, Abigaíl? —la voz de Erick la alcanzó desde atrás, serena, pero cargada de algo mucho más profundo.

No se volvió.

No todavía.

Él se acercó, sus pasos firmes pero lentos sobre el suelo de piedra.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, el calor de su cuerpo la envolvió, a pesar del fresco matutino.

—¿Qué tanto temes? —murmuró él, su voz grave vibrando en el escaso espacio entre ambos—. ¿Que me dé cuenta de quién eres... o que yo también lo recuerde todo?

Un estremecimiento recorrió su columna.

El viento agitó su cabello suelto, y entonces, Abigaíl supo que no podía seguir huyendo.

Respiró hondo, se giró despacio y lo enfrentó.

Sus ojos, oscuros y brillantes a la luz del sol, lo desafiaron sin miedo.

—¿Y si te dijera —susurró, acercándose un poco más— que algunos recuerdos no se borran... no importa cuánto lo intentes?

Erick la miró fijamente, cada músculo de su cuerpo en tensión contenida.

Abigaíl alzó una mano y, con una caricia apenas perceptible, rozó el borde de su chaqueta, justo sobre su corazón.

—¿Y si te dijera —añadió, bajando aún más la voz— que algunos sueños se repiten... aunque jures que fueron solo eso, un sueño?

Él entrecerró los ojos, como si luchara por mantenerse en control.

Ella sonrió, una sonrisa pequeña, casi infantil, pero cargada de un significado devastador.

—Quizá... —murmuró ella, rozando su mejilla fugazmente— tú ya me encontraste... hace mucho más tiempo del que imaginas.

Abigaíl retrocedió un paso, soltándolo de golpe, como si el hechizo se rompiera.

—Nos vemos, señor Black —añadió con un guiño atrevido, su voz dulce y burlona.

Sin darle oportunidad de atraparla con palabras o gestos, se giró y volvió al interior del edificio, dejando a Erick bajo el sol frío de la mañana.

Él soltó el aire de golpe, como si hubiese estado conteniendo la respiración durante horas.

El corazón le retumbaba en los oídos.

La había encontrado.

La había tenido entre sus brazos todo este tiempo... y ahora lo sabía.

Pero ella seguía jugando.

Y él…

Él no estaba seguro de quién ganaría esta vez.

 

**

Abigaíl caminaba rápido, cruzando el pasillo con la espalda recta y el rostro impasible.

A su alrededor, los murmullos de los empleados y el sonido de teclados parecían un ruido lejano.

Todo su cuerpo vibraba con la tensión contenida.

No podía mirar atrás. No podía permitírselo.

Cuando llegó al baño de damas, empujó la puerta con más fuerza de la necesaria, asegurándose de estar sola.

Se apoyó contra el lavabo, respirando agitadamente.

La cara que la devolvía el espejo no era la de una mujer tranquila: mejillas sonrojadas, ojos brillantes, labios ligeramente hinchados por el roce de palabras que no llegaron a pronunciarse.

Sacó su móvil del bolsillo y, temblando aún, buscó el contacto de Diana.

La llamada de video se conectó en apenas dos tonos.

—¡¿Qué pasó?! —exclamó Diana, apareciendo en pantalla, aún en pijama—. ¿¡Por qué llamas en horario laboral!?

Abigaíl soltó una risa nerviosa, tapándose la boca con la mano.

—¡Cállate! Estoy en el baño —susurró—. Tenía que contártelo...

—¿¡Te besó!? —preguntó su amiga emocionada, casi saltando en la cama.

—¡No! —negó rápido—. Pero... fue muy intenso. Me confrontó en la terraza. Casi… casi me arranca la verdad.

Diana abrió mucho los ojos.

—¡¿Y tú qué hiciste?!

—Le seguí el juego —confesó en voz baja, mordiéndose el labio—. No le confirmé nada. Pero tampoco negué demasiado.

—¡Esoooo! —gritó Diana bajando la voz a último momento—. ¡Diosa total! ¿Cómo te sientes?

Abigaíl miró su reflejo.

No podía mentir.

—Como si fuera a desmayarme —susurró—. No sabes lo difícil que fue no rendirme. Estaba tan cerca... me miraba como si supiera cada maldito secreto que guardo.

Diana sonrió ampliamente.

—Perfecto. Que se desespere un poco más. Escúchame bien: sigue el tira y afloja. Provócalo. Confúndelo. ¡Tienes el control ahora! Además... —agregó divertida—. Recuerda que esto también sirve para tu novela.

—¿Todavía con eso? —preguntó Abigaíl, en una mezcla de risa y desesperación.

—¡Obvio! —Diana rió—. Piensa que cada mirada intensa, cada palabra no dicha... ¡es contenido real! ¡Auténtico! No podrías inventarlo mejor.

Abigaíl apretó el móvil contra su pecho por un segundo, cerrando los ojos.

—No sé cuánto más pueda aguantar, Diana...

—Claro que puedes —afirmó su amiga con suavidad—. Hazlo por ti. Y hazlo por la historia que vas a contar después.

Un golpecito en la puerta del baño la hizo sobresaltarse.

—¡Tengo que irme! —susurró apresurada.

—¡Hazlo sufrir, nena! ¡Y luego me cuentas todo!

Abigaíl colgó rápido, guardó el teléfono y se mojó la cara para calmarse.

Se miró una vez más en el espejo.

Sus labios dibujaron una pequeña sonrisa traviesa, de esas que hacía mucho no se permitía.

Iba a ser peligroso, sí.

Iba a ser intenso.

Y tal vez, solo tal vez... también iba a ser inolvidable.

1
ocalani
simplemente fantástica y que decir de la narrativa super felicidades.
ocalani
espero no terminen cuando ella le diga que es escritora y precisamente ha escrito sobre el y si relación.
ocalani
sublime no hay más ni mejor palabra para describirlo
Analy Cazar
excelente nocela
PJLF10012003
Excelente historia, muy bien redactada y con muchos párrafos llenos de alegría /Ok//Heart//Rose/
PJLF10012003
Una de las mejores historias que he leído en la app, tienes mi voto de confianza para las demás que vengan 🤗💋
Isley García
Muy linda tu historia.!!
Ximena Gonzalez
Hermosa tu historia Amiga me encantó
ocalani
super emocionante te felicito escritora
ocalani
super me encanta la narrativa
ocalani
esta interesante esperemos a ver que pasa 😉
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